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35. Encerrados en clase y confesiones.

{Give it to me, I'm worth it. Baby I'm worth it
Uh huh I'm worth it. Gimme gimme I'm worth it
Give it to me, I'm worth it. Baby I'm worth it}

(Worth it — Fifth Harmony) 


—No me lo puedo creer —farfullé, incrédula, volviendo a tirar de la manilla de la puerta para comprobar si realmente estaba cerrada. Sin duda, estaba cerrada. Me había quedado encerrada en clase durante la hora del recreo, vaya mierda.

Pateé mi mochila cabreada, bufando y me di la vuelta yendo a sentarme a mi silla mientras esperaba a que volvieran, tenía que estar como media hora ahí hasta que se dignaran a aparecer los demás.

—Hey, romperás la mochila si le sigues dando esos golpes —sonó una voz detrás de mí, voz que reconocí de inmediato.

—¿Drake? ¿Qué haces aquí?

—Pues lo mismo que tú, básicamente. Me he dejado el móvil en la mochila y de la que he vuelto a cogerlo, me he quedado aquí encerrado. Pero bueno, sabiendo que tú también estás aquí no me importa estar aquí ahora mismo.

—Lo cierto es que ahora tampoco me importa estar aquí encerrada, por mí como si tardan una hora en volver —me burlé, sonriendo.

Me levanté de la silla y caminé hasta donde estaba, tras la columna que separaba un trozo de la amplia clase de otro, ahí era fácil que se dieran cuenta de que no estabas ya que si te ponías detrás no se te veía, fueras como fueras. Llegué a la altura de donde estaba y me senté sobre su regazo, él elevó uno de sus brazos sujetando mi cintura para evitar que me cayera al suelo. Aproveché y sostuve su mandíbula con mis dedos pulgar e índice, comenzando un beso lento sobre sus labios.

Correspondió mi beso de inmediato, acomodándome sobre sus piernas, haciendo que pusiera cada pierna a un lado de sus caderas, sentándome a horcajadas sobre él. Sus manos fueron a parar a mi trasero, acercándome a él y sobándolo a su gusto. Dejé escapar una pequeña risa en mitad del beso, que se vio sustituida por un jadeo que se me escapó cuando sentí sus manos apretar mi trasero.

—Cuidado, estás despertando a la bestia —murmuró con la voz ligeramente ronca, haciendo que sintiera como una erección comenzaba a hacerse más notoria bajo sus pantalones, provocando que el calor subiera por mi cuerpo.

—¿La bestia? —murmuré con una sonrisa de burla.

—Marilyn.

Una carcajada salió de mi boca, haciendo eco por toda la clase. Cómo para que luego dijeran que los chicos eran unos bestias y unos animales. Eran los mismos que llamaban a lo que le colgaba en la entrepierna con nombres como Marilyn. ¿Marilyn? ¿En serio? ¿Qué clase de persona llamaría a eso así? Ah sí, Drake Callen lo haría.

—Está bien, está bien, reserva a Marilyn para otro momento —murmuré todavía entre risas dejando un pequeño beso sobre sus labios antes de sentarme a su lado.

Pasó su brazo sobre mis hombros para acercarme a él, y permanecimos ambos en completo silencio. Drake abría la boca y parecía estar dispuesto a decir algo un par de veces en mitad del silencio que habíamos formado, pero no lo hacía, así que simplemente esperé sabiendo que si tenía que decir algo lo acabaría haciendo tarde o temprano, y no lo presioné para ello. Finalmente, como supuse que acabaría haciendo, habló.

—Hay una razón que no te he contado por la que acepté este trabajo, de hecho, hay demasiadas cosas que no sabes y creo que es hora de que las sepas —murmuró, captando mi atención de forma inmediata, asentí ante sus palabras para que siguiera hablando—. Mi familia está prácticamente en la banca rota, nos desahucian de casa en apenas unos meses, y esa fue una de las razones por las que accedí a trabajar cuidándote a ti a pesar de no llevarnos bien. Tu madre sabía eso, sabía que no teníamos una buena relación, aun así, por si tenía dudas sobre si aceptar o no, me ofreció una buena suma de dinero y luego me manipuló emocionalmente. Me dijo que si no aceptaba el trabajo, llamaría al banco para que nos quitaran la casa en dos semanas y no se nos admitiera en ningún lado, nos quedaríamos en la calle. Así que, quisiera o no quisiera, tuve que hacerlo por mí y por mi familia. No me arrepiento de aceptarlo, ¿sabes?

—¿Mi madre te sobornó? Porque mierda será que no me sorprende en absoluto.

—Si no lo hubiera aceptado quizás no nos hubiéramos conocido realmente y no estaríamos así como estamos ahora.

—Pues yo creo que si nos hubiéramos conocido, de una manera menos brusca y forzada. Pero mi madre siempre tiene que meterse de por medio en todo.

—A pesar de que no nos llevábamos bien en esos momentos, tengo que admitir que te defendí delante de tu madre. Ella dijo que sabía que eras difícil de aguantar y por eso mismo estaría dispuesta a pagar una buena suma de dinero. Le dije que no entendía cómo podía pensar eso de su propia hija, y luego le restregué por la cara que por lo menos tú no manipulabas a las personas y que siempre serías mejor persona que ella. Ni siquiera nos conocíamos bien aún, pero no me gustaba oírla habar de ti de esa manera —sonrió, mirándome y dejando un beso en mi frente.

—¿Con que me odiabas, eh?

—Supongo que en el fondo nunca lo hice, me llamabas la atención cuando te veía caminar por los pasillos con tus amigos. A pesar de que te reías y te divertías... no sé, había algo en la forma de tu mirada que te delataba, ¿sabes? Pero no voy a tener esa conversación tan cursi ahora —murmuró esto último con una pequeña sonrisa, acariciando mis mejillas.

—Creo que voy a tener una larga conversación con mi madre tan pronto como llegue a casa —murmuré, cabreada.

—No creo que deberías...

—Drake, no te lo tomes a mal, pero no te metas en esto. Esto es algo entre mi madre y yo, ¿de acuerdo? —dejé un beso sobre sus labios asintiendo lentamente con mi cabeza—. ¿Hay algo más que deba saber para echarle en cara a mi madre?

—Bueno, si hay algo. Nuestras madres iban juntas al instituto, pero, según mi madre, cuando tu madre empezó a trabajar en el trabajo que está ahora se alejó de mi madre diciéndole que era demasiado pobre para juntarse con ella, que ella era millonaria y merecía mejores influencias. Así que dejaron de hablarse y después pasó esto, lo cual lo creas o no, a mi madre le entristece.

—Genial, mi madre es una arpía, pero eso ya lo sabía realmente.

Drake dejó pequeños besos sobre mis labios tratando de tranquilizarme, y para que engañaros, funcionaba. Aunque hiciera que se me olvidara por un momento todo lo que me había contado, no significaba que más tarde no le estuviera dando vueltas al asunto en mi cabeza. A veces me replanteaba si era adoptada, luego veía que era bastante parecida a mi madre y a mi padre, y me daba cuenta de que por desgracia no lo era.

—¿Os lo estáis pasando bien? —un carraspeo salió de la garganta de alguien parado a apenas unos metros de nosotros, una de nuestras profesoras nos miraba fijamente desde la puerta.

Drake se separó de mí, para mirar a la profesora con algo de burla, yo seguía sentada sobre su regazo y nuestros labios estaban hinchados y rojizos. Sonreí de forma cínica sin separarme de él y carraspeé de igual manera que hizo ella antes de responderle.

—Bueno, teniendo en cuenta que nos habéis dejado aquí encerrados, algo teníamos que hacer para entretenernos.

Drake dejó escapar una pequeña risa ante mi respuesta.

—¿Ah sí? Al despacho del director, los dos, ahora.

Alcé mis manos en gesto de rendición y caminé delante de Drake hacia el despacho del director. Drake hizo una reverencia burlesca en dirección a la profesora y luego caminó apresuradamente detrás de mí para seguirme el paso.

—¿Me explicas qué vamos a hacer ahora? Quizás no soy el más bueno de aquí, pero como me vuelvan a expulsar del instituto mi madre me asesina —farfulló Drake, caminando a mi lado.

—Déjamelo a mí, no te expulsarán. Pero, sea lo que sea lo que escuches cuando estemos en el despacho, no puedes contárselo a nadie, ¿entiendes eso?

Drake asintió extrañado, y una vez estuvimos delante de su puerta, llamé al despacho con mis nudillos antes de escuchar una respuesta afirmativa para que pasáramos dentro del despacho.

—¿Otra vez aquí? —me cuestionó, mirándome interrogante.

—Esta vez no ha sido culpa mía, te lo juro —puse una mano sobre mi pecho a forma de juramento, de forma irónica.

—Ajá, ¿qué ha sido esta vez?

—Antes de nada, Drake, él es John, John Evenson. Tranquilo, es de confianza —sonreí sentándome en una de las sillas.

—¿Evenson? —cuestionó Drake sorprendido.

—Sep, mi tío —asentí con una pequeña sonrisa, viendo como Drake se sentaba en la silla de al lado.

Y con eso, Drake casi se cayó de la silla. Lo sujeté antes de que se diera de espaldas contra el suelo y le miré mientras me reía. Mi tío alzó una ceja en su dirección, entrelazando sus manos y poniéndolas sobre su mesa mirándole fijamente, de forma intimidante.

—Así que, ¿tú eres el novio de mi sobrina? —alzó una ceja en dirección a Drake.

—No es mi novio —sonreí burlesca.

—Aún —espetó Drake, con una pequeña sonrisa, para luego girarse nuevamente hacia el director—. Por favor, si me va a interrogar, hágalo rápido, no quiero pasar por esto otra vez —se quejó, seguramente por las múltiples preguntas que le hizo mi hermano en su momento.

—No te voy a interrogar, y no me hables de usted, por favor. Confío en mi sobrina y en sus decisiones, además, sé que eres un buen chico. Os vi el día que Mel se peleó con Sam y os he visto por los pasillos, tenéis mucha más química de la que os imagináis. Como cuando dos personas conectan aunque no sean pareja, aunque se odien, como vosotros antes, os odiabais pero había una conexión entre ambos innegable.

—¿Por qué todo el mundo era capaz de ver eso menos nosotros? —me quejé, ya que no era ni de lejos la primera persona que nos decía eso.

—Porque el amor es ciego y, en vuestro caso, joven. Pero eso no hace que sea menos real.

Eran esas palabras viniendo de un adulto las que mi mente necesitaba escuchar y procesar por un momento. ¿Amor? ¿Yo, enamorada? No, no era eso, imposible. No lo era, ¿verdad? Era cariño, ¿no? Sí, sólo eso. Y parecía que Drake estaba con las mismas preguntas en su mente, ya que miraba fijamente la mesa del director con sus cejas alzadas, sumido en sus pensamientos, con una mueca de incredulidad.

—Sé que estaréis confundidos ahora, pero más tarde o más temprano, ya os daréis cuenta de que tengo razón. Ahora, recoged vuestras cosas y largaros a casa. No puedo dejaros salir libremente, sería demasiado sospechoso, y no os preocupéis, ha sido un asunto tonto, no avisaré a vuestros padres sobre ello.

Sonreímos, y Drake se lo agradeció. Tras eso, salimos del despacho y recogimos nuestras cosas de clase para luego marcharnos nuevamente a nuestra casa. Me tiré sobre el sofá junto a Drake y él decidió conectar la play y darme un mando para jugar junto a él a un juego el cual él escogió.

—¡Buenos días! —apareció Ethan abriendo de un portazo la puerta—. No hagáis guarradas que os estoy viendo.

—¿Qué haces tú aquí? —le preguntó Drake alzando una de sus cejas sin despegar la mirada del juego—. ¡No me creo que me hayas ganado!

—¡JA! —reí triunfante volviendo mi mirada hacia Ethan, que nos miraba con sus brazos cruzados.

—Pues hoy no he ido a clase y como Melody siempre se las pela pues he dicho, venga voy a pasarme por su casa a ver que está haciendo.

—¿Qué es lo que tiene tu casa que todo el mundo entra cuando le da la gana? —puso una mueca Drake, confuso.

—Liam, Ethan, Ela, Kyle y Finn tienen llaves de mi casa —le respondí, con una risa.

—Ah no, no, no, no —se apresuró a negar Drake—. Pues eso tiene que cambiar, estos no pueden entrar aquí cuando les da la gana.

—Es la casa de Melody, no la tuya —respondió Ethan, mirándole con sus ojos entrecerrados.

—Pero yo estoy viviendo aquí ahora, así que te jodes.

Ethan le sacó la lengua en forma de queja, en un gesto infantil, y se sentó en el sofá de al lado cruzado de brazos y enfurruñado. Se quedó mirando como jugábamos a la play mientras me animaba y me decía trucos para ganar a pesar de las quejas de Drake de que estábamos haciendo trampas porque él no tenía ninguna ayuda de nadie.

—Tú has jugado a esto más de una vez, y yo es la primera vez que lo hago así que veo completamente justa la ayuda —le respondí sacándole la lengua.

Drake me hizo burla y me tiró un cojín el cara, golpe que le devolví de inmediato y acabamos creando una guerra de tres ya que en uno de esos lanzamientos, aterrizó el cojín de lleno en la cara de Ethan. De pronto, la puerta se abrió dejando ver la cara de mi hermano, pero no por mucho tiempo, ya que un cojín voló hacia su cara dándole de lleno en ella. Largué una carcajada, y más ante la cara de espanto de Drake ya que él había lanzado el cojín.

—¿Alguien me explica que mierda estáis haciendo aquí y por qué no estáis en clases? —preguntó, autoritario, dejando el cojín donde estaba en un principio.

—Estamos... conversando sobre el calentamiento global y lo mal que está el agujero en la capa de ozono ahora mismo —sonreí inocentemente como respuesta.

—Ajá, unos temas súper interesantes, pero eso no responde a mi pregunta de por qué no estáis en clase.

—El director nos ha echado por hoy, ha dicho que como no ha sido nada grave no iba a informar a nuestros familiares así que tranquilo, no le llegará nada a papá y a mamá —le respondí, con sinceridad.

—Y aunque les llegara, la verdad es que no me importaría mucho, si te soy sincero. Me preocupa más el hecho de que faltes a clases, porque por lo que sé has estado faltando a varias cuando yo no estaba.

—Tranquilo, lo estoy aprobando todo bastante bien así que no tienes de que preocuparte.

Jake alzó sus manos con rendición y se sentó junto a ellos, en medio de ellos más bien dicho, separándolos y pasando un brazo por encima de su hermana para abrazarla. Luego miró a Drake, entrecerrando sus ojos de forma amenazante e intimidante.

—Que corra el aire.














































¡Hola, hola! Aquí tenemos un nuevo capítulo de esta historia y si, he tardado demasiado en subir este, LO SIENTO AJSJAS. Estoy muy distraída con uno de mis borradores que creo que será una de las mejores historias que voy a escribir nunca, sinceramente, cargado de drama ya desde el primer capítulo. En fin, ¿cómo os sentís sabiendo que estamos a cinco capítulos de llegar al final? Si os lo preguntáis, si, habrá epílogo y puede que un extra también. 

Todavía quedan cosas por decir, ajá, y sobretodo por parte de Melody y de alguna que otra persona también. ¿Esas cosas son importantes? Por supuestísimo que si que lo son, de hecho, esas cosas marcarán el final del libro. Os revelo algo, no sé si hacer una trilogía como tenía pensado o hacerlo saga jiji, (los otros dos libros serían como sobre la infancia de Melody y la infancia de Drake, distintos libros y cada uno narrado por ellos mismos), así que no sé. Ya se verá.

¡Nos vemos pronto! ¡Kisses of chocolate! 🥰

Atte:

—Needwoolf.

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