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34. Recorrido en grupo y miedo a la compañia.

{Cause it's too cold, whoa. For you here.
And now, so let me hold, whoa. Both your hands in the holes of my sweater.}

(Sweater Weather — The Neighbourhood)


Cuando me desperté Drake ya estaba abajo, se escuchaban murmuros en la cocina, así que decidí levantarme por igual para avisar al grupo de que Jake volvía a casa.

—Chicos, os tengo que contar algo, quizás venga alguien a...

Ni siquiera terminé de hablar porque traté de aguantar mi risa cuando entré a la cocina y vi a mi hermano desayunar su leche con cereales con completa calma mientras mi grupo de amigos lo miraban fijamente como si estuvieran viendo un fantasma. Sus muletas descansaban apoyadas en la pared y yo me acerqué a Jake para dejar un beso en su mejilla.

—Buenos días, grupo. ¿Cómo habéis dormido?

—Oye Mel, ¿no hay algo que quieras explicarnos de casualidad? —cuestionó Ethan, pinchando con su dedo la mejilla de mi hermano.

—Nah, creo que no —respondí con diversión, sentándome al lado de Ela.

—¡Tu hermano ha resucitado de entre los muertos y dices que no hay nada que explicar! O es un fantasma o se ha despertado en algún momento y no nos lo has contado.

—Anoche Drake me despertó a altas horas de la madrugada porque Jake estaba despierto. Os iba a avisar, pero veo que él se me ha adelantado.

—¡Casi muero de un infarto cuando lo he visto viendo la televisión en el sofá esta mañana!

—Es cierto, y he aprovechado eso para gastarle una pequeña broma. He fingido ser un fantasma y ha vuelto corriendo a su habitación. Después Ela le ha hecho bajar otra vez diciéndole que se dejara de tonterías, han bajado los tres y me han pellizcado para ver si era real o era un fantasma —anunció Jake, mostrándome las marcas en su brazo de los dos pellizcos.

—¿Habéis pellizcado a mi hermano pensando que era un fantasma?

Ambos asintieron y yo estallé en una carcajada yendo a sentarme en mi silla para prepararme el desayuno. Ethan me extendió una taza de café y Ela un par de donuts de los que habían ido a comprar para desayunar todos.

—Luego llamaré a Ashton y a Kyle, tengo que agradecerles el regalo de ayer. Una pena que no se quedaran a dormir —hice una pequeña mueca encogiéndome de hombros.

—Mel, se me había olvidado decírtelo, feliz cumpleaños —sonrió Jake extendiéndome una caja, ante lo que me mostré confundida.

—Mi cumpleaños fue ayer.

—Mejor tarde que nunca, rubia amargada.

—No me refería a eso, idiota. No era necesario que me compraras un regalo.

—No es un regalo comprado en sí, tú solo ábrelo.

Sonreí abriendo la caja, encontrando una foto nuestra que ni siquiera sabía que existía. Miré con nostalgia aquella foto. Fue hace años, éramos unos críos, quizás yo tenía como nueve años en esa foto. Estábamos parados, posando enfrente de un lago junto a nuestros padres. Y reconocí el lago de inmediato. El lago del bosque, al que me llevó Drake.

—Ese lago... ¿Ya habíamos estado en él antes?

—Una vez, sí, en verano. Fue increíble. Parecía un lugar mágico, es difícil que lo recuerdes.

—No recuerdo la vez que fuimos, pero sí que sé que lago es. Es mágico, desde luego.

Entonces Drake salió del pequeño gimnasio que ocupaba una de las habitaciones, empapado en sudor, y sin camiseta. Sonreí dándole un trago a mi taza de café cuando lo vi de espaldas dejando algunas cosas en el sofá. Al girarse él me dio una mirada pervertida, que se vio sustituida por una seria cuando vio a mi hermano sentado en su sitio. Jake, con diversión, alzó su taza en su dirección a forma de saludo para después beber de ella con suma tranquilidad.

—Supongo, que tú debes de ser Drake, el novio de mi hermana.

—No es mi novio —respondí, divertida.

—Aún —me respondió, guiñándome un ojo, intentando evitar la mirada fulminadora que le lanzaba mi hermano.

Sonreí mirando hacia mi taza, Drake se rascó la nuca, siempre hacía eso cuando estaba nervioso. Se peinó con sus dedos, aun así se mantuvo serio, estaba claro que si estaba asustado por la presencia del mayor de los Evenson, no iba a demostrarlo.

—Ponte una camiseta y vuelve, creo que tenemos que hablar. Charlemos un rato, Callen —le pidió mi hermano, con expresión fría.

Alcé mis cejas con mis labios apretados, el mal carácter no era la única cosa genética que teníamos en común, me orgullecía decir que éramos bastante semejantes en personalidad también. Sólo que él siempre había hecho lo que ha querido, cuando yo era más pequeña y él un adolescente, se escapaba de casa para ir a fiestas, también bebía y alguna que otra vez regresaba tan ebrio que no podía ni caminar. Sacaba buenas notas, pero era un poco desastre. Supongo que por esa razón mis padres le dejaban ir a su aire sin meterse mucho en su vida. Pero lo cierto era que ellos tienen por costumbre no preocuparse por sus hijos, algo hereditario también por parte de mi madre.

—Jake —le advertí ladeando mi cabeza con una mirada de advertencia, ni siquiera tenía que cambiar mi expresión facial completa. Sólo con mi tono de voz y mi mirada, ya podías sentirte a tres metros hundido bajo tierra.

—Tranquila, hermanita. Odio cuando me miras así, siento que quieres asesinarme. Veo que hay cosas que no han cambiado a pesar del tiempo —dijo con algo de burla, rodando sus ojos—. No voy a ser muy duro con él, si es eso lo que te preocupa.

—Más te vale —le apunté con mi dedo índice, de forma amenazadora—. Suerte, porque aguantar a Jake a veces es un favor hacia su persona —asentí en dirección a Drake, con una sonrisa, mientras terminaba mi desayuno.

Drake me sonrió, mirándome con diversión, antes de subir nuevamente a su habitación para ponerse una camiseta. Tras unos minutos bajó nuevamente, ya más presentable, y apretó sus labios.

—Genial, vamos al comedor —indicó Jake, removiendo su café con calma y saliendo de la cocina junto a Drake, cerrando la puerta una vez salieron.

—Puedes dar a Drake por muerto —sentenció Ela, mordiendo su magdalena.

—Jake no va a hacerle nada —respondí alzando una ceja.

—¿Te recuerdo lo que me dijo a mí cuando teníamos cinco años y nos conocimos por primera vez? —dijo Ethan con burla, alzando sus dos cejas, mientras llevaba su taza ya vacía hacia la pila.

—Es diferente, éramos mejores amigos y teníamos cinco años.

—Sí, vaya que es diferente, Drake cumple dieciocho este año —respondió Liam.

—Que os den —respondí con una pequeña sonrisa de burla, llevando mi taza a la pila.

—Seguro que estará bien. Creo que cuando acaben de hablar deberíamos hacer todos juntos un recorrido por la ciudad, será divertido y así Jake puede verlo todo, le vendrá bien, iremos en coche para que no tenga que esforzarse mucho con las muletas —sugirió Ela.

—Me parece perfecto.

Nos sentamos de nuevo en la mesa de la cocina, conversando animadamente entre nosotros mientras esperábamos a que mi hermano y Drake terminaran de hablar. Una media hora después ambos entraron a la cocina, ¿qué habían estado hablando tanto tiempo?

—Es buena persona, pero ten cuidado, seas como seas; si haces daño a mi hermana, no sales vivo —sonrió inocentemente mi hermano.

—Jake, tienes que dejar de amenazar a todas las personas que se me acercan —me crucé de brazos con una pequeña sonrisa.

—Si no te protejo yo, ¿quién lo va a hacer? —cuestionó, divertido.

—Yo —respondí alzando mi mentón—. Yo misma me protejo.

—Lo has pasado mal este último año, ¿me equivoco?

—No sé ni cómo puedes preguntarlo. Te morías, Jake. ¿Qué creías, que iba a montar una fiesta?

—Lo sé, sé cómo te sentías. Lo siento, Mel.

—No me pidas perdón, no fue culpa tuya.

Sonreí levemente con mis labios ligeramente apretados en una fina línea, después me acerqué a él para dejar un beso en su mejilla volviendo a levantarme para subir a mi habitación, me tumbé en la cama abrazándome a la almohada, pensativa. Unos nudillos tocaron a la puerta de mi habitación segundos después, antes de pasar y tumbarse a mi lado en la cama.

—¿Estás bien? —escuché un murmuro tras mi espalda.

—No lo sé —respondí cerrando mis ojos unos segundos para después volver a abrirlos—. Ela, todo ha pasado tan rápido, me siento como estancada en el tiempo, a pesar de que el tiempo no se detiene por mí.

—Estará todo bien, Mel, estoy aquí contigo —respondió abrazándome con fuerza cuando me giré para mirarla.

—Te quiero, Ela, muchísimo —me abracé a ella, con la mirada perdida, al igual que toda yo, perdida.

—Es la primera vez que me dices que me quieres —sonrió ligeramente emocionada.

—Lo sé —reí asintiendo—. No me gustan las palabras, a la larga no significan nada, soy más de...

—... hechos —finalizó Ela por mí—. Son muchos años junto a ti, créeme que te conozco bien.

Sonreí abrazada a Ela dándole un último asentimiento de cabeza a forma de afirmación. Ella me abrazó con más fuerza dejando un pequeño beso sobre mi mejilla, se separó tras unos segundos volviendo a levantarse y extendiendo su mano hacia mí.

—Vamos, tenemos que enseñarle la ciudad a tu hermano, además, un poco de aire fresco nos vendrá bien a todos. Ve a llamar a Kyle, Finn y a Ash para que se unan, anda.

Asentí cogiendo el móvil de la mesilla y levantándome junto a ella, sosteniendo su mano para bajar nuevamente al salón donde los chicos hablaban entre ellos y se reían. Hice las llamadas y Kyle, Ashton y Finn llegaron tras unos minutos.

—Oye Mel, ¿y tus abuelos? ¿No les apetece venirse? —cuestionó Ashton.

—Por supuesto que sí, no sé a qué pero ¡yo me apunto! —exclamó mi abuela bajando por las escaleras—. Pequeño Ash, vaya, has crecido mucho desde la última vez que te vi.

—Han pasado tres años, señora Evenson, —sonrió Ashton acercándose para abrazar a mi abuela—, veo que los años no le han pasado factura —añadió Ash, guiñándole un ojo.

—Que cosas dices. Por desgracia, cada año que pasa estoy más desgastada, pero aun así intento vivir mi vida lo mejor que puedo, no tengo tiempo que perder —sonrió, orgullosa.

—Está bien, vámonos —sentenció Ela, abriendo la puerta para salir primero con las llaves del coche. Al final tuvimos que dividirnos en dos coches porque no cabíamos todos en uno.

—¡Yo conduzco! —exclamó Ethan con ilusión yendo a uno de los coches que habíamos escogido.

Ela y yo nos montamos en la parte de detrás del segundo coche mientras Jake iba en el asiento del copiloto sosteniendo sus muletas y aguantando todas las tonterías que salían por la boca de Ethan.

—Cuéntame, ¿cómo te va con Drake? —cuestionó Ela en un murmuro con una sonrisa curvada, cargada de diversión. Drake iba en el otro coche, así que podíamos hablar sin problema.

—Sinceramente, tengo miedo —murmuré en respuesta.

—¿Miedo?

—Nunca he tenido una relación y nadie en mi familia me habló sobre tener una relación con otra persona, ni siquiera Jake tocaba mucho el tema porque no era de sus favoritos. No sé qué hacer, ni qué decirle sin pensar si lo estoy haciendo bien o no. Además él me pone nerviosa, nunca me había puesto así de nerviosa con nadie. Y, al igual que hay gente que tiene que aprender a vivir sola porque no sabe hacerlo, yo tengo que aprender a vivir en compañía de otras personas porque me he pasado sola toda mi vida. Así que eso de depender emocionalmente de otra persona no me hace ilusión, porque en el fondo mi cabeza sigue pensando que es algo malo, aunque mi corazón piense lo contrario.

—¿Sigues teniendo la misma opinión que hace un año, por ejemplo? —cuestionó Ela con una pequeña sonrisa, escuchando mis palabras con atención.

—No. Porque si me hubieras preguntado hace un año por algo así, te habría dicho que el amor es como las drogas. Te hacen sentir bien por un momento, pero al fin y al cabo ambos te terminan matando por dentro. En cambio, ahora veo que las drogas te matan poco a poco, y él me da la vida poco a poco —respondí en un murmuro.

—Y así es como aprenderás a llevar una relación de una buena manera, poco a poco y con paciencia. Y siempre podrás contar con mi ayuda para cualquier cosa que quieras saber o cuando se tuerzan las cosas, porque eso pasará, pero no tienes que asustarte cuando ocurra. Le quieres, y veo perfectamente que el sentimiento es mutuo, y eso es lo que más importa cuando estás con alguien.

Sonreí, sosteniendo la mano de Ela entre las mías, a lo que ella me devolvió la sonrisa apoyando su cabeza sobre mi hombro mientras observábamos la ciudad pasar ante nuestros ojos por la ventanilla. Jake tenía su ventanilla bajada con la cabeza ligeramente asomada por ella, disfrutando del aire fresco que chocaba en su cara. Sonreí al verle.

Ethan alargó su mano hacia la radio y la encendió poniendo la primera cadena que se cruzó. La canción Sweater Weather de The Neighbourhood sonaba en ese momento y Ethan fue el primero en cantarla a todo volumen.

Alcé ambas cejas al ver como Ethan gritaba la canción más que cantarla, y me reí en una carcajada cuando vi que también movía su cabeza de un lado hacia otro mientras conducía. Sonreí, cantando la canción junto a él, lo que animó a Ela y a Jake que se pusieron a cantar a la vez que nosotros.

Cualquiera que nos viera pensaría que estábamos locos, pero yo pensaba que los momentos así eran los que me permitían ser feliz.

































































¡Hola, hola! Aquí traigo un nuevo capítulo. No es tan largo como han llegado a ser otros, pero realmente lo único importante del capítulo es que Jake ha vuelto, y las palabras de Melody sobre su relación. Cada vez vemos más profundamente como piensa nuestra Mel respecto a diferentes cosas, como las relaciones en pareja. Son complicadas, hay que tener paciencia, aparte de otras cosas como cariño, y no sólo eso, respeto, y muchas cosas que no puedo poner aquí porque sería una lista larguísima. Así que, simplemente, veamos a Melody evolucionar en su relación poco a poco, como dice Ela, y veámosla feliz.

Quizás en el próximo capítulo ya revele algunas cosas IMPORTANTES sobre este libro que es necesario saber sobre nuestro querido Drakie (no le gusta nada que le llamen así, pero shhhh). No os asustéis pero, ajá, os gustará saber que es lo que ocurre en su vida y que es lo que le llevo a aceptar el trabajo con Melody

¡Nos vemos pronto! ¡Kisses of chocolate! 🥰 

Atte:

— Needwoolf. 

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