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1. Dos despedidas y una futura bienvenida.

{Down to the place we used to lay when we were kids. Memories, of a stolen place. Caught in the silence. An echo lost in space. It comes and goes in waves. It always does, it always does}.

(Waves — Dean Lewis.)

Una de mis canciones favoritas hizo que me viera obligada a alargar el brazo para apagar el despertador, de dónde provenía la canción. Solté un bufido frotando mis ojos con pesadez, apenas había dormido unas horas durante la noche. Sufría de un fuerte insomnio, además de que solía quedarme hasta tarde viendo películas en Netflix o leyendo libros en Wattpad, pero no me arrepentía de ello, porque el insomnio no me dejaba dormir y yo necesitaba algo para entretenerme durante la noche.

Estiré mis brazos con un leve gemido de molestia, seguido de un gran bostezo. Me levanté descalza escuchando los ruidos que mis pies provocaban sobre el suelo de la madera, después caminé hasta el armario. Rebusqué con curiosidad algo que ponerme esa mañana, y finalmente elegí algo lo suficientemente cómodo y simple. Estábamos comenzando a terminar el verano, pero todavía hacía mucho calor por las mañanas, así que escogí una camiseta blanca de manga corta junto a unos pantalones vaqueros cortos y lo combiné con unas vans blancas, —aunque parecían más grises que blancas, ya que llevaba tiempo sin limpiarlas —.

Hice mi mochila metiendo todos los libros de las asignaturas que me tocaban esa mañana y después metí mis estuches y mis libretas. Observé la mochila con un bufido al darme cuenta de que me iba a resultar imposible cerrarla. Me subí sobre ésta dejando caer mi peso, y la cerré con rapidez. Parecía que en cualquier momento estallaría por todo lo que llevaba en su interior.

Feliz lunes por la mañana, sí.

Dejé mi mochila a un lado y corrí con mi ropa a meterme en la ducha. Me duché en un tiempo récord, y una vez hice mis necesidades y lavé mi cara, agarré mi mochila y bajé por las escaleras con rapidez. Tarareé una canción de Dean Lewis llamada Waves mientras bajaba las escaleras de caracol hacia el primer piso de la casa, y entré en la cocina para abrir la nevera y observar la comida que había.

—Buenos días, Melody —la voz de mi padre retumbó en las paredes.

Enarqué una ceja mirando a su dirección. ¿Llegaron anoche? Normalmente, mis padres se pasaban semanas de viaje, solían volver al mes como máximo. Siempre tenían que atender su trabajo, y para eso tenían que viajar muy a menudo. Mi padre era piloto de avión, y mi madre una reconocida contable que trabajaba en empresas muy importantes. Ya hace tiempo trataron de contratarme una niñera, o al menos una criada, para que no me sintiera sola y no hiciera travesuras, pero preferí hacer las cosas por mí misma y arreglármelas sola. Ellos no han estado nunca para mí, y yo no quiero que nadie venga a hacer lo que deberían hacer ellos.

—Buenos días, papá —respondí a su saludo sacando un poco de zumo de naranja de la nevera.

Al menos, comida no me faltaba. Porque en mi habitación tenía escondida la comida más rica del mundo entero, mi preciada Nutella. Ni siquiera mi mejor amiga podía comer de ella, era la única cosa que nunca compartía con nadie, salvo con mi hermano mayor. Pero él... él en esos momentos no estaba conmigo, por desgracia.

Él sufrió un accidente de tráfico el día de mi decimosexto cumpleaños, y se hallaba en el hospital gravemente en coma. De vez en cuando solía ir a visitarlo, porque todavía tenía la pequeña esperanza de que algún día despertara, aunque no sea del todo cierta. Si ese año, cuando cumpliera los diecisiete, no se despertaba, entonces lo desconectarían y el moriría. Yo trataba de llevarlo como podía, pero toda la situación me provocaba ataques de ansiedad, estrés y un gran sentimiento de vacío que ni la comida era capaz de llenar, mi psicólogo lo llamaba depresión; yo lo llamaba tristeza y melancolía.

—Necesitamos hablar contigo de un tema urgente, así que apresúrate en desayunar y luego ven al salón —mandó mi padre saliendo de la cocina con rapidez para atender una llamada, como de costumbre.

Asentí ante sus palabras y me serví el zumo en un vaso para     después guardarlo y sacar una porción de tarta de chocolate y caramelo. La noche anterior me la había empezado después de cenar, mas había guardado un trozo para esa misma mañana. Ni mi más grande michelín iba a impedir que siguiera comiendo chocolate a toda costa.

Terminé mi desayuno con rapidez y dejé el vaso y el plato en el lavaplatos. Cargué mi mochila en mi hombro para ir al salón y dejarla sobre el sofá. Miré a las personas que me habían dado la vida alzando una ceja, normalmente casi nunca hablábamos, porque no tenían tiempo para dedicarlo a ello, por eso toda la situación me sorprendía.

—¿Me vais a decir ya qué es lo que ocurre? —cuestioné cruzando mis brazos bajo mi pecho mostrándome completamente seria.

Ambos asintieron hacia mí, y me indicaron que tomara asiento en uno de los sofás. Algo importante estaba pasando y me lo iban a contar, así que el pánico comenzó a apoderarse de mí imaginando lo peor. Que Jake había muerto, o que nos mudábamos, o tal vez que eran ellos los que se morían. La verdad es que no tenía ni idea de que iba todo esto, por eso estaba algo preocupada.

—Melody, tu madre y yo vamos a tener que viajar de nuevo por trabajo —comenzó a explicar mi padre.

Asentí lentamente con mi cabeza, eso tampoco era algo nuevo. Porque, como había mencionado antes, ellos siempre estaban viajando. Viajaban tanto que creo que ya deberían conocer más de medio mundo, mientras que yo apenas salía de mi casa para ir a ciertos sitios, pero dentro de la ciudad, claro. No, aquí había gato encerrado. Pero lo que me imaginaba no se comparaba en nada con lo que me dijeron.

—Nos vamos a ir por nueve meses a California. Y en esos nueve meses, no te vas a quedar sola, Melody —continuó mi madre con la explicación de manera lenta, como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado.

¿California? Sin duda eso estaba muy lejos de aquí, y durante nueve meses, estaría muchísimo tiempo sin verlos. Más de lo normal. Pero, no era eso lo único que realmente había captado mi atención. Mi madre acababa de decir que no estaría sola, pero entonces, ¿con quién iba a tener que compartir casa los próximos nueve meses?

—Pusimos un anuncio para buscar a alguien que estuviera dispuesto a cuidarte. No tardamos mucho en recibir una respuesta. Pero, tengo una buena noticia, y es que la persona que viene a cuidarte es de tu instituto. Es un chico que se llama Drake Callen, le hicimos una pequeña entrevista ayer por la tarde y nos parece una persona de lo más responsable, así que creemos que estarás muy cómoda con él y que no te sentirás tan sola —una sonrisa asomó de entre los labios de mis padres, mientras yo sólo los observaba seriamente.

¿Drake Callen? ¿Responsable? Era, sin duda, la cosa más graciosa que había escuchado nunca. Se nota que eso de mentir se le da bastante bien, porque yo sabía perfectamente bien quién era ese chico. Y era muchas cosas, pero responsable era justo una de las que no. Drake Callen era uno de los chicos más populares del instituto, su novia era la capitana de las animadoras y se llamaba Samantha. A mí, en lo personal, ambos me caían terriblemente mal. Samantha era alías ''la zorra'' y Drake alías ''el playboy''.  No me malinterpretéis tampoco. No la considero una zorra por vestirse de manera provocativa o por estar con varios chicos; sino por la manera en la que se comporta con todo el mundo. Yo apoyo el poder femenino, y nunca juzgaría a una chica por esas estupideces. Pero sí que la juzgo cuando su personalidad es odiosamente asquerosa. Siempre creyéndose mejor que los demás, como si valiera más que el resto. Sé creía la reina, y no era nadie. Pero sólo yo era capaz de bajarle el ego, nadie más se atrevía a hacerlo porque ella podría ''arruinarles la vida''. Pues que lo intentara conmigo, no podría hacerlo; porque ya estaba arruinada, por eso yo sí que podía enfrentarme con ella sin importarme nada. Ella y el playboy decían ser una pareja, pero eran una pareja muy extraña, ya que ambos se pasaban los días manteniendo relaciones sexuales con personas diferentes. Ni siquiera tenía sentido, pero ellos parecían realmente felices cuando los veía de la mano por los pasillos del instituto.

—Además, nos dijo que es gay —añadió mi padre con una sonrisa de satisfacción.

El hecho de que te hayas molestado en buscar un chico ''gay' —porque, obviamente, no lo es—, no significa que ahora seas el jodido padre del año. Nada de lo que hagas va a compensar la poca atención durante estos dieciséis largos años.

El hecho de que dijera que Drake Callen era gay ya me superó por completo, y comencé a reír en sonoras carcajadas de diversión y burla. Eran realmente estúpidos por creer algo así viniendo de él, además, tampoco sabía que mierdas está intentando él con esto de hacerse mi niñero, pero seguro que sus intenciones no eran nada buenas.

Llevé mi mano derecha a mi estómago para tratar de calmar mi risa, pero era imposible. De verdad se habían creído toda esa basura que venía de alguien tan estúpido, y el simple hecho de recordarlo a cada segundo sólo me hacía reír mucho más alto y fuerte. Había reído tanto que las comisuras de mis labios dolían, y había comenzado a llorar de la risa. Mientras, mis padres sólo me miraban confundidos sin comprender a que se debía mi ataque de risa.

—En serio, lo más divertido que he escuchado nunca. Os alegrará saber que Drake Callen no es responsable —dije desviando mi mirada hacia mi madre—, ni gay —finalicé mirando a mi padre aun riendo levemente.

—Ya basta, Melody Evenson. Él será tu niñero durante estos meses, y punto. No nos mientas negando esas cosas y diciendo barbaridades, porque la decisión ya está tomada y se va a quedar así. Ahora recoge tus cosas y márchate a clases o llegarás tarde —dio por finalizada la conversación mi madre.

Rodé mis ojos ante sus palabras y mordí mis mejillas para evitar volver a reír, y para no soltar alguna que otra ''barbaridad'' más. Ellos sabrían lo que hacían dejando a su hija adolescente hormonal con un chico que le supera dos años, también hormonal, y que lo único que sabía hacer bien era follar con una chica diferente cada día como el playboy que era. Yo lo único que sabía era que iba a hacerle la vida sumamente imposible durante su estancia en mi casa.

Me apresuré a colgar mi mochila sobre mi hombro de nuevo y cogí mis llaves para abrir la puerta con rapidez, despidiéndome antes de mis padres que tenían que tomar el vuelo hacia California en un par de horas. Corrí hacia el pequeño bloque al lado de mi casa, que era nuestro garaje. Abrí la puerta de este, y me apresuré a subirme en mi moto y arrancarla. Conduje fuera del garaje para volver a cerrarlo con mis llaves y las guardé para poner rumbo a mi instituto. Si volvía a llegar tarde, lo más probable era que el profesor que tenía a primera hora ya no me dejara entrar en su clase.

Aceleré por la carretera y una vez llegué, aparqué en el parking situado en frente del establecimiento. Guardé el casco en el compartimento que tenía para ello y volví a colgar mi mochila en mi hombro acomodando mi chaqueta, para después correr hacia la entrada. Era una de las pocas veces que no llegaba tarde, y me di cuenta cuando vi que todavía se encontraban todos en los pasillos del instituto caminando.

Entre todas las personas conseguí divisar a mis amigos, así que me acerqué a ellos con rapidez esquivando a un coche que había estado a punto de llevarme por delante al cruzar la carretera para llegar a la puerta del instituto.

—¡Chicos! —traté de llamar su atención al estar a dos pasos de ellos.

Mi grupo de amigos consistía en Ela, Liam, Ethan y yo misma. Los cuatro siempre íbamos juntos para la mayoría de las cosas, aunque a veces quedaba con ellos aparte algunos días para tomar algo y hacer planes, pero quitando eso siempre estábamos juntos.

—Melody, que raro, has llegado pronto —comentó con burla Liam.

—Muy gracioso —respondí entrecerrando mis ojos en su dirección—. Ahora, cállate porque tengo algo que anunciar. Algo nada agradable para mí.

—Suéltalo ya, Mel —respondió Ethan peinando su pelo hacia atrás, como era de costumbre.

—Drake Callen será mi niñero durante nueve largos meses —respondí con el ceño ligeramente fruncido. Decirlo en voz alta solo hacía que sonara todavía peor de lo que ya era.

—¡Eso es genial! —respondió Ela con entusiasmo en su voz.

Le miré con una mueca, demostrando mi desacuerdo. A ella siempre le había parecido que Drake estaba muy bueno, y para que mentir, en eso sí que tenía razón. Pero, además de que tenía novia, era un completo imbécil; y a mí los imbéciles no me caían para nada bien, simplemente no los soportaba.

—Mis padres viajarán a California durante ese tiempo, y no querían dejarme sola —expliqué ante la mirada de confusión de mis otros amigos.

—No sé si desearte suerte a ti o a él, realmente creo que él no sabe dónde y con quién se está metiendo —rio Ethan.

Me encogí de hombros con una pequeña sonrisa de diversión.

—Su estupidez hará que lo conozca pronto, y eso hará que se vaya de mi casa antes de que lleguemos a estar un mes bajo el mismo techo —aseguré sonriente entrando a clase con el brazo de Ethan sobre mis hombros y el brazo de Ela enganchado al mío, mientras Liam tenía su brazo sobre los hombros de Ela.

—Todos sabemos que no durará mucho —asintió Ela riendo.























































































































¡Holaa, queridísimos lectores! Aquí tenéis el primer capítulo de esta novela empezada con muchísimo amor hacia todas las personas que están apoyándola tanto. Decidí editarlo por completo ya que quiero mejorar mi forma de redactar, y como este capítulo ya estaba antiguo quise adaptarlo un poco y corregir sus faltas de ortografía; y pues espero que os agrade el resultado. No se olviden de darle a la estrellita y comentar.

¿Que pensáis que sucederá en el próximo capítulo con Melody y Drake? ¿Le recibirá con los brazos abiertos? ¿O lo mandará a cagar? La verdad es que me imagino más la segunda, porque Melody no es muy amable con él, aunque él con ella tampoco; ahvdd. Sólo saben pelear por estupideces, así son ellos. Ah. Espero que os guste mucho el capítulo y que lo disfrutéis. Me encanta leer vuestros comentarios y responderlos. Me hace mucha ilusión, really. La historia crece rápidamente en votos y lecturas, así que muchas gracias por vuestro apoyo en esto.

Posdata, la canción me gusta mucho juju. Es muy triste y bonita a la vez, cómo la mayoría de canciones que ando escuchando últimamente, ja.

Nos vemos pronto. ¡Kisses of chocolate!🥰

-needwoolf

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