|𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 3|
Lily corría por la casa entre risas buscando el lugar perfecto para esconderse, llegó hasta los árboles quienes la escondieron entre sus hojas y ramas mientras reía divertida tapando su boca con sus manos. Una mariposa negra volaba hasta ella y se posó en su nariz, un conejo negro movía su nariz viéndola mientras que un gato negro se acariciaba entre sus cortas piernas.
—¡Papá! no es justo— la niña se queja y luego sale corriendo hasta el quien la recibe con una gran sonrisa —haces trampa en nuestro juego y no es divertido.
—Princesa mía— susurra y acomoda su pelo blanco tras sus orejas —recuerda que papá tiene poderes, te gustan, ¿no es cierto?
Ella asiente y lo abraza —pero yo también quiero tenerlos, nunca puedo encontrarte a ti...
Greg se queda en silencio por unos minutos pero Lily sostiene su cara para que la mire mientras espera una respuesta, lo ha pensado pero lo que él tiene lo único que le ha traído has sido problemas y realmente quiere a esa pequeña y traviesa niña como a nadie. La quiere tanto por su inocencia y sinceras palabras aunque teme que eso al pasar de los años cambie.
—Princesa, eso sería muy difícil y más para ti, no sabrás como controlarlo.
—Tú me enseñarás papá, eres el mejor y más poderoso aquí y quiero ser como tú, por favor...
El escucharla suplicar le causó una gran incomodidad, suele darle todo lo que quiera pero creía que era demasiado para un pequeño y débil cuerpo humano, pensó sin responder, sin emitir un solo sonido y la bajó para luego caminar hacia el castillo, ella corrió tras él, es persistente y realmente quería hacer las maravillas que Greg solía mostrarle, pero entonces el desapareció. Greg ya no estaba junto a ella y haciendo un leve berrinche salió del castillo caminando al bosque con una pequeña mueca de molestia, mientras tararear una canción empezaba a olvidar todo y se sentía tranquila, no sabía dónde la había escuchado y dudaba que hubiese sido por él.
Se detiene mirando un árbol en específico, que para ella era diferente y puso su delicada mano sobre la corteza, unas cuantas ramas empezaron a agitarse. No se sorprendió por eso, solo esperó y cuando por fin vio abrir unos ovalados huecos que tenía como ojos le sonrió.
—Muy buenos días.
Los agujeros del árbol que eran tan profundos como la oscuridad parecían estudiar a Lily con desdén, ella solo lo veía con su dulce y característica sonrisa, lo que el árbol tenía como rostro cambio a una expresión de molestia y agarró a la niña entre sus ramas por los pies, ella reía sin saber el peligro que podría estar corriendo. En el momento en el que él pensó en lastimarla Greg aparece justo frente a aquel árbol el cual se paraliza al verlo, la expresión de el rey del bosque era tenebrosa, hacía que cualquiera que lo mirara le temiera al instante.
La niña reía algo divertida al estar de cabeza y su pelo moviéndose de lado a lado al balancearse, Greg da un paso hacia adelante de entre las sombras y el árbol con temor pone la niña en el suelo, frente a él mientras aún reía y se movía como si estuviera mareada abrazando la pierna del rey, él la carga y dándose media vuelta para regresar al castillo, el árbol es consumido por un fuego de color negro y aunque gritaba en agonía la niña no lo escuchó, Greg la mantuvo con su mirada al frente con múltiples distracciones hasta entrar al castillo. Él soñaba con darle una vida tranquila en su niñez, de que se divirtiera y fuera una niña feliz, contraria a él.
La dejó en el suelo y ella corría dando saltitos y riendo tras un cachorro negro que jugaba con ella, pensó en su seguridad y como varias veces pasó antes, la incomodidad abundó su alrededor, todo en esa pequeña niña le hacía recordar a su hermana y dándose la vuelta empezó a plantearse que tan malo sería brindarle un poco de su poder.
Greg camino a su oficina y se sentó en su escritorio mirando hacia un punto fijo perdido en sus pensamientos, había dejado la puerta abierta por costumbre, sabía que lo buscaría porque desde el momento en el que ella llegó nunca se separó de él, pasó sus manos con un poco de resignación por su rostro y justo entró la pequeña Lily a la gran habitación cautelosa, esperando asustarlo aunque sabía que nunca lo lograba no dejaba de inténtalo. Se posó tras el y de un saltito se colgó de su cuello soltando un pequeño grito antes de reír divertida.
Sigue intentándolo, pequeña princesa, algún día lo lograrás —Greg la anima y ríe leve antes de sostenerla y sentarla sobre la mesa frente a él— tengo un plan, ¿quieres escucharlo?
La niña sonríe y asiente con su cara roja por reír tanto y lo mira con atención e impaciencia al ser tan hiperactiva, daba palmaditas a sus piernas suavemente.
Creo que podríamos darte un lindo cambio de apariencia, ¿que opinas? ¿Quieres parecerte un poco más a papá? —ella asiente con emoción pero ajena a lo que realmente el rey pensaba hacer— vamos, cierra los ojos.
Ella hizo caso de inmediato cerrando con fuerza los ojos lo que le pareció divertido a Greg, el pasó sus pulgares con un humo negro brotando de ellos por sus cejas las cuales empezaron a tornarse de un color negro brillante y luego, no sin antes soltar un suspiro, pasó sus manos por el largo pelo de la pequeña niña el cual de inmediato empezó desde la raíz hasta las puntas a cambiar su tonalidad. Subió con suavidad sus manos por los débiles y pequeños brazos de la niña hasta dejarlas en sus hombros, ella no emitía ni un solo sonido, el humo de las manos del rey se volvió un poco más extenso empezando a rodear la pálida piel de la niña dándole un poco más de viveza cuando la traspasa, Al él notar lo que sucedería tomo a la niña entre sus brazos para que no cayera y se golpeara.
Se levanta de su asiento con ella en brazos para dirigirse a la habitación de la niña y recostarla en su cama, acomodándola y tapándola con las sabanas, se sentó a su lado mirándola con atención.
Mi pequeña princesa, adorada heredera... confío plenamente en ti —el temido rey murmura con delicadeza y deja un beso en la cabeza de la niña antes de salir de su habitación.
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