Stand de besos | Jenlisa
"Lisa es popular en el instituto, Jennie es una nerd.
Manoban está en un Stand de besos, Jennie se encargaría de comprar todos los tickets".
[♡]
La noticia de que para la feria del viernes, se haría un Stand De Besos, corrió por todo el instituto como agua, en especial porque las que estarían detrás de ese stand, serían, Sana Minatozaki, Kim Jisoo, y por si esas fueran pocas, también estaría nada más ni nada menos que Lalisa Manoban, una de las chicas populares, todo el mundo quería con ella, a pesar de que aún iba en tercer año de preparatoria, hasta los alumnos de último año querían probar sus labios.
Claro está, que cuando la noticia llegó a oídos de Jennie, no le agradó mucho la idea, pero no podía refutar nada, después de todo era un Stand que beneficiaria al instituto y a orfanatos, y ella no era nadie para prohibirle algo a Lisa.
Así que compraría todos los tickets, así tendría la oportunidad de besar los lindos y rellenos labios de aquella chica de cabello largo, y poder poner sus manos en esa cintura... Solo ella.
Ah, y por si aún no les quedó claro, a Jennie le gusta Lisa.
***
Ahora estaba con Irene caminando a pasos rápidos hacia el salón de Lisa, pero no iba a verla a ella, claro que no, iba a ver a Kang Seulgi y a Roseanne Park, mejores amigas de Lisa y creadoras del Stand entero.
Todos la miraron, algunos incluso querían molestarla por como se vestía, pero nadie dijo nada porque iba con Irene, y, uy, esa sí que daba miedo. Aún que Jennie nunca entenderá por qué se burlan de como se viste, usa pantalones negros y una sudadera verde militar. ¿El chiste está en? Exacto, en ninguna parte, porque no hay chiste, sólo están jodidos de la cabeza y quieren desahogar sus problemas burlándose de los demás.
—Kang Seulgi ―dijo, llegando y poniendo el dinero en la mesa—. Quiero comprar todos los tickets de Lalisa en el Stand de los besos ―la pelinaranja la miró y luego respondió algo confundida.
—Ehh, Jennie... Hoy apenas es miércoles, si quieres comprar un ticket y ser la primera en besar a Lisa, hazlo el viernes en la mañana.
La castaña bufo, tomó su dinero y se fue.
—Lo siento, amor, Jen anda un poco... Rara ―se disculpó Irene, antes de salir tras su amiga, pero ésta no estaba ni cerca, sería un largo receso para Bae.
***
Ya era jueves, Jennie estaba impaciente porque ya fuera viernes, quería comprar todos los tickets para Lalisa Manoban, no dejaría que nadie la besara. ¿Y que si tenía el derecho hacer eso? ¡Quizás! Pero da igual, pagaría por todos esos tickets de igual forma.
Salió del salón y fue con dirección hacia su casillero, pero se detuvo al ver afirmada en este a Lisa, dio un respiro profundo y caminó con seriedad a su casillero.
—Hola, Jennie Unnie ―saludó Lisa, hizo un movimiento de cabeza en forma de saludo, y mordió su labio. ¿Por qué Jennie era así?—. Mañana es la feria, ¿irá?
—Si, iré. ¿Por qué?
—¿Quiere ir... Conmigo? ―ella la miró y luego rió.
—No, ya tengo planes con mi mejor amiga y luego con mi novia.
—Oh, siento molestarla, Unnie ―y se fue. Kim suspiró, no quería comportarse así con la pequeña azabache.
Luego de eso, se fue a la cafetería y le contó todo a Irene, ella era su fiel amiga, siempre estaba ahí para escucharla.
—Sigo creyendo que fuiste una tonta, ni siquiera tienes una novia ―reprochó la mayor, mientras le daba un leve golpe en la cabeza
—Tú qué sabes.
—Todo, soy tu mejor amiga y la única que tendrás en tu vida ―Jennie abultó sus labios, Irene tenía razón, ella sería su única mejor amiga.
***
Era viernes. ¡Por fin! Era temprano, no había casi nadie en el instituto, fue directamente al salón donde sabía que encontraría a Seulgi, entró y la vio durmiendo, se acercó y puso todo su dinero en la mesa, despertándola.
―¿Qué color son los tickets para Lalisa?
Seulgi apenas consiente, sacó todos los tickets de su mochila, habían rosas, azules y negros.
—Los negros son los de Lisa. ¿Quieres uno?
Jennie sonrió ladina.
—Los quiero todos.
Después de que la pelinaranja se sorprendiera, pero aún así le vendiera todos los tickets para Lisa, se fue de ese salón al suyo, ya sólo quedaba esperar a que terminaran las clases y la feria comenzara por fin.
Y bueno, la clase pasó rápido, al igual que las otras. Estaba feliz porque ya era el momento, pero primero tenía que ir a su casa a ponerse una ropa más cómoda.
Caminaba tranquila por la vereda hacia su hogar, no tenía prisa, ya que lo único en la feria que le importaba era el Stand de besos donde estaría Lisa, pero eso ya no le preocupaba, ya tenía todos los tickets en su mochila.
***
Lisa estaba vestida con unos pantalones negros sueltos, un top blanco y un polerón azul abierto, caminaba con cuidado por el pasto con sus zapatillas, eran nuevas y blancas, no quería ensuciarlas tan pronto.
Llegó al Stand y todos ahí gritaron, ya querían besarla.
En parte, estaba feliz porque ganarían demasiado dinero, el cual la mitad sería donado a orfanatos, aunque por otro lado no quería ser besada por tantas personas.
Se acercó a la mesita donde se pagaban los tickets y se sentó arriba de ella, estaba con una pequeña sonrisa cuando el primer chico se acercó para comprar un boletito cuando avisaron que estaba abierto.
—Hola Seulgi, quiero un ticket para Lisa ―dijo el alto con una sonrisa.
—Sí, lo siento, no hay tickets para Lisa, ya los compraron todos, sólo está para Jisoo y Sana —anunció Seulgi y Lisa la miro con confusión.
—Oh, bueno, dame uno para Jisoo ―Kang le dio el ticket y recibió el dinero.
—Seulgi, hablemos ―ella asintió y salió del puesto.
—Rosé, hazte cargo de la venta, recuerda que no quedan tickets para Lisa —la mayor miró a su otra amiga—. ¿Qué ocurre?
—Cómo que '¿Qué ocurre?' ¿Qué pasó con los tickets?
—Alguien vino en la mañana, muy temprano y los compró todos, tenemos mucho dinero gracias a esa persona, así que ahora tienes dos opciones, o nos ayudas a vender los tickets o te vas a disfrutar de la feria ―Lisa rodó los ojos e iba a responder cuando le llegó un mensaje.
—Un momento ―sacó su celular y vio la notificación.
Amor [1]
Ven a la azotea.
—Me tengo que ir ―Seulgi asintió, volviendo al Stand.
Lisa cruzó todo el pasto otra vez y entró en el instituto, subió las escaleras hasta la azotea y abrió la puerta, dio un suspiro con una pequeña sonrisa al ver unas luces, una mesa con comida y una cajita en el centro, también habían sillas, las cuales eran unos cajones de madera.
―"Planes con mi novia" ―dijo la tailandesa, haciendo comillas con sus dedos—. Me dolió.
—Lo siento ―escuchó y luego una risita se hizo presente—. Abre la caja.
Lisa, con una juguetona sonrisa, se acercó a la mesita y abrió la caja, rió a carcajadas al ver lo que había en su interior, tomó uno de los objetos y dejó la caja nuevamente en su lugar. Se acercó a la chica que estaba afirmada en la baranda y se acercó a besarla.
—Tienes un ticket ―dijo, cuando se separó de Jennie.
―Corrección, tengo todos los tickets ―Lisa rió y besó otra vez los labios de la chica.
—No puedo creer que hayas comprado todos los tickets, Jennie ―se alejó y se fue a sentar a uno de los cajones mientras tomaba una fresa y la comía.
—No iba a dejar que nadie besara a mi novia —respondió, sentándose junto a ella—. Aun no entiendo por qué aceptaste estar en ese Stand de besos.
—Fue de imprevisto, además Seulgi me lo dijo cuando ya el rumor de que estaría en un Stand de besos se había esparcido por todo el instituto —se quedaron mirando por unos momentos hasta que Manoban rompió el silencio—. Te amo, Nerd.
—¡Ya! ¡No me digas Nerd! ―hizo un puchero—. Pero igual te amo ―sacó de su bolsillo una pulsera color negra con las iniciales de Lisa, se la entregó y volvió hablar—. Felices 2 años.
—No lo olvidaste ―se colocó la pulsera en su muñeca derecha.
—Claro que no... Y tú por lo visto lo olvidaste —suspiró con tristeza.
—Mi regalo está bajo la ropa, Jen ―dijo, con una sonrisa ladina.
—Lencería ―habló con sensualidad y luego ambas rieron.
Hablaron un par de cosas más mientras comían todo lo que Kim había traído, rieron, se besaron, cantaron y al final terminaron las dos acostadas en una manta, en la azotea mirando las estrellas.
—Ya no quiero mantenerlo en secreto ―soltó la menor de la nada, causando una sonrisa en la otra.
—Tampoco yo.
—Es que, ya no le encuentro sentido, quiero que todo el mundo sepa que tengo novia y quién es, porque te amo, Jennie y, eres lo mejor que me ha pasado en la vida... No quiero ocultar eso, no quiero ocultar lo que me hace feliz, ya no ―se volteo mirándola, la castaña la abrazó con cariño.
—Tambien eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te amo como no te haces una idea ―se besaron—. Espero que nunca más vendas tus besos, porque sólo yo puedo besarte.
—No lo haré mi amor, no lo haré.
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