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She's a right answer | Lisoo

Lisa está profundamente enamorada de Jisoo y se lo hace saber.

[ ♡ ]

Recuerda el primer día en que la vio y como desde entonces ha estado en su mente todo el tiempo.

Debía llegar más temprano de lo normal a la escuela porque su madre le había pedido que dejara a su hermanita en su salón ya que ella no tenía tiempo.

Había tomado las llaves de su auto y la mano de Lawan mientras escuchaban música de camino a la escuela y al llegar se fueron caminando tranquilamente hasta el salón de la pequeña.

Su celular había sonado y en el grupo de su curso se encontraba un mensaje que avisaba que la clase de la primera hora se había cancelado. Con un suspiro solo siguió caminando por los pasillos hasta salir hacia la cancha de fútbol que tenían en la parte trasera e irse hasta el fondo donde había un pequeño y tranquilo sitio donde solía ir de vez en cuando, cuando quería un poco de calma, aprovechando que todo el bullicio no lograba llegar hasta allá.

Y ahí la vio.

Una chica azabache estaba sentada en una de las mesas de picnic que tenía el sitio con muchas hojas regadas encima y una guitarra acústica en su regazo.

Lisa se acercó a ella y se detuvo al escuchar las cuerdas siendo rasgadas. Una suave melodía salía seguida de la voz de la chica, igual de dulce que el sonido de su guitarra.

Miró como cerró los ojos y se estremeció debido al sentimiento con el que cantaba.

Esa fue la primera vez que la había escuchado cantar, que la vio y la apreció. De los recuerdos más bonitos que tenía.

Ahora se hallaba en su cama un poco triste recordando uno de los tantos bonitos días que tuvo con la chica.

Ella y Jisoo se habían conocido desde ese día y se habían vuelto buenas amigas.

La azabache era un año mayor que ella y se hallaba un curso más arriba por lo mismo, pero a pesar de eso habían logrado empezar una bonita amistad.

Cerró los ojos y abrazó al patito de peluche que le había regalado su novia el primer mes que habían cumplido.

Y el recuerdo de Jisoo declarándosele con una canción vino a su mente.

Ya había pasado un año desde que se conocieron y sus sentimientos empezaron a crecer. Jisoo, aunque era algo tímida, siempre se las arreglaba para dejar de lado su timidez y darle pequeños detalles que hacían que el pecho de Lisa se llenara de una calidez que amaba. Y el día en que le dijo que le gustaba había sido uno de esos momentos.

La había llevado hacia su lugar especial, el sitio donde se habían conocido y lloró cuando escuchó la melodía de I Love You Too Much salir de la guitarra. No solo porque amaba la canción, sino porque era la película favorita de las dos, esa que solían ver cada cierto tiempo. La había abrazado al acabar la canción y aún entre sus brazos, Jisoo le había dicho que la quería más que cualquiera cosa.

Acostada en la cama abrazando a su pato, al que había bautizado Ppeu, sintió las lágrimas asomarse por sus ojos cerrados mientras la escena del primero beso que tuvieron se instalaba en su cabeza, un beso suave, tímido y lleno de promesas.

Se supone que hoy cumplirían dos años de haber empezado a salir, desde que le había cantado esa linda canción y le había dicho lo mucho que la quería. Se supone que hoy estarían felices celebrando otro año más juntas. Pero solo estaba en su cama llorando entre recuerdos.

Y todo porque no había podido aceptar en frente de sus padres que Jisoo era mucho más que su mejor amiga y había huido dejando a la chica azabache sola con los dos. Pero no pudo soportar la cara de confusión de ambos, tenía miedo de que ese gesto cambiara una vez terminaran de darse cuenta de toda la situación. Huyó mientras oía a su novia llamarla de lejos.

Ahora estaba sola, a oscuras y con el corazón roto por culpa de ella misma.

¿De verdad iba a tirar a la basura todos esos momentos lindos que tuvo al lado de la persona a la que más ama? Esa persona que le hacía sentir tan bien, que le demostraba su amor de las formas más dulces y románticas posibles, que se arriesgaba a hacer cosas solo por ella, para verla sonreír.

Sonrió con nostalgia recordaban su quinta cita. Habían decidido ir al parque de diversiones y apenas estuvieron dentro, Lisa le había pedido ir a la rueda de la fortuna. No fue hasta que estuvieron bien arriba que la tailandesa se dio cuenta que Jisoo le tenía miedo a las alturas y a pesar de eso, fue capaz se subirse solo porque se lo pidió con tanta ilusión.

Dejó de pensar y se centró únicamente en ese momento, en como Jisoo le había dicho que la seguiría a donde fuese y que sería capaz de afrontar todos sus miedo porque se sentía valiente a su lado.

Y con ese pensamiento en la cabeza dejó un beso sobre la cabecita de Ppeu y lo dejó sentado sobre su cama, se secó las lágrimas, tomó la guitarra que le había regalado su novia cuando le pidió que le enseñara a tocar y salió corriendo de su habitación. Tenía que superar su miedo tal y como lo hizo Jisoo esa vez.

Al bajar las escaleras e ir a la sala se topó con sus padres, tenía que empezar con ellos.

—Mamá, papá —los llamó y ambos voltearon—. Jisoo y yo estamos juntas, llevamos saliendo dos años y estoy profundamente enamorada de ella.

Solo bastó decir aquellos para sentir un enorme peso quitarse de sus hombros. Se sentía finalmente libre y estaba feliz.

Ambos adultos sonrieron.

—Lo imaginamos, mi amor. El haberlas visto en el parque solo lo confirmó. Eres muy evidente y ni hablar de Soo, se nota que esa chica muere por ti, se ve en sus ojos cuando te mira —la suave voz de su madre y la genuina sonrisa de su padre la llenó de calma.

—Ahora ve a hablar con ella, cariño.

Salió corriendo a su auto y manejó a la casa de su novia. Se sentía nerviosa, pero feliz.

***

Ahora estaba en frente a su puerta y con un suspiro, tocó el timbre. Quien la recibió fue Jiwon, la hermana menor de Jisoo que con tal solo verla le sonrió y le indicó que la azabache estaba en su habitación.

Subió hasta el segundo piso y se paró en frente de la puerta de la habitación de su novia, dio dos suaves golpes y esta se abrió mostrando a la chica más baja.

Apretó los labios al nota la expresión de tristeza que desbordaba y sin permiso se le abalanzó encima, abrazándola con fuerza. Sintió los suaves brazos rodear su cintura y sin poder evitarlo empezó a llorar contra el pecho de la chica.

—Lo siento muchísimo, Jichu. Perdóname.

Jisoo suspiró sintiendo sus ojos picar por la lágrimas y apoyó su mejilla sobre la cabeza de su novia.

Estuvieron unos cuantos minutos más abrazadas y en silencio, extrañando el calor del cuerpo de la otra, la cercanía que tanto querían y necesitaban.

—Perdóname, por favor —volvió a pedir bajito, esta vez más calmada.

Lisa acarició su espalda y sonrió levemente al sentir un beso sobre su cabeza. Sintió a su novia separarase del abrazo para tomar su cara e inclinarse dándole un suave beso en los labios, le secó las lágrimas con los pulgares y, tomando nuevamente su cintura, la adentró a su habitación cerrando la puerta.

—Creí que no te volvería a ver —susurró Jisoo una vez se había sentado sobre su cama. Tenía la vista en sus manos, jugando con uno de sus anillos—. Tu expresión fue de tanto terror que juré que esa fue la última vez que te vería —contó—. Tus padres solo se despidieron. No hicieron malos comentarios, pero supuse que estaban digeriendo toda la información —suspiró—. Intenté llamarte, pero me mandaba a buzón y estaba empezando a preocuparme, quería ir a tu casa para saber que estabas bien. De hecho, iba de salida.

Lisa se mordió el labio y negó con la cabeza, colocó sus manos sobre las de la mayor queriendo transmitirle tranquilidad.

—Está todo bien con mis padres, no te preocupes. Y lo siento, sé que estuvo muy mal lo que hice; no solo el haber huido, sino no haber sido capaz de decirle a mis padres desde un comienzo. Y sé que me dijiste que esperarias a que estuviese lista, pero no eres alguien que merezca eso —se acercó más a ella—. Te amo, Jisoo.

Esas palabras hicieron que la azabache subiera la vista y se topara con los ojos de Lisa, esos ojos que tanto amaba llenos de amor y felicidad. Sonrió y la tomó de la cintura para sentarla sobre su regazo y besarla profundamente.

Lisa se dejó llevar y estaba lista para acomodarse debidamente, pero recordó algo.

—Espera, Jichu —se separó y dejó otro beso—. Te tengo una sorpresa —se paró de su regazo.

Frunció al ceño al darse cuenta de que había olvidado su guitarra. Hizo un puchero y se cruzó de brazos.

Jisoo se paró y la abrazó por detrás, riéndose ante el berrinche de su novia.

—¿Qué sucedió, hermosa? —dejó un beso en su mejilla que se había abultado debido a su expresión de enojo.

—Quería cantarte una canción, pero dejé mi guitarra en el auto —escuchó a Jisoo reír—. No te rías, tonta —la regañó.

La mayor se separó de ella, no sin antes darle otro beso en la mejilla, y tomó su guitarra dándosela.

—Utiliza la mía, princesa —se sacó sus Vans para subirse a la cama y se acomodó sobre ella.

Lisa se sacó sus Converse e imitó la acción.

—Yo... bueno, te escribí una canción, aunque aún no está completa —se sonrojó y comenzó a rasgar las cuerdas de la guitarra.

She's a bad dancer.
She's a right answer.
She's a shy singer.
Most of the time, that's just her and I.

Jisoo sonrió al escuchar la melodía que habían estado escribiendo. Un día había llegado Lisa muy emocionada a su casa pasándole unas partituras, se había sorprendido de lo rápido que estaba aprendiendo su novia y entre las dos seguieron creándola.

She's an over-thinker.
She's a slow kisser.
A confessed sinner.
All of the time when it's her and I.

Se sentía muy emocionada. Era la primera vez que alguien le cantaba y dedicaba una canción. Y el hecho de que sea Lisa, la persona a la que considera el amor de su vida, quien lo esté haciendo, lo hace mucho mejor.

Mientras que cantaba, Lisa mantenía sus ojos cerrados y su cabeza llena de los recuerdos en los que se basó para escribir la canción, en Jisoo y su forma de ser, en ella y como se sentía, en lo mucho que se querían. El sentimiento que desbordaba de ella era tan verdadero, nadie ni nada podría dañarlo.

All I do, the whole day through, is dream of you.
All I do, since I met you, is dream of you.
So could you stay with me, lay with me? Talkin' 'bout nothing, yeah.
All I do, the whole day through, is dream of you.

La guitarra dejó de sonar y abrió sus ojos. La azabache delante suyo tenía los suyos llorosos, evitando derramar las lágrimas. Lisa dejó la guitarra a su lado y se arrodilló sobre la cama acercándose a su novia, quien rápidamente la tomó de la cintura y la atrajo a un beso.

—¿Sí te gustó? —dijo una vez se separaron—. Sé que no son como las que me haz compues... —Jisoo la calló con otro beso.

—Te amo demasiado, Lalisa Manoban. Eres lo más hermoso que me ha pasado en la vida —otro beso—, y está perfecta, tanto como tú. Nunca menosprecies tu talento.

Lisa la abrazó por encima de los hombros y juntó sus frentes.

—Feliz dos años, cielo —susurró sobre sus labios.

—Feliz dos años, mi vida.

© whorefrs

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