4. Días nublados
La nieve en toda la montaña se convirtió en lluvia
Cayendo en tus ojos, llorando contigo.
Si el agua tiene la capacidad de verlo todo
Entenderé por qué todo fluye hacia ti.
Soy una pedazo de mar, y una gota de lluvia.
H2O - Lay.
Días nublados
☁️🌦☁️
Lleva 97 días desde que de alguna manera había llegado a la aldea costera. Eso quiere decir que Luhan había partido de este mundo hace 100 días.
Es sábado, no tiene obligaciones en la escuela y Junmyeon solo atiende emergencias, están solo los dos en casa, ya que Kyungsoo se encuentra con JongIn y sus padres que lo llevaron a pescar, el niño estaba emocionado desde la noche anterior, hablando igual que su padre, del viaje al que la señora Kim So Hyun lo había invitado; Junmyeon no le había mencionado lo preocupado que estaba, sabía que el pobre hombre estaba sufriendo por enviar a su hijo con otras personas.
Yixing no era el más indicado para calmar sus nervios, pues la última vez que había salido con alguien a alta mar fue con su esposa y una tormenta a mitad de la noche apareció haciéndolos volcar; recuerda aferrarse a la mano de Soojung cuando cayeron al mar turbulento, pero no fue suficiente y sus manos se separaron, gritó como nunca su nombre intentando llegar a ella, una ola de más de dos metros los embistió y cuando el sol estaba en lo alto, Yixing despertó solo en una playa golpeado por el oleaje, visiblemente alterado, gritando su nombre; los lugareños de esa aldea ayudaron en su búsqueda pero no lo consiguieron, su esposa pereció en el fondo del mar, su cuerpo nunca fue encontrado, convirtiéndose en espuma de mar. De eso hace 13 meses.
—¿Yixing?
El aludido se espabila tiene una mandarina entre sus manos y no sabe desde hace cuánto ha estado así en ese estado apabullado. Junmyeon le da una mirada compasiva, al parecer le ha estado hablando sobre lo que podrían hacer el resto del día. Yixing intenta disculparse, pero no lo consigue.
—Debe ser una fecha conmemorativa. ¿Quieres...?
—Sí, sí quiero —interrumpe animadamente al entender lo que estaba por preguntarle.
Los dos hombres están usando un traje de piezas blancas. Yixing agradece la gran intuición que posee Junmyeon al descubrir la razón que acongoja su corazón.
En su antigua aldea, en el día cero se realizó una ceremonia conmemorativa bastante sencilla pero no menos sentida, a todos quienes no sobrevivieron a la barbarie de aquellos que saquearon su aldea y siguieron su paso. Fue un día bastante frío, copos de nieve caían desde lo alto de la montaña como si estuvieran también despidiendo a los suyos. Yixing estaba en una especie de letargo, había perdido todo, su hogar, sus pertenencias y lo más importante a su hijo; no era el único, hombres y mujeres que habían sobrevivido, enfrentaban una pena igual de grande o incluso mayor.
—¿Puedes llevar esa flauta, dizi? —le pregunta Yixing tímidamente cuando están a punto de salir de la propiedad.
Junmyeon lo mira sorprendido por un instante antes de entrar por su instrumento.
—No es dizi, se llama daegum. Son similares.
Para él son flautas.
—Eh yo —Yixing se siente nervioso mientras camina guiado por el mayor—. Nunca te dije que tocaste increíble ese día.
Las mejillas de Junmyeon se enrojecen al instante y tarda en decir algo.
—Pensé que lo había hecho fatal.
—Fue como un regalo de los dioses —dice sin pensarlo, solo recordando la paz que sintió. No sé da cuenta del peso de sus palabras.
—No tienes que decirme eso para hacerme sentir bien.
Yixing se detiene y se coloca frente a él, quien para su caminar mirándolo sorprendido.
—Lo digo en serio. Tu interpretación me trajo algo de paz —Yixing pasa su mano por la frente de Junmyeon quien pega un saltito hacia atrás y sus mejillas están al rojo vivo.
Yixing abre grande los ojos ¿en qué estaba pensando en tocar la cara de otro hombre?
—Lo que quiero decir es que me impresionó —señala seriamente todavía confundo con su corazón que palpita aceleradamente—. ¿A dónde nos dirigimos? —pregunta cambiando de tema al notar que se han alejado de la aldea, adentrándose hacia un bosque, aún puede escuchar el mar detrás de ellos.
—Eh, uhmm va-vamos a un estanque —responde vacilante Junmyeon a su lado.
Yixing sonríe al perfil de Junmyeon y siguen el camino en silencio hasta llegar a un estanque de aguas poco profundas. Sus ojos se amplían gratamente al ver el cuerpo de agua con flores de loto flotando tranquilamente.
—Me pareció apropiado este lugar, es tranquilo y ya sabes la flor de loto, tiene ese significado de viaje espiritual.
—Lián huā —murmura tranquilamente Yixing colocándose de cuclillas hasta tocar algunas flores que con la corriente del agua se acercan a él. Sonríe ante aquel gesto.
Observa a Junmyeon, lo ha estado siguiendo con la mirada hasta que se da cuenta de lo que está haciendo y vuelve a concentrarse en la razón por la que están allí, suspira profundamente, sonriendo hacia el cielo despejado; una corriente de aire se envuelve alrededor de él haciendo que su cabello se revuelva un poco.
—Hola mi precioso cristal, hola mi querido Lu —murmura un saludo a su esposa e hijo, dirigiéndose hacia el viento que lo sigue y el olor a flores que se hace más fuerte.
Se queda por un momento siendo calentado por los rayos de sol, lágrimas caen y terminan sobre los dos lotos que han detenido su movimiento y recogen su tristeza. En seguida la melodía dulce de una flauta envía notas nostálgicas directo a su corazón, abre lentamente los ojos y su corazón se agita al espíritu de la música que danza libremente a través de Junmyeon, quien se ha sentado sobre una roca a la orilla del estanque, sus piernas caen haciendo que sus pies apenas toquen el agua, la brisa también lo envuelve a él y hacen que su cabello ondulado baile alrededor de su rostro. Cierra nuevamente los ojos y se inunda en las notas, que cada vez se vuelven menos tristes y se acompasan con un ritmo rápido, sin darse cuenta se convierte en una melodía feliz, hasta que poco a poco se vuelve más lenta la melodía y termina con una nota prolongada.
—Eso fue hermoso, Junmyeon —dice con sus ojos vidriosos luego que la melodía finalizara y se enredara con los sonidos de la naturaleza.
—Gracias —replica casi avergonzado con su vista sobre el estanque.
Junmyeon en seguida saca de su bolsa algunas pequeñas velas que tienen una cinta lila anudada en el centro; junto a otros frascos de esencias y las flores blancas que compraron en el camino; lanzan algunas plegarias y el mayor esparce el contenido de los frascos alrededor y dentro del estanque.
Yixing toma delicadamente el loto de color morado entre sus manos, en medio de esta coloca la vela ya encendida y cuidadosamente empuja la flor hacia la quebrada, la ve marcharse fluyendo con la corriente, hace lo mismo con la segunda flor. Luego ve que Junmyeon silenciosamente hace lo mismo excepto que en la misma flor coloca dos velas; está a punto de preguntarle qué significa, pero él habla primero.
—¿Estás bien? —le pregunta con cierto recelo. Yixing sonríe débilmente y asiente con la cabeza—. ¿Vamos?
Siguen el mismo camino en silencio y al llegar a una bifurcación, se desvían del camino inicial, Yixing frunce el ceño mirando al otro hombre.
—Hay una historia en esta aldea —explica tras mirarlo—, si la flor de loto llega al mar, quiere decir que el alma de esa persona está descansando en paz.
—¿Y si no lo consigue? —interroga haciendo evidente su pesimismo.
Junmyeon mira al cielo antes de contestarle.
—En ese caso, deberás nuevamente intentarlo 49 días después, y si no lo consigues, esperar otros 100 días, hasta que después ya no importa el día que lo hagas. Solo debes pedir con tu corazón, que su alma pueda dejar este mundo —señala con anhelo.
Mientras le va explicando, Junmyeon lo termina llevando hacia un muelle natural de roca, en donde se aprecia cuando el río se funde en el mar.
—¿Cuánto tiempo tiene que pasar? —intenta saber con un rastro de ansiedad en su voz.
Llevan ahí un buen rato y no las ven. Junmyeon coloca su mano, en su hombro dando algunas palmaditas en un gesto gentil
—Paciencia, el tiempo es relativo. Hay algunas que demoran poco incluso antes que la persona llegue a este punto, otras incluso pueden pasar hacia la hora nona. Alguna vez alguien dijo que la flor de loto entró al mar al día siguiente.
—¿Cómo puede haber tantas diferencias?
Junmyeon se sienta a su lado sobre las rocas y se encoge de hombros.
—Supongo que eso hace parte del misticismo.
Quedan en silencio, Yixing mira al cielo con algunas nubes blancas que ocultan el sol. El clima por esos días sigue siendo lluvioso, aunque solo en las noches y una que otra tarde; empieza a gustarle ese tipo de clima, soleado y fresco con alguna lluvia ligera... Le gusta.
—¿Estás pensando en ellos? —pregunta con cautela.
Yixing adelgaza sus labios y su mirada se pierde en el horizonte, e irrevocablemente piensa en ellos; con su corazón en sus manos y un dolor que trasciende sus palabras, le confiesa a Junmyeon...
La guerra en su provincia inició incluso antes de perder a su esposa, hacia el norte más allá de las montañas; un día como cualquier otro, llegaron noticias sobre fuertes combates con un clan enemigo que querían apoderarse de las riquezas del poblado, el emperador ya estaba enterado, por lo que había un parte de calma entre los habitantes de Changsha, los soldados de la Dinastía acabarían con cualquier enemigo; pero no sucedió así y la guerra que se veía tan lejos se acercaba más y más a su aldea, es por eso que los hombres se prepararon para combatir, Yixing recién enviudado, debió hacer de tripas corazón, y ya que nunca antes había tomado una espada, debió aprender de otros hombres entrenados en el arte de la guerra, algunas maniobras de defensa y ataque; pronto todos en Changsha estaban preparados ante una eventual invasión, en tanto las demás actividades se mantenían igual; siempre con un ojo alerta hacia las montañas que los rodeaban. Luhan fue siempre comprensible, le sonreía a su padre cuando llegaba de su trabajo, dormían juntos, lo había visto crecer demasiado rápido desde aquel trágico suceso cuando regresó a la aldea sin su madre.
Finalmente, la trágica noche llegó con retumbes de tambores que sacudieron la casa, Luhan tembló entre sus brazos y lo abrazó con fuerza, besó a su hijo, y una vez que organizaron una pequeña bolsa para él, Yixing abrigó a su hijo con una capa de piel de oso que cubría todo su cuerpo. Yixing se vistió con un atuendo cómodo y tomó su espada. Después de eso, salieron al remolino de gente y apretó la mano de su hijo; la aldea tenía un plan para guardar la vida de los niños y mujeres embarazadas; tendrían que recurrir hacia la montaña y esconderse en campamentos, la zona no era de tránsito y era difícil de llegar si no se conocía el camino. Los hombres y algunas mujeres que también se habían entrenado, conformaban el ejército; la despedida con su hijo fue triste, limpió sus lágrimas y se dijeron lo mucho que se amaban, se fundieron en un abrazo hasta que ya no pudieron más, besó cada parte de su rostro, temeroso que fuera la última vez que Luhan viera a su padre y lo vio marcharse con el grupo de mujeres. El escenario cambió drásticamente el enemigo apareció desde la cresta de las montañas menos nevadas del oeste, portaban banderas negras con un escudo rojo en el centro, Yixing se armó de valor y desenfundó su espada listo para su siguiente movimiento.
—¿Qué sucedió después? —susurró Junmyeon conmocionado.
Entre lágrimas ardiendo, Yixing continuó.
—No lo recuerdo bien, sangre, gritos dolor, mi espada cubierta de sangre. Desperté al siguiente día con los primeros copos de nieve, abrí los ojos la escena era. —Sacudió su cabeza alterado por los recuerdos—. Había silencio, miré a mi alrededor cuerpos de personas que conocía cubiertos por la nieve, sangre oscura sobre el blanco manto; solo allí escuché algunos gritos, personas agonizando, pero lo único que pensaba era en mi hijo, que tenía que ir a la montaña cubierta de nieve, mi pierna iba dejando un rastro carmesí sobre la blanca nieve, copos cubrían mi cara, la ventisca era fuerte, no era el único que ascendía a la montaña. Alguien gritó, una mujer estaba atrapada bajo la nieve luego a mi alrededor fueron apareciendo mujeres niños atrapados. Te imaginarás mi desesperación al no ver a mi hijo entre las caras sepultadas que emergían; la gente que había sobrevivido fueron excavando entre la nieve, mis manos sangraban y no paré hasta.... hasta que vi la capa con la que lo arropé, ahí estaba mi hijo sus labios azules y sus pestañas cubiertas de nieve, fue...
Yixing no puede más, siente un nudo en su garganta, Junmyeon sigue a su lado, no se ha dado cuenta en qué momento lo ha tomado de su mano, intentando reconfortarlo. Yixing descubrió que estaba temblando, lágrimas bajaban de sus ojos, su mirada firme seguía en el mar tranquilo; el agua le ha quitado tanto.
Junmyeon permanece en silencio y mentalmente le agradece que este allí a su lado, Yixing aprieta la mano que lo consuela; llorando, dejando que su dolor se disfrace en lágrimas. En eso Junmyeon atento y con una expresión serena toma un pañuelo que desprende un aroma a lavanda y seca parsimoniosamente las lágrimas en su rostro.
—Gracias —dice con voz quebrada a Junmyeon que tiene los ojos vidriosos luego que su tarea con el pañuelo concluyera.
Se quedan allí, sin tener alguna noción de tiempo. Suspiran al mismo tiempo y sonríen con nostalgia al encontrarse con sus miradas. En eso Junmyeon se pone en alerta y señala hacia el río.
—¡Yixing! Ahí vienen —exclama emocionado.
El nombrado se pone de pie y observa las flores de loto flotando tranquilamente en el agua que guía su velocidad sin ninguna prisa, Yixing sonríe con nostalgia las dos flores están cerca y siguen su curso hasta adentrarse en el mar, las velas sorprendentemente siguen encendidas; y en seguida aparece una tercera flor de loto, la de Junmyeon con sus dos velas.
El tiempo de sanación es diferente para cada persona, se puede ver las heridas en la piel, pero nunca ver que tan profundas son; Yixing cree que sus heridas empiezan a sanar desde el fondo, siente algo de alivio cuando mira las flores de loto que fluyen con la corriente del mar, se volverán una con el mar y serán parte de algo más grande. Agradece a los dioses por poner a Junmyeon en su camino, su sonrisa se agranda al verlo igual de emocionado que un niño.
—La mía también... finalmente —canta alegre dando pequeños saltitos hasta tropezar con una piedra y está a punto de tener una estrepitosa caída. Yixing lo toma entre sus brazos y ríe al ver el rostro mitad asombrado mitad horrorizado de Junmyeon
Y sigue riendo sin razón y al mismo tiempo con todas las razones, Junmyeon ríe con él, sus ojos se arrugan en las esquinas. Y sin detenerse, se aferra entre sus brazos y termina por abrazar al otro hombre descansando tranquilamente su barbilla sobre su hombro, hasta cerrar los ojos.
Finalmente ha salido del agua y está respirando, el aire que entra a su cuerpo llena su interior y siente que se revitaliza.
"Agua y aire son vida".
—Lo son... son vida —murmura para sí mismo.
☁️🌙☁️
Yixing no sabe cómo ha terminado siendo cargado sobre la espalda de Junmyeon, sus piernas rodean su cadera y sus brazos cuelgan alrededor de su cuello.
—¿Qué pasó?
Tiene recuerdos vagos incluso desagradables: gemidos que se convirtieron en gritos cada vez más desesperantes, su mano le tallaba, agua mezclada con sangre, más gritos y llanto, y luego todo a su alrededor se oscureció.
—Ya despertaste —Junmyeon se detiene y le habla jadeante—. ¿Crees que puedes caminar? aún nos falta una buena distancia hasta llegar a nuestra casa y no eres exactamente liviano.
—Perdona.
Yixing avergonzado disuelve el agarre de sus piernas y lentamente se pone de pie, aunque se siente algo débil, decide quedarse callado y no se queja. Sus mejillas se tiñen de rojo, así que baja la mirada para no encontrarse con el rostro amable de Junmyeon.
—Te desmayaste —explica, pasando un pañuelo por su rostro limpiando el sudor de su cara—. No sabía que eras tan sensible, sí me lo hubieras dicho no te habría llevado conmigo.
—¿A dónde? —pregunta todavía perdido.
—En verdad que no recuerdas.
Yixing alza la mirada y se encuentra con una sonrisa divertida en el otro hombre antes de explicarle.
—En la madrugada apareció Kim JongDae, el papá de uno de tus estudiantes.
—Ah sí, de Minseok —agrega al instante. El niño amable que le regala mandarinas.
—Exacto. Su esposa estaba a punto de dar a luz y la partera que la estaba viendo debió salir de la aldea... así que.
—¡Oh ya lo recuerdo! —Yixing abre grande los ojos—. Fuimos hacia su casa y la señora Kim no paraba de gritar, me pediste que sostuviera su mano ya que el esposo era un manojo de nervios —señala todavía conmocionado.
—Si —Junmyeon asiente—, y luego te desmayaste cuando la bebé salió de la vag...
El extranjero hace una mueca desagradable al recordar la cabeza peludita saliendo de la mujer. Junmyeon ríe con gracia al verlo.
—Si-si eh ya recuerdo todo muy bien. Nunca había presenciado un parto antes. —Le informa apenado—, ni siquiera con Luhan, estaba tan nervioso que enfermé
—Ya lo creo.
—¿Cómo está el bebé y la madre?
—La bebé, es una niña, nació sana y su madre tendrá que recuperarse además de seguir la dieta.
—Me alegra que todo haya salido bien —dice con una sonrisa mientras retoman el paso tranquilamente.
La brisa fría es apenas suficiente para que el rojo intenso desaparezca de sus mejillas.
Al entrar a casa, Junmyeon se dirige directo a la habitación de Kyungsoo, comprobando que siga durmiendo luego de regresar de su viaje con los Kim ese día. El niño llegó a eso del atardecer alardeando de su viaje en el mar.
Yixing suspira apoyando su cuerpo sobre la pared de su alcoba. Ha sido un día memorable y lo más importante sanador luego de ver las flores de loto perdiéndose en el mar. Siente que esa pesada carga que lleva en su espalda se hace ligera, su dolor por la pérdida no es agonizante, ahora es algo llevadero, lo que lo pone a pensar en un futuro; los extraña, pero cree que de alguna manera se ha acostumbrado a su ausencia, aunque unos días duela más que otros. Finalmente, la lluvia en su corazón se ha detenido y puede ver el sol asomándose.
Junmyeon sale de la habitación y se sorprende al verlo allí parado.
—Pensé que ya estabas en tu habitación.
—Gracias, Junmyeon —murmura.
—Ya me agradeciste antes.
—Por permitirme sentir otra vez —añade.
Junmyeon le da paz, admite Yixing para sus adentros y se siente bien con eso.
♡♡
Ahora ya sabemos qué pasó con su familia 🤧
Y en otras noticias, ya nació Chencita 💜
Gracias por su apoyo a esta historia 😊
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