14 de noviembre de 1995

Ya habían pasado unos meses desde que los niños se fueron a Hogwarts y las cosas no pintaban muy bien para Harry, a decir verdad. Seguía teniendo sus pesadillas, aunque según él ya no fueron tan frecuentes si Marie se quedaba con él. En Hogwarts nadie se creía que Voldemort había vuelto y tachaban a Harry de mentiroso sin tener culpa de nada.

Por lo demás nosotros seguíamos escondidos en el cuartel, a veces era algo aburrido, pero de vez en cuando James y yo solíamos salir con los niños a dar una vuelta, ahora ellos habían cumplido los nueve meses.

Hace dos meses nuestros pequeños habían dicho sus primeras palabras, por obvias razones Marlene dijo papá, a lo que James lo celebro a lo grande, mientras los demás lo veíamos divertidos. Y bueno Charlus gracias a Dios me había dicho mamá, algo que agradecía, porque hubiera sido el colmo que los dos dijeran papá, siendo que yo los tuve nueve meses y me hicieron pasar mal a veces en el embarazo, por los vómitos y dolores.

Ahora me encontraba en la Sala jugando con ellos mientras James había ido al Ministerio por alguna misión. Ivy y Remus habían salido a dar una vuelta y bueno, Freya, Sirius y Regulus que ya tenía tres años, seguramente estuviera en casa, así que por obvias razones era demasiado travieso y le divertía demasiado colmarle la paciencia a su madre. Sirius se divertía con el asunto, por eso llevaba ya dos semanas durmiendo en otra habitación por órdenes de Freya que lo había castigado.

—Tía Addie —levante la mirada para ver a Reg en el marco de la puerta.

—¿Si cariño? —le regale una sonrisa.

—¿Puedo jugar con vosotros? —asentí y él se acercó con una pequeña sonrisa y se puso al lado de Charlus.

Charlus al verlo soltó una pequeña risa mientras le extendía un juguete. Regulus sonrió mientras jugaba con Charlus con cuidado de que ninguno se hiciera daño.

Estuvimos jugando un buen rato hasta que aparecieron Remus e Ivy, aunque no estaban muy felices y Remus tenía una carta en la mano, los mire confundida.

—¿Qué ocurre?

—Tenemos que hablar Addie —asentí confundida y me levante. Ivy me regalo una pequeña sonrisa mientras se colocaba en mi lugar para jugar con los niños. Remus y yo fuimos al despacho y cerramos la puerta.

—¿Qué ocurre Rems?

—Recibí una carta de Asher, hace unas semanas Harry estuvo en problemas con la nueva profesora de Defensas —lo miré atenta mientras esperaba que siguiera—. Ella no se tomó para nada bien que Harry le cuestionara y le castigo. Según me contó Asher, vio que Harry tenía en el dorso de la mano una frase escrita en la piel y se estaba curando, cuando le pregunto Harry evito la pregunta. No me lo quiso decir por qué sabía que si lo sabíamos serías capaz de ir ahí.

Enfadada salí del despacho y camine hacia la puerta para salir de casa, lo último que escuche antes de aparecerme fue el grito de Remus.

—¡Addie! —aparecí en Hogwarts y entre dentro para empezar a caminar por los pasillos buscando a la bruja malvada. La encontré unos escalones arriba discutiendo con Minnie, hubo varios estudiantes, pero no les presté atención. Así que subí los escalones logrando que tanto Minnie como la cara de sapo.

—¿Ocurre algo querida? —me preguntó Minnie.

—Me gustaría saber quien demonios le dio el permiso a esta loca —señale a Umbridge—, a que castigue a mi hijo de esa manera solo por decir la verdad.

—Señorita...

—Mira, puedo ser muy buena y la gente lo sabe perfectamente, pero no querrás conocerme de malas porque puedo llegar a ser tu peor pesadilla. Así que te conviene no ponerle una mano años hijos. Aunque también podrías dejar tus estúpidos métodos y dar la clase correctamente. Porque como me vuelva a enterar de que utilizo de nuevo sus métodos, juro que volveré y ya no seré tan amable —Umbridge me miro roja de la rabia y subió lo que le quedaba de escaleras para irse.

Mire a Harry.

—Nosotros hablaremos —le dije seria y él asintió. Así que los dos fuimos a un lugar donde no nos espiarían— ¿Por qué no me lo contaste?

—No quería preocuparte mamá, lo siento —me acerque a él y lo abrace muy fuerte.

—No es tu culpa cariño, pero si pasa de nuevo quiero que me lo digas, ¿vale? —él asintió y los dos nos quedamos un buen rato hablando un poco de como habían sido estos días para él y sobre sus pesadillas.

Después me despedí de todos los niños y volví al cuartel.

—¿Chicos? —porque todo el cuartel estaba en silencio.

—¡Addie en la Sala! — escuché el grito de James y fui hacia ahí. Cuando llegue estaban todos y en el sofá estaba Lily demasiado herida. Sorprendida miré a todos, ¿por qué demonios ella estaba aquí?

—¿Qué hace ella aquí? —la mire enfadada.

—Debes calmarte Addie —¿cómo demonios James me estaba pidiendo eso?

—¿Es que acaso no recuerdas todo lo que nos hizo? —eleve la voz.

—No fue ella — miré sorprendida y aun mas enfadada a Remus.

—Ya claro, ¿y quién fue? No me hagáis reír — volteé los ojos.

—Sigo con Veritaserum en el sistema, así que quiero contarte todo... —Lily se levanto como pudo y me miro apenada—Durante muchos años estuve secuestrada por Catherine... —la interrumpí.

—Ella murió... —Lily negó.

—Jamás murió, es demasiado inteligente y bueno también es verdad que quería la aprobación de su padre, Tom Riddle. Por eso en nuestros años de Hogwarts solía reemplazarme mientras a mí me desmayaba por horas y me ataba a una silla en la Sala de los Menesteres. Solía agarrar pelos todos los días de mi peine y fabricaba poción multijugos. Addie, tal vez no me creas, pero jamás, pero jamás en mi vida podría odiarte, no sé mucho de lo que hizo ella porque también utilizaba la Maldición Imperius conmigo para que pudiera hacer lo que quisiera conmigo. James me contó lo que paso, después de Hogwarts, porque ella solo me había utilizado para que tuviera a Harry. El periodo en el que estuve embarazada no solía hablar mucho con James porque sabía que ella era capaz de cualquier cosa, cuando Harry nació, ella volvió a cambiar lugares conmigo hasta el 31 de octubre. Tal vez me caía mal James en Hogwarts, pero jamás le diría todas esas cosas, como podría hacerlo si siempre estuvo al pendiente y se preocupo por mí. Recuerdo que ese Halloween antes de que pasara la desgracia ella había conseguido cambiar conmigo y recuerdo perfectamente que tenía a Harry en brazos y le pregunte a James si seguía enamorado de ti. Él me dijo que si y yo subí porque sabía que el primer amor jamás se olvida y vivi odiándome porque por mi culpa James era infeliz. Era obvio que él te necesitaba, al igual que ahora —estaba sorprendida no podía creer todo lo que me estaba contando Lily—. Hoy pude conseguir salir y no sabía a donde ir así que fui al Ministerio y James estaba saliendo de ahí cuando me encontró, me trajo aquí. Es obvio que no me creyeron así que Freya me dio Veritaserum. Lo siento Addie por todo, te juro que no te odio, tal vez me molestaba un poco que fueras tan perfecta, sentía un poco de envidia porque quería ser como tú. Mi hermana solo me lastimo y cuando me entere de que Petunia no tenía a Harry me alegre demasiado. De verdad te agradezco de todo corazón de que hayas cuidado a Harry, no vengo a quitártelo ni mucho menos, porque deje de ser su madre desde esa noche. Porque una madre no es siempre la que da a luz, sino la que está ahí para él y lo cuida y ama con toda su alma. Tengo muy claro de que tú eres su madre, y me alegra saber que está en buenas manos y que James por fin es feliz, él se lo merece mas que nadie. Lo siento mucho Addie... —rompió en llanto mientras caí de rodillas, yo me encontraba con los ojos cristalizados, me acerque con cuidado a ella y coloque mi mano en su mejilla delicadamente. Ella me miro mientras lloraba.

—No tienes la culpa de nada, la única culpable es Catherine y la encontraremos Lily... Todo está bien, te lo prometo.

—¿Puedo abrazarte? —susurro ella y yo asentí. La ayudé a levantarse y me abrazo mientras volvía a romper en llanto.

No podía imaginarme todo lo que había sufrido Lily, al menos me había quitado una preocupación, porque durante muchos años me pregunte que fue el mal que le había hecho. Así que me sentía mejor al saber que ella jamás me odio. 

NOTA DE LA AUTORA

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Decidí subir solo este capítulo ahora, los demás serán de golpe.

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