24 de junio de 1995

Hoy sería la última prueba que consistía en llegar al centro de un laberinto superando diferentes trampas y pruebas y lograr tocarla.

Así que una vez mas mamá se quedaría con los mellizos que ya tenían cuatro meses y eran unos terremotos cuando querían la verdad, pero por lo demás a veces lograban ser unos hermosos angelitos.

Ahora todos nos encontrábamos en las gradas esperando a que empezara la prueba, James y yo habíamos ido antes para estar con los niños. Así que los cinco caminamos por los terrenos de Hogwarts ayudando a Harry y distrayéndolo un poco, porque aunque no lo dijera sabía que estaba demasiado nervioso por la última prueba.

James y yo bajamos para desearle suerte, porque la prueba sería complicada y aunque sabía perfectamente que Harry seria capaz de conseguirlo, siendo madre era imposible no preocuparme.

—¿Cómo estás campeón? —le pregunto James con una pequeña sonrisa.

—Creo que un poco mejor —le regale una sonrisa mientras me acercaba para abrazarlo.

—Mamá y papá están muy orgullosos de ti —Harry asintió mientras me abrazaba más fuerte.

—Te amo mucho mamá —susurro él.

—Yo te amo mucho más mi niño hermoso. Recuerda que si ya no puedes seguir da el aviso y yo misma voy a rescatarte —él asintió cuando nos separamos. Marie se acerco al igual que Neville y lo abrazaron muy fuerte.

Primero le abrazo Neville mientras le deseaba mucha suerte, después él volvió con los demás a las gradas y empezó a conversar con Sirius. Marie abrazo muy fuerte a Harry.

—Aunque vivamos en diferentes lugares siempre voy a estar a tu lado, te apoyaré en todo lo que decides y estaré protegiéndote siempre Harry —le susurro ella mientras lo abrazaba.

—¿Siempre?

—Siempre, si estuviera muriéndome de rodillas... —él continuo.

—Yo sería el único que iría a rescatarte. Y si me estuviera ahogando en el océano... —ella le interrumpió.

—Te daré mis pulmones para que así puedas respirar, te tengo Harry. Siempre te sostendré —los miré con lágrimas en los ojos.

—Yo igual Marie —se separaron y Marie se fue de nuevo a las gradas con el resto.

—Lo harás muy bien Harry, estamos muy orgullosos de ti, no lo olvides nunca —él asintió.

—¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los tres magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno... ¡El señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! —Los aplausos y vítores provocaron que algunos pájaros salieran revoloteando del bosque prohibido y se perdieran en el cielo cada vez más oscuro—. En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡el señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! —Más aplausos—. Y, en tercer lugar, ¡la señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons! —volvieron a aplaudir —¡Entonces... cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! —dijo Dumbledore—. Tres... dos... uno...

Filch Dio un fuerte pitido, y Harry y Cedric penetraron rápidamente en el laberinto.

Uno se fue por la derecha y otro por la izquierda, Harry nos volvió a mirar una última antes de que las paredes del tenebroso laberinto se cerraran perdiéndolo definitivamente de vista. Suspire y James me abrazo por los hombros para irnos con el resto.

El tiempo se estaba pasando demasiado lento, no sabíamos nada de ellos, ¿y si le había pasado algo a Harry? No quise decírselo a nadie, pero tenía un mal presentimiento y no quería pensar mucho en el tema porque tal vez eran paranoias mías, pero era como si fuera un aviso de que algo horrible ocurriría.

De pronto una luz roja apareció en el cielo logrando que algunos de nosotros nos levantáramos de golpe, eso solo significaba que uno de ellos estaba herido o abandonaba la prueba.

De pronto aparecieron con Viktor que estaba inconsciente así que Pomfrey fue a atenderlo en lo que los demás sabíamos algo del resto. 

Estaba demasiado preocupada por Cedric y Harry, la verdad solo rezaba porque estuvieran bien los dos y terminaran de una vez la prueba para que pudieran volver de nuevo con nosotros.

Un rato después la siguiente en aparecer fue Fleur que también fue atendida rápidamente por Pomfrey.

Solo quedaban Cedric y Harry y siendo sincera no me gustaba para nada lo que sentía, era como si algo demasiado terrible ocurriera. La verdad es que no supe lo que podía ser, pero solo rezaba para que aparecieran de una vez por todas.

—Cariño, ya verás que estarán bien —asentí poco convencida.

Un rato después por fin habían llegado, todos empezaron a aplaudir y a vitorear, pero algo iba demasiado mal así que fui la primera en bajar corriendo. Cuando llegue con ellos descubrí que Cedric estaba en el suelo muerto, Harry lo estaba abrazando. Dumbledore también se acerco a mi lado mientras yo intentaba apartar a Harry.

—¡Harry!, ¡Harry!

Abrió los ojos.

Harry soltó la Copa, pero agarró a Cedric aún con más fuerza. Levantó la mano que le quedaba libre y me agarro de la muñeca.

—Ha vuelto mamá —susurró Harry—. Voldemort ha vuelto.

—¿Qué ocurre? ¿Qué ha sucedido? —pregunto Fudge, James bajo rápidamente para ir con nosotros.

—Addie, ¿qué ocurre? —nos miro a los dos preocupado, pero era como si no pudiera decir nada.

—¡Dios mío, Diggory! —exclamó—. ¡Está muerto, Dumbledore!

—Suéltalo, Harry — le dijo Fudge, pero Harry no lo soltó.

—Ya no puedes hacer nada por él, Harry. Todo acabó. Suéltalo —le dijo Dumbledore, James y yo intentamos separarlo.

—Quería que lo trajera —musitó Harry—. Quería que lo trajera con sus padres...

—De acuerdo, Harry... Ahora suéltalo.

James me aparto con cuidado para levantar a Harry y abrazarlo muy fuerte, yo también me levanté con lágrimas en los ojos, no podía creer que todo esto hubiera pasado.

—¿Qué ha sucedido? ¿Qué le ocurre? ¡Diggory está muerto!

—¡Tendrán que llevarlo a la enfermería! —dijo Fudge en voz alta—. Está enfermo, está herido... Dumbledore, los padres de Diggory están aquí, en las gradas...

—Yo llevaré a Harry, Dumbledore, yo lo llevaré...

—No, yo preferiría...

—Amos Diggory viene corriendo, Dumbledore. Viene para acá... ¿No crees que tendrías que decirle, antes de que vea...?

—Quédate aquí, Harry.

Había chicas que gritaban y lloraban histéricas. James se separo un poco de Harry para ayudar a los demás Aurores. Amos bajo corriendo y se acerco a su hijo llorando mientras gritaba, yo me puse a su altura mientras lo abrazaba por los hombros.

—Lo siento Amos — susurré.

—Mi hijo —susurro con la voz rota mientras tomaba mi mano y seguía llorando.

De pronto levante la mirada para ver a Harry, pero no estaba, al igual que faltaban algunos profesores, deje a Amos un momento solo con algunos Aurores y me levante para ir con James corriendo a buscar a Harry. Al entrar al despacho vimos a Barty Crouch Jr mientras Snape lo apuntaba con la varita.

—¡Harry! —Harry nos miro y suspiro aliviando tanto James como yo corriendo hacia él para abrazarlo.

—¿Estás bien? —Harry asintió a la pregunta de James. 

Aurores aparecieron y se llevaron a Crouch, esto cada vez se ponía demasiado peor y no quería que Harry tuviera que cargar con tanto, él no se lo merecía.

NOTA DE LA AUTORA

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