31 de octubre de 1994

Ya habían empezado un nuevo año y eso implicaba que Marie ya estaba en quinto año, mientras que Harry, Neville y Asher empezarían su cuarto año, por no decir que Remus ya no seria profesor en Hogwarts por su problema. Así que él decidió dejar el puesto porque sabía que los padres irían a quejarse.

Regulus cumpliría dos años este año, y la verdad era la copia de Sirius, algo que le ponía de los nervios a Freya, pero también lo amaba. Regulus solía ser muy unido a Freya, algo que ocasionaba varios berrinches del tan maduro Sirius Black. Era divertido ver a Sirius indignado porque Freya amaba provocarlo, y a nosotros nos divertía la situación.

Ya había cumplido los cinco meses y hace unos dos meses más o menos de que estaba embarazada de mellizos y hace unos días nos enteramos de que serían un niño y una niña. Incluso ya les teníamos nombres, el niño se llamaría Charlus Steven Potter Williams y la niña Marlene Euphemia Potter Williams. No fue muy complicado elegir los nombres la verdad. Charlus fue el segundo nombre del padre de James y queríamos que tuviera algo de él, al igual que Steven que era el primer nombre de mi padre. Marlene, por obvias razones queríamos llamarla así por nuestra mejor amiga, porque ella había sido una heroína y bueno Euphemia, era por la madre de James por obvias razones porque fue un ángel.

—¡Tendremos mellizos! —grito feliz James mientras me abrazaba logrando que soltara una pequeña risa.

—¡Si! —reí.

—Te prometo que seré el mejor padre del mundo —me dijo él mientras me tomaba delicadamente de las mejillas, le sonreí.

—Ya lo eres amor — susurré yo, James se acerco a mí para besarme delicadamente.

En Hogwarts este año se llevaría a cabo el Torneo de los Tres Magos y dado los problemas que hubo hace unos meses el Ministerio decidió que solo los mayores de 17 años podían poner su nombre. Así que no debía preocuparme por mis hijos porque ellos eran menores y estaba segura de que no se les pasaría por la cabeza participar.

Así que podía estar tranquilamente en mi casa disfrutando del día con mi marido el idiota que tanto amo y tal vez con los demás si es que decidían aparecer.

—Amor —ya íbamos por mal camino sin duda, me giré un momento para ver a James.

—¿Qué hiciste ahora? —me miro ofendido.

—Nada, pero que sepas que me he ofendido en ciervo —voltee los ojos divertida.

—Habla ya de una vez, porque siempre que usas ese tono es porque quieres algo o has hecho algo —coloco su mano en el corazón y me miro indignado.

—Me dueles, pero ya haré yo mi queja mas adelante... ¿Podemos ir a Hogwarts? —lo miré confundida.

—¿James no crees que ya tienes una edad para ir a Hogwarts?

—No es para estudiar mujer, no digas estupideces. Simplemente, quería ir a Hogwarts, es Halloween y quiero hacer bromas con Sirius, mientras Freya se queda con Regulus —me di un pequeño golpe en la frente con la palma de mi mano. Cuando pensé que James maduraría, me venía con estas cosas.

—No me jodas James —él me miro divertido.

—Aún no te jodo Addie —me quité el zapato para tirárselo— ¡Era broma mujer! —agarro un cojín como escudo.

—Ya decía yo —me puse el zapato de nuevo un poco con dificultad porque ya se me notaba bastante el embarazo.

—Pero si no no es broma —agarre un cojín y se lo tire—. Ay mujer, no aguantas ni una.

—¿Quieres un golpe? —él negó— Pues eso.

—Entonces, ¿podemos ir? 

—Ve con Sirius si quieres —él me miro.

—¿Estás segura de que es buena idea que vaya con Sirius? —negué levantándome con pereza. Estos dos no me dejarían tranquila nunca por lo que veo. Siempre me llevaban a todas partes, a veces pensaba en si de verdad recordaban que estaba embarazada.

—Juro que algún día os encerraré en una habitación, a ver si así me dejáis en paz de una maldita vez —James soltó una pequeña risa mientras me daba la mano.

—¡Nos vamos a Hogwarts! — grité del susto, incluso di un saltito. James se asusto también, pero él se acerco a Sirius para darle un golpe en la nunca— ¡Auch!

—¡Addie esta embarazada animal! —le grito James serio.

—¡Y yo demasiado follable! —eso no tenía nada de sentido— Pido perdón el golpe me afecto.

—¿Nos podemos ir ya antes de que os mande a la mierda a los dos? —los chicos asintieron y con Polvos Flu aparecimos en la chimenea de Dumbledore que nos estaba viendo con una sonrisa.

—Bienvenidos de nuevo, llegáis justo a tiempo —Sirius, James y yo nos miramos confundidos—. Hoy anunciaremos a los Tres ganadores del Torneo. 

No sabía que iba a ser hoy, supongo que tampoco es que me importara mucho. Siendo sincera no entendía la finalidad del Torneo, eran pruebas difíciles para jóvenes que aún no tenían experiencias, pero no iba a opinar más al respecto.

—Uy... Addie, ¿podemos quedarnos? —me preguntaron James y Sirius a la vez, asentí soltando un pequeño suspiro así que los cuatro fuimos al Gran Comedor.

Al llegar Dumbledore se fue a su mesa y nosotros fuimos con los niños para saludarlos. Un rato después Crouch estaba ahí con Dumbledore.

Dumbledore dijo algunas palabras para que de pronto el fuego de la copa se agrandara y se hiciera de un color escarlata, para expulsar una nota. Dumbledore la agarro y la miro unos segundos para luego mirarnos a todos.

—El campeón de Durmstrang es... ¡Viktor Krum! —todos aplaudimos y los de su colegio le felicitaron y gritaron emocionados por él. Viktor se acerco a Dumbledore, se dieron la mano y Viktor se fue a su lugar.

Unos segundos después salió otra nota y Dumbledore hizo lo mismo.

—La campeona de Beauxbatons es... ¡Fleur Delacour! —volvimos a aplaudir y Dumbledore hizo lo mismos que con Viktor.

Y la última nota apareció.

—El campeón de Hogwarts es... ¡Cedric Diggory! —aplaudimos y Cedric se acerco a Dumbledore para darle la mano e ir con los demás campeones— ¡Excelente! ¡Ya tenemos a nuestros tres campeones! Pero al final solo uno escribirá su nombre en la historia. Solo uno levantará este cáliz de campeones —Crouch puso el cáliz que estaba tapado en una mesilla en el centro—. Este recipiente de victoria... ¡La Copa de los Tres Magos! —Crouch quito la tela para revelar la Copa, todos comenzamos a aplaudir, pero de pronto ocurrió algo extraño.

El fuego azul comenzó a crecer comenzado a convertirse en escarlata y dando a entender que saldría otra nota de ella. Todos miramos confundidos a Dumbledore para ver lo que ponía en la nota.

—Harry Potter —susurro él. No podía ser cierto, se supone que había un encantamiento para no dejar a cualquier poner su nombre —¡Harry Potter!

Mire a Harry para ver como Hermione lo empujaba para que fuera con Dumbledore, el profesor le dio la nota y Harry se fue con el resto. Se escucharon susurros diciendo lo tramposo que era.

Unos minutos después fuimos con los campeones y el primero en acercarse fue Dumbledore.

—Harry, ¿metiste tú tu nombre en el cáliz de fuego? —le agarro de los hombros.

—No señor —le dijo Harry. James, Sirius y yo seguimos asimilando la información, no podía creer que esto estuviera pasando.

—¿Le has pedido a un alumno mayor que lo hiciera?

—No señor —pude notar que estaba asustado así que me acerque para ponerme a su lado.

—¿Estás absolutamente seguro?

—Si señor.

—Es obvio que miente —dijo la mujer alta francesa, mire a Harry y le di la mano. Ahora lo que menos necesitaba es que ellos dijeran cosas sin saber.

—Imposible, el caliz de fuego es un objeto magico de gran poder, solo un excepcional hechizo confundus, podria burlarlo, magia inalcanzable para un alumno de cuarto —hablo Ojo Loco.

—Veo que le has dedicado un tiempo a esa reflexión Ojo Loco —le hablo Igor Karkaroff mientras se acercaba a él. Deje de prestarles atención para ver a Harry.

—¿Seguro que no pusiste tu nombre en el cáliz? —le susurre.

—Seguro mamá —asentí. Mire a James que andaba hablando con Crouch, seguramente para poder quitar a Harry del Torneo.

—Las reglas son firmes. Hay que seguirlas, y las reglas establecen claramente que aquellas personas cuyos nombres salgan del cáliz de fuego estarán obligadas a competir en el Torneo.—dijo Crouch.

Miramos a Crouch que se giro para vernos.

—¿Pero no se puede hacer una excepción? —Crouch negó.

Desde hoy Harry seria un campeón en el Torneo de los Tres Magos y siendo sincera haría lo que fuera estos días para evitar que él siguiera participando. No pondría a mi hijo en riesgo por un estúpido Torneo.

NOTA DE LA AUTORA

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