6 de agosto de 1993

Habían pasado unos días desde que nos enteramos de que Lily y Brett habían escapado de Azkaban así que como lo hablamos James y yo decidimos que lo mejor sería ir al Caldero Chorreante. No podíamos poner en riesgo a los niños de esta manera así que este mismo día saldríamos de casa, para ir con el coche hasta ahí. Obviamente, varios Aurores por petición de James nos cuidaban a la distancia. No les dijimos nada a los niños hasta ayer, porque era evidente que ellos se enterarían tarde o temprano.

Así que cuando ya estuvimos listos, salimos de casa para subir al coche. En todo el camino estuvimos escuchando la radio para poder despegarnos un rato, lo que había funcionado bastante. Freya, Sirius, Regulus, Remus, Asher e Ivy también irían, porque no solo nosotros estábamos en peligro, por no decir que Lily estaba loca y era capaz de cualquier cosa, así que mejor era prevenir.

Si mal no recordaba los Weasley también estarían hoy ahí al igual que Hermione, ya que Harry solía hablar bastante con ella.

—¿Creéis que Lily será capaz de matarnos? —mire a Marie, James la miro un momento desde el retrovisor antes de volver a fijar su mirada a la carretera.

—No te preocupes Marie por nada, papá no dejará que nadie os toque un pelo, además hay varios Aurores protegiéndonos, al igual que hay bastantes buscándolos. No os preocupéis en unos días estarán de vuelta en Azkaban —debía reconocer que eso había sonado demasiado convincente o al menos los niños digamos que dejaron de preguntar por el tema.

Cuando llegamos los niños y yo salimos del coche con las cosas en lo que James escondía el coche por si acaso. Cuando ya lo hizo llego con nosotros y todos entramos al Caldero Chorreante.

—Niños subir arriba —los niños asintieron y fueron a sus habitaciones mientras James y yo íbamos a un pequeño despacho donde se encontraba Fudge.

—Espero que hayáis podido llegar sin ningún problema —James volteo los ojos disimuladamente.

—Bueno si hubiera habido algún problema, no estaríamos aquí tal vez —Fudge asintió mientras se daba la vuelta para mirarnos.

—Está usted en lo cierto señor Potter, me disculpo por mi ocurrencia. Como le comente hace días, me ocupe de todo los libros y materiales que necesitarán vuestros hijos, así que ya lo tienen todo —James asintió un poco aliviado por ello.

—Muchas gracias Fudge —dijo mi marido mientras se acercaba a mí y me agarraba de la mano.

—No agradezca señor Potter, sobre el tema no se preocupe haremos todo lo posible para lograr capturar a los fugitivos —James asintió y salimos de ahí para verificar que los niños estuvieran bien antes de ir a nuestra habitación.

Neville ya se había acostado para dormir, ya que James y yo decidimos ir casi cuando anochecía así que Neville estaba medio dormido. Me acerqué a él para taparlo mejor y darle un beso en la frente al igual que James. Aunque estuvieran creciendo siempre serían mis pequeños.

Después fuimos a ver a Marie que estaba en su cama con el pijama y leyendo un libro, ella al vernos nos regalo una pequeña sonrisa.

—No duermas tarde, ¿vale princesa? —ella asintió y James con una gran sonrisa le dio un beso en la frente. Yo también me acerqué para darle un beso en la frente

—Descansa cielo —le dije con una sonrisa mientras ella nos sonreía.

—Vosotros igual —James y yo sonreímos y salimos de ahí para cerrar la puerta. Por último fuimos a ver a Harry que él estaba viendo por la ventana.

—Harry, ¿todo bien? —le pregunto James, él se giro a vernos mientras asentía.

—¿Y si os pasa algo mientras yo estoy en Hogwarts? —James se acerco a él con una pequeña sonrisa.

—No nos pasará nada, hay muchos Aurores que nos están protegiendo, así que no tienes que preocuparte de nada.

—¿Y si venís a Hogwarts como el año pasado? —James me miro y solté un pequeño suspiro. La idea no era para nada mala, además Remus había sido aceptado como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras, así que podríamos ir todos de nuevo como el año pasado.

—Ya veremos Harry, pero tú no te preocupes de nada, estaremos bien —Harry asintió con una pequeña sonrisa.

—Ahora cariño intenta descansar aunque sea un poco, mañana verás a Hermione, los Weasley, Sirius, Freya, Regulus, Asher, Remus e Ivy —Harry asintió, ya tenía el pijama puesto así que él se acerco a la cama y se acostó. Me acerqué a él para taparlo, mientras él se quitaba las gafas.

—Te amo mamá —sonreí mientras le daba un beso en la mejilla.

—Te amo más Harry, siempre será así —él sonrió.

—¿Siempre juntos? —miré a Harry con una sonrisa.

—Siempre juntos mi niño —y lo abracé fuerte como si tuviera miedo a que me lo quitaran. Neville, Marie y él eran demasiado importantes para mí y a veces sentía que llegaba a ser mala madre, por no cuidarlos más y por dejar que les pasara todo eso. 

Era algo complicado y frustrante el no saber que hacer en algunos momentos y no quería que nada malo les pasara a ninguno de ellos. Las cosas estaban cambiando y estaba segura de que la historia se repetiría, ya que era imposible que fueran casualidades. 

Peter, había pasado demasiado tiempo sin pensar en él y en como había sido capaz de vender a los Potter con Voldemort. Sirius estaba convencido de que estaba en algún sitio, pero otros decían que ya había muerto. James y Sirius seguían buscando por su lado, ninguno de ellos dejo de hacerlo.

¿Y si él los había ayudado? No me sorprendería la verdad.

Me separé de Harry y fue el turno de James. Le dio un beso en la mejilla y Harry lo abrazo fuerte.

—Te amo papá —lo escuché susurrar.

—Yo te amo más mi pequeño Cornamenta —sonreí y James se separo con una pequeña sonrisa para acercarse a mí y darme la mano.

—Descansa cariño —él asintió y tanto James como yo salimos de la habitación cerrando la puerta.

—¿Todo bien amor? —lo miré mientras caminábamos por el pasillo con rumbo a nuestra habitación.

—Si, ¿por qué?

—Te noto decaída, ¿segura que estás bien?

—¿Y si fue Peter? —se le borro la sonrisa.

—¿Por qué crees eso? —era obvio.

—Bueno él trabajaba para Voldemort y bueno no me sorprendería que fuera buen amigo de Brett, los dos fueron mortífagos —él soltó un pequeño suspiro.

—Hace unos meses, mejor dicho el día en el que descubrimos que habían escapado... Me puse a pensar en la posibilidad de que hubiera sido él, pero es difícil Addie...

—Claro que no, seguro que todo lo pensó muy bien... Además, ¿y si quiere venganza por lo que paso esa noche? Tal vez si vuelve Voldemort, sabe que podría matarlo porque vosotros y Harry estáis vivos —él frenó y me agarro de los hombros.

—Mira, debemos dejar de reflexionar en eso porque nos puede llegar a afectar demasiado. Tampoco deben saber que gracias a ti estábamos los tres vivos... —lo interrumpí.

—Igualmente, lo saben así que ya no puedes esconder la verdad, en el juicio lo dijo la jueza. Yo fui la que hizo un encantamiento para que los tres estuvierais vivos y a salvo. Lily ya lo sabe y...

—E iremos a descansar, porque estaremos bien pase lo que pase. No tienes que preocuparte de nada —asentí y los dos entramos en nuestra habitación.

Cosas ocurrirían pronto y no sabía si estaba preparada para eso.

NOTA DE LA AUTORA

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