13 de junio de 1993

Habían pasado ya unos meses desde el nacimiento de Regulus, lo gracioso es que había nacido unos minutos antes de que fueran las doce. Aun recuerdo a Freya viendo enamorada a Sirius deseándole un feliz cumpleaños.

—Feliz cumpleaños amor —Sirius le sonrió y le di un beso en la frente.

—Sin duda es el mejor cumpleaños de mi vida, gracias Freya por hacerme el hombre mas feliz del mundo —Sirius nos miro con lágrimas en los ojos—. Gracias chicos por estar a mi lado aun cuando la cosa era complicada, siento que no lo digo mucho por qué bueno mi familia no era de demostrarlo. Intento ser mi mejor versión es verdad y si eso ha podido ser posible es gracias a vosotros. Porque sin vosotros no creo que hubiera podido seguir a delante —miro a James—. Gracias James por ser mi hermano y por estar a mi lado siempre. Sin duda alguna todos vosotros y los niños sois lo mejor que me paso en mi vida.

James se acerco a él para abrazarlo.

—No agradezcas Canuto, los dos sabemos que siempre estaré a tu lado pase lo que pase. No importa cuantos años pasen yo siempre te apoyaré en todo. Eres mi mejor amigo y eres una parte muy importante para mí. Gracias a ti por todo lo que hiciste por nosotros, está claro que sin ti nuestras vidas no serían tan divertidas.

Todos soltamos una risa y yo me quede viendo a Regulus que estaba en mis brazos, era hermoso sentir después de tanto tiempo como una cosita tan hermosa estaba en tus brazos. Estaba segura de que quería volver a tener esta experiencia con James, es verdad que no lo forzaría, si llegaba pues obviamente sería bienvenido o bienvenida. Me lo tomaría con calma, pero no descartaba la idea de volver a ser madre y volver a experimentar lo mismo que con Marie, Harry y Neville. 

Ahora como ya mencioné habían pasado unos meses y las cosas iban bien, pero a la vez no. Harry lo tenía complicado por el tema del Heredero por no decir que ahora había niños petrificados, una de ellos era Hermione, cuando nos enteramos fuimos de inmediato y tanto James como yo nos quedamos unos días en Hogwarts vigilando a los niños.

Estábamos caminando James y yo por los pasillos para vigilar que ningún niño estuviera fuera.

—Yo te amo amor, pero cuando te dije que quería trabajar, no lo decía en serio... ¿Por qué debemos vigilar nosotros? ¿Por qué no lo puede hacer Quejicus o cualquier otro profesor? 

—Estamos hablando de tus hijos y su manía de deambular por el castillo, no me pienso arriesgar que los vuelvan a descubrir en el momento equivocado y le vuelva a caer la culpa a Harry —James asintió suspirando mientras seguía iluminando los pasillos.

—Esto es una mierda, menuda seguridad tiene el castillo —solté una pequeña risa y él me miro divertido—. Espero amor que no te estés riendo de mí, porque puedo hacerte sonrojar y morirte de la vergüenza muy rápido.

—Ya claro —él me miro.

—Yo te avise y el que avisa no es traidor —lo mire—. Recuerdas en séptimo año, a comienzo de año... —ya sabía por donde iba eso así que me acerque rápidamente a él y le tape la boca, él la quito y empezó a reír—. Pero si ni continuar me has dejado mujer, uy no pensé que fueras tan malpensada amor. Yo solo iba a decirte que esa vez te habías caído en un charco y te manchaste toda logrando que todo el mundo te mirara y vine yo a ayudarte, pero no sabía ese lado tuyo tan oscuro.

—Que te den —empecé a caminar mas rápido sonrojada, oí a James reír y colocarse a mi lado siguiéndome el paso fácilmente.

—¿Me darás tú? — volteé los ojos— Solo digo mujer —él volvió a reírse y me abrazo por los hombros mientras me daba un beso en la mejilla—. Sabes que te amo, ¿verdad? —asentí con una pequeña sonrisa.

—Yo también te amo —él sonrió.

Fue un lindo recuerdo, porque los dos nos la pasábamos recordando los bonitos momentos. Un pequeño resumen de estos meses, pues Freya y Sirius se la pasaban encantados con Regulus que era un bebé demasiado adorable, igualito a Sirius y los ojos grises característicos de los Black. Freya se indigno porque la pobre había sufrido cambios para que ahora el hermoso bebé fuera igualito a su padre. Ahora el pequeño tenía siete meses y era muy risueño y solía reír siempre. Amaba cuando James jugaba con él y hacían bromas, porque siempre su pobre padre salía perjudicado. El pequeño soltaba alguna que otra risa cuando veía a su padre cubierto de pintura.

Remus e Ivy estaban muy bien la verdad, su relación era muy hermosa y no tenían prisa por casarse, preferían seguir así porque como ellos solían decir, no hacía falta una boda o un anillo para demostrar el amor que sentían el uno por el otro.

Claire y Mary eran compañeras de piso y ninguna de las dos buscaba un novio, pero si surgía la oportunidad pues era obvio que lo intentarían. 

Los niños bueno eran unos torbellinos, por eso James y yo decidimos pasar los últimos días de clases con ellos para tenerlos más a la vista aunque hoy no fue el caso.

—James —me acerqué a él que estaba hablando con Minnie animadamente, él se giro para verme con una sonrisa, al igual que Minnie.

—¿Qué ocurre amor? 

—¿Has visto a los niños? No los encuentro a ninguno de los cinco, tampoco encuentro a Ginny —le dije yo preocupada.

—¿Seguro que miraste bien en todos los sitios? —asentí.

—No os preocupéis, avisaré a algunos profesores para ver si los han visto y los buscaremos entre todos —asentí.

—Gracias Minnie —le respondió James mientras me abrazaba por los hombros.

—No hay nada que agradecer —nos regalo una pequeña sonrisa y se fue.

—No te preocupes Addie los encontraremos —asentí a lo que había dicho James y los dos empezamos a buscarlos.

No sabía dónde demonios podían haberse metido, estaba demasiado preocupada por ellos. ¿Y si les había pasado algo malo? No quería ni imaginármelo.

James y yo estuvimos bastante tiempo buscándolos, incluso salimos fuera para buscarlos hasta que de repente los vimos a todos heridos, corrimos hacia ellos.

—¡Niños! —los niños nos vieron y tanto James como yo llegamos hasta ellos y los verificamos a cada uno mientras los abrazábamos.

—Que lugar mas hermoso —James y yo miramos confundidos a Lockhart.

—El idiota se quito la memoria solito —dijo Ron, lo que hizo que James soltara un gran carcajada.

—Siempre supe que era imbécil, pero no creí que tanto. Ahora me equivoque —hablo James.

—¿Dónde os habíais metido?

—Salvando a Ginny mamá —dijo Harry.

—Mato a un Basilisco él solito —James y yo miramos a Harry sorprendidos.

—¿¡Basilisco!? —gritamos los dos mientras Asher asentía.

—Harry James Potter Williams —James vio a Harry.

—¡Corre hijo! —le grito James y Harry empezó a correr con dirección al castillo.

—¡James! —él me miro asustado y empezó a correr también.

—¡Harry esperame! —los demás soltaron una gran carcajada, los miré y dejaron de reírse.

—¿Sois conscientes de que pudisteis morir? —ellos asintieron, me acerque a Ginny— ¿Estás bien querida?

—Si señora Potter —asentí.

—Vamos a la enfermería que os revisen a todos —los niños asintieron. Neville me agarro de la mano y todos juntos fuimos a la enfermería y esperaba que esos dos estuvieran ahí porque no me importaría tirarles de las orejas con tal de que fueran.

Menudo año emocionante tuvimos todos sin duda alguna.

NOTA DE LA AUTORA

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