2 de noviembre de 1992

Adele Potter

Bien os haría un pequeño resumen de estos meses, porque aunque pensé que sería un año tranquilo obvio que estaba demasiado equivocada. Eran como los juegos Muggles que cada nivel era mas difícil que el anterior, pues con Harry así era.

Que si no era Lockhart siendo un reverendo imbécil, era Harry metiéndose en algún lío peligroso. Era como si amara atraer los problemas, aunque sabía que él no lo hacía intencionalmente era ya demasiado para mi pobre ser. Solía pasarme mas en Hogwarts que en mi propia casa.

Por no decir que Neville y Asher también se habían metido en líos junto a ellos. No me molestaba porque sabía que se estaban apoyando, pero solo pedía un año tranquilo porque ya tenía bastante con James y Sirius.

Aun recuerdo que después de la vociferadora, Marie me había escrito para decirme la vergüenza que habían pasado Ron y Harry, porque Molly también le había mandado uno a su hijo y me contó que todo el Gran Comedor se entero. No me importaba eso porque obviamente estábamos hablando de mi hijo así que si escuchaban otras personas me importaba poco. También ella me dijo que Harry y Ron habían golpeado con el coche al Sauce Boxeador sin querer lo que eso me enfado mas porque pudieron haber muerto. Así que obviamente decidí ir al Castillo, regañe a Harry y a Ron por su imprudencia al igual que había discutido con Dumbledore sobre sus defensas.

Ahora me encontraba pensando en como demonios se había abierto la Cámara de los Secretos, ya que según Dumbledore estaba muy bien cerrada. Y como era de esperarse toda la culpa recaía en Harry porque creían que él era el heredero, por no decir que solía hablar pársel y algunas cosas más. Así que todo el mundo lo señalo como el Heredero, pero el problema es que el pobre no había hecho nada malo. Solo estuvo ahí en el momento equivocado y todo el mundo sin saber lo juzgaba.

Asher bueno al principio le fue un poco difícil, pero pudo arreglárselas, aunque es verdad que nunca estaba solo, a veces estaba con Marie y los gemelos, otras veces estaba con Neville o con Harry, Ron y Hermione. Y aunque le fue complicado cabe destacar que logro integrase bastante bien con el resto y cada Luna Llena iba con McGonagall, ya que era una animaga y sabía como controlar la situación porque ya lo había hecho con Remus, antes de que los chicos fueran animagos.

Así que para Asher iba todo bien, incluso era un de los más inteligentes y el Sombrero Seleccionador según lo que nos dijo él, estuvo mas de cinco minutos viendo en que casa ponerlo, hasta que decidió ponerlo en Gryffindor. Me alegraba bastante por Asher porque se merecía ser feliz y sentirse bien en Hogwarts.

—¡ADDIE! ¡JAMES! ¡CÓDIGO ROJO! —grito Sirius desde la planta de abajo, tanto James como yo nos despertamos asustados y bajamos corriendo, para ver a Sirius a punto de desmayarse de los nervios.

—Canuto sé más claro —le dijo James intentando calmarlo.

—Freya va a dar a luz y está en el coche —lo miramos sorprendidos. Tanto James como Sirius se habían quedado estáticos.

—¡Chicos moveros! —los chicos reaccionaron y los tres salimos de casa para subir al coche. Yo me quede detrás con Freya mientras que James estaba en el asiento del copiloto. 

Sirius arranco el coche y empezó a conducir a una velocidad demasiado elevada, mire a Freya y ella estaba mordiéndose el labio por el dolor, le agarre de la mano y ella me miro.

—Todo saldrá bien, te lo prometo —ella asintió con una sonrisa, mientras apretaba un poco mi mano para no hacerme daño.

El camino se nos hizo bastante rápido, también uno de los motivos fue la elevada velocidad de Sirius. 

Al llegar ayudamos a Freya a bajar con cuidado y Sirius la llevo hasta la entrada de San Mungo mientras James y yo estábamos detrás de ellos nerviosos. Al entrar una medimaga ayudo a Freya y se los llevaron a una habitación. James y yo esperamos en el pasillo viendo como médicos entraban a la habitación.

—¿Saldrá bien? —asentí sonriéndole a James.

—Obvio que si amor, solo relajate —solté una pequeña risa y él me regalo una sonrisa mientras se acercaba a mí para abrazarme.

—¿Sabes una cosa Addie? —lo miré para que siguiera hablando— ¿Recuerdas cuando en Hogwarts hablamos de nuestro futuro? ¿Cuándo te dije que lo quería todo contigo incluso un equipo de Quidditch? Claro que eso era decisión tuya, porque tú eres la que sufre todo eso y no quiero eso para ti —le sonreí asintiendo— ¿En algún futuro te gustaría tener más hijos?

—¿Por qué la pregunta James? 

—No sé supongo que técnicamente no disfrute todos los momentos con Marie y con Harry. Ya sabes con Marie ni sabía de su existencia y no pude estar ahí para verla crecer y experimentar todo eso de ser padre. Con Harry solo pude un año y aunque él no tuviera la culpa de nada, siento que Lily me hizo ver todos estos años que yo era un mal padre para él. Digo siempre se la pasaba diciéndome que hacer con Harry como si fuera estúpido y me guardaba todo para que Harry no notara que estaba mal. A lo que voy es que me gustaría experimentar el ser padre desde el principio y hasta el final. Sigo pensando que a veces soy un mal padre para ellos, pero lo intento Addie —me acerqué a él y le agarré con cuidado de la cara para que me viera a los ojos.

—Escuchame James, no eres para nada mal padre, en parte fue culpa mía porque yo no quise decirte sobre Marie porque creí que eras feliz con Lily... —él me interrumpió.

—No es tu culpa amor, tuviste tus razones y está bien, sé que a Marie no le faltó nada y sé que pensabas que era feliz. Una cosa de la que me arrepentiré toda la vida es de haberte dejado. Eres la mujer más increíble del mundo y sigo odiándome por romperte el corazón cuando yo mismo prometí no hacerlo... —esta vez lo interrumpí yo.

—El pasado debe quedarse en el pasado James, los dos éramos jóvenes y estúpidos, pero no por eso debemos estancarnos en eso. Estamos juntos ahora y eso es lo que importa. Somos felices y nos amamos. Sanaremos juntos como siempre lo hemos hecho —él asintió con una sonrisa y se acerco a mí para besarme, yo le correspondí feliz mientras lo abrazaba por el cuello y él colocaba sus manos en mi cintura.

—Te amo Adele Potter —susurro él con una sonrisa una vez que nos separamos.

—Yo te amo más James Potter —sonreí. 

Un rato después Sirius salió de la habitación con lágrimas en los ojos y demasiado emocionado. Nosotros que nos encontrábamos sentados nos levantamos para acercarnos hacia él.

—¡Es un niño y es hermoso! —James y yo sonreímos mientras nos acercábamos a él para abrazarlo.

—Felicidades Canuto —le dijo James.

—Estamos muy orgullosos de ti — hablé yo.

—Gracias chicos —sonrió él y de pronto vimos corriendo a Remus, Ivy, Claire y Mary hacia nosotros.

—¿Salió bien? —pregunto Remus una vez que ya estuvieron con nosotros. Sirius asintió con una enorme sonrisa mientras abrazaba a los demás.

—Bueno, entremos que hay alguien que quiere conoceros —sonreímos y todos entramos para ver a Freya con el bebé en brazos y con una gran sonrisa. Levanto la mirada para vernos y yo me acerqué a ella para verla y le di un beso en la frente.

—Felicidades hermana, estoy muy orgullosa de ti —sonreí y a ella se le cristalizaron los ojos.

—Gracias —susurra—. Madrina, ¿te gustaría tomarlo en brazos? —asentí y ella me lo entrego con cuidado. Sonreí al verlo, era demasiado hermoso aunque no podía asegurar a quien se parecía más. Tenía pequeñas cosas de Sirius al igual que de Freya.

—¿Cómo se llama? —mire a Freya.

—Regulus Leo Black Adams —sonreí a un más y miré al pequeño Reg.

—Bienvenido a la familia Regulus Leo Black Adams — miré un momento a todos y todos teníamos una gran sonrisa.

Sin duda alguna fue una noche increíble.

NOTA DE LA AUTORA

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