3 de agosto de 1992

Bueno ya habían pasado unos meses desde el suceso que hizo que casi me diera un infarto, Harry después de eso se recupero demasiado bien, aunque estaba claro que Marie no dejaba en ningún momento solo a Harry o a Neville. Era demasiado sobreprotectora con ellos, porque obviamente eran sus hermanos, por no decir que al día siguiente cuando Harry despertó, le regaño por ser tan imprudente. Al igual que discutió con Hermione por petrificar a Neville, así que ahora casi siempre Neville estaba con el trío de oro según decían algunos. Aunque ahora en todo caso serían el cuarteto de oro. Harry siempre se preocupaba por Neville y viceversa así que me alegraba ver a los tres tan unidos, porque lo menos que quería es que Neville se sintiera apartado de nosotros. No creo que fuera así porque siempre solía llevármelo para hacer cosas los dos, ya que a él aunque le gustara el Quidditch prefería verlo, así que mientras James jugaba con Harry y Marie al Quidditch, yo me quedaba con Neville haciendo cualquier cosa.

Por no decir que en todo el verano estuvimos hablando de herbología, le gustaba muchísimo la asignatura y a mí me encantaba oírlo hablar sobre ella, me encantaba verlo sonreí mientras me contaba todo lo que estaba aprendiendo. Incluso James pasaba tiempo con él en el jardín para plantar flores o para que Neville le explicara todo lo que aprendía en los libros que le comprábamos. 

Era demasiado lindo pasar todos juntos tiempo en familia, Sirius y Freya decidieron vivir en una casa aparte que estaba cerca de la nuestra y Remus, pensó en que sería buena idea vivir con Ivy aunque siempre nos visitaba y los niños estaban encantados con ellos. Incluso Remus e Ivy habían pensado hace meses en adoptar a un niño de la edad de Harry, tenía la misma condición que Remus y sus padres habían muerto, así que Remus quiso adoptarlo porque sabía perfectamente como se sentiría el niño. Remus nos contó que lo había visto por unos calles del Callejón Diagon y converso un poco con él cuando le contó todo Remus siendo él quiso ayudarlo así que bueno hace unas semanas lo habían adoptado. Se llamaba Asher y era un niño demasiado tierno y lindo, al principio fue muy tímido, pero Harry, Neville y Ron lo hicieron sentir bien en todo momento. Así que bueno aunque las cosas hubieran ido demasiado rápido, me alegraba por Asher porque por fin tendría una familia que lo cuidaría y lo amaría. 

Sobre sus clases Remus le estuvo ayudando en todo y Albus accedió a que fuera en el mismo año que los niños, porque para sorpresa de todos Asher era un niño sumamente inteligente y solía aprender bastante rápido. 

Así que cuando veía a Neville, Harry, Ron y Asher jugar, en mi mente recordaba a los Merodeadores. Era algo lindo porque James, Sirius y Remus se vieron en ellos y sentía que ellos cuatro serían los nuevos Merodeadores, pobre Minnie cuando lo supiera. 

Cuando Neville, Ron y Harry se enteraron del problemilla de Asher no lo juzgaron es mas lo apoyaron y por eso tuve un flashback cuando Sirius, Peter, James y yo descubrimos lo que era Remus.

Ahora nos encontrábamos en casa, ya que Ron y Asher se habían quedado el día anterior a dormir, así que iríamos con ellos al Callejón Diagon a comparar todos los materiales necesarios para su segundo año.

Freya que puedo decir de ella, ahora cumpliría los cuatro meses de embarazo, la loca descubrió que estaba embarazada a los dos meses, según ella no tuvo ningún síntoma, pero desde que descubrieron que lo estaba, todos los síntomas posibles comenzaron. Algo que era un poco gracioso, sobre todo por las discusiones de Sirius y ella eran demasiado divertidas.

Aún no sabíamos lo que sería, pero ella decía que sería niña y Sirius que sería niño, algo que odiaba Freya es que Sirius le llevara la contraria con este tema, aunque lo gracioso sería cuando nos viéramos hoy. Ya que decidimos los Weasley, Remus, Ivy, ellos y nosotros que nos veríamos en el Callejón Diagon para comprar todo y luego iríamos a casa de los Weasley para pasar el día todos juntos. 

Así que ahora me encontraba en la cocina preparando el desayuno para los niños que habían madrugado emocionado porque iríamos al Callejón Diagon, así que mientras ellos jugaban en el jardín yo preparaba todo.

—Buenos días a la mujer mas hermosa del mundo —James apareció en la cocina con una gran sonrisa mientras me daba un beso en la mejilla.

—¿Qué hiciste ahora? —él me miro indignado.

—¿Por qué piensas eso? —lo mire obvia y el suspiro dramáticamente mientras se sentaba de brazos cruzados y un puchero.

—No funciona —le dije riendo mientras seguía a lo mío.

—Porque hay dos niños que me robaron mi encanto cuando nacieron, esto es culpa de Harry y Marie porque por ellos ya no tengo mi gracia.

—Lo que tú digas amor —volví a reír mientras salía al jardín para avisar a los niños de que entraran a desayunar.

Una vez listos y con las manos limpias empezamos a desayunar entre risas y ocurrencias de James, los miré a todos mientras reían y no podía creer lo afortunada que era al tenerlos a todos.

Cuando terminamos, recogimos todo y salimos de casa para subir al coche, en todo el camino no dejamos de cantar todas las canciones que había en la radio, así que obviamente el viaje había sido rápido. 

Al llegar nos encontramos a todos así que decidimos ir a por todo lo que necesitaran los niños, mientras Remus e Ivy iban con Asher a comprarle la varita. 

Llegamos a la tienda de libros y estaba lleno de gente, ya que ahí se encontraba el engreído de Lockhart, lo que mas gracia me hizo fue ver las caras de Sirius y James al verlo. Obvio como el engreído que era empezó a presumir y posar para las fotos hasta que vio a Harry, algo que no paso desapercibido. El fotógrafo lo atrajo para posar junto a Lockhart.

—Amplia sonrisa Harry, juntos ocuparemos la portada —le dijo el idiota a mi hijo mientras lo abrazaba por los hombros—. Señoras y caballeros —dijo en voz alta, pidiendo silencio con un gesto de la mano—. ¡Este es un gran momento! ¡El momento ideal para que les anuncie algo que he mantenido hasta ahora en secreto! Cuando el joven Harry entró hoy en Flourish y Blotts, solo pensaba comprar mi autobiografía, que estaré muy contento de regalarle. —La multitud aplaudió de nuevo y todos lo miramos mal por ello, maldito mentiroso.

—Maldito mentiroso —susurro James enfadado. 

—Él no sabía —continuó Lockhart, zarandeando a Harry de tal forma que las gafas le resbalaron hasta la punta de la nariz— que en breve iba a recibir de mí mucho más que mi libro El encantador. Harry y sus compañeros de colegio contarán con mi presencia. ¡Sí, señoras y caballeros, tengo el gran placer y el orgullo de anunciarles que este mes de septiembre seré el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en el Colegio Hogwarts de Magia!

—No me jodas —susurraron James y Sirius a la vez. Freya y yo soltamos una risa al ver las caras de los dos Merodeadores, después de un rato Harry se acerco con los libros mientras volteaba los ojos.

Agarre los libros divertida y los niños se alejaron un poco mientras yo me quedaba junto a los demás esperando a Molly que estaba emocionada.

—Aviso número uno amor, si ese idiota te dice algo lo golpeo —me susurro James logrando que soltara una carcajada—. Ni que fuera un payaso cielo —él me miro con una sonrisa.

—Lo que tú digas —le di un beso en la mejilla y vi a lo lejos a los niños junto a Arthur que estaba hablando con Lucius, James miro en la misma dirección y volteo los ojos.

—El día no deja de mejorar —Sirius y Freya lo vieron y vieron también en la dirección.

—Pero si es el marido de mi prima, James saludémoslo —ay no, eso no sonaba demasiado bien viniendo de ellos. Mire a Remus y él soltó una pequeña risa para ir todos detrás de James y Sirius.

—Pero si es nuestra Barbie favorita —no puedo creer que James le hubiera dicho eso. Lucius volteo los ojos.

—Sigues siendo tan horrendo como siempre —esta vez le dijo Sirius.

—Pero si son el duo de entrometidos —James y Sirius soltaron una gran carcajada.

—Que original Malfoy —le hablo James.

—Draco vámonos —Draco asintió acercándose a los niños.

—Nos veremos en la escuela —y se fueron.

—Menudo cobarde —soltó Sirius a lo que James asintió. 

—Anda caballeros vayámonos —salimos todos de la tienda con todo lo necesario así que fuimos de camino a la Madriguera para pasar el resto del día juntos.

NOTA DE LA AUTORA

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