38. Boda
14 de mayo de 1992
Había pasado ya varios meses desde el suceso del Troll y debía mencionar que habían sido unos meses tranquilos por no ser que hoy me casaba.
Las Navidades habían sido demasiado divertidas, ya que también había venido Ron a quedarse con nosotros, porque los demás Weasley querían irse a Rumanía a ver a Charlie, así que James y yo nos ofrecimos a cuidarlo en lo que volvían. Así que teníamos a varios niños a nuestro cuidado, bueno tampoco eran muchos, pero bueno.
Después de las geniales vacaciones de Navidad, ellos tuvieron que volver a Hogwarts, el lado bueno es que cada uno se lo había pasado muy bien en Navidades, ya que decidimos que todos debían tener un día para elegir lo que haríamos, así todos estarían contentos. A veces sentía que Neville se sentía desplazado por eso cada vez que podía hacia cosas con él, al igual que James y los demás. Además, por lo que sabía Harry y Marie no lo dejaban solo ni un momento así que eso era algo bueno.
Como ya dije los niños debían volver a Hogwarts mientras los mayores al menos James y yo preparábamos nuestra boda, sin duda alguna aunque los dos pensamos que no sería mucho, al final se dio a que había muchísimas cosas que hacer y muy poco tiempo. Mi madre volvió de Francia para ayudarnos con todo, y cuantos menos días quedaban para la boda, más estresada me sentía y me hacían sentir los demás.
A veces lo único que quería era agarrar a James del brazo y casarnos en las Vegas como en las películas muggles que solíamos ver. Al menos así no sería tanto estrés, pero luego recuerdo todo el trabajo que habíamos hecho y me sentía un poco mal por pensar de esa manera.
Ahora mismo me encontraba en mi habitación, ya que Remus había ido a por los niños, digamos que James hace semanas fue a pedir permiso y bueno algunos profesores vendrían a la boda mientras algunos sustitutos se encontraban cuidando de los niños por un día. Harry, Marie, Ron, Hermione, los gemelos, Percy llegaron ayer por la noche al igual que Charlie y Bill. Molly, Claire, Freya, Mary e Ivy fueron una gran ayuda para mí la verdad, por lo que a Claire, Freya, Mary y a Ivy las puse como damas de honor, aunque extrañaba demasiado a Marlene, seguro que hubiera animado la fiesta aún más.
Estaba mirándome en el espejo mientras las chicas preparaban todo, estaba demasiado nerviosa a decir verdad. Tenía mucho miedo de lo que pudiera pasar, a veces lograba ser demasiado negativa.
—¿Dormiste las horas que te dije? —salí de mi nube para ver a Freya que me miraba divertida.
—En mi defensa...
—En tu defensa agradece que no te golpee porque es tu boda —asentí con una pequeña sonrisa, mientras ella me hacía un lindo peinado. Me recogió el pelo dejando algunos mechones sueltos rizados, y logro con cada lado de mi cabello hacer una diadema con él. Ivy se encargo de maquillarme, aunque fue algo sencillo, ya que odiaba llevar demasiado maquillaje.
Las chicas ya habían acabado así que me ayudaron a ponerme el vestido que era de encaje con magas largas y estaba abierto en la espalda, aunque era tipo princesa, pero sin sobrepasar, además era bastante cómodo. El vestido tenía lindo detalles de encaje y mi madre me coloco una peineta que fue de generación en generación que tenía piedras azules demasiado hermosas así que me la colocaron con el velo. Me ayudaron a colocarme los tacones blancos con algunos detalles en ellos.
—Por Merlín estás hermosa Addie —exclamo Claire con una gran sonrisa.
—Claire tiene razón, estás bellísima —de pronto alguien llamo a la puerta.
—¿Quién? —pregunto Freya.
—El amor de tu vida esta claro mujer —solté una pequeña risa al escuchar a Sirius, mire a Freya y ella volteo los ojos divertida.
—Adelante imbécil —Sirius entro a la par que Remus y me miraron boquiabiertos.
—Por Merlín Addie estás hermosa —me dijo Sirius acercándose para darme un pequeño abrazo que yo obviamente correspondí.
—Gracias Sirius — susurré.
—No es nada, ¿sabes una cosa? Eres como una hermana para mí y estoy muy feliz por vosotros dos —nos separamos un poco y yo lo mire con lágrimas en los ojos—. Ni se te ocurra llorar mujer y menos en este día tan maravilloso.
—Lo siento —Remus se acerco con una sonrisa y me abrazo.
—Estoy muy feliz por ti Addie —susurro él.
—Y yo estoy muy feliz por ti Rems — susurré separándonos.
—Bueno Remus y yo tenemos un pequeño detalle para ti, es una tontería, pero oye al menos tendrás algo de los idiotas de tus amigos y del idiota de tu marido —sonreí viéndolos y Remus saco una cajita y la abrió dejándome ver una pulsera con unos tres dijes. Eran las formas animagas de los chicos. Era tan hermoso y tan elegante que lo único que quería era guardarlo para no perderlo.
—Es un pequeño detalle, pero se supone que debes llevar algo viejo y algo nuevo, así que —dijo Remus con una pequeña sonrisa. Sirius agarro la pulsera con cuidado y se acerco a mí para ponérmela con cuidado.
—Es hermosa — susurré viéndola con una sonrisa—. Gracias —les miré.
—No es nada Addie —hablo Sirius— ¿Lista para ser la señora Potter?
—¿Estaréis conmigo?
—Siempre —dijo Remus y yo asentí mientras todos salíamos de la habitación para prepararnos en nuestros lugares, bajamos y nosotros nos quedamos en lo que sonaba la Marcha Nupcial.
—No me dejéis caer.
—Jamás —me dijo Sirius con una sonrisa—. Y si caes Remus y yo nos caemos también.
—Mejor que no caiga ninguno —hablo Remus soltando una pequeña risa y tanto Sirius como yo asentimos.
La Marcha Nupcial comenzó, respire hondo... Estaba demasiado aterrada, ¿y si me caía? ¿Y si al final James decía que no? Empezamos a caminar mientras me sostenía del brazo de Sirius al igual que hacia lo mismo con Remus.
—Addie, mira al frente y verás como todos tus miedos desaparecen —susurro Sirius y asentí mientras dirigía mi mirada al frente para ver a James viéndome con una gran sonrisa en sus labios y con los ojos cristalizados. Marie, Harry y Neville estaban más adelante tirando pétalos de rosa demasiado felices. Seguí mirando a James y lo que me había dicho Sirius había sido verdad, todos mis pensamientos negativos y mis miedos se esfumaron con solo verlo.
El camino hasta James se había hecho más corto tanto Sirius como Remus lo amenazaron con golpearlo si me hacía daño y James asintió con una pequeña sonrisa mientras me agarraba de la mano y me daba un beso en la mejilla.
—Estás hermosa amor —susurro él con una sonrisa.
—Gracias —susurre.
—Y como no hay presupuesto para un cura, bueno si lo hay, pero quiero hacerlo yo, porque estuve semanas estudiando para obtener el título de cura, pero eso es algo aparte. Bueno señoritas, niños e idiotas —le miré mal mientras James soltaba una pequeña risa—. Vale me lo tomo en serio. Señores, señoras y niños estábamos todos presentes aquí para presenciar la unión de nuestra hermosa Addie y el idiota del ciervo —James volteo los ojos—. Ni que mintiera en fin vamos a lo importante porque quiero beber.
—¡Sirius! —le relamo Freya enfadada.
—Solo digo la verdad mujer, en fin antes de que sea perrito muerto, continuemos —los niños soltaron una pequeña risa—. ¿Los dos contraéis matrimonio libremente sin ningún efecto de Amortentia en el cuerpo?
—No sé en qué momento pensé que sería buena idea que tú fueras el cura —hablo James mientras lo veía mal.
—Porque me amas, ahora responder —los dos asentimos—. Muy bien, ahora en serio se me ha olvidado casi todo así que deciros los votos y luego os declaro marido y mujer —James lo golpeo en el brazo— ¡Auch!
—Merecido —James me miro mientras agarraba mis manos—. Yo, James Fleamont Potter, te quiero a ti, Adele Marie Williams, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, todos los días de mi vida. Prometo no sacarte canas verdes mas a menudo, apoyarte en todo y amarte en esta vida y en todas las demás —no sabía en qué momento los niños se habían acercado con los anillos, pero James ya me estaba poniendo el mío.
—Yo, Adele Marie Williams, te quiero a ti, James Fleamont Potter, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, todos los días de mi vida. Apoyarte en todas tus locuras y amarte en esta vida y en todas las demás —agarre el anillo con cuidado y se lo puse en el dedo.
—Por el poder que me dio un documento pagado, yo os declaro marido y mujer... —Freya lo corto.
—¿Y lo de sí alguien se opone que hable ahora o calle para siempre? —Sirius la miro.
—No me jodas Freya, no quiero mas impedimentos en esta boda, llevo esperándola años así que ahorrémonos eso —miro a James—. Ya puedes besar a la novia apasionadamente.
James volteo los ojos y agarro con cuidado mi cara dándome un beso delicado y lleno de todo el amor que sentíamos el uno por el otro.
Desde hoy James y yo seríamos el señor Potter y la señora Potter.
NOTA DE LA AUTORA
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