4 de noviembre de 1991

Después de lo ocurrido con el Troll, Harry estaría castigado hasta nuevo aviso, aún quería saber como demonios habían podido los tres con un maldito Troll, pudieron haber muerto. El imbécil de James seguía quejándose al igual que Sirius de eso, porque ellos también querían enfrentarse a un Troll. Cuando querían podían ser bastante idiotas.

No podía esperar hasta Navidad, además estábamos hablando de mi hijo, James me dijo que iríamos mañana, ya que era un poco tarde y en la carta ponía que Minnie le dejo enviarla. Así que a la mañana siguiente, me desperté temprano y me prepare para aparecerme en Hogwarts sin esperar a los demás.

—¿Sabes una cosa amor? Yo te amo demasiado, pero odio que no me despiertes cuando te vas a algún sitio donde debemos acudir los dos —solté un pequeño grito.

—Joder James que susto —él soltó una pequeña risa.

—Ni que fuera tan feo cielo —voltee los ojos—, si eso fuera en otra situación —le di un golpe en el brazo, haciendo que riera aún mas, empece a caminar mientras él me seguía y fuimos al Gran Comedor, porque sabía muy bien que estaría Harry ahí desayunando—. Pobre Harry, menuda vergüenza va a pasar — miré mal a James mientras abría las puertas del Gran Comedor logrando la atención de todos, incluso la de mis hijos. Mire a Harry y abrió los ojos sorprendido y note una pizca de preocupación.

—Harry James Potter Williams —James que estaba detrás de mí soltó una pequeña risa. Me acerqué a Harry y él se levanto.

—Buenos días mamá hermosa que amo —lo mire divertida.

—Menudo pelota —escuche susurrar a James, gire mi cabeza para verlo.

—Igual que tú cariño —abrió la boca para decir algo, pero la volvió a cerrar. 

—Me dueles —negué divertida para volver a mirar a Harry.

—Estás en un buen lío —lo abracé.

—Lo sé mamá —él me correspondió al abrazo.

—¿Te duele algo? ¿Necesitas algo? Iremos con Pomfrey de todas formas —le agarré de la cara con cuidado mientras él asentía. Luego mire a Dumbledore demasiado enfadada, debía conversar con él también, por su increíble seguridad del castillo.

Mire a ver a James y él estaba abrazando fuerte a Marie que ella reía mientras también lo abrazaba.

—Desayuna cariño, yo debo hablar con Dumbledore y luego vendré a que vayamos con Pomfrey —mire a Hermione y a Ron— ¿Vosotros estáis bien? —ellos asintieron con una pequeña sonrisa. Mire a Neville con una sonrisa y me acerque a abrazarlo muy fuerte— Tú sabes que te amo demasiado, ¿verdad? —él asintió— Y estoy muy orgullosa de ti, cualquier cosa que necesites, solo escríbeme y vendré enseguida contigo, no dejes que nadie te haga sentir mal. Sé que eres una buena persona Neville, pero debes ser fuerte. Eres el niño más valiente que conozco y sé que harás grandes cosas —susurre agarrándolo de la cara con cuidado y viéndolo con una sonrisa.

—Gracias mamá —sonreí y le di un beso en la mejilla para ver a Dumbledore acercarse, los tres salimos de ahí y fuimos a su despacho una vez ahí lo miré enfadada.

—¿Qué mierda de seguridad tenéis en este maldito castillo? ¿No se supone que Hogwarts era un lugar seguro? ¿Por qué diablos había un maldito Troll en el castillo? 

—No podría decírselo con claridad señorita Williams —James bufo, lo miré y volteo los ojos viendo a Dumbledore.

—¿Y por qué no?

—Es algo confidencial, además ya nos hemos ocupado del Troll y ya no hay porque preocuparse —a la mierda eso, se trataban de varios alumnos y de mis hijos.

—¿Le recuerdo que mis hijos están aquí? Tengo el maldito derecho de saber del porqué había un maldito Troll en el castillo —James se acerco a mí.

—Déjalo por mucho que intentemos averiguarlo, él no soltara nada —James miro a Dumbledore— Como mis hijos vuelvan a estar en peligro por tu incompetencia de seguridad, juro que seré una persona totalmente diferente.

James me agarro con cuidado de la mano y salimos de ahí en busca de Harry. Fuimos con Pomfrey y ella había dicho que todo estaba bien, así que me quedaba un poco más tranquila al saberlo. Nos despedimos de los niños y volvimos a casa.

Solo pedía un año normal y ya se habían enfrentado a un maldito Troll los tres solitos, no quería imaginarme lo que me podría esperar cuando los años comenzaran a avanzar.

Estaba segura de que no me libraría de los infartos y si no me mato un mortífago en la Primera Guerra Mágica, estaba convencida de que Neville, Marie, Harry, Ron y Hermione me matarían del susto. Marie solía estar con Harry en casi todos los problemas, según ella no quería que sus pequeños hermanitos salieran heridos.

Por lo que ella me comentó, Harry era muy bueno en Quidditch y solía estar muy atento en las prácticas por no decir que aprendía rápido y cuando jugaban en los entrenamientos un partido, solía ganar el equipo de Harry y ella.

James bueno que podría decir de él, cada día que pasaba más enamorada estaba de él. James había cambiado bastante este último tiempo y no cambió por alguien, cambió por el mismo, porque eso quería él y me alegraba mucho de saber eso. La doctora nos había dicho que James estaba mejorando demasiado bien y es algo de lo que me sentía bastante orgullosa. Porque James estaba haciendo un gran esfuerzo para estar bien.

Ahora nos encontrábamos todos de camino a Hogwarts para presenciar el primer partido de Harry, lo gracioso es que él no sabía nada, al igual que paso con Marie en su primer partido. Y como era de esperarse James, Sirius, Freya llevaban camisetas de los niños diciendo que eran sus fans y un montón de cosas mas para animarlos. 

Una vez que llegamos, nos colocamos en nuestro sitio y esperamos que Lee Jordan comenzara a presentar a los equipos. Hoy los leones jugarían con las serpientes, tanto su padre como los demás sabíamos que Gryffindor ganaría. 

Lee comenzó a presentar a los equipos y Gryffindor salió volando, de pronto localicé a Marie un poco cerca de Fred, los dos estaban hablando. Al igual que en un punto vi a Harry en su posición para cuando fuera la hora de atrapar la snitch dorada.

El partido dio comienzo y no podía creer lo tramposos que podían ser los Slytherin, James y Sirius se indignaban demasiado, al igual que todos.

Oliver y Angelina habían caído, lo que significaba que ahora los demás estarían demasiado preocupados por el panorama. Marie aunque no fuera el guardián, siempre intentaba proteger los aros para que los Slytherin no marcaran, lo único seguro es que si algunos de ellos tocaban a Harry o a Marie, me importaría poco ser amable.

De pronto miré a Harry que no sabía en qué momento estaba persiguiendo la snitch, pero de pronto su escoba estaba fallando y era como si alguien intentara gafarla, en un momento Harry estaba agarrando su escoba, ya que estaba a punto de caer. James y yo nos levantamos preocupados.

—¡Harry! —los dos gritamos a la vez, unos minutos después Harry se pudo subir a la escoba logrando volver a volar hacia la snitch. 

El buscador de Slytherin y Harry empezaron a empujarse hasta que la snitch empezó a bajar, el buscador serpiente subió de nuevo, pero Harry se puso de pie sujetando su escoba para elevarla un poco. Siguió volando mientras intentaba equilibrarse, cuando estuvo a punto de agarrarla cayó de la escoba. James y yo salimos de nuestro lugar para correr hacia él demasiado preocupados, vimos como Marie también iba y a Harry estaba a punto de vomitar.

Pero cuando pensamos que lo haría, salió de su boca la snitch dorada. Harry nos miro emocionado mientras agarraba la snitch.

—¡Harry Potter consigue 150 puntos por coger la snitch! —oímos a Lee.

—¡Gryffindor gana! —anuncio la profesora Hooch. Todos vitorearon y James se acerco corriendo al igual que Sirius, que no sabía en qué momento había llegado, pero los dos cogieron a Harry mientras celebrábamos todos el triunfo de Gryffindor. Los vi con una sonrisa mientras abrazaba a Marie.

Sin duda alguna estaba muy orgullosa de mis hijos.

NOTA DE LA AUTORA

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