20. Un lindo reencuentro
Después de nuestro abrazo, como me prometió me dejo darle una bofetada, pero no contaba con que quedara la marca de mi mano en su cara.
—Joder Adele eso dolió —acaricio el lugar afectado con cuidado.
—Lo siento —con una pequeña sonrisa avergonzada, incluso a mí me había dolido esa bofetada para que mentir.
—No te preocupes Addie, merecido me lo tengo —me regalo una pequeña sonrisa.
—James...
—¿Si? —me miro ampliando un poco más la sonrisa.
Quería decirle que tenía yo la caja, con todas las notas, las cartas, los detalles... Pero en vez de decírselo por no tener valor, simplemente suspiré negando.
—Nada.
—¿Segura? —me pregunto el poco convencido a lo que yo asentí.
—¿Y ahora que pasara? —lo mire y él solamente suspiro cansado.
—Supongo que debo buscar algo, porque me niego a vivir con Lily, ya lo hice por nueve años y fue horrible —asentí.
—¡Papá! ¡Mamá! —miramos en la dirección de los gritos para ver a Harry y Marie correr hacia nosotros. Mire de reojo a James que tenía una gran sonrisa, me gustaba verlo feliz, después de todo se lo merecía. Todos habíamos sufrido de maneras diferentes, por eso no había que comparar el dolor de cada uno, ni poner a la persona que más ha sufrido en un pedestal. Todos sufrimos de maneras diferentes, pero era lindo saber que poco a poco la gente podía tener un pequeño final feliz.
—¿Qué ocurre pequeños traviesos? —les pregunto James, quedándose a su altura.
—Vas a quedarte en casa —abrí un poco sorprendida los ojos, la verdad es que no me lo esperaba aunque era entendible, ya que los niños prácticamente lo echaron de menos todos los días.
—Iré a llevaros y me quedaré un rato —dijo él sonriendo mientras desordenaba el pelo de Harry, haciendo que el pequeño riera.
—Pero te quedarás con nosotros siempre, ¿verdad? —esta vez le pregunto Harry a lo que James asintió.
—Claro, pero eso solo si vosotros queréis y Addie también —los niños me miraron y yo asentí con una pequeña sonrisa, no podía privarle de eso a James.
Marie y Harry abrazaron a James muy fuerte con una gran sonrisa haciendo que de nuevo mis ojos se cristalizaran.
—¿Papá vendrás a casa y te quedarás con nosotros? —James miro a Marie.
—Bueno iré a veros siempre, pero papá debe buscar una casa para estar con Canuto.
—Pero puedes quedarte con nosotros, hay habitaciones de sobra, ¿verdad mami? —ay no, a veces odiaba que Harry o Marie fueran tan buenos.
—Ehhh, debemos hablarlo con tía Freya y con Remus —los niños me miraron impacientes.
—Pero es tu casa mamá.
—Si Marie, pero Remus y Freya viven ahí, al igual que Neville —James se incorporo viéndome divertido. ¿Qué veía él que fuera tan gracioso?
—Ya, pero es papá y tío Canuto —volteé los ojos divertida.
De pronto las puertas de un aula se abrieron dando paso a Freya y Sirius que tenían un aspecto desarreglado, como dije, Freya no iba a aguantar sin perdonarlo, pero no pensé que fueran tan rápido.
—Pero Canuto —le dijo James divertido.
—Ni una palabra Cornamenta —dijo él arreglándose la ropa al igual que Freya.
—¿Estuvo bien las paces? —pregunto James sin quitar su tono divertido.
—James, ¿qué tal si te callas? —le dijo Freya entre dientes, yo simplemente me mordí el labio para no reírme de la situación.
—Es que tengo el derecho a hablar querida Freya, ¿sabes lo que es la libertad de expresión? —mire divertida a Freya que estaba mordiéndose el labio avergonzada y seguramente con ganas de decirle algunas cosas a James.
—James te la estas ganando —le dije yo con una sonrisa.
—El que tenga miedo a morir mejor que no nazca —dijo Sirius divertido.
El problema en eso es que los dos se ganaron un buen golpe de Freya, incluso hasta me había dolido a mí, pero lo bueno es que hizo reír a los niños.
—Pero entonces, ¿la reconciliación se acerca? —Sirius y James miraron esperando una respuesta de Freya.
—Lo único que se acerca es otro golpe para vosotros dos —dijo ella convencida.
—Pero yo pensé... —Freya corto a Sirius.
—Solamente me deje llevar, nueve años fueron demasiado para mi pobre persona —mire sorprendida a Freya no pensé que diría eso.
—Mamá, ¿por qué están así los tíos? —pregunto Marie, ay no lo que me faltaba, tener que explicarles.
—Eh...
—Pregúntale a tu padre cariño, tiene más experiencia y encima dos hijos tiene —James lo miro mal.
—Te voy a matar Sirius —le dijo James mientras se acercaba a él, Sirius al verlo empezó a correr.
—¡Socorro! ¡Minnie! ¡El miope me quiere matar! —James empezó a perseguirlo.
—Freya, ¿y Remus? —ella me miro y suspiro.
—Dijo que tenía que resolver un asunto y que no lo esperáramos, porque llegaría tarde —asentí confundida.
—Siento que lo estropee —los niños fueron corriendo hacia James mientras Freya se acerco a mí para agarrarme de los hombros.
—Mira cariño, tú no has estropeado nada. Siempre has puesto a los demás en primer lugar, es hora de que ahora te pongas como prioridad tú. Además, no quiero sospechar, pero Remus lleva raro varios días —la miré suspirando.
—Pero, ¿y si hice algo mal? —ella negó abrazándome.
—Jamás, pero jamás creas eso. Eres una maravillosa persona que se merece lo mejor del mundo créeme —asentí abrazándola fuerte.
—Mamá —Freya y yo nos separamos viendo a Harry con una pequeña sonrisa y detrás de él estaban James agarrando la mano de Marie y Sirius viéndonos con una pequeña sonrisa.
—¿Qué ocurre tesoro? —me agache a su altura y lo vi con una pequeña sonrisa.
—¿Podemos ir todos a casa? —asentí tomándolo en brazos.
—Vamos a casa —él asintió con una sonrisa y los seis aparecimos en casa, odiaba que Hogwarts estuviera tan lejos de casa.
Tanto James como yo bajamos a los niños y ellos corrieron arriba seguramente a cambiarse, o al menos eso quería pensar. Claire los vio soltando una pequeña risa porque ellos sin querer la habían empujado un poco.
—Esos niños son tremendos, por cierto Neville ya anda cambiado y acostado, creo que ya se durmió —nos dijo con una gran sonrisa.
—Gracias —sonreí.
—No es nada... Bueno debería irme —asentí mientras Freya la acompañaba a la puerta.
—Si James se queda yo también —mire a Sirius.
—¿Es que tú no tienes casa?
—Donde vaya James, voy yo querida Adele. Así que espero que tengas una habitación para mí, aunque puedes darme la de James y él que vaya contigo —James se acerco hacia él y le dio un buen golpe en la nuca— ¡Auch! ¿James que clase de amor es este?
—El mejor amor que habrás tenido, ahora cierra la boca —Sirius volteo los ojos.
—Lily te amargo demasiado estos nueve años —James estaba a punto de golpearlo de nuevo, pero Sirius siendo Sirius me utilizo de escudo.
—¡Atrás! ¡Tengo a Addie! —James cerro los ojos contando hasta diez. De pronto sentí como Sirius ya no me agarraba— ¡Auch! ¡Freya!
Mire y me encontré a una Freya aburrida tirando de la oreja a Sirius para que se alejara de mí haciendo que tanto James como yo riéramos de la escena. Esta pareja era una bomba y había que reconocer que tenían mucho potencial, aunque sentía que ellos juntos en una habitación se matarían.
—Vosotros dos estando en una habitación os matáis —les dije.
—Se matan de placer Addie —Sirius y Freya miraron enfadados a James que estaba riendo y bueno yo lo mire sorprendida mientras aguantaba la risa.
—James, ya puedes correr —le dijo Sirius, James empezó a correr subiendo las escaleras seguido del pulgoso de Sirius.
—Y los tendremos en casa... Yupi —dijo Freya sentándose en el sofá.
—Bueno no te quejaste cuando estuviste en el aula con Sirius —ella se sonrojo y me tiro un cojín que logre esquivar mientras soltaba una risa.
—Bueno es algo raro, porque ya sabes pensaba que ellos... —asentí— Pero me alegro de que estén, pero no se lo digas.
—Me pasa igual —sonreí. Freya se levanto y me miro con una sonrisa.
—Se te iluminaron los ojos al verlo —la miré confundida—, no te hagas.
—Estoy con Remus y él me hace feliz. Lo único que verás entre James y yo tal vez solo sea una linda amistad, pero eso con calma.
—Lo que tú digas Addie, por cierto Lily se fue furiosa de ahí a no sé donde, debiste verla, tenía la cara igual que su pelo —soltó una pequeña risa.
—Aún no entiendo del porqué me odia tanto —suspiré.
—A la mierda con ella —sonreí un poco—, anda vamos a descansar hoy ha sido un día muy intenso —asentí con una pequeña sonrisa y las dos subimos las escaleras.
Freya me acompaño a ver a los pequeños y ellos estaban acostados en la cama y James se encontraba en medio mientras los abrazaba al igual que ellos a él. Los tres estaban dormidos con una pequeña sonrisa. Sirius estaba en su forma animaga durmiendo a los pies de Marie, mire a Freya y las dos sonreímos por esta hermosa escena.
Sin duda alguna fue un raro pero lindo reencuentro.
NOTA DE LA AUTORA
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