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19. Ella es mi hija...

—¿Qué? —pregunto James demasiado sorprendido.

Genial sin duda esto se ponía cada vez mejor.

—Con más razón, por Merlín eres igualita a Cornamenta —dijo Sirius feliz, Freya se acerco a él y le dio un golpe en la nuca haciendo que él se quejara— ¡Auch!

—Cierra la boca Black —dijo ella entre dientes, sabía que ella quería golpearlo hasta el cansancio. Mire a James y él estaba pálido, había perdido su color y tenía la mirada perdida, no quería que le pasara nada malo.

—Bueno señoras gracias, si no lo mato Voldemort, lo hicisteis vosotras —Freya lo volvió a golpear.

—Tú abriste la boca antes, así que cállate —Sirius bufo adolorido.

—Cállame a besos cielo —Freya se alejo mientras cerraba los ojos y empezaba a contar hasta diez.

—Godric dame paciencia porque soy capaz de mandártelo —Sirius la miro ofendido.

—¿O sea que me engañaste Potter? —grito Lily furiosa mirando a James.

—No hablemos de engaños porque tú te superas en todos, eres la reina de las mentiras —le soltó Freya asqueada al verla.

—Nadie te metió en la maldita conversación —Freya se acerco peligrosamente hacia ella, pero Sirius la agarro.

—No vale la pena Freya —dijo Sirius—, llevo nueve años aguantándola y juro que hubiera preferido ir a Azkaban que seguir con ella en la misma casa.

—¿Y quién te dijo que fueras con ellos? —le reprocho Freya.

—El viejo —Freya volteo los ojos.

—Y si el viejo te dice que te tires por la ventana, ¿lo harías? —él la miro ofendido.

—¿Por quién me tomas amor? —Freya volteo de nuevo los ojos.

—Vuélveme a decir amor y te golpeo en tus partes, porque la idea es tentadora —Sirius se acerco a ella y la abrazo por los hombros.

—Si me golpeas ya no tendremos descendencia —lo empujo.

—¿Quién dijo que tendríamos hijos? ¿Crees que puedo perdonarte tan fácilmente?

—Lo sé y juro que no me voy a rendir —Freya volteo de nuevo los ojos, al final quedaría mal con los ojos si seguía así.

—Buena suerte entonces —sabía que Freya sería capaz de perdonar a Sirius, ellos dos fueron una pareja demasiado linda, pero por cosas del destino tomaron caminos diferentes.

Mire a James y él seguía sorprendido, pero esta vez tenía lágrimas en los ojos. Odiaba verlo así y aunque estuviera enfadada con él en estos momentos no podía dejar de pensar en lo que tuvo que haber sufrido.

—Addie... ¿Es verdad? —él susurró mirándome, yo me limité a asentir mientras lloraba, nunca pensé que este momento ocurriría.

Marie miro a James y luego a Remus.

—Papá, ¿me puedo acercar a él? —Remus asintió con una pequeña sonrisa, la mirada de James fue aún más triste, estaba segura de que le había dolido eso. 

—Papá —le dijo Harry a Remus y él asintió. Si a James le había dolido que Marie le dijera papá a Remus, que Harry también lo dijera creo que para él eso habría como una patada fuerte en el estómago.

Marie se acerco primero a James y lo abrazo. James la miro confundido, pero segundos después la abrazo poniéndose a su altura y abrazándola más fuerte mientras soltaba las lágrimas que había querido retener. Harry también se acerco y se unió al abrazo, mire a Freya y ella estaba reteniendo las lágrimas, Remus los veía con una sonrisa y con los ojos cristalizados al igual que Sirius y Claire. Yo estaba llorando y bueno Lily estaba fuera de todo viendo todo sin ninguna expresión visible en su rostro.

—Lo siento mucho niños, sé que no va a ser fácil que me perdonéis, pero os prometo que no me volveré a ir y estaré siempre con vosotros aunque no queráis —susurro él llorando.

—No te preocupes papá, lo importante es que estás bien —Marie se separo un poco de él para verlo— ¿Estás bien?

—Estoy bien princesa, ¿sabes una cosa? Eres igualita a tu madre —Marie sonrió.

—Suelen decírmelo, pero la abuela dice que tengo muchas cosas tuyas —James le regalo una pequeña sonrisa.

—Tal vez si, pero eres muy hermosa —James miro a Harry—. Hola campeón, papá te ha echado mucho de menos.

—Yo también papá, ¿no te vas a ir no? —James negó con una pequeña sonrisa.

—Papá no se volverá a perder ningún momento más vuestro, siempre estará ahí para vosotros —Harry y Marie asintieron y lo abrazaron muy fuerte.

—Lo has prometido —susurro Marie a lo que James asintió.

—Creo que es mejor que Pomfrey se lleve a los niños —hablo Dumbledore.

—Ir con Pomfrey, después os prometo que estaremos de nuevo juntos y le contaréis a papá todo —Remus se acerco hacia mí y me agarro de la mano cosa que no paso desapercibida para James, ya que nos vio confundido.

Los niños se fueron con Pomfrey y James se nos quedo viendo a Remus y a mí.

—Un momento, ¿qué paso aquí? —pregunto Sirius viendo las manos de Remus y mías entrelazadas.

—Addie y yo somos pareja —les contesto Remus demasiado calmado.

—¿¡Qué!? —gritaron James y Sirius al unísono.

—¿Es que acaso estáis sordos? —pregunto Freya mientras suspiraba, estaba teniendo demasiada paciencia.

—¿Es en serio Lunático? —le pregunto James mientras lo veía.

—No mentiría sobre esto —James nos miro a los dos y bufo.

—Se supone que eres mi mejor amigo Remus, ¿cómo pudiste hacerme esto? 

—¿Te recuerdo que tú fuiste el que le rompió el corazón? —James lo interrumpió.

—¡Tú sabes muy bien por qué fue! ¡Sabías que la amaba demasiado! ¡Sabías que lo estaba pasando mal porque sentía que era un idiota que solo le rompería el corazón! —James grito con lágrimas en los ojos.

—Debiste pensarlo mejor antes de dejarla —le reprocho Remus.

—Lo hablé con vosotros maldita sea y estuvisteis de acuerdo. Os dije como me sentía, os dije que me sentía una mierda y que Addie merecía algo mejor que yo. Te dije que me sentía horrible desde que la deje, te lo conté todo y ahora tú estás saliendo con ella —Sirius se acerco a él.

—James cálmate.

—Sé que soy una mierda de persona, sé que le rompí el corazón a Addie, sé que soy un imbécil y un mal padre. Sé que no me merezco nada bueno por haber hecho lo que hice. Todos los días me despierto, si es que puedo dormir, deseando haber muerto esa noche. Sé que los niños no se merecen un padre como yo y sé que no merezco el perdón de ninguno. Pero yo también sufrí bastante, pero eso que más da sigamos odiando a James Potter —James le dio un golpe demasiado fuerte a la pared haciendo que las mujeres de la habitación nos asustáramos un poco.

 —¡James! —Sirius se intento acercar, pero James lo aparto para salir fuera de la oficina, decidí seguirlo ignorando los gritos de Remus.

—James —él ni se inmuto— ¡James Fleamont Potter! —él se giro para verme.

—¿Qué? 

—¿Por qué te pones así? —le susurré— Yo debería estar enfadada contigo por haberte hecho el muerto.

—Pues lo hubiera preferido si te soy sincero —negué acercándome a él con cuidado.

—Lo siento... —él me interrumpió.

—Addie —coloco sus manos en mis hombros con cuidado—, no debes disculparte por nada, el único culpable soy yo que siempre hago daño a los demás —negué con lágrimas en los ojos—. Es verdad y los dos sabemos que sí, rompí a la persona que más amo en el mundo e hice daño a los niños que no tuvieron la culpa de nada. Solo quisiera saber del porqué no me lo dijiste.

—Se te veía bien con Lily que no quería estropear eso —James negó.

—Fui un imbécil al dejarte, lo único bueno es Harry aunque me hubiera gustado que fuera nuestro... Gracias por cuidarlo Addie.

—Lo haría siempre James, es un niño demasiado maravilloso —susurré con una pequeña sonrisa.

—Addie, ¿eres feliz? —lo miré llorando.

—Si —susurre.

—Si tú eres feliz con él, pues yo también lo soy. Sé que no tengo el derecho de preguntarte esto, ni mucho menos pedirlo. Pero me gustaría formar parte de la vida de los niños... Solo si tú me lo permites.

—Claro que si James, además Marie sabe demasiado de ti, ella merecía saber lo buena persona que era su padre —susurre sin dejar de llorar.

—Te he echado de menos —lo miré sin poder creer que estuviera aquí. James estaba enfrente de mí, jamás pensé que eso pasaría.

—Y yo a ti —susurré.

—¿Puedo darte un abrazo? —me pregunto él viéndome con una pequeña sonrisa.

—Solo si después me dejas darte una bofetada —los dos soltamos una pequeña risa mientras llorábamos.

—Acepto.

—Adelante —James me abrazo muy fuerte al igual que yo a él. Lo había extrañado demasiado y aunque él me hubiera lastimado una parte de mí aún lo consideraba muy importante en mi vida.

Y a pesar de lo que nos paso, eso no quería decir que fuera un mal padre, siempre hizo lo que creyó que era mejor y era el mejor padre del mundo. No podía quitarle ese derecho, no después de que hubiera sufrido también, él merecía ser feliz y ver crecer a los niños y me alegraba demasiado de que estuviera vivo.





NOTA DE LA AUTORA

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