Tú
¿Quién dijo que la vida es color rosa? La realidad es cruda, asfixiante y frustrante, a decir verdad, es una completa mierda.
Estar vivo no significa tener una buena vida, a estas alturas ¿Quién quiere estar vivo?
Min YoonGi, un chico que para todos era normal, siempre sonriéndole al mundo, siempre diciendo lo bien que le va, era el chico perfecto para todas las personas que le rodeaban, era la clase de chico envidiable porque lo tenía todo.
Lo que el mundo no sabía era que Min YoonGi odiaba su vida, era un infierno existir. Desde que su madre murió, su padre empezó a traer mujeres a su casa, su padre era un alcohólico que desperdiciaba el dinero en cualquier cosa que se le ocurriese.
YoonGi odiaba su vida, odiaba las cámaras de los periodistas observándolo siempre, odiaba sonreír como un hipócrita a cualquier persona que viniese a verlo. Pero esa era su vida, una vida que definitivamente el no pidió.
¿Cómo se vive cuando estas muriendo por dentro sin que las personas se enteren?
Min YoonGi era un chico de cabellos negros, y ojos oscuros tan penetrantes que hacían caer a cualquier chica que pasase por su costado. El de cabellos negros era un tipo muy atractivo, cualquiera quisiese ser suegra de aquel chico perfecto.
El pelinegro se encontraba caminando hacia su casa, ese día se había escapado de los guardaespaldas que lo estaban esperando. Usaba sus audífonos escuchando música aleatoriamente, su sueño era ser productor, no un maldito abogado que salvaría la vida de personas culpables que no lo merecen. Pero como siempre, su padre ya había decidido su futuro, y él ya tenía planes hasta para el último día de su vida.
Sin darse cuenta en su camino se encontró con un chico de cabellos rubios, un chico muy lindo, pero el pelinegro no le tomó importancia. Ese chico tenía una sonrisa en la cara que hacían que sus ojitos se cerraran, YoonGi pensó que había una persona detrás de él, pero no había nadie. ¿a quién estaba sonriendo aquel rubio?
—Hola —Cuando estuvieron frente a frente el rubio saludó al de cabello negro como si se conociesen de toda la vida.
—¿Me estás hablando a mí? —El pelinegro preguntó rápidamente sacándose los audífonos y haciendo una mueca de confusión.
—¿Ves a alguien más a parte de tú y yo aquí?
—No
—Entonces si te estoy hablando a ti —El rubio dijo soltando una pequeña risita. —¿Cómo te llamas?
—¿No me conoces? —El pelinegro ya estaba muy confundido, era casi imposible que no lo conociese, además lo saludó como si fueran unos conocidos.
—Mmm noup. —Respondió el rubio algo dudoso.
—Me llamo Min YoonGi. —Cuando este dijo su nombre el de cabello rubio formó una perfecta "o" con su boquita. —¿Ahora si sabes quién soy?—El de cabello negro preguntó, con decir su nombre estaba seguro de que el contrario lo reconocería, su nombre y el de su padre salía todos los días en la televisión, en las revistas y en los diarios.
El rubio fingió que lo pensaba, pero al fin y al cabo terminó diciendo: —Tú vas a ese colegio de niños ricos, tu ropa es de allí—El rubio señaló su vestimenta. YoonGi se miró a sí mismo, era obvio que pertenecía a ese colegio, le sorprendió que el chico de cabellos rubios no supiera quien era, pero qué más daba.
—Si, eso— el azabache dijo tratando de no sonar tan duro a causa de la decepción.
—YoonGi hyung ¿Te puedo llamar así, verdad? — el pelinegro estaba anonadado, normalmente nadie lo llama de esa manera, siempre le dicen "Sr. Min", como si fuese un viejo, por eso al pelinegro no le incomodó, le hacía sentir de su edad.
—Claro, y tú eres...— preguntó, pues aquel lindo chico aún no le había dicho su nombre.
— Park Jimin, pero puedes llamarme Minnie si deseas. —El rubio dijo mostrando una enorme sonrisa. —¿Pero, que te trae por aquí? No te había visto antes.
—Oh, bueno, estoy escapando. —El pelinegro respondió con tranquilidad, pues al parecer el rubio no lo conocía.
—¿Escapando? ¿De qué, YoonGi hyung? —Jimin de alguna manera estaba asustado, y el pelinegro logró notarlo.
—No es nada malo, solo estoy huyendo de mi padre.
—¿Por qué huyes de tu padre? ¿Hiciste algo malo? —El rubio inquirió. —Yo solo huía de mi padre cuando me comía su comida, ¿Hyung, te comiste la comida de tu padre?
—No hice nada malo, y no me comí su comida. — YoonGi respondió.
—¿Entonces? — el rubio hizo un puchero inconscientemente.
YoonGi iba a responderle, sin embargo, vio que habían guardaespaldas atrás del rubio. Jaló al rubio de uno de sus brazos y lo llevó a un rincón.
El lugar era muy oscuro, era un basurero literalmente, no había forma de que los atrapen. Cuando YoonGi se dio cuenta de que los guardaespaldas se habían ido, volteó a mirar al chico rubio, y cuando lo vio a los ojos, se dio cuenta que estaban muy cerca, su corazón de alguna manera empezó a latir desenfrenadamente. ¿Por qué? Ni el mismo lo sabía, pero sabía que eso era algo nuevo.
Cuando vio que para Jimin ya se estaba haciendo incómodo, se separó, sabía que ya no era buena idea estar tan juntos.
—Yo-ongi hyung, ¿sS papá no estará preocupado por usted? —farfulló el hermoso chico.
—No creo que le interese realmente. —El azabache respondió sin problemas, apoyándose en la pared.
—¿Por qué cree que a su papá no le interesa? —Inquirió algo confundido.
—No lo creo, sé que no lo hace. —Jimin estaba completamente confundido ¿A qué clase de padre no le interesa su hijo? Pasaron minutos, nadie se movía, solo eran dos personas apoyadas en la pared compartiendo el mismo aire.
Para Yoongi esos cortos minutos fueron especiales, sintió como si por fin entrara aire a sus pulmones, sintió que por fin era libre y no necesitaba recibir instrucciones para vivir. Pero como siempre, no todo es para siempre.
—Jimin, ¿A tus papas les interesas? — YoonGi inquirió con los ojos cerrados.
—Claro hyung, mi mamá hace unos postres deliciosos solo para mi, y mi papá trabaja hasta tarde, así que no lo veo seguido, pero estoy seguro de que si le intereso. — El rubio respondió con una dulce y hermosa sonrisa en la cara, este amaba con toda su vida a los seres que le dieron la vida.
—Qué bueno, Jimin.
—Hyung, creo que ya es hora de irnos, mi mamá debe estar esperándome para el almuerzo y usted debe tener cosas que hacer. —Jimin soltó con pocos ánimos, le había gustado conocer a su mayor, a pesar de que era un poco raro, y esperaba volver a verlo algún día.
—Oh, cierto —. YoonGi se levantó. —Nos vemos en otro momento Jimin —Le revolvió el cabello al rubio y se fue caminando hacia la salida del lugar.
El camino del mayor fue más cómodo y menos pesado, su semblante se encontraba en paz y plenitud, era como si hubiese descargado todo el peso que tenía en sus hombros. Al parecer le había hecho bien hablar con aquel chico de cabellos rubios, el pelinegro deseaba volver a ver a Jimin.
—¿Dónde estabas? Sabes que tenemos una junta importante en media hora. —Eso fue lo primero que escuchó el pelinegro cuando llegó a su casa.
—Lo sé —Alegó Yoongi.
—Cámbiate, ya nos vamos —El señor Min dijo de manera autoritaria.
—Aún no he almorzado —Refutó el pelinegro.
—Pues ya no hay tiempo, debiste haberlo pensado antes de llegar tarde. — Este vez sonaba enojado. Sin embargo, Yoongi simplemente lo ignoró y subió las gradas que daban para su habitación.
La vida de Min Yoongi no era para nada divertida, el solo quería ser un adolescente normal, vivir una vida normal, y tener todo normal. Estaba cansado de firmar papeles, de sonreír, de hacer todo, vivir de esa manera era demasiado frustrante y jamás habían resultados positivos. Desde que su madre murió no ha sonreído ni una vez por cuenta propia, toda su vida estaba llena de obligaciones, de las cuales ya estaba cansado.
A su corta edad y ya estaba agotado de vivir la vida, ¿Quién lo pensaría?
Sin darse cuenta, ya había amanecido, sus ojos tenían unas ojeras que mostraban que se había desvelado toda la noche, ¿Con qué? Con papeles que estaba llenando para la empresa de su padre, al parecer el negocio no había salido como su padre había planificado y tuvo que llenar unos cuantos formularios para poder asociarse con otras empresas.
Cuando el azabache vio el sol, sus ojos empezaron a arder, quizá el sol no era una de sus cosas preferidas, sin embargo, amaba ver el cielo, tenía un color celeste muy bonito, YoonGi quería ser como el cielo; libre. Sin necesidad de que le digan que hacer y qué no hacer.
¿Que más daba vivir si la felicidad no gobernaba en él?
Fue a sus clases como siempre, todo era normal, Yoongi ya tenía una rutina, su horario consumía cada minuto de su tiempo, jamás había tiempo para algo más. Sus clases pasaron con normalidad, esa mañana fue muy aburrida para el pelinegro.
Al culminar las clases, fue al lugar del día pasado, al lugar donde había encontrado al chico rubio. Cuando llegó, no se sorprendió de que aquel chico rubio este cargando cajas para el interior del lugar donde lo había visto la primera vez.
—¿Hyung? —El rubio cuestionó algo sorprendido, no esperaba verlo, y menos tan pronto.
—Hola —El pelinegro dijo de forma penosa. —¿Te ayudó? —Habló tomando así las cajas que aún le faltaba mover al rubio.
—No tiene que preocuparse hyung — Jimin se apresuró a decir, sin embargo el mayor ya estaba llevando todo adentro.
Cuando terminaron de llevar las cajas, el pelinegro le invitó una botella de agua al rubio, pues las cajas no eran nada ligeras.
Los días pasaron, y esa era la nueva rutina del pelinegro, siempre iba a ayudar al rubio con sus cosas, era una bonita forma de no sentirse atrapado, además aquel chico le daba tranquilidad al pelinegro, y le hacía recordar a los momentos que pasaba con su madre de niño.
En su casa prácticamente no hace nada, cuando intentaba ayudar a alguna empleada su padre las despedía acusándolas de aprovechadas.
Pero lo que no sabía YoonGi, era que su padre ya lo estaba siguiendo, el comportamiento raro de su hijo no le gustaba, últimamente el chico pelinegro ignoraba todas las ordenes que este le hacía, por eso decidió seguirlo, necesitaba saber que le ocurría a su hijo.
—Yoongi hyung, ¿Hoy no tiene clases? —El rubio estaba preocupado de que el pelinegro estuviese ahí tan temprano.
—Si tengo clases, pero no son importantes, soy muy bueno en todas las materias. —El azabache respondió confiado, pues era verdad, Min Yoongi era muy bueno en todas la materias, después de todo era el chico perfecto.
—Hyung, no debería faltar a clases —Jimim hizo un puchero con sus hermosos cachetitos. Este iba a una institución pública claramente por falta de dinero, pero amaba sus clases, y trataba de aprovechar cada una de ellas al máximo, pues quería ser alguien en la vida.
—Pero quería venir a verte — YoonGi aseguró con algo de picardía haciendo que el rubio se sonroje.
—Yah~ hyung, no diga esas cosas — Jimin sentía sus cachetitos muy calientes.
—Te ves lindo. —YoonGi ahora estaba aludiendo al contrario.
—¡Hyung! —El rubio se sentía muy avergonzado y el mayor solo reía, pues le causaba gracia como se quejaba Jimin.
—Oh Minnie tan lindo.— Yoongi sonreía mientras jalaba los cachetitos del menor. Que bien se sentía sonreír sin ser forzado pensó.
Ambos reían de cualquier cosa, les encantaba compartir el uno con el otro, es como si hubiesen estado destinados a estar juntos. Jimin definitivamente había cambiado la vida de YoonGi, volviéndolo así un chico alegre, el chico que YoonGi siempre quiso ser.
¿De qué le servía el dinero, la fama y todo lo que tenía si no era feliz?
Los meses pasaron, YoonGi a pesar de seguir teniendo varias responsabilidades, con Jimin siempre conseguía paz, era tan tranquilizante estar con el menor, realmente le agradaba muchísimo.
—¿YoonGi hyung, por qué quiere ser productor y no abogado? —El de cabellos negros le había contado a Jimin que su sueño era ser un productor de música, no un maldito abogado. El mencionado evidentemente no sabía que responder, tenía muchas excusas pero todas iban en contra de su padre.
—No quiero ser el reflejo de esta sociedad podrida —Decía usando una voz monótona —Además me gusta la música —Al mencionar esto último sonreía.
Se quedaron un rato callados, YoonGi miraba el cielo en todo su esplendo y Jimin simplemente observaba al contrario.
—YoonGi hyung ¿Por qué siempre mira el cielo? —El rubio inquirió con confianza. YoonGi siempre miraba el cielo, era una forma de obtener paz, y le agradable porque se parecía a Jimin en mucho.
—Porque me gusta.— YoonGi musitó, el cielo era libre, era el mismo, sin que nadie lo controle.
—Hyung.... —Era casi un susurro
—mmnh
—¿Puedo ser su cielo? —El rubio preguntó tomando desprevenido a YoonGi. El pelinegro en ese momento no sabía que hacer, no sabía que decir, su corazón palpitaba a mil por hora, los últimos meses se había dado cuenta de que estaba enamorado del rubio y que era un sentimiento que ya no podía ocultar. Pero escucharlo del contrario y saber que era correspondido era sorprendente.
—Jimin, yo-o.— el pelinegro tartamudeaba, pues no sabía que decir.
—Esta bien, no tiene que decir nada —Quién hablaba con voz entristecida proseguía y se puso en marcha dejando al pelinegro algo anonadado. Mientras este caminaba soltaba leves sollozos, el realmente se había enamorado de YoonGi y le dolió no escuchar una respuesta, caminaba rápido, el pelinegro no lo seguía y supuso que estaba bien.
—Jimin, ¡Espera! —Escuchó un grito del mayor, volteó buscando la voz y no se dio cuenta de que estaba en medio de la pista. Este solo vislumbró la luz amarilla proveniente del carro y cayó al piso, pues ya había pasado lo que no debía pasar. —¡No! —Gritaba YoonGi con toda su fuerza. —¡Llamen una ambulancia! —Decía corriendo hacia donde estaba Jimin, su voz estaba llena de dolor. Lloraba mientras agarraba el cuerpo del menor, quien sangraba de la nuca.
—Minnie, no me dejes, yo te amo —Lloraba y no podía decir las palabras con un completo sentido. — Jimin, tú eres mi cielo, el único cielo que deseo.
Jimin sonreía mientras escuchaba las palabras del contrario, lo agarró de los cabellos y le dijo: — También te amo YoonGi hyung, y me encantaría ser tu cielo —Su voz era débil, ya no pudo soportar y terminó cerrando sus lindos ojitos, los que tanto le gustaban, al contrario.
[...]
Pasaron horas y horas en el hospital, YoonGi ya había llamado a los padres de Jimin, aquellas personas se pusieron a llorar y Yoongi no pudo aguantar el llanto incesable que gobernaba en él, sintió que era su culpa que Jimin estuviese en el hospital en ese instante.
El doctor salió luego de unas cuatro horas, los padres de Jimin ya estaban más calmados, necesitaban escuchar lo que les diría el doctor, y YoonGi también estaba al tanto de eso.
—Familia de Park Jimin —El doctor dijo en forma de pregunta agarrando unos papeles.
—Si, somos nosotros —Los señores Park se acercaron al doctor rápidamente —¿Cómo esta nuestro hijo?
—Lamento decirles que el muchacho no pudo resistir, hicimos todo lo que pudimos, pero el golpe fue mas grande de lo que pensamos. — El padre del rubio se había quedado en shock y la madre estaba llorando desconsoladamente, lo que le había dicho el doctor no era cierto, no podía ser cierto —Aquí esta el acta de defunción —Quien atendía dijo tratando de entregar los papeles que tenía en su mano a los padres del menor.
—¡Mi hijo no está muerto! — la madre del rubio gritaba —¡Él no puede estar muerto!
YoonGi tomó los papeles y no pudo evitar llorar, Jimin, su Jimin, ya no estaba con él...
YoonGi se fue a su casa, no podía seguir ahí, no con la culpa que lo consumía por dentro. ¿Por qué no le dijo sobre sus sentimientos mas antes? ¿Por qué pasó todo eso?
Nadue iba a responder sus preguntas, y su dolor sería permanente, era como una estaca en el corazón que lo acompañaría para siempre.
Pasaron dos días después de lo ocurrido, YoonGi no podía ir a ver la lápida de Jimin, se negaba ver a la persona a la que mas amó en un cementerio, no quería aceptar que aquel chico ya no estaba con él.
—YoonGi, tenemos una entrevista hoy. —Su padre le dijo cuando lo vio llegar de sus clases.
—No iré —El pelinegro se encontraba muy mal para ir.
—Nadie te preguntó si querías ir o no. Tu vas a venir conmigo —El Sr. Min dijo con una voz demandante.
Justo en ese momento YoonGi recibió un mensaje, le dio una mirada rápida y dijo: —Esta bien, vamos.
Quizá ir ayudaría en lo que había descubierto.
Fueron al lugar dónde sería la entrevista, el Sr. Min sonreía a todas las cámaras que estaban ahí, mientras que YoonGi se limitaba a juntar lo labios.
YoonGi no quería seguir ahí, no podía estar en una maldita entrevista siguiéndole la corriente a su padre sobre todos los proyectos de la empresa.
—¿Eso es todo Sr. Min? —Uno de los tantos reporteros dijo cuando acabaron las preguntas.
—Si, eso es todo. —El padre de YoonGi dijo con una sonrisa de hipócrita en la cara.
Los reporteros iban a hablar pero YoonGi dijo rápidamente: —Yo tengo algo que decir —Yendo en busca del micrófono mas cercano. Hablando así por primera vez en toda la tarde —Me encantaría que me escuchen con mucha paciencia.
Todos los periodistas se pusieron al tanto y los camarógrafos levantaron las cámaras para grabar en vivo y que se reproduzca en cada fuente de comunicación.
—09 de mayo del 2014 —Empezó el pelinegro —Ese día murió mi madre.—Se atrevió a hablar de ese tema que todos llamaban "personal" —Todos desconocían su causa de muerte, pero yo siempre la supe y me negué a comprenderla.
—¿Cuál fue la causa? —Uno de los reporteros se atrevió a preguntar.
—Homicidio —YoonGi dijo con la voz mas dura posible —¿Y quieren saber quien es el culpable? — El pelinegro con sus ojos negros oscuros, rojizos de tanto llorar miró a su padre, quién seguía sonriendo.
El padre del pelinegro se acercó al oído de YoonGi susurrando: —Ya detente —Pero el pelinegro continuó sonriendo maliciosamente.
—El señor que está a mi costado la mató, quitándome lo que mas quería, este señor es un puto imbécil que le ha estado robando al país millones de dolares.— YoonGi sonreía mientras lo decía.
Su padre intentó quitarle el micrófono pero no pudo, pues el pelinegro tenía mas fuerza que él.
—Este señor que definitivamente no es mi padre, quizás lleve su sangre, pero eso es todo —Ahora hablaba dirigiéndose al Sr. Min —¿Te gusta tanto quitarme lo que mas me gusta?
—¿De que hablas? — el Sr. Min se hizo el tonto, pero al ver su piel palidecida era imposible no darse cuenta de la verdad. Mientras eso, los periodistas grababan todo.
—¿De que habló? De que se que tú mandaste a matar a Park Jimin —Todas las personas presentes se sorprendieron —Ya me enteré de que tú hiciste que lo atropellaran. ¿Te gusta hacerme la vida una mierda, verdad?
—Todo esto es falso —Se apresuró a decir el padre de YoonGi quitándole el micrófono rápidamente. Sin embargo YoonGi cogió el otro teléfono.
—Tengo unas putas pruebas, del incidente de mi madre, del incidente de Jimin, de todo el puto dinero que le has robado al país.
***---***
Para el momento en el que acabó la entrevista, los policías ya estaban parados en la entrada del lugar, se llevaron al Sr. Min y YoonGi entregó las pruebas que tenía, eran documentos en mal uso que se utilizaban a favor del padre de YoonGi, vídeos y audios de las personas con las se habló, y sobre todo las conversaciones donde claramente decía que había planeado ambas muertes. Todo era suficiente para culpar al padre de YoonGi, y ya no había vuelta atrás.
Cuando YoonGi terminó con eso, inmediatamente se dirigió al cementerio, en el cual se encontraba Jimin.
—Minnie, ya estoy aquí. —Habló a la lápida que estaba frente a él, evitando romperse en llanto —Lo-o siento tanto —Pronunció con dificultad —Te perdí, todo es mi culpa —Cayó de rodillas en el lugar, llorando y soltando todo lo que había suprimido en tanto tiempo —Minnie, perdonadme por favor —Su voz estaba rota, su llanto tapaba cada palabra que decía.
Esa tarde solo las nubes gobernaban, no había rastro del sol, solo estaba el color celeste del hermosos cielo.
—Jimin, tú eres mi cielo.
Luego de que YoonGi declarara en contra de su padre, se fue a vivir a Estados Unidos, ahí recibió terapias para olvidar todos los acontecimientos que había presenciado, Min YoonGi necesitaba olvidar cada maldito momento que vivió. Este no podía dormir, tomaba pastillas para eso, en realidad tomaba seis o siete pastillas para dormir, pues una no era suficiente.
Cada noche los recuerdos lo tumbaban, haciendo que sus lágrimas no paren de caer. Un día sin poder aguantar más, sin ganas de seguir viviendo, el pelinegro murió. Las ganas de suicidarse habían sido mas fuertes que él. Y la culpa finalmente le ganó. Esta vez Min YoonGi perdió la guerra, esta vez él también iría a ver a su hermoso cielo.
Broo i really feel that, no se si mencioné esto antes, pero soy nueva escribiendo, de verdad espero que le den amor a mi OS.
Se que tiene muchos errores, y también sé que tengo que mejorar. Pero lo mejor que puedo hacer ahora es tener confianza en mi para tratar de escribir de una manera correcta.
Gracias por el apoyo.
Lxs amo con todo mi corazón de patata.
~TYT~
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