Luego de un tiempo mi celular suena nuevamente, esta vez es la alarma indicando que son las 6 de la mañana –Aww… -bostezo fuertemente mientras me desperezo en la cama estirando los brazos –No quiero levantarme. –me quejo pero debo hacerlo, además tengo curiosidad sobre el regalo que Megan va a darme.  

Me pongo de pie y camino a paso de zombi hacia el baño, cuando tomo el picaporte noto que está cerrada.

-¡Hey! ¿Quién está ahí adentro? –digo golpeando la puerta, al no escuchar respuesta me molesto y comienzo a golpearla más fuerte, es que debo entrar al baño enseguida por culpa de haber tomado mucha agua anoche.

Dejo los golpes a un lado y escucho unas risas al otro lado de la puerta, estoy seguro que se trata de los peques.

-Son ustedes dos ¿No es cierto? Abra la puerta ahora. –les ordeno firmemente.

-No ¿Cuál es la contraseña? –me dice Luca, es mi hermanito tiene 10 años al igual que Rosita, ambos son mellizos y también mi dolor de cabeza.

-¿Cómo se dice? –habla Ros.

-Por favor ¿Quieren que me haga en el medio del pasillo? –suplico, es la única manera de convencerlos.

-Eso sería genial. –habla Luca.

-¿Ah sí? –pienso y se me ocurre una idea, voy a la cocina y cargo un vaso con agua, entonces vuelvo a la puerta del baño que aun sigue cerrada.

-Por favor, ya no aguanto. –digo una vez más, en parte es cierto mi vejiga está llena.

-¡No! -Contestan en un mismo solo y esa es mi señal. Dejo caer lentamente un poco de agua por debajo de la puerta y espero –Y 3, 2, 1… -cuento y en el 1 ambas plagas salen corriendo del baño.

-¡Qué asqueroso! –dice Ros pegando saltitos hasta llegar a su cuarto.

-Puerco. –me regaña Luca molesto mientras corre hacia su habitación.

-Jajaja. –Rio victorioso porque ya tengo todo el baño para mi, siempre me hacen lo mismo pero esta vez yo gane – ¡Vengan yo ya no necesito el baño! –Bromeo mientras tomo el agua que quedo en el vaso –Ay no… -esa pisca es más suficiente para hacerme correr al baño.