-Debo hablar con Megan. -digo. pero todos están más concentrados en tomar el chocolate caliente que mi mamá y Rosita hicieron.

-¿Nadie me eschuchó? Tengo que verla. -insisto.

-Entonces ve, pero no esperes a ser atendido porque son las 4 de la madrugada. -habla mi papá.

-No importa. -salgo decidido y tomo mi bicibleta para ir lo más rápido que puedo a la casa de Megan, al llegar, dejo mi móvil en la vereda y subo por un árbol hasta el techo de la casa.

Desde allí camino sigilosamente hacia la ventana de Megan, golpeo una vez, dos veces hasta que ella se acerca.

-¿Leo? -dice entre sorprendida y cansada. La desperté.

-Quiero hablar Megan. -hablo pero ella me interrumpe.

-No también quería pero nunca atendiste mi llamada. -murmura dolida sin mirarme.

-Sí, y fui un idiota, estúpido, etc. Pero ahora estoy aquí y voy a luchar por ti y nuestro bebé.

-Ya es tarde. -sentencia y cierra la ventana junto con las cortinas.

-Ay no. -pierdo el equilibrio y caigo desde el techo para golpearme contra el suela.

-Mierda, ya no quiero caer ni morir. Quiero a Megan. -me digo decidido.