-¿E-Estás embarazada? -pregunto estando paralizado y muy asombrado con esto.

Megan agacha la mirada y comienza a llorar, sus lágrimas se deslizan lentamente por sus mejillas.

-Perdóname. -susurra con la voz quebrada, yo me acerco y la abrazo, al principio parece sorprendida, como si ella hubiera hecho algo horrible y no meresiera perdón.

-No llores Meg. -murmuro acariciando su cabeza.

-Seguramente me odias. -responde aun llorando.

Yo sonrío -Hablas como si no me conocieras.

Ahora entiendo todo, por eso Indy dijo que me estaba utilizando y que regresó a causa de estar embarazada.

-No te lo quería decir porque tenía miedo de que me odiaras y que me dejes. -confieza desaciendo lentamente el abrazo.

-Yo te amo, no me importa lo demás ¿Quién fue el desgraciado que te hizo esto? -pregunto poniendome serio, de seguro ese maldito hijo de perra que la abandonó justo en el momento que se enteró que estaba embarazada.

-No quiero hablar de eso, es muy difícil para mí. -niega y sus lágrimas vuelven a salir.

-Entiendo, tranquila. Yo voy a cuidar de ti... y de nuestro futuro hijo. -digo sonriendo.

-¿Lo harás?

-Te lo prometo. -asiento y vuelvo a abrazarla.