Llego a mi casa muy tarde y entro lentamente por la puerta, estoy cansado de tanto correr.

-¿Cómo te fue? -me pregunta mi mamá.

-Bien, bien. -suspiro recuperando el aire.

-¿Y qué pasó? ¿La besaste? -me interroga mi papá.

-No voy hablar de eso con ustedes. -niego mientras voy a mi cuarto.

-Debe decirle lo que sientes, hijo. -aconseja ella.

-Sí, antes de que alguien más te la quite. -advierte él.

-Sí, sí. -digo para tranquilizarlos.

Me quito mi camisa y me tiro en la cama -Creo que todo mejorará desde ahora. -me digo cerrando los ojos y quedandome profundamente dormido.