~♡ Epílogo
Tres años después.
En resumen, Jeongin se mudó con Chan, temporalmente, porque el menor quería vivir en su casa, la casa que su abuela le regaló.
Algunos meses después Chan empezó a planear una pequeña ceremonia con ayuda de Changbin, y no le agradaba la idea de tener que casarse. Pero, aunque Jeongin tenía su marca, los alfas no dejaban de ir detrás de Jeongin y por consejos de su madre él quería que Jeongin llevara su apellido, para que él lo presumiera como su esposo y alfa. Chan era muy celoso y posesivo, odiaba ver cómo Jeongin atraía a muchos alfas con su olor, aunque Jeongin no le prestaba atención a nadie, más eso no le quitaba los inmensos celos que sentía cada vez que alguien de le acercaba a su novio, porque Jeongin era suyo y no quería compartirlo, incluso se ponía celoso de que sus hermanos estuvieran cerca de su Jeongin.
Inclusive una vez después de haber formalizado su noviazgo le rompió la cara a un chico que intentó acercarse a Jeongin y el pobre terminó en el hospital con severas lesiones.
Cuando fiablemente estuvieron frente a un juez y se casaron, ese día los dos se escaparon después de la ceremonia y bueno, iban follando en el auto mientras todos los invitados se preguntaban dónde podían estar los recién casados.
Jeongin estaba frente al espejo mirando su cuerpo con detalle, las marcas en su cadera, sus muslos, piernas, pecho y cuello solo lo hacían lubricarse automáticamente mientras recordaba cómo Chan lo follaba todas las noches.
Cuando entró a la ducha la puerta del baño se abrió y así entró Chan con un aspecto algo cansado. Trabajar en la empresa no era fácil, pero aun así siempre estaba pendiente de Jeongin, a su manera, pero lo cuidaba.
—Buenos días... —dijo el menor soñoliento mientras se frotaba los ojos con sus puños.
Jeongin lo miró con detenimiento y tal vez era hora de que empezar con sus verdaderas labores; cuidar a Chan tanto como Chan lo cuidaba a él.
Chan le robó uno que otro beso a Jeongin, mientras el menor le lavaba el cabello y le daba algunos masajes en el cuero cabelludo.
Chan era tan lindo cuando tenía sueño, hacía pucheros cada dos segundos porque no se quería dormir. Sin embargo, terminó siendo bañado por Jeongin, como si de un bebé se tratase.
—Puedo vestirme solo, Jeongin —dijo haciendo un puchero, mientras tanto Jeongin le ponía una ramera de manga larga—. ¡Oye!
—Hagamos un trato —se sentó sobre los muslos de Chan—. Hoy déjame cuidarte y después de que descansemos un poco... —empezó a mover sus caderas de adelante y para atrás—, comemos postre en la noche —escuchó un gruñido por parte de Chan, mientras apretaba sus nalgas—. Ah... ¿Te parece? —jadeó mientras Chan mordía la piel de su cuello.
—¿Si comemos postre y después desayunamos? —sugirió, tratando de conseguir lo que quería.
—Más tarde, también estoy cansado —le dio un beso en los labios, antes de levantarse y dirigirse a la cocina para preparar el desayuno. Para ambos.
—Hola, dormilón —sonrió mostrando sus dientes—. ¿Dormiste bien? —preguntó antes de darle un casto beso en los labios—. ¿Sabes cuánto tiempo llevo esperando a que despiertes?
Chan parpadeó varias veces y volvió a acurrucarse en el pecho del menor, tenía demasiado sueño porque los últimos días no había dormido bien, aunque no se arrepentía de nada.
Juntó sus labios con los de Jeongin empezando rudo desde el principio, aunque no quería ser rudo, pero Jeongin no lo hizo tan fácil, porque se subió a su regazo de horcajadas, mientras las pequeñas manitos de Jeongin jugaban con los cabellos del mayor, mientras movía sus caderas en círculos haciendo fricción.
Chan sin perder tiempo le sacó la ramera al menor, para luego llevarse ese rosado pezón del menor a la boca y pellizcaba el otro pezón. Provocándole varios gemidos y jadeos al menor, quien arqueaba su espalda hacia el rostro de Chan. Sus caderas seguían moviéndose haciendo que la longitud de Chan empezara a despertarse, el ano de Jeongin se empezó a lubricar mientras Chan iba a chupar y morder su otro pezón.
—Ah... uhm... —gimió.
—Hazte cargo de esto... —gruñó contra en cuello del menor.
Jeongin le bajó el bóxer a Chan y liberó su longitud que estaba dura gracias a él, masajeó la base de arriba hacia abajo varias veces antes de levantar su cadera y dejar el glande del mayor en su palpitante y lubricada entrada, para luego empezar a introducirlo hasta la empuñadura. Soltó un agudo gemido, al mismo tiempo en el que las manos de Chan se deslizaban por toda su espalda y se detenían en su cintura. Cuando Jeongin se acostumbró a la invasión empezó a moverse, empezaba a dar saltos sobre su longitud, hasta que Chan empezó a elevar su cadera para llegar más profundo dentro de Jeongin, sacándole varios gemidos al menor.
—Más... más... ¡Ahg, Chan! —echó la cabeza para atrás, mientras tanto el mayor iba dejando marcas en su mandíbula, al mismo tiempo que lo embestía golpeando la próstata del menor una y otra vez. Los agudos gemidos de Jeongin eran lo que más le gustaba a Chan, pero si él era el que le provocaba esos lindos sonidos al menor.
Chan apretó con fuerza las caderas del menor ya casi estaba por venirse y Jeongin estaba igual por su contrajo, apretándolo deliciosamente, provocándole un gruñido a Chan. Una embestida más bastó para que anudara dentro del menor. mientras se corría dentro, sus colmillos se incrustaron de nuevo en el cuello del menor, renovando la marca.
Jeongin se corrió después de Chan, mientras el nudo se expandía dentro de él, acarició el cabello del mayor. Entonces se dio cuenta de que ellos eran destinados, apenas lo había notado, por algo el nudo que se formaba dentro de él se apretaba tanto en lo que Chan lo besaba, o mientras sus dientes estaban clavándose en su piel. Chan a veces se quedaba largos ratos besando o lamiendo la marca, eso era raro, pero... ¿qué podía hacer para cambiar eso? Tampoco le molestaba eso, de hecho, le agradaba que anudara dentro de él, que lo protegiera, que la marca fuera algo tan importante para él como para Chan. ¿Qué podría salir mal?
—Te amo... —susurró Chan, mientras le daba un beso en los labios al menor
—Yo también te amo —respondió con una pequeña sonrisa en los labios.
—Tienes tres semanas de gestación —Hyunjin miró a su hermano con preocupación—. ¿Acaso no te cuidaste?
Jeongin negó con la cabeza, pero eso era lindo, tendría un bebé con Chan y eso era lo que lo puso muy feliz. Ahora entendía por qué su aroma estaba cambiando, porque vomitaba casi todo lo que comía, llevaba una vida dentro de él y eso le alegró mucho, siempre quiso tener un cachorro, así solo fuera uno, lo amaría con todo su corazón.
Sin darse cuenta sus mejillas estaban húmedas por las lágrimas que se deslizaban por estas, pero estaba más que feliz. Aunque sabía las complicaciones que se presentarían a lo largo del embarazo.
—¿Tenemos su intervenir? —Félix observó a Jeongin con tristeza, pero a la hora del parto tendrían que decidir a quién salvar—. Jeongin, aún está...
—¡No! Es mi cuerpo y es mi cachorro, no es decisión de ninguno de ustedes. ¡Es mío! —sus ojos se pusieron de un color más oscuro.
—Está bien. Es un bebé, es una vida, la vida de su cachorro y es decisión de Jeongin, no de nosotros —Seung abrazó a Jeongin para que se tranquilizara—. Tranquilo... puede hacerle daño al bebé. Tranquilo, Jeongin.
Jeongin asintió y correspondió el abrazo.
—¿Es que estás loco? Jeongin no soportará el parto, tendremos que decidir entre él y su hijo. ¿De qué lado estas? —Minho dijo enojado—. ¿No entiendes la gravedad del asunto o qué?
Jisung lo fulminó con la mirada.
—No lo entiendes. Nuestro instinto maternal es el que nos impide hacer estupideces. Tú no lo entiendes porque eres alfa, pero yo sí lo entiendo y eso es porque soy un omega... ese instinto maternal que tiene Jeongin lo tengo yo también y lo entiendo, ustedes no...
Todos se quedaron callados, si Jisung entendía ese instinto era más fuerte que cualquier otra cosa, Félix era beta y no tenía ese sentimiento que ellos, aunque él también estaría igual que Jeongin si estuviera en su lugar.
Todos salieron de la habitación mientras Jisung y Jeongin hablaban sobre el bebé.
Pasaron las horas y Chan llegó a casa, cansado y fatigado, pero tendría tiempo para atender a Jeongin, ya que él sabía que los últimos días Jeongin había estado enfermo. Por eso llegaba temprano a casa, solo así se sentía bien. Odiaba dejarlo solo, sin embargo, debía trabajar para que Jeongin tuviera lo mejor, aunque no necesitaban el dinero.
Cuando entró a la sala vio a Félix, Hyunjin y Minho en la sala, con el ceño fruncido y con cara de funeral.
—Tú... —Minho se puso de pie y empezó a caminar directo a Chan—. ¡Maldito, tú tienes la culpa!
¿Culpa? ¿De qué?
—Hey, Minho calmante, shh. Jeongin está durmiendo —Félix se puso en medio—. Cálmate, ¿quieres? Que pelees no ayudará en nada.
¿¡Pero de qué cosa estaban hablando!? Jeongin... ¿le había pasado algo? Estaba por subir a ver a Jeongin, pero Hyunjin habló....
—Chan... tenemos que hablar, se trata de Jeongin.
¿Por qué pensaba que Jeongin le haría caso? Si ese mocoso era un terco, pero tampoco quería perderlo, Jeongin era suyo y no quería perderlo por su necedad de querer que es hijo naciera.
—Channie —escuchó la voz ronca del menor—. Buenos días, amor —sonrió ampliamente antes de besar la mejilla del alfa.
—Buenos días, Innie —Chan abrazó el pequeño cuerpo del menor, odiaba la idea, pero tenía que decirle lo que estaba pensando por su cabeza—. ¿Es cierto que...?
—¡Sí! Vamos a tener un cachorro —dijo antes de poner la mano de Chan sobre su apenas hinchado vientre—. Está creciendo muy rápido. Cuando Hyunjin me revisó pensó que tenía más de dos meses —contó, mirándolo con una enorme sonrisa.
—¿No quieres... ya sabes, interrumpirlo? —Jeongin lo miró con los ojos cristalizados—. No llores, pero sabes los riesgos de esto...
—Lo quiero... es de los dos, pensé que te pondrías contento —sollozó, Chan se sintió mal, podía sentir la ilusión que tenía Jeongin con respecto al bebe y también lo triste que lo puso hablar de un aborto, pero él no estaba dispuesto a perderlo—. Es mío, mi cachorro...
—Está bien... —limpió las lágrimas que derramo el menor—. Será como quieres... tendremos un cachorro si eso es lo que quieres.
Meses después...
Le preguntó a la pareja que sostenían a la pequeña en brazos, en lo que Chan le limpiaba el rostro con unas toallas húmedas y la nena estaba ocupada tomando leche, como si fuera a desaparecer en ese momento.
Si bien el parto fue difícil, Jeongin aguantó, tanto él como la bebé salieron bien. Chan era un sobre protector con ambos más con Jeongin que, como era de esperarse, estaba de muy mal humor cuando supo que el doctor que atendió a Jeongin fue alfa y no un beta como le habían dicho. Sin embargo, afortunadamente Jeongin lo calmó con un beso y no pasó de ahí.
Aunque ya no podrían tener más hijos Jeongin estaba feliz porque su nena estaba sana y salva al igual que él. Y en cuanto a Hyunjin y Minho, no tuvieron otra opción más que respetar las decisiones que tomaba Jeongin, no podían impedirle nada así que no hubo demasiados problemas con eso. Jisung era el único, además de Chan, que apoyó a Jeongin durante su embarazo.
Félix, pues estaba feliz por él, aunque también tuvo que pedirle una disculpa por lo que dijo cuando supo que Jeongin estaba embarazado. Hyunjin también lo hizo, aunque Jeongin no los perdonó tan fácilmente, lo terminó haciendo meses después.
Y Minho era algo diferente, pero gracias a Jisung, su actitud empezó a cambiar y sentó cabeza. Por lo menos Jeongin lo dejó conservar un buen puesto en la empresa de sus padres para que pudiera trabajar, conseguir una buena casa para Jisung y el cachorro que venía en camino.
—Es una niña tan linda... —Jisung le regalo un pequeño conjunto de ropa a Jeongin—. ¿Cómo piensan ponerle?
—Eh... aún no decidimos —Chan dijo sin despegar los ojos de Jeongin.
—Minho y yo ya elegimos un nombre para el bebé —ambos lo miraron—. Si es niña, se llamará Jiho. Si es niño, se llamará Minsung —acarició su vientre ya de cuatro meses.
—Chanin —Jeongin dijo mientras dejaba a la bebé en su cuna—. Su nombre será Chanin.
—Uww, eso es lindo —aplaudió Félix.
—¿Quién es lindo? —preguntó Minho, llegando con un regalo para su sobrina.
—El nombre de mi hija —respondió Jeongin.
—Oh, ya era hora de que le pusieran un nombre, tiene dos meses y apenas le pusieron nombre —negó con la cabeza.
—Se llama Chanin. Bang Chanin —Chan besó la mejilla de Jeongin
—Bueno... nosotros nos vamos, porque hacemos mosca, tenemos cita con el doctor —Jisung sacó a Minho y a Félix de la habitación de la pareja.
Chan sin perder el tiempo empezó a besar al menor con brusquedad, al mismo tiempo que empezaba a desnudarlo.
—¡Ah! Espera... —Chan miró a Jeongin—. No pellizques mis pezones, están algo sensibles.
—¿En serio? —Jeongin asintió mientras se sonrojaba—. Está bien, pero déjame seguir y después me encargo de este par... —dijo mientras las piernas del menor se enrollaban en su cadera y sus labios seguían devorándose.
Por lo menos Chanin era muy dormilona como su papá, no se despertaría con el ruido de sus padres en la cama.
Jeongin en un dos por tres se quitó la ropa y se encargó de la de Chan a la velocidad de la luz.
—Uhm, sigue siendo grande.
Jeongin mostró su cuello en sumisión. Chan no desaprovechó para volver a renovar las marcas que llevaban días abandonadas, aunque ahora de notaban igual que siempre.
Gracias por leer, aquí acaba la adaptación, deseo que les haya gustado mucho. Y gracias a Cielobsk por recomendar la historia. Si tiene alguna historia que deseen leer en ChanIn, me envían un mensaje nomás, yo haré lo que esté a mi alcance para que suceda.
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