Like animals.

—¿Me extrañaste, Jeongin? —preguntó con una sonrisa retorcida que fue correspondida por Jeongin que sonrió de la misma manera que él.

—Channie~ —jadeó mientras su cuerpo empezaba a sudar y temblar, todo su cuerpo tenía escalofríos. Sus mejillas se tiñeron de carmesí y sus ojos empezaron a brillar de lágrimas, se empezó a dilatar acompañado del lubricante natural—. Por favor... ven —gimió y cerró los ojos con fuerza.

Chan se mordió el labio inferior, viendo al menor en la cama hecho un desastre, como un pequeño cachorro en busca de atención, atención que le daría.

—Ven... por favor —separó sus delgadas piernas, mostrando la humedad entre sus muslos. El aroma de Jeongin se intensificó, cosa que hizo que el celo de Chan se adelantara y perdiera la paciencia. Inmediatamente se acercó a los labios del menor, quien sin dudarlo ni un poco correspondió.

El beso se intensificó, haciendo que ambos crearan una burbuja donde sólo ellos dos eran lo importante. Chan mordió el labio inferior del menor para que abriera levemente la boca e introdujera su lengua en la caliente cavidad vocal del menor, quien solo soltaba leves gemidos. Las grandes manos de Chan sostuvieron la cadera del menor para luego deslizar su ropa interior hasta dejarlos fuera.

—Por favor... —pidió con un jadeo, mientras los largos dedos del mayor jugaban con su palpitante y chorreante entrada.

Chan tomo entre sus dientes el labio inferior del menor antes de separase de el

—¿Por favor qué? —lamió los hilos de saliva de los labios de menor—. Debo prepararte antes —besó la mejilla de Jeongin.

—No, por favor... estoy listo —dijo soltando más feromonas sexuales y dulces—. Cómeme, por favor...

Los ojos del mayor se pusieron sobre los ojos del menor, sus ojos estaban de color rojo y verde intenso en los del menor.

—Eso es lo que quiero... comerte entero —volvió a unir sus labios.

Chan observaba con detenimiento cada gesto que hacía Jeongin lo montaba, sus mejillas sonrojadas, su cabello desordenado, sudado y con los labios hinchados mientras gemía como si no hubiera un mañana.

Las manos de Jeongin estaban apoyadas en el pecho de Chan, mientras movía sus caderas contra las del mayor, quien se situaba debajo de él, gruñendo bajo. Las marcas que quedarían en su cadera serían muy notorias después de eso, pero eso no le importaba en ese momento. Los ojos de Jeongin se llenaron de lágrimas de placer, mientras trata de no perder las pocas fuerzas que le quedaban. Estaba cerca de su orgasmo, sus músculos se tensaron y se apretó alrededor de Chan.

En un rápido moviendo Jeongin quedó en cuatro con su mejilla sobre la almohada. Chan lo embistió de una sola estocada, los gemidos de Jeongin no tardaron en aparecer, mientras el alfa lo penetraba con fuerza, tocando la próstata del menor con cada embestida, quien gemía de una manera que solo él sabía enloquecerlo al grado de que hacía que todo en su mente perdiera la poca estabilidad que tenía en esos momentos.

—Channie... —gimió roncamente, mientras Chan tomaba un puñado de su cabello y tiraba de su cabeza para atrás, su respiración se entrecorto en lo que las embestidas aumentaban su ritmo, golpeando su próstata. Sus piernas flaqueaban y perdía fuerza con cada empuje, estas se sacudían cuando empujaba con más fuerza

Su garganta se secó y sus gemidos se quedaban atrapados en su garganta, Chan empezaba a apretar su cadera mientras aceleraba sus movimientos.

—Voy a correrme... —avisó con un gruñido, mientras estimula la erección del menor, provocándole más gemidos a Jeongin y haciendo que se apretara a su alrededor en lo que seguía embistiéndolo con fuerza hasta que se corrió en el interior del menor.

Seguido unos segundos después por Jeongin, quien se corrió en su mano mientras tanto el nudo empezaba a formarse en su interior.

—Mío, solo mío —Chan dijo antes de clavar sus dientes en la piel del menor, quien solo gimió mientras Chan lo llenaba con su semen y el nudo se hinchaba para empezar a expandirse en su interior.

El mayor agarró con fuerza su cadera aun sin despegar sus dientes del cuello del menor para asegurarse de que no se moviera ningún centímetro. Jeongin soltó un chillido por lo incómodo que era el nudo y sumándole el ardor sobre la mordida.

—Chan, duele —Chan lamió los restos de sangre alrededor de la mordida, soltando feromonas para calmar a Jeongin, cosa que funcionó, pues hizo que Jeongin relajara su cuerpo y recargara su cabeza sobre el hombro de Chan. Hasta que la hinchazón empezó a disminuir para que pudiera retirarse del apretado interior del menor.

—¿Estás mejor? —Jeongin asintió, en tanto Chan limpiaba los restos de esperma que goteaban de su adolorida entrada, para luego acomodarlo en la cama y abrazar su cansado y tembloroso cuerpo entre sus brazos.

—Te extrañé mucho —confesó mientras se acurrucaba en el pecho del mayor—. Estaba preocupado por ti.

—¿Preocupado por mí?

—Sí.

—Necesitaba pensar muy bien lo que iba hacer —besó la frente del menor. Nunca dejaba que lo abrazaran después de un encuentro, pero ahora se sentía tan bien que no lo alejó en ningún momento.

—¿Por eso estoy aquí? —asintió—. ¿Y entonces? —se miraron a los ojos.

—Simple —se lamió los labios, mientras pensaba cómo le diría lo que estaba pensado en esos instantes—. Solo yo puedo provocar tus gemidos, solo yo podré poseer tu cuerpo, desde este momento somos tú y yo. ¿entiendes?

—Sí... —aunque en el fondo estaba feliz porque Chan solo sería para él.

Tal vez se amaban o tal vez no, pero si algo era seguro era que ambos estaban actuando como animales. Necesitándose el uno al otro. Porque así era esto, Jeongin también pensaba cuidar lo que ahora oficialmente le pertenecía.

Chan abrazó su pequeño cuerpo y Jeongin aceptó gustoso ser abrazado por los fuertes brazos de Chan.