Madness and torture.

Al día siguiente Chan se preguntaba si había sido muy rudo con Jeongin. Él sabía que ningún omega quería perder la flor de su virginidad como Jeongin, pero lo "romántico" le causaban náuseas. Sin embargo, a él no le preocupaba si lastimaba a los omegas mientras los tomaba, con tal de que él sintiera placer no importaba lo demás. Por eso prefería a las y los omegas con experiencia, así ya no tenía absolutamente nada de qué preocuparse, pero Jeongin no salía de su cabeza.

La imagen erótica de Jeongin en cuatro seguía palmada en su mente, sus piernas que temblaban con cada embestida, su aroma, los sonidos que producían esos lindos labios. Lo que más le había gustado era su delgada cintura, su marcada cadera. Era jodidamente imposible olvidarlo, era el mejor cuerpo que había tenido en la cama, en su cama.

Su linda boca rodeando su gruesa longitud, sus pupilas dilatadas que le daban un toque inocente y sexy mientras le hacia una buena mamada.

Joder... Joder, no puedo.

Los recuerdos de Jeongin le estaban causando un doloroso problema en sus pantalones.

Mío...

Repetía su lobo en su interior.

Ambos alfas se miraron el uno a otro, tratando de ignorar el delicioso aroma de Jeongin que inundaba toda la casa. Los celos de Jeongin eran aún más fuertes que los de un omega, Jeongin podía lubricarse a voluntad, pero en celo detener eso era imposible, ese fluido salía y salía de su ano. Era inevitable ignorar a ese aroma. Ellos compartían un lazo de sangre, pero eran animales después de todo.

Hyunjin se tomó dos supresores para controlar sus instintos, Jeongin era su hermano, no era correcto, aunque en el fondo seguía siendo un animal que quería tomar al omega que desprendía ese aroma tan delicioso, las pastillas hicieron efecto en un dos por tres y se calmó.

Pero Minho era otro asunto, él era más impulsivo que Hyunjin, hubo algunas ocasiones donde marcó a dos omegas mientras estaba en celo y afortunadamente nada más grave pasó. Odiaba los supresores, pero esta vez se tomó algunas pastillas para quitarle ese inmenso deseo de follarse a su hermano, que estaba a unos metros de ellos. El bulto es sus pantalones se endureció todavía mas hasta el punto de ser doloroso.

—Me voy... Joder, como duele —tomó una chaqueta y las llaves de su auto para luego salir de la casa, caminó a cualquier otro lugar que no fuera la casa.

Hyunjin llamó a su novio para que viera a Jeongin y por supuesto que le ayudaría con es maldito bulto en sus pantalones. Félix era un chico muy agradable y no se negaría a nada siempre y cuando Hyunjin se lo pidiera.

—Dios... uhm —Jeongin frotó sus caderas contra la cama, buscando un poco de fricción. Eso dolía le dolía mucho el vientre, los tirones que sentía le hacían dejar salir lágrimas.

Tocarse no era una opción, no podría satisfacerse como lo haría un alfa en su lugar, cuando estaba en celo él ni siquiera lograría satisfacerse así mismo. Sus dedos eran pequeños y para nada largos; así que, esa idea estaba descartada por completo. Los moretones que tenía en su cadera le despertaron más los inmensos deseos de querer masturbarse, pero Jeongin ni siquiera sabía cómo hacerlo correctamente, todo su cuerpo temblaba no de frío porque estaba caliente.

Sus mejillas ardían, su entrada no dejaba de gotear debido a la excitación, su erección goteaba con fluidos. Su ropa interior le estorbaba lo que menos quería era que su sirvienta entrara y lo viera como llegó al mundo.

Esa señora siempre fue muy buena con él, pero no le tenía tanta confianza, no a ese punto.

—Chan... —su voz salió como un sollozo, pero sintió una fuerte punzada en el pecho, su corazón empezó a acelerarse al punto de dolerle el pecho. Sus pulmones no recibían oxígeno, le dolía respirar y el calor de su cuerpo aumento drásticamente en menos de dos minutos empezó a sudar y a jadear.

Justo la noche anterior después de entrar a casa empezó su celo, ¿acaso Chan se lo había provocado? Se suponía que su celo llegaría dentro de tres semanas. El dolor en su vientre incrementó haciéndose insoportable. Entonces abrazó sus piernas y se hizo una bolita tratando de aliviar el dolor. Aunque todavía seguía teniendo dificultades para respirar solo quería que su tortura terminara de una vez por todas.

Apenas estaba empezando su agonía, no tener a un alfa o un beta que lo ayudara con su celo era una completa tortura, el dolor disminuía sólo un rato, pero dolía, necesitaba a alguien que lo ayudara pronto con ese dolor que sentía en esos momentos.

—¡No lo sé! —Seungmin dijo ya irritado y enojado, Chan no había parado de molestarlo en todo el día—. Nadie sabe nada de Jeongin, aunque lo supiera no te diría nada a ti...

—¿Dónde está Jeongin? —preguntó usando su voz de mando haciendo que Seungmin apretara la mandíbula y negara con la cabeza. Si Chan se enteraba que Jeongin estaba en celo y por eso no había ido a la preparatoria, se aprovecharía del estado del menor y lo marcaría. Seungmin no iba a dejar que eso pasara, Jeongin se merecía algo mejor que él—. Responde.

—No sé nada, ya te lo dije —frunció el ceño y se soltó del agarre del Chan, se fue dejando con un mal sabor de boca.

Ese beta sabia algo y obviamente no quería decírselo, lo averiguaría él mismo. Sabía el interés de Seungmin hacia Jeongin, por eso debía tener vigilado a ese par.

La maldita necesidad de volver a tener a Jeongin para él lo estaba volviendo loco. Eso no era normal, pero ahí estaba ahora desesperado, era como si algo le faltara, le costaba mucho concentrarse en otra cosa, solamente podía imaginarse a Jeongin montando su pene y gritando su nombre. Completamente arruinado y sudado pidiendo más.

Eres un animal y yo también.

Las clases era lo que menos le importaba a Chan de una u otra forma pasaría todas las materias con buenas notas, sus padres se encargarían de eso tal vez sobornando al director. No obstante, eso no le importaba a él, lo único que quería era terminar el maldito examen

Cada pensamiento que tenía era perverso y sucio, pero quería hacer tantas cosas con Jeongin que lo hacían perder la paciencia rápidamente

Jeongin era su nueva adicción, su nueva droga.