~♡ 03
Any.
Cuando Jeongin estaba en la salida esperando a sus dos hermanos para que pasaran por él, estaba empezando a llover, el viento jugaba con sus delgados, largos y claros cabellos rubios.
—¿Por qué tan solo, hermoso? —la voz a sus espaldas dejó a Jeongin congelado—. Mmm, ¿quién te haces esperar tanto?
—Nadie, déjame en paz —Jeongin dijo tratando de sonar tranquilo, aunque por dentro estuviera temblando de miedo—. ¿No piensas largarte, Chan? —el alfa negó con la cabeza.
—No lo creo. ¿Por qué no vienes conmigo a mi departamento y hacemos algo mejor? —le susurró al menor—. Anda, no muerdo, a no ser que tú me lo pidas —ese alfa era demasiado hermoso como para negarse, pero no podía hacer eso, sus hermanos no tardarían en llegar por él y ese alfa era un completo desconocido—. ¿Qué dices?
—No, mejor ve a preguntarle a otra persona, yo no puedo —dijo seriamente, desviando su mirada al frente.
—Dije que... —el sonido de una bocina hizo que Jeongin lo empujara y fuera directo a ese auto, de donde salió un alfa a recibir al menor, con un beso y un abrazo—. Eres una puta como todos los demás... —¿entonces por eso ese omega no aceptaba irse a follar con él? —. Puta...
—¿Quién es ese, In? —Minho encendió el auto y ambos alfas miraron al menor esperando su respuesta.
—Un idiota que se cree el centro del universo, nada del otro mundo —dijo sin más prestarle atención al tema—. ¿Qué dije?
—Nada, yo conozco a alguien igual, ¿verdad, Minho? —los dos empezaron a reírse menos el mayor de los hermanos.
—¿Entonces es cierto? —empezó a reírse junto con Hyunjin.
Chan empezó a mover sus cartas, tenía una idea, pero no estaba seguro si hacerla antes o después y estaba tramando algo para conseguir lo que quería, si Jeongin no se lo daba, él lo tomaría por su cuenta.
Era raro tener un juguete, porque la mayoría lo aburrían desde la primera, pero tal vez con ese omega no.
Por eso primero debía saber qué tan bueno era ese chico a la hora de follar. Obviamente no pensaba perder su tiempo con alguien que no supiera lo básico.
Las primeras semanas Jeongin lidió con varios alfas que estaban detrás de él, afortunadamente Minho y Hyunjin lo cubrían con su olor para que el de Jeongin no fuese tan notorio, pero eso no ahuyentaba a los estúpidos alfas que estaban detrás de él. Ya eran casi un mes desde que Jeongin llegó a la preparatoria y por supuesto que no dio su brazo a torcer tan fácilmente con Chan.
Aunque hizo su mejor esfuerzo para no ser grosero con nadie; simplemente ellos no entendían con palabras, solo con insultos.
Estaba harto de Chan, pero qué le podía hacer era tan hermoso y apetecible que se había convertido en el omega más popular de la preparatoria. Por su belleza y su olor tan llamativo.
El próximo mes sería su celo y tenía que estar prevenido porque los supresores no le hacían efecto, y cuando entraba en celo era como si estuviese agonizando, teniendo síntomas más fuertes que los de los omegas cuando tenían celo, los cólicos son más fuertes, a veces su cuerpo se vuelve más sensible. Ante cualquier tacto a veces dolía y era difícil saber si sobrevivía la noche sin un alfa que lo ayudará a lidiar con su celo.
—¿Por qué no tienes supresores entre tus cosas? —preguntó el chico con Seun de ardilla—. Debes de tenerlos por las emergencias.
—Jisung, los supresores no me hacen efecto —Jeongin cerró su casillero con llave.
—Vamos, se hace tarde —agarró del brazo a el chico con mejillas de ardilla—. Ardilla, ven...
—Oye... ¿tan gordas están mis mejillas? —se tocó las mejillas haciendo un puchero. Frunciendo los labios y arrugando la nariz.
—No, son tan lindas y suavecitas —le pellizcó una mejilla entonces llegaron a su salón de clases—. ¿Dónde están los demás?
—¿En sus clases? No sé... —se encogió de hombros—. Nos veremos a la hora de la comida —sonrió mostrando sus dientes y se sentaron juntos.
Sonó el timbre y todos entraron al salón de clases, acomodándose en sus lugares entonces el profesor empezó la clase.
—Tan aburrido como siempre... Oh na na na~ —dijo Jisung susurrando sin prestar más atención a la aburrida clase de historia. Mientras Jeongin reía por lo bajo y Jisung cantaba en voz baja.
La penetrante mirada de Chan sobre él hacía que Jeongin quisiera voltearle la cara de un madrazo, pero estaba en clase y no podía hacer eso le incomodaba que las personas, los alfas en especial lo miraran descaradamente. Como su fuera algo de comer.
La hora se pasó muy rápido y después de un buen rato todos salieron corriendo para la cafetería.
Entonces se encontraron Félix y Seungmin hablando cerca del salón de clases. Los cuatro se fueron a la cafetería. Seungmin se ofreció a traer la comida de los chicos entonces los tres chicos se quedaron esperando al beta.
—¿Por qué dices que los supresores no te hacen efecto? —los dos chicos miraron atentamente a Jeongin.
—Mmm... Es difícil, mejor luego les cuento, hay pájaros en el alambre —señaló disimuladamente a Chan que se levantó de su asiento y salió de la cafetería.
Entonces a Jeongin le dieron canas de ir al baño, pero a la mitad del pasillo alguien lo agarró del brazo y le puso un pañuelo en el rostro.
Tenía miedo, mucho miedo, no sabía dónde estaba ni cómo había llegado ahí, no recordaba mucho, solo que iba caminando cuando alguien lo había comando por la espalda y cubrió su nariz con algún tipo de pañuelo que lo hizo perder el conocimiento, su cuerpo estaba helado y temblando, aunque no tenía mucho de qué preocuparse.
—Carajo... —la cabeza le explotaría, todo daba vueltas y no podía ver mucho había poca iluminación—. ¿Dónde...? —incluso sentía la lengua entumida. Le dolía mucho la cabeza e incluso el cuerpo.
Había unas delgadas cortinas de color gris cubrían los enormes ventanales, por lo poco que lograba ver era de noche, tal vez eran como las 9 o 10 de la noche, no estaba del todo seguro de ello. Eso era lo que menos importaba mucho menos si consideraba que lo habían secuestrado tal vez.
Tenía un morado en el brazo, alrededor de su antebrazo y no solo eso, sino que su muñeca tenía otra marca, roja que dolía mucho y algunos rasguños es esta.
El rechinido de la puerta lo hizo salir de sus pensamientos, y se reincorporo en la cama, aunque su cabeza le retumbo aún más por el repentino y brusco movimiento que se volvió a sentar de golpe.
—Ah... no... —Jeongin se tocó la cabeza con ambas manos tratando de aliviar ese horrible dolor de cabeza. Todo le dio vueltas de nuevo y el corazón se le aceleró—. Carajo... uhm.
Alguien en la puerta empezó a reírse forma burlona de él y eso no hizo otra cosa más que hacer que Jeongin se enfureciera, odiaba a las personas que disfrutaban del sufrimiento de los demás. Odiaba eso.
—Cállate, idiota... —gruñó, soltando feromonas cargadas de enojo, aun tratando de levantar la vista del suelo.
—Qué genio... ¿Acaso no te follan bien en casa? Mmm, qué lástima, dos penes en tu casa y no eres follado como deberías —esa voz, reconoció ese modo de voz nunca la olvidaría. Sobre todo, nunca lo olvidaría al dueño de esa irritante voz.
—Chan... —dijo con un gruñido, apretó la mandíbula y se giró para ver la sonrisa burlona en el rostro del nombrado.
—No te sorprendas, nadie me rechaza, menos una puta como tú... —le dio otra calada a su cigarro. Antes de tirarlo al piso y aplastarlo.
—Puta tu madre, idiota —la sonrisa desapareció de los labios de Chan y entonces el que empezó a reírse fue Jeongin—. ¿Te comió la lengua el ratón?
—Rézale a tu dios porque ni tendré piedad contigo, Yang Jeongin —el alfa cerró la puerta a sus espaldas, poniendo el seguro después de cerrarla y se empezó a desabrochar los primeros botones de la camisa con lentitud—. De rodillas ahora...
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