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~⁠♡ 02

Beginning.

Si algo aburría a Jeongin era estar en lugares callados y con colores tan tristes que lo deprimían, la universidad era un asco.

—Por lo que veo eres muy bueno en matemáticas, entraras a tercer año —el director dijo con una expresión de seriedad—. Jeongin, ¿no?

—Sí, señor —respondió Jeongin, con una expresión seria.

El director miró por última vez el documento, para luego voltear a ver a Jeongin, sin duda era un omega muy hermoso.

—Mi asistente te enseñara las instalaciones y bienvenido, Jeongin.

—Gracias —Jeongin sin más salió de la oficina del director, encontrándose con el asistente del director, un beta de cabello rubio y ojos verdes, alto, con una linda sonrisa perfecto, pero tenía una marca, la marca de un alfa.

—Acompáñame, por aquí.

Mientas Chan se guardaba sus cigarros en su casilla sintió un olor muy delicioso, y no solo él, sino que sus amigos y entre otros alfas notaron ese delicioso aroma a chocolate, miel y tal vez canela combinado con caramelo. Empalagoso, pero delicioso

El aroma hizo que todos en el lugar se miraran entre sí, los omegas se intimidaron porque los alfas empezaron a gruñir de manera amenazante, tal vez habría una pelea de las grandes entre alfas.

El aroma era muy intenso, como el de un omega en celo, Chan tomaría a ese omega en cuanto supiera donde estaba...

Tal vez era una chica con pechos grandes, que por lo menos fuera linda, pero para su sorpresa vio que era un chico de cabello rubio, ojos verdes, piel pálida, con hoyuelos, nariz afilada, figura delgada, cintura pequeña, labios regordetes, pero lo que más le llamó la atención fueron las piernas del chico, delgadas, largas y bien formadas. Sin duda era un chico de su mismo estatus social, era un niño rico, tal vez era un heredero de una gran fortuna.

Sería fácil, o eso pensaba hasta que pasó cerca de él y lo ignoró sin quiera prestarle un gramo de su valiosa atención.

Jeongin entró al salón de clases, aun sin entender por qué todos en el pasillo lo miraban como si fuera algo de comer.

—Gracias por a verme traído hasta acá, señor Kim —hizo una reverencia, aun con una sonrisa en su rostro, ese beta había sido muy amable con él desde que llegó. Kim asintió y dejo a Jeongin en el salón de clases.

Si estaba acostumbrado a tratar solo con sus hermanos, Hyunjin y Minho que eran alfas, pero de ahí nada más, el personal de su casa era una señora que trabajaba con la abuela de Jeongin desde siempre y un mayordomo, betas ambos.

Jeongin desde siempre estuvo solo, nunca tuvo amigos, sus hermanos eran igual que sus padres, mantenían su distancia con él por temor a lastimarlo o ser demasiado duros con él y Jeongin era muy "sensible", pues lo sobreprotegían, no lo dejaban correr, tampoco subir a los árboles con ellos, prácticamente toda su niñez estuvo solo con su abuela que lo cuidaba como si fuera su hijo. Por eso Jeongin a veces era muy frío y distante con todos hasta con sus hermanos, excepto con su abuela.

Se sentía raro, en lugares con mucha gente, aunque el salón tenía como doce estudiantes se sentía asfixiado con los diferentes olores y miradas de todos ahí. Y si escondía si aroma se cansaría poco tiempo después.

Aunque por dentro estaba temblando de miedo, mientras que por fuera se veía normal, ocultó su olor por un buen rato hasta que terminó la primera clase.

Cuando sonó el timbre todos salieron corriendo del salón, los pasillos estaban repletos de estudiantes, que hablaban de cosas sin sentido para Jeongin, no era como si le importara la vida de los demás.

A lo lejos estaba Chan rodeado de varias omegas que le estaban pidiendo una cita, pero ahora su blanco era ese omega que acaba de ingresar a la preparatoria, después de conseguir lo que quería consideraría tener una cita con esas omegas.

Jeongin abrió su casillero y encontró una nota de color rojo.

Bienvenido, hermoso, espero que vengas a la azotea para que nos conozcamos.
— BC

Idiotas.

Jeongin empezó a romper esa nota con una expresión de asco para luego tirar los pedazos al cesto de basura. No llevaba ni una semana y los alfas estaban detrás de él como perros en celo, y como no tenía una marca era más vulnerable.

Chan se sorprendió mucho, cualquier otro omega se hubiera emocionado, pero ese chico no reaccionó como esperaba. ¿Quién se creía eso tonto omega? Caería tarde o temprano y él se encargaría de eso, tarde o temprano.

—Hola... —escuchó una amigable vos detrás de él, era un chico beta de cabello lila y ojos de cachorro—. ¿Quieres comer conmigo y...? Son dos omegas y yo...

—Okey... No tengo muchas opciones —bufó—. Voy al baño y regreso —el chico asintió y entonces Jeongin entro al baño.

A lo lejos estaba Chan observando al omega, era su oportunidad para pedirle su número de teléfono, o tal vez algo más. A veces podía ser tan encantador que nadie se negaba.

Jeongin en el baño se recogió el cabello con una pequeña liga, sujetando solo la mitad de su cabello y el resto se lo dejó suelto. Hacía un poco de calor, ¿o no? Quizá era porque estaba nervioso, sólo eso, o eso quería pensar.

—Hola.

Jeongin siguió acomodándose el cabello como si no hubiera escuchado nada.

Mírame, omega —Jeongin tensó la mandíbula y se giró para ver a el alfa que lo estaba llamando, era guapo, muy guapo. Tal vez una cabeza hueca—. Ven...

Aunque Jeongin no era omega era incluso más sumiso que estos, aunque aparentara lo contrario. Su rostro podría decir que era muy inocente, pero en realidad era todo lo contrario. Arrastrando los pies se acercó a donde estaba ese alfa de ojos verdes y piel aún más pálida que la suya.

—¿Qué quieres...? —Jeongin dijo un poco nervioso, pero mirando fijamente a ese alfa, sin apartar la mirada de los ojos del mayor—. ¿Qué...?

Silencio —esa voz le provocó a Jeongin un escalofrío, desde toda su espina dorsal hasta la punta de los pies—. ¿Por qué rechazaste mi invitación? —no era normal que un alfa le hablara así, tal vez Chan tenía malas intenciones. Sus hermanos nunca usaban esa voz, a excepción de su padre que solía hablarle así cuando se enojaba con Jeongin y eso era todo el tiempo.

—No me importa... —Jeongin apretó la mandíbula, pero dijo la verdad. Lo que menos quería era tener que lidiar con un alfa idiota.

Nadie me rechaza, mucho menos tu omega —Chan estampó a Jeongin a la pared más cercana y hundió su nariz en el cuello del menor, inhalando su dulce y empalagoso aroma—. Hueles bien.

El pequeño empezó a jadear mientras Chan le apretaba las caderas, su cuerpo estaba tan delgado y sensible que al simple tacto le envió una sensación de placer.

Chan podía imaginarse cosas alucinantes con Jeongin en esos momentos, donde podía tomarlo como si fuera un muñeco y follarlo hasta partirlo a la mitad.

—Tu cuerpo es tan hermoso, que podría romperlo si lo toco —susurró cerca del oído de Jeongin.

—Idiota —Jeongin le dio una patada en medio de las piernas, entonces Chan cayó al piso. Ahogando un grito de dolor debido al insoportable dolor.

—Maldito... —Jeongin se empezó a reír y se puso a la altura de Chan, acarició su mejilla y sus ojos se conectaron nuevamente, entonces sus labios quedaron a pocos centímetros de tocarse

—Cabeza hueca... —le besó la mejilla y salió del baño sin decir más, caminando tranquilamente a lado del beta de cabello Lila.

(...)

—¿Cómo? —los tres chicos dijeron al mismo tiempo casi escupiéndole la cálida a Jeongin en la cara.

—No le veo lo emocionante, es guapo, pero se nota que solo le sirve una neurona —empezó a tomarse su jugo de manzana.

—¿Lo rechazaste? —Jeongin asintió nuevamente—. Te metiste en la boca del lobo, a Chan nadie le puede decir que no porque al final quienes le dicen que no se van de aquí o dan su brazo a torcer —el chico con mejillas de ardilla le dijo.

—Yo no, no voy a darle lo que quiere, tendría que enloquecer para eso —se metió una fresa a la boca, masticándola con tranquilidad, degustando el delicioso y dulce sabor de esta.

—Ten cuidado, Chan es alguien de quien cuidarse —Félix dijo sonriendo mientras contestaba sus mensajes.

—Lo tendré —Jeongin dijo con una sonrisa

Mientras tanto, Chan empezaba a crear un malvado plan en su cabeza.

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