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ꗃ xxvii. first assistant.

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO VEINTISIETE ❜🗞️ೃ∗
today we present: Primera Asistente.



¿De qué forma podría explicar esta situación sin que nadie me vea de la misma forma en que me están observando todos esos hombres trajeados y diría que hasta la segunda muchacha que se encuentra en la conferencia? Tal vez porque sentía que me está transpirando todo el cuerpo, sentía que mis mejillas ardían, capaz mi rostro en estos momentos era un tómate. Aun cuando, quería expresar que no estaba sucediendo nada y que sigan haciendo lo suyo, mi superior me sienta de un jalón a su lado, ocasionando que el objeto sexual que tengo metido en el culo me dé electricidad, ahogando un gemido.

Miré disimuladamente a mi nueva compañera de trabajo, Kang Ji Yoon me veía extrañada, una ceja elevada y cabeza inclinada. Esa niña está a punto de recibir un regaño, era mejor que no se desconcentre con mis estúpidas formas de estar reaccionando por culpa de mi jefe.

10 minutos después sentí una mano recorrer mi muslo derecho, haciendo que mi cabeza se vaya de la reunión brevemente, notando con disimulo la mano de mi superior. Cada vez adentraba más su mano debajo de mi vestido negro, en un instante él apoyó su brazo derecho en la larga mesa de vidrio. Quizá buscando la manera en que pueda estar más cerca de mi zona femenina para hacerme sufrir aún más, sin embargo, fingiendo delante de todos esos hombres con mala cara por tener a dos mujeres en su reunión.

Me puse recta rápidamente, ¿cómo no hacerlo cuando sentí sus dedos introducirse desprevenidos? Una vez más me estoy dejando notar delante de esos sujetos a quienes no les agradaba en lo absoluto. Eso a veces me hace pensar por qué odiaban de ese modo a las mujeres de este establecimiento, ya que Ji Yoon y yo no éramos las únicas de la empresa, eran muchas mujeres trabajando en esta empresa automotriz. Por lo que era muy en serio mis dudas sobre el problema de estos viejos verdes, la reunión acabó a los minutos en que el CEO regañó a uno de los hombres por verme tan mal.

—Pero...

Permanecí en silencio, su rostro a meros centímetros del mío. Además de que su mano se movió con una precisión casi mecánica, deslizándose por mi cuerpo, que aún yace sensible por los eventos de las últimas horas. Entonces, con un movimiento fluido y rápido, me giró para enfrentarme en la dirección opuesta, su mano se dirigió al objeto que fue la fuente de mi constante distracción durante toda la reunión.

Cuando volví mi mirada hacia él, no pude discernir dónde ha dejado el objeto. Se posicionó frente a mí nuevamente, actuando como si nada fuera de lo común hubiera ocurrido hace apenas unos momentos. Incluso, abrió la boca para soltar murmullos incomprensibles, su atención ahora está centrada en algo que aparecía en la pantalla de su último modelo de teléfono móvil.

—Dilo.

Giré mis fanales a los suyos, nos hallábamos en el ascensor de colores beige y puertas grises. Ahora, su mirada se había desviado a la puerta, sus dedos jugueteaban distraídamente con el reloj que adornaba su muñeca izquierda. Aparentaba estar absorto en sus pensamientos, hasta que sus labios se movieron, soltando palabras a una velocidad vertiginosa. La cuestión era que estaba tratando de formular una pregunta delicada, una que tenía el potencial de ofenderlo o provocar un conflicto, dada su tendencia a ofenderse con facilidad.

—¿Cuál es el problema de esos sujetos...?

—Antes era una empresa únicamente de hombres.

—¿Cómo?—alcé mis cejas, sorprendida.

—Sí.—me lanzó una mirada rápida, su cuerpo se tensó, listo para salir del elevador.—Cuando mi padre murió, el mando recayó en mí. No iba a permitir que el pasado de mi padre siguiera dictando el rumbo ahora que había comenzado una nueva era. Y además...—frunció el ceño, una nota de diversión se coló en su tono.—¿A quién no le gusta ver a mujeres con vestidos atractivos? Porque a mí definitivamente me encanta.

Informó lo último echándome un guiño, devorándome con sus faroles cafés y saliendo del ascensor. Revoleé los ojos a escondidas de él.

Empero, no fue aquello lo que hizo que él se molestara conmigo, sino la comparación que le hice a susurros, creyendo que no me estaba escuchando debido a que se podía notar que quería ir a su oficina rápido por los pasos que se encuentra dando.

—Parece un condenado Chironex fleckeri...

Se detuvo en seco en medio del pasillo, sus zapatos de diseño emitieron un chirrido agudo que me hizo estremecer y noté que la recepcionista, Shin Ga Hye, también lo sintió, ya que frunció el ceño y cerró los ojos en una mueca de disgusto.

—¿Sabes?—dijo con un tono de voz que rozaba la irritación.—No me habría molestado si no hubieras incluido el «condenado» en tu frase. Está claro que no tengo idea de qué demonios es un Chironex fleckeri, así que ahora te toca explicármelo, Sasaki.

—No.—mi respuesta fue tajante, dejando en claro que no tenía intenciones de profundizar en el tema.

Me aferré a las carpetas que están entre mis brazos, las dejé sobre mi pecho. Obvio que el CEO Bang Chan me vio sorprendido y ofendido por darle un «no» como respuesta. Simplemente que aprovecharía que ya era hora de comer, por lo que me encaminé de inmediato a mi oficina, dejando las carpetas ahí y corriendo, más o menos, al elevador nuevamente.

Todavía viendo el rostro de asombro de mi superior por mi actuar.

—Sasaki Miharu.

—Tiene internet, búsquelo.

Las puertas del elevador se cerraron frente a nuestras caras. Cuando fue así, dejé soltar un largo suspiro de salvación.

Miércoles por el mediodía.

Sentía muchísima molestia, eso estaba más que claro, por demás de que no iba a permitir que Sasaki se crea capaz de desobedecerme.

Por lo que dejaría que termine de almorzar con sus compañeros, luego hablaría con ella con más seriedad, sin embargo, no iba a quedar como un idiota delante de nadie, mucho menos de mis propios animales. Así que estaba viendo la ciudad de Seúl por los ventanales de mi despacho con mi segunda asistente a unos cuantos metros de mi escritorio. Kang Ji Yoon está con una tableta de la oficina entre sus largas manos con uñas postizas, viendo los datos que le pedí a que me buscara antes de que pueda irse a comer con el resto de los empleados.

—Según lo que dice aquí...—notificó la pelinegra, manteniendo la vista en la tableta negra.—Chironex fleckeri, también conocida como avispa de mar o medusa de caja, es una especie de medusa de la familia Chirodropida. Habita fundamentalmente en aguas costeras australianas. Es considerada la criatura viva más peligrosa, venenosa y letal del mundo.

Una media sonrisa fue a mis labios inconscientemente, bebí lo último del vino tinto. Esa mujer me va a terminar volviendo loco, y digamos que no era lo correcto, no iba a dejar que eso sucediera, así que hoy tendrá su castigo. Miré a mi segunda asistente con ojos analizadores, viéndola desde aquí se veía guapísima. Mucho más ese vestido ajustado a su cuerpo en tonos pasteles, Ji Yoon parecía una de esas secretarias que a mí no me agradaban tanto, no obstante, sacarme las ganas en estos momentos no sería mala idea.

—Dime, Yoonnie...—abrevié su nombre, obteniendo su completa atención en los míos.—¿Qué opinas del sexo casual? ¿Te agrada o... no es lo tuyo? —cuestioné con mis manos en mi escritorio, viéndola con una media mueca en mis belfos rosados.

Ella, a cambio, retrocedió hasta llegar a la puerta de mi oficina colocándole el seguro. Siguió caminando a mi anatomía con la misma sonrisa perversa que yo tenía, dándome a entender que teníamos la misma idea pasando por nuestras cabezas.

—Opino que... es lo mío.

Miércoles por el mediodía.

Salí por un momento afuera de la empresa porque quería un poco de aire antes de ingresar otra vez al piso donde se encuentra un jefe malhumorado. Fueron los 5 minutos más agradables, hasta que en el edificio de enfrente puedo ver a una mujer que ya me había acechado hace un par de días, pensé que entendió que no quería saber absolutamente nada de su persona porque me asustaba, pero como si fuese que estábamos en una película de terror, cuando pasó un camión ella desapareció, por lo que no pensé dos veces que entré nuevamente a la empresa a seguir con mis deberes.

Me sobresalté cuando vi a uno de los amigos del idiota de mi hermano adoptivo.

—¡Mierda, Ji Min!

—Lo siento. ¿Estás bien?—agarró de mis brazos, viendo adónde estaba observando hace un momento.—¿Todo está bien, Miharu?

—Estoy bien, pero no puedes aparecer de repente así, me has dado un buen susto, Park Ji Min. Pero dime, ¿qué te trae por aquí? ¿Tienes una reunión con el CEO? Me parece extraño, no recuerdo haber visto ninguna reunión programada en mi agenda. ¡No me digas que sí y se me olvidó anotarlo!

Él soltó una risa suave, una sonrisa serena volvió a su rostro cuando le aseguré que estaba bien. Vestía un elegante traje gris, su cabello, que antes era rosa, ahora era completamente rubio. Sus gafas de sol, oscuras y elegantes, me hacían preguntarme con quién se iba a reunir. Parecía más listo para desfilar en una pasarela de moda que para asistir a una reunión de negocios.

—Vine a verte a ti en realidad.

—¿A mí...? ¿Por qué? ¿Qué hizo Jung Kook ahora? ¿Sabes?—fruncí mi rostro.—Mejor no respondas, ya no pienso más preocuparme por una persona como él.

—Bueno, quería hacerte una propuesta.

—¿Qué tipo de propuesta?

Pregunté, confusa por su declaración, especialmente en este momento. Estaba en medio de mi jornada laboral y pensé que sería mejor si nos reuníamos en un entorno diferente.

Además, él sabía bien cuán temperamental podía ser mi jefe. No creo que Park quisiera ser la causa de una discusión con mi superior Bang. A pesar de todo, mi curiosidad estaba picada.

—Espero que sea una propuesta indecente.

—Sería mejor que te fueras, Mochi. Hablamos más tarde...—le sugerí al amigo de mi hermano adoptivo, mi rostro reflejaba una preocupación genuina. Porque quien habló a continuación fue mi jefe, su risa resonó en la sala, acompañada de su sarcástica réplica. En los pocos meses que he trabajado para él, aprendí a detectar cuándo el sarcasmo teñía sus palabras, y sabía que eso no presagiaba nada bueno.—Te enviaré un mensaje.

—No, por favor. Sigan hablando. Total, estamos de recreo.

—Ya entendí.—Ji Min vociferó, demostrando enojo en su tono de voz. Él giró su cabeza a la mía.—Mejor me voy, solo quería saber cómo estabas, te veías preocupada hace un par de minutos.

—No te preocupes.

—Pensé que ese papel era de JK, no tuyo.

—No tengo que ser su hermano para preocuparme, Bang. Porque si fueses más consciente de los problemas que tienen tus...—lo calle con un jalón de brazos, llevándomelo lejos del Presidente Bang Chan.—¿Por qué haces eso?

—¡¿Quieres qué me echen o que?!

—Perdón, pero es molesto que se crea un puto Dios.

—Hablamos más tarde, ¿si? Yo te marco. Adiós, Ji Min.

—Mimi...

—¡Adiós!—abrí mis ojos en forma de advertencia, el CEO aún seguía en su misma posición.

Con las manos metidas en los bolsillos de su elegante pantalón y una expresión seria en su rostro, estaba bastante segura de que no tenía intención de irse hasta que el amigo de mi hermano abandonara su empresa. Por lo tanto, desvié mi atención al frente, evitando mirar hacia atrás. No quería meterme en más problemas de los que ya tenía. Sin embargo, cuando pensé que el Presidente me iba a regañar fuera de la empresa, me di cuenta de que sus ojos están fijos en la misma dirección en la que yo había estado mirando hace unos minutos.

Cuando volví la vista, él se dio la vuelta.

—Entra, Sasaki.

—Presi...

—A veces las calles pueden ser peligrosas, especialmente cuando estás sola.

Miércoles por la noche.

Me encontraba desnuda y de rodillas, sometida a un castigo, según las palabras de mi superior. El sonido del látigo golpeando mis piernas, trasero y espalda resonaba en la habitación, pero sin dejar una sola gota de sangre. Aunque anhelaba estar en sintonía con él, mi mente estaba llena de pensamientos sobre esa mujer obsesionada que no dejaba de perseguirme, además de las últimas palabras que el CEO Bang había mencionado en la empresa esa tarde. No obstante, no era la única que se encuentra desconectada de la situación, ya que los golpes se volvían cada vez más suaves, hasta el punto de que me giré para mirarlo.

Se veía abatido.

El Presidente se sentó en el suelo, a pocos pasos de donde yo estaba. Quería preguntarle qué estaba pasando, pero no sabía cómo abordar el tema, de todos modos, preferí envolverme en mi bata de satén, ya que no tenía ganas de estar desnuda con una expresión de miedo en el rostro. Acerqué mis piernas a mi pecho y las abracé, buscando un poco de consuelo en mi propia compañía.

—¿Qué relación tienes con Park Ji Min?

—Es el mejor amigo de Jung Kook.

—¿Intentó algo más contigo?—indagó abruptamente.

—Mochi es amigo de Jung Kook, jamás sería capaz de hacer una cosa como esa. Está prohibido.

—¿Está prohibido porque te acuestas con JK?

Mi rostro adoptó una expresión que claramente transmitía «Has metido la pata», indicando que era mejor no seguir hablando sobre el tema. Decidida, me levanté del suelo y comencé a vestirme, no quería estar más en este lugar, no quería escuchar más de sus comentarios despectivos.

Por supuesto, se había dado cuenta de que era un verdadero Chironex fleckeri, un ser venenoso y peligroso. Una vez que terminé de vestirme, salí de su casa, dispuesta a no verle hasta el día siguiente. Sencillamenre que justo cuando estoy a punto de irme, vi a una mujer en la acera de la casa de enfrente, una visión que me dejó completamente paralizada.

—¿No qué te ibas?

Oí la voz de mi jefe en las escaleras de su casa, el solo hecho de escucharlo me dan ganas de atravesar la puerta de una vez, y no verlo u oírlo más. No obstante, el miedo que me daba esa muchacha era mucho más grande que cualquier otra cosa, así que retrocedí un paso, eso al parecer llamó la atención del hombre, ya que bajó de sus escaleras elegantes, acercándose más a mi anatomía.

—Primero llamaré a un taxi.

—¿Cuál es el cambio repentino?

—¡¿Tanto quiere que me vaya?! ¡Bueno! ¡Me voy!—exclamé más que nerviosa y miedosa por la mujer que está afuera. Por lo que atravesé la puerta, notando que la señora ya no estaba más en la calle de enfrente, sino que en la acera de mi superior.—Genial, hoy muero...

Empero, antes de abandonar por completo de su casa sentí una presión en mi muñeca derecha. En el tiempo en que levanté la cara puedo observar el rostro de seriedad que colocó el Presidente Bang Chan, veía atentamente a la muchacha que está parada enfrente de su enorme hogar.

—¿Por eso no querías irte?

—... Sí.

—Ya veo...—murmuró soltándome. Se puso frente a mí, dejándome dentro de la casa.—No salgas. Ve a la sala.

—¿Qué hará? Presidente...

—Hazme caso una vez en tu vida, Sasaki.

Me dedicó una mirada efusiva, por lo que no dije nada más y me metí a la casa, cerrando la puerta frente a mí, solamente que no lo dejé ahí nomás. Corrí a la sala de estar, abriendo una de las cortinas, observando todo lo que sea que suceda con esas dos personas. Hasta que la mujer de cabellera más que despeinada agacha la cabeza rápidamente al tiempo en que el CEO Bang se acercó suficientemente a ella, no sé de dónde han salidos dos de sus guardias, tapándome la escena que ansiaba mirar con mis propios ojos.

Uno de los guardias se movió y pude notar que la señora estaba en cuatro, delante de mi superior, de igual modo veo un collar de sadomasoquismo en su cuello. Ladeé mi cabeza porque esta situación me recuerda a una película que no me gustaba tanto que digamos, sin embargo, abrí mis párpados asombrada de notar que el mayor le dio una bofetada a la mujer que está en el suelo, pero fue una gran golpiza que la dejó echada en el pavimento.

Es aquí en donde recuerdo la preocupación de mis dos únicas colegas más cercanas.

¿A dónde carajos me metí? ¿Y quién es esa mujer?

✂️¡! WRITER'S SPACE ”

Espacio publicitario para decirles que ya hice el grupo de WhatsApp que pregunté en mi tablero, para las personas que no me siguen les informo que éste grupo es para comentarles sobre mis historias o darles spoilers de algunas de mis historias, entre ellas: Like An Animal y El Pecado de Felix.

No se me había ocurrido otro nombre, mil disculpas mi gentuza culona y hermosa 😔🤙🏻

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