ꗃ xxix. behind the door.
written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO VEINTINUEVE ❜🗞️ೃ∗
today we present: Detrás de la puerta.
Permanecí en silencio, inmóvil, desde el minuto en que Lee Yong Bok decidió arruinar mi día con sus palabras, eran palabras que no podía sacar de mi cabeza, palabras que se han clavado en mi mente como espinas. Sentía una ira intensa recorriendo mi cuerpo, una rabia que parecía consumirme por dentro, juré que si volvía a ver al pecoso en los pasillos de esta empresa, o en cualquier otro lugar, lo estrangularía con mis propias manos.
Para mí, él era el ser más odioso del planeta, una mancha en la faz de la tierra que merecía ser erradicada, en momentos como este, desearía poder lanzarlo al mar y dejar que los pequeños crustáceos se alimentaran de su carne, una carne que imaginaba que estaría tan llena de odio como él. ¡Agh! ¡Lo odio Estaba demasiado furiosa que podía sentir el calor consumiéndome por dentro, como si una llama ardiera en mi interior.
Por lo que decidí buscar refugio en el baño de mujeres en el primer piso, necesitaba refrescar mi rostro antes de que el presidente del establecimiento decidiera tener una charla conmigo. No quería correr el riesgo de perder los estribos y decir algo de lo que luego me arrepentiría. Después de lavar mi cara, aproveché para aliviar el malestar que sentía por haber bebido tanta agua durante la madrugada, sin embargo, no había anticipado que iba a ser testigo de esa conversación, y ahora me encontraba lidiando con las consecuencias de mi enojo por mi nueva compañera.
—De verdad lo digo, Daphne. Yo me convertiré en su primera y única asistente, ya lo tengo en la palma de mi mano—bramó, echando una risotada.—. Será cuestión de tiempo para que Sasaki Miharu se largue de esta empresa, hoy he dado un gran avance con el Presidente Bang y estoy más que segura de que estará haciéndome caso con respecto a su primera asistente.—confesó orgullosa.
Tragué con fuerza, queriendo salir a las patadas del baño para hacerle entender a la novata que la única a quien le darían una patada en el trasero sería a ella y no a mí con exactitud.
—¿No crees que estás volando muy alto, querida?—Daphne comenzó, su voz baja y llena de insinuaciones. Se acercó más a Ji Yoon, sus tacones resonando en el suelo—. Además, por lo que se rumorea en la empresa...—su voz bajando a un susurro—. Parece que no eres la única que tiene un flechazo por el jefe, eh. Se dice que su primera asistente también comparte su cama.
—¿Qué dices? Claro que no, el presidente la odia.
—¿En serio...? Cuéntamelo todo.
Daphne expulsó un gruñido sorpresivo, deseando poder saber más sobre el nuevo chisme de la empresa. El sonido de sus tacones cada vez más acercándose a la salida llama mi atención nuevamente.
—¿No has visto cómo la trata? No pierde un segundo en lanzarle el primer lapicero que encuentra—dijo Ji Yoon, su voz cargada de satisfacción—. Además, esta misma mañana me lo dejó muy claro. Me dijo que ella es un estorbo en su vida, que solo está trabajando aquí porque le hizo un favor a un amigo y que no puede soportarla más. Y para colmo, parece que ella le trae muchísimos problemas.
Terminó su discurso y cerró la puerta del baño de mujeres tras ella.
Me quedé en el baño por un minuto más, procesando la conversación que acababa de escuchar, cuando finalmente salí para lavarme las manos y regresar a mi puesto de trabajo, noté una silueta femenina. Era la recepcionista habitual, la señorita Shin Ga Hye, con una sonrisa apretada en su faceta pálida que me decía que también escuchó la conversación y que no estaba de acuerdo con lo que se había dicho. No obstante, lo que Kang Ji Yoon decía de mí a sus nuevas amigas no era lo que realmente me molestaba, lo que en verdad me molestaba de todo eso era el hecho de que no podía defenderme.
Eso es lo que más odiaba en este momento.
—No le hagas caso, Miharu.
—Creéme, no lo hago.
—Tu cara dice lo contrario.—confesó, cruza de brazos.—El presidente lo sabrá, tú y yo sabemos que eso no va a terminar muy bien.
Lamí mis labios, aguantando las ganas de lanzar las primeras lágrimas del día. Agradecí que ella haya estado de mi lado en estos instantes, de todos modos, de igual forma me notificó que me debía de preparar porque tenía que irme con el CEO Bang al evento que le mencioné en la mañana, así que hice todo lo más rápido que pude para llegar a mi escritorio, donde me esperaba una larga montaña de documentos que no pensé que volvería a ver este día.
Eché un suspiro, frustrada por el nuevo trabajo que me había dado el presidente. Por lo que comencé a revisar todos esos documentos con la paciencia que mi madre no me había dado, hasta que unos murmullos llegan a mis oídos, ocasionando que levante la cabeza a la recepción, donde estaba la señorita Ga Hye con una enorme sonrisa en su faz, indicándole a un sujeto mi posición actual, pero cuando mis fanales ven a la persona me quedé atónita. Jamás pensé que lo volvería a ver con una emoción y preocupación desbordante, ya que dejó en claro sus intenciones.
—Mimi...—reposó sus manos en mi escritorio, dejando que pueda observar su media sonrisa.
Opté por ignorarlo, aunque su presencia era innegable ya que está justo frente a mí. No obstante, mi deseo de evitar cualquier confrontación con el CEO prevaleció, por lo que me sumergí nuevamente en la creciente montaña de documentos que se apilaban en mi escritorio, el silencio de la oficina se vio interrumpido por un carraspeo.
Era él, probablemente intentando captar mi atención.
—Entiendo que no quieras hablar conmigo después de la escena que armé en mi departamento—comenzó, su voz cargada de arrepentimiento—. Pero cuando me enteré de lo que te había pasado, me sentí aún peor. Me duele pensar que ahora me odias, y la culpa que siento por ello es insoportable.
Exhalé un suspiro, dejando caer las hojas que sostenía sobre el escritorio. Me moví ligeramente en mi silla con ruedas, girándome para enfrentarlo.
Mi rostro era un espejo de emociones negativas: enojo, frustración, decepción. Si tuviera que enumerar todos los sentimientos negativos que mi hermano adoptivo me está causando ahora mismo, la lista sería interminable. Mis fanales se desviaron a Kang Ji Yoon, que se encuentra echándole un vistazo a Jung Kook. Verla solo intensificó mi enojo, apreté mi mandíbula para controlarme y no explotar enfrente de todos mis colegas del trabajo.
—Estoy trabajando, Jeon.
—Puedo esperart...
—No, debo de ir a un evento con mi jefe.
—Puedo cubrirte si quieres.—la segunda asistente opta por interponerse en la conversación que estaba teniendo con Jung Kook. Para esto, que él la mire con agradecimiento. Entre que yo la mandaba a la mierda con solo una mirada, logrando que ella baje los ojos a la pantalla de su móvil.—Solo decía...
—Tal vez vuelva a las 22:00.
—Esperaré en tu depa...
—Claro que no, lo hablaremos por celular. Como dos personas normales.
—Miharu Ssi...—pronunció mi nombre lentamente, viendo sus manos que aún están en mi escritorio.—Esto no es algo de lo que se pueda hablar por celular, alguien te estuvo siguiendo durante días...—levantó la mirada, demostrando preocupación.—Deberíamos de charlarlo, estoy preocupado por ti.
—No, tú no estás preocupado por mí. Park Ji Min sí lo estuvo—repliqué, mi voz llena de resentimiento de solo recordarlo.—. A pesar de que lo regañé más de una vez por entrometerse en mis asuntos, estuvo en mi casa sin importarle la hora, Jeon. Él sí es un verdadero hermano adoptivo para mí. Tú solo te preocupas por ti mismo y tu dinero, así que no me vengas con mentiras, ¿de acuerdo? Y por favor, vete. ¿No ves que estoy trabajando? No quiero perder lo único bueno que me has podido ofrecer.
Le dije, levantándome de mi asiento para ir a hacer fotocopias de unos documentos antes de archivarlos en los registros de la empresa. Sabía que fui un poco dura con mis palabras, a Jeon Jung Kook le dolía que lo compararan o que le dijeran que no era mi hermano adoptivo, sencillamente que estoy demasiado enojada para preocuparme por sus sentimientos. Él me había herido primero, fingiendo que no le importaban las únicas personas que realmente se preocupaban por él, diciéndole que esas peleas ilegales no eran buenas para su vida y su salud.
No obstante, a él no le interesaba.
10 minutos después, guardé los documentos en los registros de la empresa. Cuando me giré para volver a mi puesto me sobresalté, frente a mí se encontraba la figura esbelta de mi superior, viéndose más serio de lo normal, sin mencionar que tenía puesto un traje que no suele utilizar mucho, así que me asombré por verlo de ese modo y a la vez aterrada de que él no haya hecho ningún sonido para saber de su presencia en los archivos de su empresa.
—Jung Kook está aquí.—informó, abriendo una carpeta azul marino con las siglas de la empresa. Ignorando mis ojos en él.
—Ya lo sé, presidente.
—¿Se pudieron arreglar?
—Siéndole sincera, no creo que eso sea de su incum... bencia..., presidente.—dije lentamente, tal vez viendo mi final debido a que cuando terminé de hablar pude notar los ojos fulminantes que me dedicó.
—Realmente, lo es.
—¿Ah, sí...? —observé mis costados, confundida.
—Sí, porque eso significa que mi primera asistente está fallando en sus deberes—inició a decir, sus palabras golpeando el aire como martillazos con cada paso que daba—. Está perdida en las nubes, distraída, y completamente ajena al hecho de que tenemos un evento crucial en media hora. Este tipo de negligencia es inaceptable, así que sí, Sasaki, es de mi interés todo lo que suceda en tu vida para que no cometas ningún error en la mía.
Mi mirada se estrecharon, encontrándose con los de mi superior a solo unos centímetros de distancia, mi espalda está apoyada contra los altos archivadores de un gris oscuro, solamente que parecía que él no notó este pequeño detalle. Mi atención se desvió momentáneamente a sus labios rosados y tentadores. Sin embargo, el recuerdo de lo que me había dicho antes de aceptar la propuesta de tener un encuentro íntimo abrupto hizo que apartara la mirada de sus labios. Me obligué a concentrarme en sus últimas palabras, las palabras que me dedicó con tanta severidad, eran palabras que resonaban en mi mente, palabras que me recordaban la realidad de nuestra situación.
—Sí, presidente.
—Genial.—cabeceó en afirmación, echando un leve vistazo a mis labios para marcharse de mi cuerpo tan de repente que sentía que temblaba.—Ya vámonos, no quiero llegar tarde a mi propio evento.
—Qué ni recordaba...
Murmuré, fingiendo que nada había sucedido en realidad. Entre que nos encaminábamos hasta la salida de la empresa, pude escuchar una pregunta que venía de mi jefe que me dejó estupefacta.
—¿Has preparado la presentación?
—¿Pre-presentación?
Ropetí alarmada, ingresando al ascensor con mi jefe y un par de personas más que venían con nosotros para el establecimiento donde se haría el gran evento que más esperaba mi superior. El cual me dedicó una de sus típicas miradas de odio al darse cuenta de que no había hecho ninguna presentación.
—Debería ser obvio que serás tú quien dará la presentación antes de que yo anuncie la nueva colección de nuestra marca—dijo, como si fuera evidente—. ¿Es una broma? Eres mi primera asistente, ¿y no estás al tanto de esto? Te juro que...
—Preparé una presentación, presidente.—interrumpió Ji Yoon, causando que nuestro jefe se volviera hacia ella.
—¿En serio?
—Sí, lo anoté por si acaso.—respondió la pelinegra, soltando una risita mientras le mostraba a nuestro jefe un pequeño papel con lo que había escrito. El presidente le echó un vistazo rápido y le quitó el papel de las manos—. ¿Está bi...?
—Apréndetelo, tú darás la presentación.
Ordenó el Presidente Bang, volviéndose hacia mí y entregándome el pequeño discurso que Ji Yoon había preparado. Me sentí avergonzada, porque era obvio que Kang Ji Yoon ha querido hacer la presentación con mucha emoción.
Jueves por la tarde.
Me temblaban las manos, estaba viendo a la gran multitud de personas que se hallaban esperando por la noticia de la nueva colección de autor de la muy reconocida empresa automotriz NG Jadongcha, entre que yo me sentía demasiado mal por tener que hablar en público. No quería cometer ningún error, pero era imposible cuando mi colega del trabajo escribió una biblia de presentación, obviamente que no me iba a poder memorizar todo lo que ella escribió, así que no me importaba mucho salir con el papel entre las manos y pronunciar todo lo que ella mencionó en esa pequeña hoja amarilla.
Imposible de leer, por cierto.
—Sasaki, haz la presentación.
—Es que...—me quedé muda cuando pude notar la mirada que me entregó. Tanto que pase saliva con dificultad por mi garganta, demasiado que casi me ahogo con mi propia saliva. Di un paso en falso, pero llegando al escenario.—Buenas tardes a todos.
Cuando apenas saludé comencé a escuchar unas voces masculinas que reconocí al instante, ya que eran los amigos de estos muchachos, en especial el hombre que me molesta porque no me gustan los aguacates. Además de que pude observar a la persona que fue mi mejor amigo por mucho tiempo, verlo con esa cara de tristeza me hacía sentir mal, solamente que no podía pensar en eso ahora.
Por lo que me desconcentré brevemente, salí de ese momento para seguir con la presentación antes de que mi superior me asesine.
—Hoy tengo el honor de presentarles a una figura destacada en el mundo del diseño automotriz. Un hombre cuyo nombre es sinónimo de innovación, creatividad y excelencia.
—¡Wouh! ¡Vamos, hyung!
—Les presento a Bang Chan, presidente y diseñador principal de nuestra empresa automotriz. Su visión y dedicación han sido fundamentales en el desarrollo de los vehículos más avanzados y atractivos de nuestra generación. Su compromiso con la excelencia no solo ha elevado el estándar de nuestra compañía, sino que ha redefinido lo que significa ser un líder en la industria automotriz.
—¡Diséñame la vida, papi!
Trataba de no desconcentrarme con los jodidos gritos que están dando sus mejores amigos, simplemente que es algo muy difícil. Mucho más cuando tenía que fingir que me agradaba oírlos, y que las personas se estén riendo de esos malos chistes.
—Cada vehículo que diseña es una obra de arte en movimiento, una combinación perfecta de ingeniería y estética. Pero más allá de su talento como diseñador, nuestro presidente Bang Chan es un líder excepcional. Su visión y ambición impulsaron a nuestra empresa a nuevas alturas y han establecido un nuevo estándar en la industria automotriz. Su liderazgo es fundamental para nuestro éxito y continuará siendo un pilar en nuestra empresa en los años venideros.—terminé por leer la biblia que escribió mi compañera.—Por favor, acompáñenme en darle la bienvenida al CEO de NG Jadongcha, Bang Chan.
Es ahí cuando me corro a un lado, entregándole el micrófono y el espacio a mi jefe, quién con una media sonrisa de felicidad empieza a observar a las personas que se encuentran en el público.
—Buenas tardes a todos.—dijo, viendo a cada persona.—Démosle un gran aplauso a Sasaki Miharu por tan agradables palabras, por favor.
Abrí mis labios ante eso, porque jamás pensé que sería capaz de ocasionar un espacio para mí también. Por lo que me sorprendí de aquello, sin embargo, puedo ver el enfado en mi compañera de trabajo, tanto que se fue del público con gran enojo.
—Bueno, iré directamente al grano, ¿no creen? Estoy aquí para presentar un nuevo proyecto automotriz. Este proyecto es el resultado de años de investigación e innovación, y hoy estamos listos para compartirlo con ustedes.—demandó, logrando algunas risas y sonrisas en el público.—Agradecemos a todos los que han trabajado en este proyecto y a aquellos que han apoyado nuestra visión. Ahora, sin más preámbulos, les presentamos este revolucionario proyecto.
De repente, las luces se apagaron, dejando todo el espacio libre en una oscuridad total. No sabía cómo eso era posible, no obstante, así mismo era, por lo que todos podemos ver cómo aparece un automóvil del suelo, girando lentamente, mostrando un diseño que no se ha visto jamás. De igual modo, se comienza a oír la voz de mi jefe dando cada detalle, característica y lo que cualquier otra persona querría saber del nuevo modelo de carro que han sacado, mientras que yo intento buscar a mi compañera de trabajo, empero, lo único que encuentro es a un Jung Kook necesitado de mi atención, porque toma de mi mano rápidamente y me saca del evento de mi jefe.
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