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ꗃ xxiv. be my submissive.

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO VEINTICUATRO ❜🗞️ೃ∗
today we present: Sé mi sumisa.
MARATÓN 3/3

Nos encontrábamos tan cerca uno del otro que necesitaba con urgencia que sellara nuestra distancia de una maldita vez, solo que es una cosa que jamás iba a suceder, empezando porque el destino a mí me odiaba como siempre. El aparato electrónico que yace en la oficina del presidente suena de repente, anunciando que la nueva asistente ya estaba en las oficinas, así que se dio media vuelta a responder el llamado de la señorita Choi, dándome a entender que era tiempo de presentarme ante la nueva personal del edificio automotriz.

La distancia entre la salida y los escritorios de las asistentes no era demasiada, era bastante cercana. Por lo que apenas abrí la puerta pude observar dos rostros, la cual una de ellas no conocía en lo absoluto, empero, la señorita Soo Byeol no dudó ni un solo momento en presentarme. Ahora que la estaba inspeccionando con mucho detenimiento me puedo dar cuenta de que la mujer se encontraba casi en la misma edad que Ji Sung, tenía una larga melena negra con ojos redondos del mismo color, un lunar estaba posicionado debajo de su labio derecho, sin mencionar que es una persona muy sonriente y la forma en la cual vino vestida en su entrevista nos dio a entender que probablemente sea alguien correcta para obtener el puesto de la segunda asistente del presidente.

—Kang Ji Yoon.

—Sasaki Miharu, un placer.

—Bueno, señorita Kang Ji Yoon, desde ahora en más te vas a mantener en contacto con Miharu. Ya que hoy es mi último día en la empresa, que por cierto, estoy saliendo muy tarde.—informó Soo Byeol juntando las últimas cosas en su típica caja marrón.

—Ow, pensé que trabajaríamos juntas.

—No, linda. Pero Miharu es una agradable compañera, solamente trata de no meterte en muchos problemas. ¿Quieres?—le dedicó una media sonrisa a la nueva asistente, hasta que sus fanales fueron a los míos. En nuestros rostros se podía notar la tristeza de que ella se vaya.—Tú más que nadie debes de cuidarte.

—No, la única que debe de cuidarse desde ahora en más eres tú. Traer a un bebé al mundo es la cosa más complicada y mucho más criarlo.

—Lo haré bien, ya verás.

—Estoy feliz por ti, unnie.

—Ven aquí.—alargó sus brazos a poder reunirnos en un breve abrazo amistoso.

En donde me dejó en claro que me iba a extrañar demasiado y que me esperaba ver en el baby shower de su pequeño futuro bebé. Por lo tanto, le dedicó una última mirada a su reemplazo más jóven a despedirse de la recepcionista, quién está más triste que nosotras dos. Intenté no ponerme tan sentimental debido a que las despedida me recordaban a mis padres difuntos y no era un recuerdo que me gustaba rememorar cada segundo que tenía de vida, así que presté atención a la chica que se encuentra frente a mí todavía en la espera de alguna orden más.

—Escuché que en realidad venías por una entrevista.

—Sí, pero la señorita Choi ya me lo hizo. Aquí está mi currículum de todas formas.—informó entregándome una carpeta negra, al abrirla puedo leer todos los datos necesarios para el ingreso a la empresa.

—Oh, graduada con varios honores.

—Así es, me han reclutado en varias empresas internacionalmente conocidas.

—Comprendo porqué la señorita Choi te recomendó.

—Dijo que les serviría de mucho aquí.

—Aun así, tengo la duda del por qué quieres trabajar en NG Jadongcha.—indagué curiosa, apoyándome en mi escritorio, mientras trataba de mantener la compostura de todo lo que sucedió este día.

—Es una de las empresas más importantes de toda Corea del Sur, ¿quién no querría ser parte de este negocio? Además, me gusta la forma en la cual el CEO Bang Chan mantiene la orden en su empresa.

—¿La mano dura?

—Sí.

—Ji Yoon, ¿Soo Byeol te comentó algo en especial sobre el presidente Bang?

—No del todo, pero los rumores son rápidos.

—Ven conmigo.—después de hacerle un breve recorrido de cada extremo de la construcción, de los horarios, de las únicas cosas que tiene que tener de prioridad, al fin terminamos nuevamente en el corredor que nos pertenecía.—Quiero informarte que la mano dura en este sitio ya se terminó, si tienes algún drama con ella me lo puedes decir así vuelvo a colocar el puesto libre al segundo asistente.

—Estoy segura de que nos llevaremos bien.

—Sí, eso espero, Ji Yoon.

—¡Gente nueva! Me gusta.

—Ella es la recepcionista de este piso. Shin Ga Hye.

Ante el breve presentamiento que tuve que hacer con ellas, las dos mujeres estuvieron conversando por unos pocos minutos hasta rememorando el instante en que yo ingresé por primera vez a la empresa. Sin embargo, eso duró muy poco porque la mayor tenía que volver a su puesto de trabajo y nosotras teníamos que hacer lo mismo, por demás de que la segunda asistente aún tenía que acomodar sus pertenencias en el escritorio de enfrente, pero antes de que pueda seguir haciendo eso tenía que conocer al sujeto a quién debería de estar siguiendo sus órdenes de ahora en más.

La pelinegra se veía muy nerviosa.

No obstante, no pensé que iba a actuar de ese modo en el instante en que se encuentre frente al director general de las empresas. Kang Ji Yoon se ajustó la falda negra más al cuerpo plano, removió sus senos un par de veces, tal vez acomodándolas e hizo unos gestos que no entendí y terminó por entrar a la oficina del presidente Bang. La persona que yacía con la mirada en unos papeles que están en su escritorio, en verdad no le estaba dando atención a nada más que a las hojas que se hallan frente a él.

—¿Qué necesitas, Sasa...? No, no eres Sasaki.

Carraspeé mi garganta al darme cuenta de que había adivinado que no era yo sin siquiera levantar la mirada, algo que me pareció sumamente extraño si es que era muy sincera en estos momentos.

—Buenas tardes, señor Bang. Yo so...

—Presidente...—interrumpí, de igual modo, carraspeando mi garganta.

—Me llamo Kang Ji Yoon, seré su nueva asistente, presidente.

El CEO Bang arrugó su frente brevemente, nos estaba mirando a ambas con la mirada más o menos al suelo de su escritorio debido a que se encuentra leyendo unos papeles y la forma en la cual se había presentado la nueva mujer ocasionó la frustración en su mirada, ni siquiera podía disimular al hacer eso.

—Bueno, Kang, quiero informarte que ya cuento con una asistente. En todo caso, tú serías la segunda persona a quien intentaría complicarle la vida.

—Puede complicarla todo lo que desee, presidente.

Él me mira sorprendido.

—Kang Ji Yoon es muy admiradora de los líderes que son firmes con sus empleados, le gusta la forma en que mantienen el orden en sus empresas. Así que es una gran fanática de su estilo de liderazgo, Presidente.—informé, basándome en lo que había escuchado hace un momento.—Creo que es mejor que los deje a solas, tengo asuntos que aten...

—Te quedas aquí.

—O mejor me quedo. Está bien.

—Debo de admitir que me impresiona el resumen que me acaba de dar la Señorita Sasaki sobre usted. Antes que nada, le doy la bienvenida a NG Jadongcha, como verá, soy el Director General Bang Chan, es la primera vez que escucho que alguien se interese tanto en la mano dura en las empresas. Hasta donde tengo entendido la mayoría son la generación de cristal, ya sabes, cualquier acto «maligno» de mi parte lo toman como una ofensa a su persona.

—Concuerdo con usted, presidente. Yo no tengo ningún problema en seguir con cualquier orden que usted me ponga, puedo hacer cualquier cosa con tal de aprender de usted.

Fruncí mi rostro sin poder entender para nada el comportamiento que estaba teniendo la nueva debido a que el presidente sí que le faltaban ciertos jugadores en la cabeza. Por lo tanto, me parecía extremadamente loco todo lo que está saliendo de su boca.

—¿Ah, sí?

—Sí, presidente.

—Entonces, no veo por qué razón las cosas deben de cambiar contigo, ¿no?—Ji Yoon movió su cabeza en afirmación. Muy emocionada por lo que estaba a punto de presenciar.—Harás todo lo que hacía la Señorita Choi, vendrás conmigo en mis eventos fuera del área laboral, irás por mis trajes, por Berry y todo lo que conlleve mantenerlo en limpieza. También—ella me miró confundida por aquel nombre que no conocía.—. Lo siento, ¿pasa algo?

—No, nada.

—No, siento que sí está sucediendo algo. ¿Qué es?

—Es que pensé que...

—¡Oh! Pensaste que te ibas a encargar de mis datos personales, qué ingenuo fui.—soltó una carcajada, dirigiéndose a la nueva asistente.—No estoy de humor para tolerar a personas que ven a mi empresa como un circo, espero que estés aquí porque realmente quieres trabajar y no porque mi antigua asistente intentó complicarme la vida antes de irse. Si estás aquí es para trabajar, para esforzarte al máximo como todos nosotros, no para extraer información y permitir que el resto pueda verme en una situación vulnerable, Kang.

—Sí, señor presidente.

—Largo de mi vista.

Ella de inmediato pasó por mi lado casi a las lágrimas. Únicamente que yo me quedé asombrada de todo lo que acababa de ver, tanto que no le podía quitar la mirada de encima a mi superior. El sujeto de cabello castaño parecía estar esperando una respuesta de mi parte o tal vez quería que le confirme si en verdad esa niña sería el verdadero reemplazo de su anterior segunda asistente.

Así que asentí.

—¿Es una broma?

—La escogió la señorita Choi, yo no tenía ni idea de que ella se iría para siempre de aquí.

—Estará a prueba.

—De acuerdo.

—Y tenemos un asunto que resolver tú y yo.

—Está bien...—contesté cabizbaja al recordar la situación de hace un momento. Empero, sabía muy bien que ahora mismo no se charlaría sobre ese instante con él.—Iré a ver a la nueva chica.

—5 minutos.

—Claro.

Hice un leve movimiento de cabeza, marchándome de su oficina a buscar a la nueva segunda asistente que no se encontraba por ninguna parte del último piso en donde estábamos. La mirada que me entregó la señorita Shin me da la información de que se marchó directamente a los baños, así que más o menos a las corridas me adentré al baño de las mujeres, tratando de buscar a mi nueva colega, solamente que no era así. Hasta que oí unos murmullos.

Agaché mi cabeza, apoyándome en el lavamanos.

—Señorita Kang, salga de ahí, por favor.

No sé si sea buena idea.

—Salga de una buena vez, por favor.

—Es que...

—Solo tengo 3 minutos para hablar contigo, así que, por favor, sal antes de que me metas en problemas, ¿de acuerdo?—pedí con cierta urgencia. La puerta se abrió a los pocos segundos, se veía bastante afectada.—Entiendo que tengas cierta admiración por el presidente de esta empresa.

—No es eso, señorita Sasaki. Es que...

—El señor Bang Chan es muy conocido a nivel mundial por sus negocios, comprendo que tenías una imagen en tu cabeza de lo que él te diría cuando lo vieras por primera vez, pero no es así. Debes entender que el presidente es como cualquier otro jefe con problemas de personalidad. Es duro y severo.

Kang Ji Yoon mantuvo la mirada en sus manos en todo segundo, parecía que todas las cosas que yo estaba mencionando eran verdaderas.

Volví a mirar el reloj de mi celular dándome cuenta de que tenía pocos minutos antes de volver a la oficina de mi superior, así que intenté darle un buen consejo sobre su nuevo puesto de trabajo y que era mejor que se mantenga haciendo eso en vez de meterse en la vida o en los deseos que ella tenía si es que quería seguir teniendo su puesto de trabajo en estas empresas.

—Revisa los correos que te acabo de mandar, tengo que reunirme con el presidente ahora mismo.

—Sí, señorita Miharu.

Le sonreí tiernamente, volviendo a ingresar al despacho de mi superior.

Después de obtener el permiso de entrar otra vez al despacho cerré la puerta detrás de mí, notando que ahora mi jefe se encontraba con un vaso de whisky en su mano izquierda, mientras que la mano contraria está posada sobre el músculo de su brazo con mucha firmeza. En su cara se podía observar la seriedad del asunto que teníamos pendiente.

—¿Me tenía que decir algo, presidente?

El CEO Bang deja su vaso de whisky en su escritorio, mientras que hacía unos movimientos de cejas, tal vez pensando la forma en cómo me podría arruinar la vida en estos instantes.

—No, tenía que hacer algo contigo.

—Pr-presidente...

Mantuve mi silencio cuando puedo ver la manera en que se desabrocha el cinturón que llevaba puesto en este día, digamos que así mismo mi respiración se detuvo por un instante y mucho más en el segundo en que los junto de punta a punta, ocasionando un gran sonido al estirarlas, me puso los vellos de punta de solo tener que escucharlo.

Su mirada daba mucho miedo.

—Arrodíllate, Sasaki.

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