Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ꗃ xii. your secret.

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO DOCE ❜🗞️ೃ∗
today we present: Tu secreto.

Desde ese día el CEO Bang me tenía como su mucama personal, me llamaba cada 5 minutos para que haga las cosas más absurdas, a veces me llamaba a las 4:00 de la madrugada para que le pasara un vaso de agua, sabiendo que vivía demasiado lejos de su lujoso hogar. Parecía que su venganza lo estaba haciendo muy bien, lo toleré los primeros dos meses, empero, cuando ya se estaban por cumplir tres meses desde que me tenía de acá para allá y no me daba trabajos normales, una gran ira empezó a manejar mi cuerpo, porque si tan solo hubiese recibido la brutalidad que tanto me gustaba de él, no me quejaría, sencillamente que ni siquiera eso me sucedía, únicamente, me hacía la vida imposible, pero realmente lo estaba haciendo.

«El presidente te llama.»

«El presidente quiere que busques a Berry.»

«No, el presidente quiere que vayas a su casa a limpiar su cuarto.»

«¡No, Sasaki! El presidente te quiere a ti.»

Eran tantos mandados que en verdad no quería saber más nada de mis compañeros del trabajo, no obstante, lo bueno de todo esto es que, al menos, teníamos días de descansos... Qué el mismo se encargó de arruinarlo, por cierto, debido a que ni siquiera en los feriados he podido cerrar los párpados a descansar. Estábamos en el mes de Septiembre, el otoño se acercó muy rápido a nuestro país y las fiestas no paraban, siquiera era parte de esas festividades, ¿por qué? Pues porque el Señor Bang prefería llevarse a Choi Soo Byeol, ya que, según sus propias palabras, era más eficiente que lo era yo, simplemente, porque cometí un error en toda mi vida con respecto a su persona.

Retarlo.

Decirle lo inhumano que se portaba.

Sin embargo, después de todo, terminé consiguiendo lo único que me apetecía del CEO Bang Chan, algo que a la mayoría de mis compañeros les desagradaba por la razón que actuaba como una bestia de mierda. Lastimosamente, esa es la razón por la que seguía aún aquí, mendigando dinero, siendo víctima de un varón que me odiaba eternamente.

—¡¿Eres imbécil o qué mierda pasa contigo, Sasaki?!—me gritó. Se levantó de su silla lanzando sus lápices.—¡¿Por qué eres tan estúpida?! ¡Contéstame, mierda!

Juraba que le quería decir muchas cosas, solamente que la manera en que las venas de su cuello se están marcando es impractible pronunciar alguna palabra. Debido a que mi tonta mente se encontraba haciendo escenas para nada agradables, supongo que realmente estoy mal de la cabeza.

Cuando quise decir algo fue tarde, porque me echó de su oficina con ojos molestos. Directamente, preferí ir a los baños de mujeres en donde mi idea principal era lavarme la cara, para que se me pase un poco el calor que llevaba por dentro, sin embargo, el silencio que emana esta parte de la oficina es lo que llama mucho más mi atención. Pasé saliva con dificultad, tirando a la mierda todo y solamente me encerré en los baños individuales para abrir mis piernas fuertemente, fue algo fácil, ya que traía vestido, mi mente recordó esas veces en que ese hombre fue rudo conmigo y después mi mano hizo el resto.

Viernes por la tarde.

«Relájate, tranquilízate.»

«No seas tan imprudente, puedes ser todo lo que ellos dicen de ti, pero jamás un pervertido que entra a los baños de las mujeres cuando eres hombre y te consideras del sexo masculino, Bang Chan.»

No obstante, no podía hacerlo cuando me ha hecho ver qué no servía para absolutamente nada en este paraje. Ella se tenía que ir de inmediato, no servía, es tonta, estúpida y muy, pero muy inútil, sin decir que le costaba hasta recordarme una jodida reunión más que importante para la empresa misma. Eso es lo que me hace enfurecer muchísimo, es por eso que ingresé de una sola vez al baño femenino, observando que no hay siquiera un alma perdida por aquí.

¿Dónde demonios está? ¿En qué momento volvió? No creo que se haya ido a otro baño, ya que este es el más cercano y sencillo de llegar antes de que le diga algo por su estúpida tardanza. Eché un largo suspiro de cansancio debido a que mi mal carácter no me estaba ayudando para nada, estoy harto de tener empleados ineptos, un personal de mierda y eso que ya hemos hecho la reducción de empleados. Miré una vez más a mi alrededor, dándome cuenta de que aquí no iba a encontrar a Sasaki Miharu.

Di mi primer movimiento cuando escuché un gemido salir de los labios de alguna mujer.

Hice un leve movimiento, percatándome de que no estaba tan lejos como yo había pensado. Comencé a dar unos que otros pasos, siendo muy cuidadoso para que esa persona no me escuchara, entonces, llegué a la puerta indicada. Ladeé mi cabeza, pensando si era una buena idea interrumpir tan apreciado tiempo en que esa muchacha no esté haciendo su maldito trabajo, eché otro suspiro, agachando mi cabeza y poder observar por la puerta, justo en esa parte en que se pueden ver unos tacos tirados en el suelo, entre que los jadeos son más fuertes que antes.

—Golpéeme.

Desplegué mis párpados, impresionado de lo que mis oídos están oyendo de mi asistente. Porque esa voz la podía reconocer en cualquier parte, no podía creer lo idiota que se podía comportar esta fémina, decidí por abandonar el baño de las mujeres, prometiéndome a mí mismo no volver a ingresar nunca más por estos lares debido a que son peores que los hombres, y luego dicen que nosotros somos los pervertidos en potencia. Tsk.

Viernes por la noche.

—¿Hoy sí vendrás?

Abandoné mis perversos pensamientos al escuchar la voz de Han Ji Sung, ya estaba con el resto de nuestros compañeros del trabajo, en la espera de ir el bar de todos los viernes. Así que asentí, acercándome a ellos a pasos rápidos, deseando que este día mi jefe no me interrumpa y me dé más tareas de lo habitual, logrando que no me pueda ir de la empresa, por lo que nos marchamos al bar velozmente, entre que oíamos algunos chismes de la oficina.

Llegamos y pedimos comida, además de las bebidas, únicamente, me quedé prestando atención a las charlas que ellos estaban teniendo, mientras que yo estaba metida en mi mundo. No podía parar de pensar en la última pelea que tuve con mi hermano adoptivo, ya que volvió a aparecer con el rostro machucado y es algo que me molesta muchísimo, debido a que Jeon Jung Kook es una persona demasiado importante para mí, lo menos que quería es que algún día apareciera medio muerto, digamos que por esa circunstancias que sucedieron no me pude ir de su departamento, no lo iba a dejar solo y menos estando herido.

Me encontraba en mi sexto shot de tequila.

—¡Sí! ¡H-hey!

—Y-ya es m-mucho. Ten-nemos que volver.

—Estamos todos eb-brios, no será p-posible. Oops.

—¡Tienes hipo!—exclamé riéndome a más no poder.—Estás m-muy ebrio.

Me encontraba más que perdida en mí misma, tal vez, porque necesitaba beber para no sentirme menos de lo que ya era, me gustaba ponerme ebria hasta el punto de no recordar nada el día después, sin embargo, estaba muy segura de que esto lo recordaría. Por las únicas razones que me gustaba ponerme ebria era para olvidarme de mi vida diaria desde que empecé a trabajar aquí, la relación con Baek U Jin acabó siendo una extraña, porque supe que se estaba acostando con mi jefe y eso era muy incómodo, capaz por el hecho de que me imaginaba algunas escenas sexuales con él, por lo que es extremadamente raro.

Pensar en eso me deprimía.

—Pedí un t-taxi, vamos a esperar afuera.

—Voy.—Soo Byeol se levantó de la silla.

—Vamos, unnie.

—Miharu, tú también. Vámonos.

—Solo u-un ratito más... Ya voy enseguida.

Le contesté a la señorita Shin Ga Hye, entre que mis ojos están perdidas en alguna parte del líquido que se encuentra en mi copa, ella pensó un largo minuto en si dejarme aquí sola o no, hasta que Jun In Ki codeó de su brazo, sacándola de mi lado y darme ese espacio que quería en estos momentos. No obstante, no me pude dar cuenta de que pasaron varios minutos desde que ellos se han marchado, así que asustada tomé mis cosas para salir del bar, sencillamente que fue tarde, debido a que ninguno de ellos están más, sin mencionar que mi cuerpo chocó con el de otra persona que me expresó lo inconforme que se encontraba por mi idiotez.

Cuando lo miré me asombré muchísimo que no fuese mi propio jefe.

Tal vez porque sonaban igual de mierdas.

—P-perdóneme, señor.

—¡¿Perdón, zorra?! ¡Ebria estúpida!

Me fui para atrás en el momento en que me empujó contra la puerta de madera del establecimiento donde estaba hace un instante. Apreté mis labios fuertemente debido a que estaba ebria, sola y con un sujeto que no conocía en lo absoluto, no era momento de hacerme la héroe conmigo misma cuando no sabía lo que pasaba por la mente de este muchacho y lo que sería capaz de hacer conmigo. Es por eso que hice una reverencia de disculpas por mi torpeza, pasando por su lado, dispuesta en volver al departamento.

Hasta que vuelve a tocarme.

Cerré los párpados, no quería decir una tontería que me pueda llegar a ocasionar muchos problemas con esta persona desconocida.

—Suélteme.

—No hasta que duermas conmigo.

—¡¿Qué ha dicho?!—exclamé enfurecida, tanto que por un tiempo se me olvidó que tenía muchas copas de más sobre mi cuerpo. Me giré para verlo directo a esos fanales oscuros, llenos de oscuridad.

—Acuéstate conmigo o terminarás muerta, zorra.

¿La pensé?

Obviamente que me quedé pensando por bastante tiempo cómo me vería al momento de salir corriendo como una loca, sin embargo, fue eso lo que hice para sobrevivir a lo que sea que ese hombre quería hacer conmigo, claro, hasta que mi torpeza no pudo ser peor que me terminé cayendo encima de otra persona, que, para mi mala suerte, esta vez sí era mi jefe y en su mirada se podía notar lo enojado que se encontraba en estos minutos. Aunque no entendía qué hacía por aquí. Me pareció extraño.

¿Por qué me pasa esto a mí?

Pero lo menos que me importaba era que mi jefe se encuentra tirado en el suelo y viéndome con odio, lo que más me sorprende es que ese hombre del bar de verdad me estuvo siguiendo a las corridas. Cuando paró a ver lo que había sucedido no tardó en echar una risa sarcástica, empero, al final del día jaló con muchísima fuerza mi brazo, sacándome de encima de mi jefe y lo que más temía.

—Qué estúpida eres, cariño. ¿Por qué no te disculpas con el señor y nos vamos para casa?—removió mi brazo con muchísima fuerza. Entre que el CEO Bang Chan se levantaba del piso con esa cara de pocos amigos, sin darle mucha atención al sujeto que está a mi lado.—Házlo y vámonos.

—No me...

—Di una palabra y estás jodida...

Amenazó el sujeto que me tenía acorralada del brazo. Fue en ese instante en que le pedía al cielo y al infierno que mi jefe no me odiara tanto, que por una vez en su vida me pueda demostrar que tenía un poco de alma dentro de su cuerpo y que pueda hacer algo al respecto de este demente que me haría cualquier cosa cuando él se vaya de nuestro lado. Pero en su faz se pude ver el enojo que todavía seguía sintiendo por mi mala manera de comportarme con su persona, solo que puedo ver qué relaja su faceta, viendo al muchacho que se encontraba a mi derecha.

—L-lo siento.

—¿Ya la escuchó?—observó a Bang Chan.—Ella lo siente, señor. Lamento tener que ser tan descortés con usted en estos momentos, y mucho más luego de que mi esposa actuó de una forma estúpida con usted, pero ella y yo nos tenemos que ir urgentemente. Tenemos algo importante que hacer. Vámonos.

Ordenó el hombre, jalando de mi brazo y volteando. Quizá, para no tener que cruzarnos al lado de mi loco jefe, sencillamente que volver a escuchar la voz de mi jefe es lo que calma mi cuerpo. Pero pone nervioso al varón que tengo a mi extremo.

—No.

—¿No qué, señor?—volteó conmigo, demostrándole que ya no tenía mucha paciencia.

—No puedo permitir que te la lleves.

—¿Perdón?—lanzó una risotada.

—Créeme, amigo, estoy totalmente de acuerdo contigo cuando calificas a tu esposa de estúpida. Porque realmente lo es, mucho,—afirmó el CEO, acercándose lentamente a nosotros hasta que su presencia se hizo casi abrumadora.—Y lo dice alguien que pasa mucho tiempo con ella. Sin embargo, no soporto a los pervertidos, los detesto, no me gustan las mentiras y mucho menos cuando ambas cosas se combinan. ¿Me explico?

Fruncí mi cara, confusa.

Empero, de alguna forma, logró que el hombre de hace un momento me suelte el brazo, de un instante a otro, el presidente Bang ocasionó que mi cuerpo termine detrás suyo, detrás de su gigantesca espalda—o es por lo que puedo ver y dan ganas de tocar.—. Ellos dos se encuentran de frente a frente, obteniendo una charla que se ve calmada. Hasta que el otro sujeto le da el primer golpe a mi jefe, para eso, él dar una vuelta y observar mi rostro con una expresión de molestia. Bastó que moviera sus ojos a un extremo para que yo me alejara de su anatomía.

Terminé viendo una pelea de hombres.

—Señ...

El señor Bang eleva su mano a mi cara, ordenándome a que me quedara callada. Nos encontrábamos en su auto negro en donde siempre lo llevaban a la empresa, o a dónde él quería, luego de que mi jefe le diera unos cuantos golpes a la cara al hombre que casi me secuestra, llegó la policía y por poco lo arrestan hasta que lo vieron directamente a la cara. Entonces, no se levantó nada en su contra, solamente ocasionaron que se lleven al otro sujeto por intentar hacerme algo que no se veía nada bien. También se ofreció a llevarme.

Pero con mala cara.

El auto se estaciona enfrente de la construcción donde vivía con Jung Kook, miré a mi jefe por unos segundos, ya que le quería agradecer lo que hizo conmigo, aun cuando eso lo puso de mal humor. Únicamente que no podía encontrar las palabras correctas, él tampoco es que me decía algo más, así que junté mi bolso con fuerza sobre mi pecho, intentando decirle que mejor me iba bajando del lujoso auto en donde estábamos. Hasta que él me miró.

—Tu secreto está guardado conmigo, Sasaki.

—¿S-secreto?

El señor Bang asiente, volviendo la mirada al frente. Hizo un sonido, ocasionando que el chófer levantara la ventanilla que los dividía.

—Qué te excita que te arroje cosas.

—Señor Ban...

—Pero no creas que lo dejaré pasar.

—N-no sé de qué me está hablando.

—«Golpéeme.» ¿No te recuerda a algo?

Tragué saliva, nerviosa.

Bajé la mirada avergonzada de las cosas que he dicho en ese momento porque la calentura me ganó. Carajos, me sentía muy apenada en estos momentos, es por eso que no podía elevar la cara, no podía observarlo a los ojos en estos instantes.

—El lunes hablamos, Sasaki. Bájate.

✂️¡! WRITER'S SPACE

Hola, pasó mucho tiempo desde la última actualización, espero que les haya gustado. Si soy sincera con ustedes ya tenía preparado este capítulo para hace unos días, pero la discusión que tuve con esa editora ( la cual hizo la portada de este libro ) fue lo que me generó un bloqueo inmenso, algo que me sacó las ganas de escribir por unos días. ¿Por qué digo esto? No es que quiera seguir con el mismo tema, únicamente que me molestó todo el quilombo que armó la mina.

Eso me estresó muchísimo, más con sus incoherencias ( sabiendo que hoy en día siguen hablando de mí v: ) Pero nada, es algo que me prohibió seguir con mis actualizaciones.

Solamente espero que les guste este capítulo kakis que escribí, y una vez más, perdónenme por haberme tomado unos pocos días para traerles un capítulo que en verdad les guste.

Besos en las nachas. 🍀🧡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro