ꗃ x. in the dark.
written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO DIEZ ❜🗞️ೃ∗
today we present: A oscuras.
Eché una leve risa.
No me podía creer que realmente había hecho eso, sé perfectamente que tengo un genio no tan maravilloso para las personas, pero por lo poco que escuché de ella era inteligente y aunque este día no me lo demostró, sabía que iba a buscar la manera para escaparse. Me encontraba viajando a un cuarto departamental, una mujer aún tiene un asunto pendiente conmigo y este es el mejor día para que lo pueda solucionar, tenía mucho estrés por la incompetencia que tienen mis empleados, eso me hace pensar en que tenía que hacer una renovación de personal de inmediato.
Le envié un mensaje a la asistente Choi Soo Byeol para informarle mi repentina idea sobre los empleados, cuando el chófer me informa que ya hemos llegado al lugar adecuado. Después de que ella me haya recibido con una gran sonrisa perversa en sus labios, directamente, fuimos a lo que he venido, mis labios fueron a los suyos, dando finalización a nuestra distancia, mordí su labio inferior para poder dar paso a nuestras lenguas y acabamos en su cuarto. La ropa es parte de lo que nos llega a molestar, por lo que la desvestí, quitando cada prenda que le molesta a mis ojos y mis besos quedaron impregnados en cada parte de su piel.
Su mano empuja levemente mi pecho, logrando que mis codos amortigüen mi caída y puedan ver la belleza que tenía desnuda frente a mí. En ese mismo momento comienza a moverse de un lado al otro, ocasionando que de a poco mi miembro se vaya dando cuenta de lo que está pasando y después de algunos minutos notando esa preciosura un sonido proveniente de mi celular es lo que nos interrumpe. Empero, no me había quedado de otra que disculparme con ella y observar mi celular, rápidamente me levanté sorprendido de lo que mis fanales eran testigos en estos momentos.
—Está... demente...
Martes a la noche.
Golpeé fuertemente por última vez la puerta que no se abría para nada, creo que eran pasadas las 23:00 de la noche, lo sabría si tan solo tuviese batería en mi celular y no me haya olvidado mi cargador, terminé de reescribir los documentos que me mandó a hacer mi jefe hace media hora. Pero ya me estaba cansando seguir estando aquí y no hacer nada, porque hay que mencionar que todo lo que hay en la máquina de comida tenía aguacate, parecía que el CEO Bang lo tenía absolutamente todo planeado y de verdad que se está vengando de mí.
Entonces, después de varios minutos muy rendida de no buscar otra salida, opté por entrar al despacho que en alguna temporada fue del jefe y pude darme cuenta de que hay varias cajas cerradas, la mesa no se encontraba más y mucho menos aquellos instrumentos que vi en mi primera entrevista. Estuve buscando por doquier con la esperanza de que haya algo que me pueda sacar del noveno piso, no obstante, mi atención se clava directamente en un conducto que no parecía nada confiable pero ante mi locura se veía que me podría ayudar mucho. Es por eso mismo que sonreí sin más.
—Okey, hagámoslo.
Me dije a mí misma, buscando la confianza que no había. Clavé mis fanales a un mueble que todavía se encontraba allí, lo comencé a correr con las fuerzas que no tenía, para que quedara contra la pared y yo me pueda subir en ella. Fui al salón a buscar mi bolso, cuando puse todas mis cosas ahí, me dirigí otra vez a la habitación que era una oficina en su momento.
Afortunadamente, no fue difícil quitar la tapa que cubría el conducto de aire. Estaba convencida de que estaría asegurado con tornillos u otro tipo de fijación. Lancé mi bolso al interior, me impulsé y logré entrar. Sin embargo, pronto comencé a sentir el inicio de un ataque de pánico debido a mi miedo a los espacios pequeños. ¿Y si me quedo atrapada aquí para siempre? ¿Y si me atasco? ¡¿Y si hay alguna rata escondida en el conducto?! Decidí que era mejor no perderme en estos pensamientos aterradores y me concentré en encontrar la salida.
Mientras iba arrastrándome por aquel conducto, mis ojos están en la búsqueda del primer lugar que pueda observar como una salida libre y sin que esa puerta esté cerrada. Por lo tanto, creo que habrá pasado unos 15 minutos cuando pude notar la parte trasera del edificio y quedé muy sorprendida al saber que he llegado hasta aquí y tan rápido, bastó que tomara mucha fuerza en mi mano izquierda para poder hacer que la tapa salga volando de donde yo me encontraba en estos instantes.
—Qué quede más que claro que si me rompo una pierna... todo es la culpa de mi jefe a cargo...—farfullé molesta por el sujeto que nos tocó como superior de esta empresa. Primero tiré mi bolso, oyendo un sonido que llama mi atención. Saqué mi cabeza por el conducto, viendo que hay un balcón cerca.—Bien. Si me mato en este asqueroso lugar fue la culpa de Bang Chan. Ah no, cierto, del Prisidinti Bing.
Mencioné con burla.
Volví a introducir la cabeza dentro del conducto de aire, no tuve mejor idea que analizar bien la situación, hay un largo tubo que te llevaba a ese balcón, que si no me equivocaba, era del sexto piso, simplemente que no me animaba en lanzarme como si fuese la única persona inmortal del puto universo. Pero ya qué, no importa, otra vez saqué mi cabeza, comenzando a arrastrarme de a poco hasta que mis manos puedan alcanzar el tubo blanco que está allí.
Solo que casi me voy con Dios y volví a estar dentro del conducto de aire.
—Piensa bien, piensa bien...
Nuevamente, me dije a mí misma, entonces, miré mi bolso y, directamente, lo dejé ir, oí de nuevo el sonido que me da a entender que cayó en el suelo del balcón. Como pude me quité los zapatos para también dejarlos caer al balcón y será más fácil subirme al tubo que fue lo que sucedió y con el miedo por lugares que no sabía que podría tener el sentimiento de terror, comencé a ir bajando levemente, cerrando los ojos mientras que me echaba algún rosario mentalmente.
Tiré un suspiro.
La verdad es que no me tenía nada de fe, pero me sentí aliviada cuando mis pies descalzos pudieron tocar el piso del balcón. Me agaché a recoger mis zapatos, sencillamente que no encontraba mi bolso, qué raro, porque estaba muy segura de que cayó a un costado de los tacones transparentes. Fruncí mi cara, dejando muy evidente que ya me estoy estresando más de lo que ya estaba debido a que lo único que quería hacer en este tiempo es volver a la casa de mi mejor amigo, darme una larga ducha, comer y poder descansar.
—¿Buscabas esto?
Me sobresalté cuando escuché una voz varonil detrás de mí, observando que hay un hombre completamente vestido de negro y con un bolso blanco en su mano derecha, mostrándome que lo tuvo entre sus manos todo el tiempo en que lo estuve buscando.
No obstante, me quedé helada al tiempo en que me di cuenta de que se trataba del presidente de la empresa automotriz.
—Sí, graci...
—¡¿Estás loca, Sasaki?!—dijo retóricamente, arrebatándome el bolso de mi alcance. Ocasionando que ni esté cerca de mi propiedad.—¿Has pensado lo que te hubiera pasado si tus cálculos hubieran fallado? ¡¿Umh?! ¡Dime qué me estás molestando!
Mis luceros fueron a mis extremos, una y otra vez, tratando de entender las emociones que de verdad están en su ser, ya que no sabía si se encontraba enojado conmigo, por casi matarme, o si está molesto porque si me hubiese muerto él tendría muchísimos problemas en la empresa o... por alguna extraña razón que yo no estaba entendiendo.
Abrí mis belfos.
—¡Todo es su culpa!
—¿P-perdón? ¡¿Mi culpa?!
—¡Me dejó encerrada en el noveno piso! ¡Sin acceso a un baño! ¡Y con comida que contiene aguacate, que es asqueroso! ¡¿No se le ocurrió que tal vez soy alérgica y por eso no lo como?! ¡Además!—di un paso adelante, logrando que él retrocediera.—Es increíble cuán insensible puede llegar a ser una persona... Aunque,—levanté las cejas en una expresión de evidencia.—es un poco tonto de mi parte decir eso cuando usted es el peor presidente que esta empresa podría tener. En resumen, usted es la persona más inhumana que he conocido.
Expresé enojada.
Sin embargo, ya me estaba arrepintiendo de haber dicho esas palabras en voz alta debido a que ahora me encontraba con un jefe que me está deseando la muerte con su mirada. Bueno, al cabo sabía perfectamente que el trabajo no me iba a durar por mucho tiempo, él extiende su mano para que pueda agarrar mi bolso, no me miró en ningún momento desde que le dije esas palabras. Aunque estoy esperando algo más de su parte, hasta que se acercó a la salida del balcón y paró su caminata repentinamente, se dio la vuelta a observarme a los ojos.
—No te despido solo porque me voy a encargar estrictamente de hacerte la vida imposible aquí, Sasaki Miharu.
Entonces, se marchó de mi vista.
Martes por la madrugada.
Entré al departamento con menos ganas de estar viviendo en estos instantes, muchísimo menos después de la última palabra que me dio el CEO Bang Chan, ya que si me trataba de esa manera desde que ingresé a su empresa, no me quiero imaginar cómo podría ser su trato conmigo ahora que ya no le agradaba para nada. Es en ese mismo tiempo en que me dan ganas de hablar con mi mejor amigo, tal vez a rogarle que hablara con su amigo y le pueda decir que no sea tan malvado con mi persona.
Sencillamente que no.
No podía hacer eso, si no le terminaría dando la razón a Choi Soo Byeol con que logré todo lo que tenía gracias a Jeon Jung Kook y no quería que eso fuese de ese modo. Fruncí mi cara al observar a un muchacho con sus fanales puestos en la enorme televisión que tenía el living, se encontraba bebiendo una copa de algún vino caro y me parecía muy extraño que las luces estén apagadas, sin mencionar que no se me acercó en nada. Normalmente, es lo que siempre hace cuando me ve llevar a la casa y si es que está en ella.
—¿Kookie?
Llamé preocupada, dejando el bolso sobre la isla de la cocina y me encaminaba hasta la figura de mi mejor amigo. Él movió su cabeza, fingiendo que me quería mirar a la cara, pero que la película que se encontraba viendo era más importante e interesante que yo.
—¿Ah? ¡Oh! Hola, Mimi.
—¿Sucede algo...?—cuestioné, encontrándome a un costado de su figura masculina.—Porque me estás ocasionando muchísima intriga...
—No pasa nada, tranquila.
Si no fuese porque me dio la espalda, apoyando su espalda en el apoyabrazo del sillón rojo vino, ni siquiera hubiese dudado de nada. Es por eso que di una gran zancada, encendiendo la luz del living, y para ello, viendo el rostro madreado de mi mejor amigo, qué cuando se percató de lo que hizo volvió a girarse velozmente.
Me asusté muchísimo.
—¡¿Qué te pasó, Jung Kook?!
—No... pasó nada, no te preocupes.
Intentó tranquilizar, tratando de que sus ojos no chocaran con los míos, simplemente que es una cosa muy complicada debido a que estoy muy preocupada por lo que le sucedió. Pude notar que hay una bolsa de hielo en la mesa de centro, eso me da a entender que estuvo fingiendo desde el tiempo en que me escuchó entrar al departamento y eso me hace enfurecer.
Tomé la bolsa entre mis manos, acercándola a su rostro todo golpeado.
—¿Qué fue lo que sucedió? No me mientas.
—Auh.—se quejó, haciendo una mueca de dolor, entre que sujetaba la bolsa de hielo para ponerlo en su rostro.—Ya te dije que no te preocupes. Estaré bien.
Lamí los labios.
Aunque a la vez los mordía, mi cabeza se está haciendo varias escenas sobre lo que le pudo ocurrir a mi hermano adoptivo, achiné mis ojos cuando una estúpida imagen posó sobre mi loca cabeza, porque si eso fuese real estaba muy segura de que no sería la primera persona en decirle que eso está mal.
—No hagas esa car...
—Lo hiciste de nuevo, ¿verdad?
Jung Kook rodó los ojos, levantándose del sofá. Sin embargo, su reacción solo sirvió para confirmar mis sospechas.
—No empieces.
—Lo hiciste de nuevo, Jeon.
—Por supuesto que no, Miharu. Solo porque aparezco con golpes en la cara no significa que volví a boxear. ¿Sabes? Podría ser que alguien intentó robarme y me dejó así porque no les entregué mis cosas.—dijo, visiblemente irritado.
Me levanté del sofá, caminando lentamente hacia donde él estaba. Asentí, reprimiendo una risa irónica.
—Sí, claro, van a golpear de esa manera a alguien que sabe defenderse perfectamente. ¿No es así?—repliqué, cruzándome de brazos.
—Prometí no volv...
—¡¿Por qué me mientes?!
Cuestioné frustrada de su forma de actuar con mi persona en estos instantes. Empero, lo único que él hace es bajar la mirada, observando la isla de la cocina con mucha atención, porque al parecer eso es más importante que darme la maldita razón una vez en su vida.
A veces me portaba como un niño.
—Tú no entiendes...
—¿No entiendo? ¿Qué debería de entender?
—Seguí por ti...
—¡No! ¡No hagas eso!—exclamé, señalándolo con mi dedo índice.—¡No me eches la culpa a mí, Jung Kook! No pretendas excusarte conmigo.
—Es verdad.
Se paró del taburete, esta vez acercándose muy peligrosamente a mi cuerpo, dejando que mis fanales puedan vislumbrar la mirada que le han dejado después de aquella pelea callejera que seguramente tuvo, se veía de la mierda y a la vez tan sexy que me molestaba.
Lo odiaba.
—No lo es.
—Al principio lo hice porque necesitaba el dinero, pero después supe lo que te gustaba y no me pude detener más...
—Cierra la boca.
—Estoy cansado de tener que seguir mintiendo con mis sentimientos, tú sabes más que nadie qué me gustas y haría cualquier cosa para estar contigo. Sin importar en el ámbito que sea.
—¿Estás loco? ¿Umh?
Indague con los ojos brillosos.
No es la primera vez que teníamos una charla de esta magnitud, porque queda más qué claro que desde que éramos pequeña llegué a sentir algo más por él, era mi mejor amigo y tampoco fue una atrocidad tener esos sentimientos en su tiempo por alguien a quién quería demasiado. Simplemente que ahora es distinto.
—Sé que no podemos estar juntos porque todos creen que somos hermanos,—su mano fue a mi cintura. Empujando mi cuerpo contra la isla.—¿sabes lo qué odie que mis padres te adoptaran y qué cualquier persona que nos conozcan nos traten como si fuésemos hermanos de sangre? Es irritable para mí, Miharu. Es molesto, por eso solamente hago estas cosas para que puedas estar conmigo... al menos en las madrugadas.
Demonios, esto no es correcto.
No está bien.
Pero, joder, se veía muy sensual.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro