Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ꗃ vii. punishment?

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO SIETE ❜🗞️ೃ∗
today we present: ¿Castigo?


—¡Oh, Miharu!

Lastimosamente, no me había quedado de otra que ir aproximándome de a poco a ellos dos.

Baek U Jin se veía muy contenta en estos instantes, sus manos estaban muy arrimadas y su melena rubia lo sabía aceptablemente, sin embargo, en el rostro de mi jefe se podía notar que asimismo seguía molesto conmigo. Eso me hacía sentir engorrosa, que acabé por bajar la mirada al suelo por un breve momento.

—¿Ya te vas?

—Sí, unnie. Hoy salgo temprano.

—¿Quieres qué te llevemos? Estamos de paso.

—¿Llevemos?

Cuestioné todavía más abobada que antes. Es en ese tiempo en que por primera vez estoy viendo directamente a los fanales de mi superior, parecía que no quería ni siquiera estar presente en este encuentro y mucho menos tener que mirarme a la cara debido a que no me estaba avistando.

—Sí, el Señor Bang quiere un baile privado y se ofreció a llevarme.

—¿Baile... privado?—recalqué sus propias palabras con el ceño fruncido. Fue algo que ambas personas se pudieron dar cuenta.—Creí que...

—¿Qué? Es mi trabajo, Mimi.

—Lo entiendo, Jinnie, simplemente que utilizar en una misma oración «baile privado» y «ofreció a llevarme» no es una buena aleación de palabras que digamos. Eres profesora de flamenco y pareciera lo contrario, sin ofender.

—Amiga...

U Jin parecía abrumada ante mis palabras, quizás porque le costaba un poco procesar la información. No decía esto con intención de ofender a nadie, y mucho menos estaba mortificada por lo que mi jefe está haciendo. Simplemente, estoy tratando de ayudar a alguien a quien consideraba una amiga.

Porque existía una alta probabilidad de que ella no hubiera comprendido las verdaderas intenciones del Presidente Bang.

—¿Hay algún problema, Señorita Sasaki?

Empero, asimismo me he arrepentido muchísimo de haber usado esas vocablos que se oían desagradables y todavía por comportarme como lo hacía a diario con mis amigos y personas más íntimas. También no tenía las agallas para mirar a mi superior a la cara, obvio que estoy molesta de que intente ligarse a la única parienta que podría llegar a considerar mejor amiga.

—No, presidente Bang. Solo qu...

—Debería aprovechar este día para salir temprano de la empresa y tomarse un merecido descanso, dada su dedicación, ¿no le parece? Sobre todo después del caos que se desató hoy, Miharu.

Me quedé muda.

Capaz en cualquier plazo podría ocasionar que termine fuera de la empresa, así que lo miré con cierto disgusto en la forma en la cual se está comportando conmigo el día de hoy. Pero es mi superior y la verdad es que me gustaba tener dinero, por lo tanto, observé a la rubia de mi amiga para despedirme y comenzar el transcurso hasta el penthouse de mi mejor amigo. Ya que me han sacado el antojo de ingresar a algún bar para beber, era algo que no hacía por bastante tiempo.

—¿Estás bien?

Salí de mis cavilación al darme cuenta de que ya me encontraba en la casa de mi mejor amigo, él se veía laxo y tiene ropa de entre casa, supongo que no se fue a trabajar por este día. Asentí, restándole interés al intento de conversación que estaba queriendo tener conmigo ahora mismo debido a que no estoy con muchos ánimos para hacer eso.

Me fui a mi cuarto.

Luego de 20 minutos tratando de organizar mi cuarto y darme una ducha, llegué a la cocina a comer algo con mi amigo, la persona que está muy concentrada en la pantalla de su celular. ¿Quién sabe? Hasta puede ser que tenga mucha más suerte que la mía y en cualquier instante se podría enredar con alguien. Pensar en eso me recuerda a que sus padres están esperando por eso, aunque me molesta saber que no solo esperan eso de aquel, sino también de mí, pero en el paso en qué me encuentro dudo demasiado de que pueda tener una vida normal. Demonios, lo peor de todo es que sé proporcionadamente que no voy a encontrar a nadie que se apegue a la manera en la cual soy en el ámbito sexual. Moví mi cabecera en abjuración, comiendo el Sushi que pidió Jung Kook, sin embargo, no es la cena que hubiese pedido yo debido a que odiaba el pescado crudo.

—Dime qué te pasa.

Jung Kook indagó, repentinamente dejó su celular bruscamente en la mesa de mármol donde estábamos cenando y eso llamó mi atención, lucía enojado conmigo. Aunque viéndolo de una diferente perspectiva, no sería nada extraño que los habitantes hoy en día no se enfaden con una persona como yo. Sin embargo, me estoy preocupando por su celular, ¿cuál fue la necesidad de hacer eso? Removí mi cabeza una vez más y lo miré.

Mierda.

—No me pasa nada, Jung Kook.

—No parece, Miharu.—remedó haciendo gestos que son muy cabreantes, me hizo enojar a mí.—¿Sucedió algo en la empresa? ¿Qué te hicieron para que estés tan desanimada?

—Nada, todo está bien.

—Deja de engatusarme, se supone que somos amigos.

Viré los ojos, demasiado agotada para tener esta charla con él. Por lo que comí un pedazo más de la comida y me levanté del taburete, muy preparada en irme a dormir debido a que mañana tendría que seguir siendo la asistente que su jefe abominaba y sería capaz de acostarse con su amiga para joderla todavía más. O es lo que estaba creyendo mi cabeza.

No obstante, un sonido me sobresalta.

Giré mi cabeza sobre mis hombros, dándome cuenta de que mi mejor amigo me estaba persiguiendo con esa fisonomía de arrebato. Volteé de nuevo, encaminándome cada vez más aprisa al lugar en donde pernoctaba, antes de poder bloquear la puerta puedo darme cuenta de que él ya está un paso adelante.

—Contéstame.

—No quiero tener esa conversación, Jeon.

—¿Por qué? ¿Chan te hizo algo?

—Ojalá.

Bufé sin siquiera pensar que lo dije en voz alta.

—¿Qué?

—¿Qué de qué?—mencioné velozmente.

Jeon Jung Kook parecía estar más amoral que antes y eso fue algo que me llegó a asustar. Debido a que por la forma en que se veía en su faz podría ser que él sabía muy bien cómo se comportaba uno de sus amigos en la hora de trabajo. Pero tampoco es que le podía sacar información, porque se fue de mi habitación como un rayo y yo preferí no decir ni una sola palabra más, fue un día muy largo para mí, lleno de estupefacciones y lo único que quería hacer es sentir la cómoda cama, apreciar la manera en que mi organismo se iba relajando de a poco y descansar antes de tener que volver a la empresa de mi jefe.

Martes por la mañana.

Dejé todo preparado en el despacho del presidente Bang, hasta tuve que fingir que no había pasado nada el día de ayer con mi amiga, todo porque estaba intentando conservar mi trabajo. Sin embargo, cuando las puertas son abiertas se puede notar que mi jefe aún seguía muy molesto conmigo, ya que llamó a su otra secretaria para que le haga algunas cosas de las cuales se suponía que yo me tenía que gestionar, así que una segunda vez, vine hasta aquí en vano y para hacer absolutamente nada.

A la hora del almuerzo nos encontrábamos en la misma mesa globular que compartíamos desde el momento en que me acerqué a su grupo de colegas, la divergencia es que se estaba hablando sobre un nuevo rumor y esta vez sobre nuestro propio jefe. Cuando atendí las hablas de Huening Kai me quedé más que admirada, porque fue algo que no me lo esperaba para nada, sin mencionar que se asemejaba abundantemente a lo que a mí me sucedía, empero, por algo se les decía rumores, la mayor parte del tiempo nunca eran ciertas y se malinterpretaban las cosas. Antes de siquiera poder decir algo, me congelé.

—¿Me puedes explicar dónde carajos está mi almuerzo?—oí el rugido de mi superior muy cerca de mi audición derecha, por demás de que vi su brazo apoyada en la mesa donde estoy comiendo.—Mínimamente, has un esfuerzo si quieres que perdone tu estupidez, Sasaki Miharu.

Mis ojos van a Choi Soo Byeol, quien me miró en ese mismo momento, únicamente que se veía muy confundida de las palabras que está diciendo nuestro jefe. Me levanté para ir en busca de la comida, empero, una de sus manos fue a mi hombro, sentándome bruscamente en la silla para que él pueda tomar un sándwich y llevárselo a la boca, ni siquiera podía ver a las personas que están frente a mí porque me daba mucha pena tener que saber que ya todos sabían el trato que me daba mi jefe aunque para todos no sea algo nuevo.

El señor Bang también agarra mi refresco.

—Hasta que no hagas las cosas bien no tendrás tu paga semanal, Sasaki.

—Per...

—Qué tengan un buen día, señores, chicas.

Entonces, se marchó de nuestra mesa para que el resto siga su vida como si nada, mientras que yo la estaba transcurriendo más que dantesco con el presidente. Puedo notar que la señorita Shin intenta cambiar las aguas del momento bochornoso que el CEO me está haciendo pasar, ya que todos me veían, empero, tenía mucha rabieta en estos segundos que me amotiné de la silla a quemarropa, también puedo oír la voz de Choi Soo Byeol aterrada por lo que pueda hacer en el tiempo en que desaparezca, quizá, dándose cuenta de que no valía de nada hacer la prueba. No obstante, no me interesaba para nada, es por eso mismo que empecé mi caminata hasta su maldito despacho escalofriante para hacerle saber que no me gustaba que me esté tratando de esa forma, porque no lo merecía.

Crucé la recepción velozmente, fruncí mi rostro cuando me percaté que mis colegas más cercanos están bloqueando la entrada del salón donde se halla mi oficina. Me sorprendía la manera en que todos se tomaron el tiempo de abandonar su comida para que yo no sea capaz de mandarme la peor cagada del universo. Sencillamente que no me interesaba lo que me pueda decir o hacer, ¿qué puede ser lo peor? ¿Ah? ¿Qué me eche? ¿Qué me suspenda? ¿O qué me haga pasar más vergüenza de la que me hizo pasar con mis compañeros? ¡Qué importa! Ahora mismo, únicamente, quiero poder tener la valentía de informarle lo terrible jefe que era con todas las personas y conmigo exactamente.

—Tranquilizate, Miharu. Luego te arrepentirás. 

—Escucha a tu voz interior, esa, la que es más razonable de todas las voces interiores. Sabrás que es la peor decisión la que estás tomando.—Ji Sung aportó, mientras que me veía con sus ojos aterrados.

—Al menos ten en cuenta nuestro bienestar, ya sabe que somos tus amigos.

—Exacto, nos puedes meter en problemas, amiga.

—¡No hagan eso! Estoy realmente molesta, quiero mandarlo a freír churros, ¿por qué se comporta así con nosotros? ¡No le hemos hecho nada!

—Lo sabemos.

—Bueno...—Huening Kai titubeó, mirando pensativamente al techo del noveno piso.—Si se enfada con nosotros, debe ser por algo, ¿verdad? Tal vez hacemos mal nuestro trabajo, quizás arruinamos relaciones con otras personas, derramamos café accidentalmente en su camisa por la mañana, nos equivocamos con los códigos al desarrollar el nuevo auto, olvidamos preparar su almuerzo, o simplemente nos odia por existir.

Los cinco hicimos gestos de desaprobación ante aquello, ya que señalaba cada cosa que habíamos hecho para provocar la ira de nuestro jefe. Sin embargo, eso no justificaba su trato hacia nosotros como si fuéramos simples máquinas. Teníamos vidas fuera del trabajo, al igual que él, y no merecíamos ser tratados de esa manera. Por eso, decidí no prestarle atención y, tras observar a mis compañeros, entré al salón. Casi me choqué con mi jefe, quien lucía de mal humor. Escuché que el resto de los compañeros salían corriendo del noveno piso para volver a sus puestos de trabajo.

Estaba segura de que, para mañana, alguien no estaría trabajando aquí.

—Al parecer te gusta ver arder el cielo, Sasaki.

—Es que, usted debería de comprenderme, Presidente.

—¿Sabes lo qué más odio además de a las personas desagradecidas?—indagó con el rostro fruncido, demostrándome que está muy enojado. Negué, dudando de la respuesta que sea capaz de darme.—Qué no sean capaces de decirme las cosas en la cara, eso me enfurece y no sabes cómo, Miharu, así que te quiero ahora mismo en mi despacho, antes de que te haga limpiar la mierda de mi perro con la maldita lengua.

Creo que debería de renunciar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro