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ꗃ vi. because you like it?

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO SEIS ❜🗞️ೃ∗
today we present: ¿Por qué te gusta?

Cedí con la intranquilidad por toda mi anatomía, sin embargo, tener unos minutos de charla con Huening Kai me hizo relajarme y prescindir por un periodo ese terror que pasaba por mi cabeza por el percance que tuve con el Presidente Bang el día del Viernes. Nos despedimos para que nos desvinculemos debido a que su piso está en el tercer piso, lastimosamente Choi Soo Byeol y yo accedimos al tiempo en el mismo elevador, ninguna se decía una sola palabra y yo menos le diría algo cuando ella sola se enojó conmigo por algo que no era mi error y que no tenía razón adicionalmente, porque sí seré abroncada, lo sé sin dudas y hasta con los ojos vendados. Fue en ese instante en que la señorita Shin nos vio confusa.

Debido a que entramos firmes y sin decir nada.

Veo que frunce su ceño y soportando las ganas de reírse de nosotras, me acercaría a ella si no fuese que Choi Soo Byeol me hacía ver cómo si estuviésemos compitiendo en estos momentos. Aunque de todas formas la saludé con una reverencia de cabeza, en donde la mayor sonríe de costado y mueve una de sus manos. Fui a quemarropa a mi mesa correspondiente, no sin antes haber preparado el desayuno del Señor Bang y colocarlo en su escritorio, para cuando entre solo pueda comer algo, para que después no se ponga de malas, empero, también pudo ver que Soo Byeol aparece con una bolsa, yendo a su oficina, puedo observar el nombre de la panadería que al CEO más le gusta y eso me hace enojar.

¿Por qué haces todo esto? Y mucho peor. ¿Ahora?

Precisamente cuando hay una gran probabilidad de que el Señor Bang me expulse en el tiempo en que cruce la puerta de vitrifico, establecí no decirle un solo testimonio más al respecto de su horrible forma de ser conmigo ahora mismo. En segundos la puerta es jalada, para eso, ver que el jefe llegó a la empresa, nosotras nos colocamos a un costado de nuestros escritorios con las manos entrelazadas una con la otra, enderezadas y mirando al frente. Gracias a mis reflejos veo que él se detuvo por un simple momento, después siguió de largo y sin dedicarme una mirada. Eso me mitigó.

―Miharu, te quiero en mi oficina. Inmediatamente.

Pero eso se esfumó de inmediato, ya que no se había olvidado para nada lo que sucedió en la noche del Viernes. Siquiera me tomé el tiempo de hacer algo más que únicamente me acerqué al despacho del superior, cuando cerré la puerta detrás de mí presencié a una persona que no reconocía para nada, mucho menos en el momento en que lanzó su desayuno, justamente a mí, me quedé quieta como roca en ese momento, para empezar porque la carne del bibimbap me dio justamente en la cara y estaba un poco caliente.

Me relajé, porque estaba que quería decir mucho al respecto.

―¡Una sola cosa tenías que hacer! ¡Y no pudiste, Sasaki!

―Señ...

―¡Cierra la puta boca que te estoy hablando!―ordenó a los bramidos, dando un paso adelante.―¿Sabes lo importante qué era hacer esa unión? Contéstame.

―Sí, señor Bang.

―Y si lo sabías, ¿por qué lo jodiste? ¿Umh? Dime.

No podía pensar bien mis siguientes palabras por la única razón de que mi subconsciente se concentró en otra cosa, en cualquier momento me pondría a llorar y no por la manera en la cual mi jefe me trató, sino al darme cuenta de que me agradó lo que hizo cuando no está bien visto.

―N-no fue a propósito, señor Bang.

―Bueno, está bien...―hizo una manifestación de aprobación, volteando a su buró.―¿Por qué no vas y lo dialogas con el señor Oh entonces? A ver si él acepta tu inutilidad.

Comprendí que exclusivamente estaba molesto conmigo y que no me está hablando en serio, porque yo era muy capaz de ir a hablar con el Señor Oh. Empero, era mejor no darle tanta atención a ninguna de las cosas que están pasando por mi cabeza ahora mismo, decidí levantar la mirada, vislumbrando las fracciones de mi jefe, y mierda, era preferible mirar el suelo si es que soy sincera en estos momentos.

¿Cómo una persona se podía ver tan sensual enojada?

Quería sacar esos pensamientos y emociones de mi cuerpo, pero no podía, menos con la forma en que se encuentra viéndome en estos precisos instantes. Tomó asiento en su silla, cruzó sus brazos, marcando gravemente lo que ganó yendo al gym, mucho más, dedicándome esos ojos de enfado en su semblante. Pasé saliva con dificultad, apreté mis piernas rápidamente, no es momento de que me estén jodiendo así, no ahora, no es el tiempo, no es la ocasión. No cuando me están reprendiendo.

―¿Qué demonios te sucede?

―P-perdón, seño...

―¿Perdón? ¿Cómo me ibas a decir?―empujó su cabeza a un costado, advirtiéndome.

―Lo siento, Presidente Bang. Le j-juro que no volverá a suceder de nuevo, ¿ya puedo irme?―pedí casi en un grito de auxilio. Se quedó unos segundos pensando si era una buena idea darme el gusto, pero rodó los ojos.

―Vete.

Desistí de la oficina rápido, cerrando la puerta despacio y saliendo a las corridas del salón. Noté la mirada que me echó Choi Soo Byeol, aunque ella estaba parada cerca del despacho, también vi que me quería hablar, únicamente que no es el momento, salí a las corridas de ahí, tanto que opté por usar los baños de las mujeres con muchísima vergüenza, me encontraba en el último baño individual. Inhale y exhale un par de veces, hasta que me subí la halda y bajé mis bragas.

¡Mierda! ¡Mierda!

¿De verdad me estoy poniendo así? No, corrección, me puse así.

Saqué una gran cantidad de papel para limpiar mis bragas hasta que pueda tener en mis manos mi bolso que es donde tengo un reemplazo de slip, porque obviamente traía uno por las dudas de que me venga la regla. Empero, recordar su expresión me acaloró, y joder, es que se veía de esa forma que me encendía, pero no, no puedo, es mi superior y no es lo correcto. Por lo que al acabar de limpiarme, salgo a lavarme las manos y mi cara de paso, aunque por lo que veo de igual forma la comida llegó a ensuciar mi vestido.

―¿Estás bien?

Volteé mi cabeza, observando a la señorita Ga Hye.

―Sí, ¿por qué?

―Soo Byeol me comentó lo que pasó, ella ahora está limpiando el desastre que el CEO ocasionó en su despacho. Quería saber cómo estabas, se preocupó.―elevé mis cejas ante ese comentario.―Puede que esté enojada contigo, pero ya se dio cuenta de que no tiene ningún trato especial contigo, Miharu.

―O sea, ¿tuvo qué aguardar a que el presidente me arrojara algo para darse cuenta de que no me daba un trato especial, unnie? Wow. Excelente.

Bufé molesta, porque me parecía muy estúpida esa lógica que estaba llevando la mayor. La señorita Shin trató de relajarme y ayudarme a que me pueda ver mejor antes de volver a mi puesto de trabajo, antes de poder salir del baño de las mujeres veo a mi compañera con una media sonrisa en su cara, se veía arrepentida de sus acciones.

―Perdóname, Miharu Ssi.

―Ya qué, no importa. Debo volver.―informé pasando por su lado.

―Sé que es mi error, pero no te enfades conmigo, Miharu. He estado trabajando aquí por más de 4 años y de ningún modo recibí un buen trato por parte del jefe, me molestó saber que a ti te daba un mejor trato que al resto solo porque tu hermano es cercano al señor Bang. Pero verte de este modo... Cuando escuché el sonido pegando la puerta, me aterré, me sentí la peor mierda del orbe y lo siento muchísimo. Tenemos que estar juntas, debemos de soportar esto juntas y no dejar que el odio gane, vamos a tratar de mantenernos a salvo del jefe.

Ahora la que se siente mal soy yo.

Porque debía entender que ella como mujer está preocupada, me imagino que para cualquier persona sana de mente que se encuentre en esta empresa sabía que no está para nada bien que el CEO se descontrole y explote de esa guisa, pero para mí es una atrocidad que mis hormonas jueguen conmigo de ese modo. Por lo que asentí, diciéndole que todo estaba más que bien y que es mejor volver a nuestros lugares antes de que el jefe no vea que no hay nadie allí y se enoje con las dos esta vez, por demás de que le dije que seguramente ella sería la favorita hoy porque no lanzó su caja de la repostería.

Lunes por la tarde.

¿Cómo puntualizar que en todo el día el señor Bang me trató como una muralla y no me decía una sola palabra? Literalmente, no hice nada en el día, todo le pedía a Choi Soo Byeol, llegó un punto en que me iba a ir de aquí, únicamente que mi colega me dijo que no le diera el gusto al jefe para que me echara. Es por eso mismo que ahora me encontraba moviendo mi cabeza de un lado al otro, aburrida, ni siquiera me dejaron participar en la organización del nuevo despacho del Jefe Bang debido a que están terminando de construir el nuevo piso donde nos mudaríamos en cualquier momento, según lo que escuché de mi compañera es que lo ha estado planeando desde que se fue la última secretaria número 1.

Es más, ella tenía los planos y por eso se atrasó.

―Creo que iré a tomar aire.

―Claro, cualquier cosa te llamo.

Asentí, alejándome del salón. En eso, veo a Baek U Jin conversando con la recepcionista Shin. Fruncí mi cara al verla, pero ella alzó sus brazos al aire y vino a mí, haciendo que la saludé más que confundida por las razones de que se encuentre conmigo.

―¿Cómo estás, amiga hermosa?

―Unnie, ¿qué haces aquí? Pensé que estarías ocupada.

―Lo estoy, Mimi, solamente que tu jefe me citó aquí. Quiere que sea parte de un evento para él.

―¿Cómo?―indagué abrumada. Porque no sabía para nada esa parte, como su asistente debería de saberlo.―Creo que...

―Señorita Baek.

Dejé de respirar por un momento, porque el CEO está muy cerca de mi gollete como para saber cómo oxigenarme en estos instantes. En cambio, mi amiga sonríe a más no poder al saber que mi jefe le está prestando atención, sin embargo, yo me hice a un costado para que puedan verse frente a frente y que no me vea como un estorbo, no quería tener más problemas el día de hoy. Entonces, ellos hablan.

―¿Cómo está, Señor Bang? Es un gusto conocerlo en persona.

―Por favor, Señorita Baek. Solo dígame Chan. Además, el gusto es mío. ¿Quiere qué tengamos esta conversación en un lugar más privado―me miró brevemente para observar a mi amiga sonriente y con una mano acercándose a su cintura, moviéndola de mi lado.―en donde nadie nos esté molestando?

―Oh sí. Claro.―U Jin me ve emocionada.―Hablamos después, amiga. Te quiero.

―Sí... Bueno...

Susurré abruptamente, observando la forma en que mi superior trató a mi única amiga en todo el maldito universo. Escuché la voz impresionada de la señorita Shin, se encontraba apoyada en la recepción, sin sacarle la mirada de encima a nuestro jefe con clara expresión de que le caía muy mal, estuvimos charlando por unos minutos hasta que apareció la señorita Choi a decirme sí podía ayudarla con algunas cosas mientras que el CEO está ocupado con mi amiga. Admito que haberlo dicho así me molestó de alguna forma.

Eran las 21:00 de la noche cuando terminé mi turno, tenía suerte de que salía una hora antes, aunque sigue siendo una mierda para mí. Me despedí de Soo Byeol y de la recepcionista para irme a un bar antes de cruzar la casa de mi mejor amigo, simplemente que en el camino me encuentro una escena que me dejó estupefacta, ¿de verdad se estaba besando con mi jefe? Lo peor de todo es que él me estaba viendo a la puta cara.

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