ꗃ extra. a change with a pinch of pain.
written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ EXTRA ❜🗞️ೃ∗
today we present: Un cambio con una pizca de dolor.
Allí estaba yo, acostado en mi cama, mirando fijamente el largo techo de mi cuarto. Vestía una bata negra con detalles bordos, abierta, dejando a la vista mi pecho desnudo y solo cubierto por el boxer que llevaba. Ha pasado un año desde que Miharu se había ido de mi vida. Un año en el que intenté cambiar, mejorar, convertirme en alguien que ella podría amar de nuevo. Trabajé en mí mismo, en mi personalidad, en mi actitud. Había tratado de ser más considerado, más atento, más consciente de mis acciones.
Pero a pesar de todos mis esfuerzos, todo parecía haberse ido al traste. A pesar de mis intentos de cambio, a pesar de mi deseo de volver a tenerla en mi vida, ella parecía más lejos que nunca. Mientras yacía allí, en la quietud de mi habitación, no podía evitar preguntarme cuál fue el error. ¿Había cambiado demasiado tarde? ¿O tal vez no cambié lo suficiente? ¿O capaz, a pesar de todo, ella simplemente ya no me veía de la misma manera? A pesar de las innumerables preguntas que giraban en mi mente, una cosa estaba clara. Tenía que enfrentar la dolorosa verdad de que Miharu nunca me aceptaría de nuevo. No importaba si había presionado a Jung Kook para que participara en esas peleas ilegales, no importaban mis peculiares fetiches, no importaba todo el daño que le he causado. Tenía que aceptar que había cruzado una línea y que no hay vuelta atrás.
La verdadera razón por la que estaba acostado en mi cama, con mi mirada perdida en el techo, era una noticia que vi en la televisión. Un anuncio que también había salido en los periódicos, proclamando el éxito de un nuevo grupo de personas que trabajaban en la organización de mi madre. Entre ellos, hay una persona que destacaba. Una persona que logró hacer un trabajo excepcional, y que, según los rumores, había encontrado el amor en el proceso. Y esa persona no era otra que Sasaki Miharu.
Mi Sasaki.
La noticia fue como un puñetazo en el estómago. No solo se hallaba haciendo un trabajo increíble, sino que también parecía haberse movido, haber encontrado a alguien nuevo. Y aun cuando, una parte de mí quería sentirse feliz por ella, no podía evitar sentir un agudo dolor de pérdida. Mientras yacía allí, sumido en mis pensamientos, me di cuenta de que era hora de enfrentar la realidad. Ella se ha ido, había cambiado y crecido, y yo necesitaba hacer lo mismo. En la puerta de mi habitación, que lucía nueva después de mi reciente mudanza, la silueta de mi mejor amigo, Yong Bok, apareció.
—Sigues así. Te dejé anoche en la misma posición, Channie.—dijo, su voz llena de preocupación.
«Mmh» fue mi única respuesta. No tenía energías para hablar, ni siquiera para moverme. Sentía como si un peso enorme me aplastara, dejándome inmovilizado en mi cama. La noticia sobre Miharu y su nuevo amor ha dejado un vacío en mi pecho, una sensación de pérdida que no podía ignorar. Yong Bokkie se quedó en la puerta un momento, observándome en silencio. Aunque no dijo nada, podía sentir su preocupación. Hemos sido amigos durante años, y él conocía cada uno de mis estados de ánimo.
Sabía que algo estaba mal, sin embargo, también sabía que necesitaba tiempo para procesarlo.
—Aún no sabemos si es verdad lo que dicen en las noticias. Sabes más que nadie sobre aquello. Siempre mienten, Chan.—demandó Yong Bok, su voz llena de razón. Se quedó en la puerta de mi habitación, su mano aún en el cerrojo.
—¿Y qué con eso...? Ella me odia.—respondí, la amargura claramente audible en mi voz.
—Llama a tu madre y pregúntale.—sugirió, pero su propuesta solo sirvió para avivar mi frustración.
—Sabes que me matará si hago eso. Cuando fui a verla... Se Woong me sacó a patadas de ahí.—recordé, todavía enojado con mi madre por cómo me trató.
La tensión se cernió sobre la habitación mientras recordaba aquel incidente. Fui a ver a mi madre con la esperanza de obtener algunas respuestas, empero, en lugar de eso, me encontré con la hostilidad de Bang Se Woong. Aquel recuerdo solo sirvió para aumentar mi sensación de desesperanza y frustración. Yong Bok permaneció en silencio por un momento, su mirada llena de simpatía.
Mi amor por Miharu, por intenso que fuera, no iba a cambiar nada. Ella había hecho su elección, ha encontrado su camino, y yo tenía que respetar eso. Por mucho que doliera, por mucho que quisiera que las cosas fueran diferentes, tenía que aceptar la realidad. Es hora de avanzar. Esa idea resonaba en mi cabeza, un mantra constante que me recordaba lo que tenía que hacer. Aunque odiaba la idea, sabía que era lo correcto. Porque aferrarme al pasado, a lo que podría haber sido, solo me está causando más dolor.
Así que, con un suspiro pesado, cerré los ojos y traté de imaginar un futuro sin Miharu. Un futuro en el que podía ser feliz, en el que podía encontrar la paz. No iba a ser fácil, y sabía que habría días en los que querría rendirme. Sin embargo, también sabía que tenía que intentarlo. Mi mejor amigo todavía se hallaba en la entrada de mi habitación. Giré mi cabeza pesadamente al lado izquierdo, donde él se hallaba.
—Vayamos a Jeju. Habla con ella, búscala. Seguro qu...—comenzó Yong Bok, pero decidí interrumpirlo.
—Bokkie, siempre he dicho que cualquiera, por más cuerda que sea, tiene algo de locura que le permite amar. Y yo lo he hecho con Sasaki.—dije, una sonrisa nostálgica se dibujó en mi rostro al recordar su rostro.—Pero somos dos locos sin remedio, jamás podría arruinarle su perfecta vida que forjó desde que dejé que me abandonara.
Una ola de silencio se apoderó de la habitación. Las palabras han salido de mi boca antes de que pudiera detenerlas, pero sabía que eran ciertas. Miharu había construido una vida para sí misma, una vida que no incluía a un loco como yo. Y aunque la amaba, no podía, no debía, interferir con eso.
Yong Bok me miró, su expresión era difícil de leer. No obstante, después de un instante, asintió lentamente. No hay palabras que pudieran consolar lo que estaba sintiendo, pero su presencia era un recordatorio de que no me encontraba en esto solo. Porque al final del día, aunque el amor puede ser una locura, también puede ser una fuente de fuerza. Aun cuando mi amor por Sasaki Miharu no tuvo el final que esperaba, me enseñó a ser más fuerte, a ser más valiente. Y por eso, a pesar de todo, estaba agradecido.
4 años después.
Habían pasado cinco años desde que comencé a trabajar en la Organización Arrecife Resilientes. Fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Aprendí muchísimo y pude ayudar a otros a comprender la importancia de proteger nuestros ecosistemas marinos. Sin embargo, el compromiso con mi trabajo significaba que no podía pasar tanto tiempo con mi familia como me hubiera gustado. Durante estos años, conocí a muchas personas nuevas, algunas de las cuales se convirtieron en amigos cercanos. Pero también tuve que alejarme de algunas personas que ya no aportaban nada positivo a mi vida. Fueron años de cambios, de crecimiento y de aprendizaje. Empero, hay algo que me molestaba profundamente.
Los malditos noticieros.
¡¿Cómo podían creer que estaba saliendo con el arrogante e insufrible de Choi Soo Bin?! Solo pensar en él era suficiente para amargarme el día. Era como una versión agudizada de Lee Yong Bok, siempre logrando sacarme de quicio con su sarcasmo constante.
No lo soportaba. Cada vez que su nombre aparecía en las noticias o en los periódicos, sentía una oleada de frustración y ni imaginar cuando aparecía en los sitios donde yo me encontraba. No solamente porque las afirmaciones eran falsas, sino porque me recordaban a la persona que más me irritaba. Pero a pesar de todo, a pesar de las noticias y de las personas molestas, sabía que había tomado la decisión correcta al unirme a la Organización Arrecife Resilientes. Porque al final del día, estaba haciendo algo que amaba. Y eso era lo que realmente importaba.
—¿Extrañando al amor de tu vida, chiquita?
Y ahí estaba él de nuevo.
El sarcasmo que emanaba de su boca era lo que más me irritaba. Dejé de lado todo lo que estaba haciendo en la administración para echarle un vistazo, ni siquiera podía llenar el papeleo tranquilamente sin tener su molesta presencia de rascacielos frente a mí. Choi Soo Bin, con su sonrisa arrogante y su actitud prepotente, siempre encontraba la manera de sacarme de quicio. No importaba lo que estuviera haciendo, constantemente parecía encontrar la manera de interrumpirme y hacerme perder la paciencia.
—Oh, Soo Bin, si fueras la mitad de encantador de lo que crees que eres, tal vez podrías ser el amor de la vida de alguien. Pero, desafortunadamente para ti, eso requeriría algo más que una cara bonita y un ego del tamaño de un edificio.—declaré llena de irónica en cada oración salida de mi boca.
Soo Bin, con su sonrisa arrogante intacta, soltó una carcajada ante mi respuesta. Su risa resonó en la habitación, llenándola de un aire de desafío, aún con su codo apoyado en la mesa de la administración. Detrás, se hallaba la administradora observándonos con una enorme sonrisa, al parecer le gustaba ser parte de estos encuentros.
—No puedes negar la química que hay entre nosotros. Aunque intentas ocultarlo, puedo verlo en tus ojos cada vez que me miras.—notificó con una de sus sonrisas coquetas.
Dicho esto, se dio la vuelta e intentó alejarse, dejándome con mis papeles y una sonrisa sarcástica que no podía borrar de mi rostro. Por lo que me reí entre dientes, sacudiendo la cabeza ante su audacia. Con una sonrisa irónica, levanté la vista de mis papeles para responderle.
—Querido, la única química que me interesa es la que ocurre entre los corales y las algas en simbiosis. Así que, a menos que puedas ayudarme a proteger los arrecifes de coral, te sugiero que guardes tus encantos para alguien que pueda apreciarlos.—dije con una gran sonrisa falsa en mi cara.
Golpe bajo para Soo Bin debido a que la mueca que hizo en su faz me dio a entender que mis últimas palabras le han herido luego. Con eso, volví a mis papeles, dejándolo con la incertidumbre de mi respuesta. Porque, al final del día, la única relación que realmente me importaba era la que tenía con mi trabajo en la Organización Arrecife Resilientes. Y no iba a dejar que nada, ni siquiera el irritante Choi Soo Bin, me distrajera de eso.
Después de terminar con todos los papeleos, me dirigí a las playas de Jeju, donde mis amigos me esperaban para continuar con nuestro trabajo. Podía sentir la arena cálida bajo mis pies y el sonido de las olas del mar chocando contra las rocas. Cada elemento de este paisaje me recordaba por qué he tomado la decisión de mudarme aquí. Sin embargo, este instante de tranquilidad se desvaneció cuando mis ojos captaron una silueta demasiado familiar para mí.
El CEO Bang Chan.
Allí está él, parado a lo lejos, su figura destacando contra el horizonte. Su presencia era tan imponente como siempre, incluso a esta distancia. A pesar de la sorpresa, no pude evitar sentir una ola de emoción al verlo. Luego de todo, a pesar de nuestras diferencias, compartíamos una historia. Y aunque esa historia se encontraba llena de altibajos, no podía negar la importancia que había tenido en mi vida. Fue entonces cuando nuestros ojos se encontraron, a pesar de la considerable distancia entre nosotros.
La media sonrisa que me regaló me descolocó, ya que había asumido que su visita era casual, dado que su madre solía estar aquí a menudo. Pero los pasos decididos que estaba dando en mi dirección eran una clara señal de que realmente quería hablar conmigo. Eso me sorprendió tanto que no dudé en disculparme con mis amigos para ir acercándome lentamente a mi antiguo jefe.
Él yace vestido con una camisa blanca de playa que se movía con la brisa, luciendo completamente en modo vacacional. Verlo así despertó un torbellino de emociones en mi interior. Pese a todo, no pude evitar recordar los viejos tiempos, cuando trabajábamos juntos. Cuando finalmente nos encontramos frente a frente, pude observar cuánto hemos cambiado en estos cinco años. Los rasgos de nuestras caras han madurado, aunque él seguía siendo tan guapo como siempre. A medida que nos acercábamos, nuestros pasos se ralentizaban, dejando un espacio prudente entre nosotros.
—Sasaki Miharu.
—Presidente Bang Chan.—respondí con una sonrisa cálida. A pesar de todo, me alegraba verlo.
Parecía una persona completamente diferente a la que había conocido hace años. Hay una serenidad en él que no recordaba haber visto antes, un cambio que, de alguna manera, me alegraba ver. Porque a pesar de todo lo que hemos pasado, de las diferencias y los desacuerdos, no podía negar que aún me importaba. Y verlo así, verlo feliz y en paz consigo mismo, era algo que no podía evitar apreciar. Así que, con una sonrisa, me preparé para lo que vendría a continuación.
—Supe que al fin conseguiste hacer tus sueños realidad.
—Sí.—respondí, una sonrisa emocionada se dibujó en mi rostro al darme cuenta de que ser parte de esta organización era lo que realmente había soñado toda mi vida.—Veo que tú también has... Cambiado demasiado.
Él rio suavemente, confirmando las dudas que había tenido hace un momento.
—Todo es gracias a ti. Me di cuenta de que esa personalidad fría no era la que quería, no me ayudaba en nada y mucho menos ocultar mis miedos...—lo último que dijo hizo que mi sonrisa se desvaneciera por un momento, recordando las palabras duras que le he dicho en el pasado.—Aun así, estaba de paso y... quise venir a verte.
Alcé las cejas, sorprendida por sus palabras. Era lo último que esperaba que me dijera.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Desde que te fuiste, pude enmendar todos mis errores con los que fueron mis empleados en ese entonces.—hizo una mueca que lo dejó tierno y a mí me hizo sonreír.—Pero con la única persona con la que no me he disculpado es contigo. Estoy aquí para hacer eso, Miharu.
Sus palabras me dejaron sin habla. No esperaba una disculpa, mucho menos de él. Pero a pesar de la sorpresa, no pude evitar sentir una ola de alivio. Porque sabía que esta disculpa era un paso importante para ambos. Y estaba lista para aceptarla, para seguir adelante y dejar el pasado atrás. Porque al final del día, eso era lo que realmente importaba. Estaba lista para responder, para decirle que aceptaba su disculpa y que también yo he cambiado. Estaba lista para explicarle que mis sentimientos por él aún persistían. Pero antes de que pudiera decir algo, una pequeña niña corrió hacia nosotros, distrayéndome. Tomó la mano de Chan con una ternura que me dejó sin aliento.
—¡Papi, te encontré!
La sorpresa me dejó sin palabras.
Miré a Chan, luego a la niña, y luego de nuevo a Bang Chan. No podía creer lo que estaba viendo. La pequeña sonrisa en el rostro de mi antiguo jefe me hizo entender que tal vez esa pequeña niña fue la verdadera razón de su cambio de personalidad, y no mi ausencia.
—Ella es So Ru, mi hija.—me presentó amablemente. Se agachó para estar a la altura de la niña.—Cariño, ella es una vieja amiga de papá. Se llama Miharu. No me hagas quedar mal y salúdala.
—¡Hola! ¡Nuestros nombres se parecen!
Saludó la niña con entusiasmo.
Aunque no era buena socializando con niños, no dudé en responderle amistosamente. Luego, la niña se fue corriendo cuando vio a su abuela en la distancia. La mujer nos miró con una media sonrisa, tomó la mano de la niña y se alejó. Me quedé allí, tratando de procesar lo que acababa de suceder. No sabía cómo empezar esta nueva conversación. Empero, sabía que tenía que hacerlo. Así que, con un suspiro, me volví hacia Bang Chan, preparada para enfrentar lo que venía a continuación.
—Así que, eres padre.—comencé, una sonrisa amarga en mi rostro.—Felicidades, Chan. Parece que finalmente encontraste lo que estabas buscando.
—En realidad... So Ru no estaba en mis expectativas, pero opté por asumir la responsabilidad y resultó ser la mejor elección que hice. Todo esto no lo tendría si no fuese por tu partida, Miharu, es por eso que te estoy profundamente agradecido. No hubiese transformado mi forma de ser si aún estabas en mi vida, conocí a... La mujer que ahora es mi esposa y amo inmensamente, tuvimos a una hermosa niña y todo esto es gracias a ti.—expresó enamorado.
Eso dolió.
Esa respuesta me golpeó más de lo que anticipaba. Pero, como siempre, sonreí a pesar del dolor y simulé como si sus palabras no me hubieran afectado en absoluto. No podía cambiar el pasado, después de todo, mi decisión ha llevado a la felicidad de este hombre. Y analizándolo desde otra perspectiva, ambos éramos felices ahora, a pesar del dolor que había en el camino. Y eso era lo único que realmente importaba.
—Me alegra por ti, Bang Chan.
—Y yo por ti.—sonrió, haciendo un ademán con sus manos.—Escuché que estás en una relación con alguien, espero que esa unión pueda ser lo que realmente te haga sentir plena y no en un ambiente tóxico.
—¡Amor!
Una voz femenina clamó desde la lejanía, donde la niña se había ido con su abuela hace un momento. Ahora, una mujer se unía a ellos.
—Debo irme.—hizo un gesto incómodo ante el grito de su esposa.—Fue un placer volver a verte, Sasaki Miharu.
—Lo mismo digo, Bang Chan.
Y así fue como nos despedimos, con una ligera sonrisa en nuestras caras, mientras lo observaba alejarse con su familia, una ola de serenidad me invadió. A pesar del dolor que aún persistía, me di cuenta de que cada uno de nosotros había encontrado su propio camino. Cada uno de nosotros ha descubierto su propia felicidad, en lugares y personas que nunca habíamos imaginado.
Era como si la vida nos hubiera empujado a explorar nuevos horizontes, a enfrentar desafíos desconocidos, a aprender y crecer. Como animales, hemos aprendido a adaptarnos a nuestro entorno, a encontrar nuestro lugar en el mundo. Aun cuando, nuestros caminos se han separado, sabía que ambos hemos encontrado lo que estábamos buscando. Así que, con una sonrisa en mi rostro y la brisa del mar acariciando mi piel, miré hacia el horizonte.
Porque sabía que, sin importar lo que el futuro me deparara, siempre estaría lista para enfrentarlo. Exactamente, igual que los animales, siempre encontraría la forma de adaptarme y seguir adelante. Y con esa certeza en mi corazón, me di cuenta de una cosa: No importa cuántas veces la vida te derribe, siempre tienes la capacidad de levantarte y seguir adelante. Eso es lo que significa ser fuerte. Eso es lo que realmente significa ser resiliente. Y eso es lo que realmente significa ser humano.
FIN.
✂️¡! WRITER'S SPACE ”
Este “extra” es como una segunda versión del final, porque tenía dos ideas en mente. Así que decidí colocar ambas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro