Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ꗃ xxv. rules.

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO VEINTICINCO ❜🗞️ೃ∗
today we present: Reglas.

¿Qué si lo hice?

¡Obviamente que lo hice con un carajo! ¡¿Cómo no hacerle caso cuando me estaba mirando de una forma que nunca nadie lo ha hecho?! ¡Mucho menos con ese cinturón entre sus jodidas y frías manos! Pero de algo estoy sumamente consciente, sentía que me estaba por venir en cualquier momento, o sea, ¿por qué hacerme pasar por una situación que él sabía perfectamente que a mí me encantaba? ¡Esto es una completa tortura! No la estoy pasando para nada bien, mis manos se encuentran pegadas al suelo, estando en una posición que hace bastante tiempo no estaba, de alguna manera estoy intentando cerrar mis piernas, apretando mi zona femenina, queriendo impedir que cualquier líquido salga de allí, porque tampoco le quería dar el gusto al mayor de lo que ocasionaba en mi cuerpo, no quería verlo ególatra.

Los pasos lentos que va dirigiendo hacia mí y el sonido del cinturón, ocasiona que mi fisionomía nerviosa tiemble de inmediato, haciéndome una imagen mental de lo que me pueda suceder en los siguientes minutos en manos del CEO Bang Chan. Él apoya todo su peso sobre sus piernas, viéndome con una mirada que veía casi todos los días, demostrando de cierta forma que él tenía el poder en estos minutos, observándome con tanto desinterés en esos ojos oscuros, sin embargo, no duda mucho tiempo en reincorporarse y ponerse detrás de mí, entonces, con muchísima más razón me encuentro temiendo por mi vida.

—¡Ah!

Musité con la cara en el piso, había puesto uno de sus pies sobre mi espalda, haciendo que mi rostro y pechos caigan directo al suelo. Tenía el rostro sobre el piso tan pegada que ciertamente me daba asquerosidad lo que me está sucediendo, aunque era un sitio que se limpiaba cada segundo porque al Director General de la empresa no le gustaba para nada la suciedad en su despacho, aun así, no me agradaba la idea de estar en esta posición, al menos no me gustaba cuando sabía que no me iban a coger.

Por demás de que tenía el culo frente a la cara de mi superior, oír una vez más el sonido del cinturón hace que mis hormonas se hagan una fiesta en mi interior. Simplemente, sentí el roce de ese objeto que me jodería la vida en los siguientes segundos. No tardó en darme el primer golpe en las nalgas, para su sorpresa, cada vez que hacía eso de mi boca se escuchaba un gemido, tampoco es que la estaba pasando muy bien en estos instantes, únicamente que cuando alguien te está dando azotes con un cinturón no te podías quedar callada, de algún modo, eso te generaba cierto dolor en el cuerpo y debías de expresarle a la otra persona que se hallaba haciendo bien su trabajo.

Hasta que me pegó con la hebilla.

Así que me quise reincorporar del piso, tan dispuesta en hacerle frente y hacerle entender que no me gusta absolutamente nada lo que yace haciendo con mi anatomía, sencillamente que el señor Bang fue mucho más inteligente y con una de sus manos agarró mis muñecas con demasiada fuerza, prohibiendo que pueda hacer algún movimiento más. Ya no era necesario utilizar el cinturón porque empezó a hacerlo con su propia mano, cada vez más fuerte y ya dejé de sentir dolor, porque: Adivinen.

Sí, me estaba calentando.

Mordí mis belfos con fuerza, no queriendo darle el gusto de que me había excitado. No quería demostrarle que logró lo que quería, no quería absolutamente nada para que él pueda estar orgulloso de lo que hacía. Solo que en este momento es muy difícil, como si de una gata en celo fuese, agaché mucho más de mi cuerpo para que mi trasero pueda estar aún más en su rostro. Fue ahí en que los golpes cesaron, después de eso no estaba para nada consciente de lo que sucedió debido a que sentía sus dedos rozar debajo de mi vestido rojo. Me soltó las muñecas, dejando que pueda ponerlas en el suelo, mientras que él colocó esa misma mano sobre mi nalga y la otra restante se encontraba buscando algo detrás de mi culo. Percibí que las bragas están en alzamiento, hasta que un aire pasa sobre mi vagina, es lo que me da a entender lo que está por pasar. Fue uno de sus dedos lo que me sobresaltó, paseándolo por los labios vaginales de un modo excitante hasta que lo introduce por completo dentro mío.

—¿Te gusta, Sasaki?—indagó en un tono seductor, acercando su boca a centímetros de mi oreja izquierda, entre que seguía desplazando un solo dedo dentro de mi vagina.—Contéstame.

—Sí.

—¿Sí qué?

Mencionó molesto, sentí que metió dos dedos más, moviéndolo fuertemente.

Estoy completamente segura de eso, porque se podía escuchar en toda la oficina la forma en que se estaba moviendo dentro mío, su mano chocaba contra mi vagina de una modalidad que ocasionaría que me venga en cualquier instante.

—Sí, pr-presidente.

—¿Quieres qué siga?

—Sí. Sí, por favor.

—¿Lo quieres más lento? ¿Más rápido, Sasaki?—cuestionó pícaro, recreando cada acción que me preguntaba.—O... ¿Quieres qué meta más dedos? ¿Quizás, quieres...?—se quedó callado de inmediato. Pero aún moviendo dos dedos dentro mío.—Respóndeme.

—Hágalo, por favor.

Rogué libidinosa, apenas mirándolo desde la misma posición en la cual seguía.

El CEO ladeó su cabeza, echándome una mirada que nunca había visto viniendo de él. Por lo que quitó sus dedos de mi matriz, haciendo que me quiera morir en este mismo segundo, no obstante, menos aún me dejó moverme de la superficie donde yacía, ya que mis párpados se han abierto como platos al sentir algo húmedo pasar por mi vagina. Oh por Dios, jamás pensé que sentiría algo así en mi vida, nuevamente, pero un poco más brusco, el jefe dirigió su mano izquierda en mi nuca para que mi rostro quede en el pavimento y él pueda introducir su lengua sobre mi vagina con más profundidad que antes.

Lengüeteaba como si quisiera limpiarme el alma de una vez por todas, el método en que movía su lengua es lo que me confirma que es un profesional haciéndome calentar o a cualquier otra persona. Introdujo un par de sus dedos mientras que seguía lamiendo, siendo inevitable que de mi boca vayan saliendo unos gimoteos que estaba muy segura de que en cualquier santiamén llamarían la atención de los empleados de la empresa. Algo que el mayor se pudo percatar, en consecuencia dejó por un momento de hacer lo que hacía conmigo para agarrar su cinturón y colocármelo sobre la boca, apretándolo con mucha fuerza, obteniendo el cometido que quería, el cual era mantenerme en silencio.

—Si de nuevo te escucho gemir, tu castigo nunca va a acabar, Sasaki.—advirtió severamente.

Expulsé un ujum mezclado con un gemido, en la necesidad de que siga haciendo lo que le encontraba ocasionando a mi cuerpo. El CEO Bang volvió a lamer mi vagina con rapidez, entre que seguía moviendo un par de sus dedos dentro mío, ya estaba sintiendo que me venía en cualquier instante de igual modo podía sentir los jadeos que mi superior está aguantando dentro suyo, quería darme la vuelta para verificar eso con mis propios ojos, exclusivamente que no podía, ya que me mantenía la mirada al frente gracias al cinturón que está en mi boca.

No pude más y me vine.

Pude sentir que mi cuerpo se estaba por desmayar en cualquier instante, un sonido hace que gire mi cabeza, ya que mi jefe soltó el cinturón en el momento en que mi cuerpo demostró que ya culminó, ahí fue en donde observé a mi jefe lamerse los dedos como si hubiese chocolate derretido sobre ellos. Es más, en su mirada se podía notar cierta inocencia, entre que yo no sabía cómo demonios mirarlo, tal vez porque me sentía muy avergonzada de lo que había sucedido, pero en parte estaba contenta de eso debido a que es una situación que tenía ganas de hacer desde el tiempo en que lo he visto con diferentes ojos.

—¿Qué te apena, Sasaki?

—Na-nada.—respondí parándome del suelo como si fuese el mismísimo flash, acomodando mi vestido y con la faz en el piso de la vergüenza.—Debo de acomodar la sala de reuniones porque vendrán los socios de Japón. Mejor me vo...

El Director General se eleva del pavimento, todavía con unos de sus dedos lamiéndolo, hasta que limpia la comisura de sus labios en una posición que me estaba generando ganas de coger. Comenzó a caminar más cerca de mi anatomía, ocasionando que vaya retrocediendo debido a que no necesitaba que se encuentre muy cerca de mi cuerpo ahora mismo, haría una cosa que me podría otorgar la exclusión inmediata de esta empresa y no necesitaba quedarme sin empleo, porque era el único método que tenía a seguir manteniéndome.

Él me mira con advertencia.

—De acuerdo, dejaré que sigas haciendo tu trabajo y no te interrumpiré. Pero...—me señaló con su dedo índice, desplazándolo reiterados veces hacia mí.—Esto no se va a quedar como si nada, supongo que tú y yo pasaremos mucho tiempo de calidad juntos, Sasaki.

—¿A qué se refiere con eso, presidente?

—Qué tú también me calientas.

Me quedé estupefacta, ni siquiera cuando estuve en cuatro con el culo en la cara de mi jefe me había sonrojado como en estos minutos. Fue una noticia que no me la esperaba para nada, quizá porque cuando le insinúe eso me respondió muy seguro de que no era de ese modo, no obstante, suponía que las cosas han cambiado gracias a lo que sucedió hace apenas unos segundos atrás. Él no dejaba de caminar a mi cuerpo, hasta que mi trasero chocó con el escritorio y el hombre de cabello castaño apoyó sus manos sobre su escritorio, haciendo que nos quedemos a centímetros de distancia uno del otro.

¿Qué es lo que estaba pasando?

Ya que sentía que todo esto era un sueño que nunca se me iba a hacer realidad, sin mencionar que el perfume que emanaba el presidente de la empresa me estaba volviendo más loca de lo que ya estaba después de haber sentido su lengua caliente recorrer cada parte de mi vagina. Lamí mis labios cabizbaja, tratando de decirle a mi jodida cabeza que se deje de hacer esas imaginaciones perversas con mi superior. Aun cuando, ya hemos tenido un encuentro sexual anteriormente. Elevé la mirada cuando habló.

—Te mentí porque no estaba dispuesto a tener esa conversación en ese momento. Pero ahora, después de lo que ha sucedido allí—señaló el lugar donde había jugado con mi intimidad—, quiero pensar que ambos estamos en la misma página. ¿No es así, Sasaki?

—Pensé que era un bicho raro, que nunca se fijaría en la hermana de uno de sus amigos.

Recordé las palabras que ha mencionado la vez en que descubrió dos de mis secretos, en serio que no sería capaz de decirlo de la manera en que lo acabo de decir, sencillamente que ahora no lo podía controlar por la razón de que necesitaba tener respuestas, todavía no entendía muy bien por qué se comportaba tan mierda con las personas, sus empleados, o por qué era capaz de mentir, no sabía si es una fachada para que sus empleados o personas lo respetaran o qué carajos es lo que sucedía en verdad.

El CEO Bang Chan baja sus ojos brevemente, empero, no tardó bastante segundos en volver a dirigir esos fanales cafés a los míos. Parpadeaba tranquilamente, como si en verdad no le molestó mi respuesta, o quizás fingía demasiado bien.

—Lo sigues siendo. Y créeme, Jung Kook tiene que creerlo de igual manera.—advirtió con una ceja elevada.

—No será así, pero tengo curiosidad del por qué.

—Es mi amigo y no está bien visto que me revuelque con su hermana menor. Aunque... —sonrió de lado, viendo a un costado del techo y me dirigió la mirada de nuevo.—La única razón por la cual se enoje conmigo sea porque le robé la chica.

—Presi...

—Resumiré las cosas que van a suceder desde ahora en más. Tú y yo nos vamos a deshacer de todas las ganas que nos tenemos, vamos a saciar esos fetiches que nadie tolera, vamos a entregarnos por completo, Sasaki Miharu. Sin embargo, habrán un par de reglas que seguir para hacerlo realidad.

Me detuve a pensar si estaba de acuerdo con eso, en gran parte no lo quería hacer, ya que no quería que mi hermano adoptivo se entere de que me encontraba manteniendo relaciones sexuales con uno de sus amigos más cercanos, no obstante, al mismo tiempo lo quería hacer con más razón por las cosas que ha estado haciendo con su maldita vida, el modo en que nos trataba a las personas que en verdad lo queríamos ayudar. Simplemente que me di cuenta de que en serio quería hacer esto, sin importar las condiciones que el superior imponga.

—¿Cuáles reglas?

—La primera regla es que nadie tiene que saber lo que tenemos, ni tus colegas, muchísimo menos Jung Kook. Eso quedó clarísimo. La segunda regla y la más importante de todas—giró sus luceros a los míos, fue un vistazo que jamás me asustó como ahora.—es que nunca me tienes que besar.

—¿Cómo dice?

—Lo has oído bien, Sasaki. Bajo ninguna circunstancia nuestros labios deben encontrarse, no podemos besarnos. ¿Crees que podrás cumplir con eso?

Cuestionó a centímetros de mi cara, parecía una forma de decirme que estaba a prueba y si pasaba eso podríamos estar juntos. Obviamente que serían un par de reglas que podría seguir, hace bastante tiempo que no mantenía relaciones sexuales y mucho menos con personas que les gusten los mismos fetiches que a mí, así que asentí, muy segura de que esto iba a salir muy bien para los dos.

—Sí puedo hacer eso, presidente Bang.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro