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ꗃ xiiii. on knees.

written by 𝗆𝗂𝗄𝖺𝗌𝖺𝗆𝗎𝗇
♯🥊 ‧₊⋆ CAPÍTULO CATORCE ❜🗞️ೃ∗
today we present: De rodillas.

—¡¿Estoy pintada?!

Me congelé ahí mismo, porque Baek U Jin logró que mi jefe vuelva a abrir la puerta, la cual no se ha cerrado por completo. Claro, hasta que la rubia decidió gritarle de ese modo, simplemente que al presidente no le ha afectado en lo absoluto, volvió a desplegar la puerta para mirar a la mujer que estaba sentada en mi cama, muy segura de sí misma, solo que él la miró con un semblante de seriedad, hasta que relajó su faz, es como si de verdad no le importara los sentimientos de la chica a la cual jodió sentimentalmente por usarla en vez de decirles las cosas como eran. Eso me dolía por ella, ya que no parecía ser una mala persona en estos años en que no nos hemos vuelto a ver, así que era demasiado triste verla así.

Nuevamente, quería decir algo al respecto debido a que no me gustaba que tenga ese arrebate ahora mismo, porque en la casa hay gente y no era buena idea hacer un espectáculo. No obstante, el CEO Bang Chan pensaba exactamente lo mismo, me observó—por primera vez.—cálido y sonriéndome de paso, fue su manera de decirme que debíamos de salir. Volvió a mirar a U Jin, fue una mirada tan aterradora que hasta a mí me dio miedo, únicamente que se terminó por ir de mi habitación, vi a U Jin unnie con una cara de disculpas pero de que me tenía que ir. Estando fuera de mi cuarto fui estampada contra la pared, tanto que me sorprendió y no podía mirarlo a la cara, solamente, estaba viendo mis pies con temor.

Además de que no creí que haría algo así, porque estábamos en un evento importante para Jung Kook. La cosa es que antes de abandonar las habitaciones hay un pequeño pasillo, capaz por eso mismo es que aprovechó esta oportunidad, seguramente, para poder regañarme sin que nadie lo pueda criticar en el proceso, o decirle algo sobre el trato que me está dando a mí, supuestamente, a una de las hermanas menores de su círculo amistoso. Pasé saliva con dificultad, ya que su rostro se encuentra muy cerca del mío, sus manos están presionando mis brazos, ocasionando que me quede recta y sin decir nada.

—Qué eso no vuelva a pasar.

—Señ-señor...

—No quiero volver a ver a esa mujer cerca de mí.

—E-es que... U Jin es mi amig-amiga y también Jung Kook la contrata de vez en cuando para estos eventos.—intenté decir sin balbucear en el proceso, solo que es muy difícil cuando está demasiado cerca.—No puedo hacer nada para que él la mantenga lejana, perdón.—dije cabizbaja.

Tampoco me animaba muchísimo para decirle a una mujer que fue mi amiga en la infancia que no se vuelva a acercar a mi casa, a mis amigos, a mi mejor amigo o a mis padres, sencillamente porque mi jefe lo quería de ese modo. No, es por eso que tuve que planear una excusa perfecta, una excusa que sabía que podía ayudarme en estos momentos, además de la coherencia que parecía que él no la conocía. Fue en ese entonces en que él da un paso atrás, alejándose de mi cuerpo y con sus ojos puestas en el suelo brilloso, parecía estar pensando en mis palabras.

Antes de decirme algo pasan dos cosas, la puerta de mi cuarto se abre y podemos mirar a Baek U Jin con ganas de seguir conversando con el señor Bang Chan y por el único pasillo podemos observar a mi hermano con una copa en su mano y un par de cigarrillos en la restante, solamente que sus fanales no paraban de vislumbrar la secuencia que nos encontrábamos viendo. Había agradecido de que él se alejó de mí cuerpo, únicamente que nadie decía una palabra, eso se volvió incómodo de todas maneras, por lo que debía hablar.

—¿U Jin, estás bien?

Sin embargo, Jeon Jung Kook me ganó de antemano. Me fue imposible no mirarla a ella, para saber lo que es capaz de contestarle a mi mejor amigo, pero bastó que sus ojos claros chocaran con las de mi jefe para que bajara la vista, moviendo su cabeza en afirmación y expulsando una risa.

—Sí, Jung Kook. Mejor iré a tomar algo antes de irme.—respondió, cruzando por nuestro lado.

Él se gira sobre sus hombros, sin quitarle la vista de encima a la rubia. Bang Chan aprovecha ese momento y me jala del brazo, sacándome de ese pasillo con dos personas teniendo una conversación amistosa, aún estoy que no comprendía muy bien lo que estaba sucediendo, empero, decidí seguir las órdenes de mi jefe si no me quería quedar sin trabajo y sin un poco de estímulo con mi mano dominante.

Estando en la presencia de la mayoría de los invitados puedo darme cuenta de que cada vez las personas me daban más mala espina, exactamente ese sujeto con el cual estaba hablando hace un instante Jeon Jung Kook. Lo veía tanto que me generaba molestia, simplemente que tuve que quitar mi atención de él para seguir las órdenes que mi jefe me estaba pidiendo, en lo que restó de los pocos minutos tuve que estar presente en algunas conversaciones que él tenía con personas importantes, también consiguiéndole algunos tragos y alimentos, sin mencionar que me tenía de mula por todos lados, tanto que Ji Min se dio cuenta y me sacó de mis quehaceres con los mandatos.

—¿Te ayudo?

—No, Min, yo puedo.—aseguré, reponiendo la bebida que me había pedido el Señor Bang para él y una chica.—Puedo hacer eso, fui mesera en mi adolescencia.

Recordé el tiempo en que trabajaba para el local de comida que tenía uno de los amigos de mis padres adoptivos, también eran parte del círculo amistoso de mis padres biológicos. Ahora pensar en ellos ya no me daba tanta tristeza, sino que me alegraba haber podido superar esos instantes demasiados desolados, tristes y tan deprimentes que pasaba cuando los tenía en mi cabeza brevemente. Volví a mi realidad a dedicarle una media sonrisa al mejor amigo de mi amigo, giré mis luceros a dónde se encontraba mi jefe y su nueva visitante femenina, simplemente que no los veía por ninguna parte del penthouse.

Demonios, me matará.

—Se fueron, Miharu.

—¿Mmh?—volteé mi cabeza, aún con la bandeja sobre mis manos planas, para que no se me cayeran. Park Ji Min está apoyado en la barra, viéndome con esos ojos deprimentes.

—Cruzaron la puerta apenas te dio la orden.

—Oh...—murmuré, observando todo mi alrededor. Quizá, pensando en que el pelirrosa se confundió, pero veía que no era así.—Lo hizo de nuevo...

—Fue cruel que haga eso. ¿No dirás nada?

—Relájate, Ji Minnie. Está bien por mí, le puede pasar a cualquiera. Además, estaba con una chica muy guapa y seguro que no habrá querido desper...

—Eso no es excusa.

Me interrumpió, esta vez mostrándome su mala cara. Sabía que no podía permitirlo, pero, ¿qué se supone que haría? ¿Me quejaría sobre su acción con mi jefe? ¿Al hombre que le vuelve loco si no recuerdan una reunión para saber qué estilo será el nuevo automóvil? ¿Aunque ya se haya hablado? Obviamente que no, ya que explotaría, y aun cuando eso me gustara de vez en cuando, no tenía ánimos para esto.

Lunes por la tarde.

—¿Dónde te metiste?

Cuestioné tenebrosa de no encontrar al perro del CEO antes de que llegara de esa reunión tan importante que tuvo el Domingo por la noche. Me hallaba en su casa, se suponía que la señorita Choi Soo Byeol tenía que venir en la búsqueda de Berry, únicamente que me pidió si yo podía venir por él debido a que sucedió algo de último momento en su entorno familiar y no podía llegar a tiempo, además de eso, si Berry no estaba en el instante en que el jefe llegara alguien estaría muerta. Cómo no quería que eso pasara, vine.

Pero me arrepentí mucho, porque no lo encontraba por ninguna parte de la jodida casa. Cerré los ojos, tratando de escuchar algo más, creyéndome que me encontraba en alguna película milagrosa, hasta que el sonido de un objeto cayéndose es lo que me hace ir a las corridas hasta el piso de arriba, eché un suspiro de alivio cuando vi a Berry saliendo corriendo de uno de los cuartos, la puerta estaba semi abierta por lo que me acerqué para verificar lo que se rompió y solucionarlo antes de que él llegara.

Sin embargo, chillé del susto.

—¡Berry, no! ¡¿Por qué justamente eso?!

Volví a exclamar el nombre del perro del señor Bang, empero, con molestia y muchísimo estrés desbordando de mi pobre cuerpo. Fui corriendo a la maqueta del nuevo automóvil que se diseñó, intentando que las piezas concuerden, sencillamente que no es algo que esté sucediendo en estos instantes, por lo que no me quedó de otra que llamar a mi colega y explicarle lo que pasó, no obstante, no me respondía las llamadas. Eso me pone en una situación embarazosa.

Debía relajarme.

Me senté en el suelo incapaz de poder seguir después de mi mala suerte, pero saqué fuerzas de no sé dónde para seguir armándolo, sin importarme mucho lo que pueda suceder dentro de poco. Hasta que una sonrisa va a mi rostro, dándome cuenta de que no se notaba tan diferente del original, pero aun así me percato de que falta una pieza más para armar la maqueta de nuevo. ¿Dónde estaba? ¿Por qué no lo ve-? ¡Berry! Eso fue lo primero que se me ocurrió, pero verlo acostado en su cama como si nada me dice que no tuvo nada que ver con la desaparición de esa pieza, por lo que solo me agacho más, pasando el brazo por debajo del escritorio de mi jefe, buscando lo que me faltaba, empero, no es algo fácil de encontrar.

—¿Dónde demonios estás...?

Unos pasos sonando detrás de mí es lo que me detiene repentinamente. Quedé con el culo al aire, un brazo debajo de una mesa de escritorio, entre que la otra se encontraba presionada en el suelo y con la cara casi pegada al piso, sentía que me iba a morir de verdad. Solamente pedía que no fuese él.

—¿Me puedes explicar por qué estás en mi casa y mostrándome el culo, Sasaki?—indagó mi jefe, después de haber expulsado un suspiro de fastidio. Giré mi cabeza aún sobre el suelo, viéndolo desde esta posición extraña. Él sube los extremos de su camisa blanca, todavía observándome con la misma expresión de frialdad de todos los días. Ladeó su cabeza, tal vez le pareció chistoso mirarme de ese modo, ya que yo lo estaba notando de esa forma.—¿Me dirás o mejor se lo pregunto a tu culo qué está frente a mí?

Dirigí mis ojos al frente otra vez, sacando el brazo debajo del escritorio y sentándome en el suelo de madera lujosa. Mis fanales se posan en la maqueta recién hecha por mí, mis manos se encontraban en mis piernas, capaz poniéndome en la posición antigua para poder disculparme, aunque realmente no sea mi culpa lo que haya sucedido.

Él se acerca aún más, a tal punto en que mis fanales pueden ver sus largas piernas frente a mí, notando sus pantalones formales en el típico color negro y de igual modo los zapatos del mismo tono.

—La señorita Choi Soo Byeol m-me pidió que venga por Berry antes de que usted vaya a la empresa, pero cuando llegué no lo encontré por ningún lado.—dije, mientras que miraba a la derecha, observando el piso.—Hasta que subí aquí y pude ver la maqueta... hecho pedazos. Soy una estúpida, perdóneme.

Impulsé mi anatomía hacia adelante, haciendo una reverencia completa, apoyando mi cabeza en el piso y de igual modo mis manos. Si no me perdonaba de esta forma, la verdad es que ya no sabía qué más hacer, no obstante, pude sentir que él se iba acercando cada vez más a mi cuerpo. Eso me ponía nerviosa, entonces, es ahí en que siento su mano sobre mi cabeza, dando unos leves movimientos en él hasta que agarra con fuerzas de mi cabello, logrando que cierre los párpados debido a que me dolía ese jalón, también fue la manera de levantarme y dejar mi rostro a tan solo centímetros de su boca.

¿Qué carajos estaba pasando?

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