Resumen: —Así que... ¿Aprendiste a mentirme incluso a mí, mi niño?

La llegada de Fargan sin noticias de Luzu solo le hizo pensar lo peor.

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"Un único narciso predice una desgracia... o una mentira"

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Se enteró por accidente de la misión de Luzu, era la misma que le dieron a Fargan añadido el hecho de que debía traerlo de vuelta.

Él no quería averiguarlo, solo hablo con Victoria una tarde y esta le comento que extrañaba a su madre, y el tema salió.

Dos del pueblo 1 fueron a buscarla, y ninguno había vuelto, y bueno, algo preocupado sí que estaba, a ambos los quiere por distintas razones y le gustaría que estén bien.

Pero no puede evitar preocuparse por uno de ellos, claro, esa ligera preferencia no era nueva, suele tenerle consideración a Luzu en muchas cosas aunque, según él, es sutil

Tan sutil como ese espadazo a Genesis cuando vino a reclamar no-sé-qué sobre Luzu

No importaba, de todas formas no le permitió decir demasiado o escuchar sus quejas, solo los silencio en cuanto tuvo oportunidad.

Protege a su pueblo, y mucho más a Luzu, eso es un hecho.

Tal vez por eso es que el día en que vio a Fargan volver con la madre de Victoria había cierto sentimiento extraño en su pecho, como una mala señal.

Y ese día, el narciso que crecía en su patio le dio muy mala espina.

Ese mismo día la arrancó de cuajo del suelo con la excusa de querer limpiar el jardín.

Sabe que no es por eso pero se miente a sí mismo, así es mejor...

¿Verdad? Por qué esa no era una señal de una mentira, claro que no.

No.

No era eso.

Él era especialmente bueno en una cosa, fingir que la sola idea de que había una mentira que Luzu no le había confesado no le afectaba de la cruel forma que lo hace ahora.

Por eso sigue su día, pregunta a Fargan como le fue en el viaje, como fue su misión, le pide detalles para ver si en algún momento dirá algo de Luzu, le dará una pista de por qué mierda no está con él, no volvió al pueblo, no lo ve en las mañanas buscándolo por el pueblo como siempre.

Algo, una sola señal de que estaba bien, solo eso pide en silencio a la vez que oye con una "sonrisa tranquila" las historias de Fargan.

Pero nada, ni una sola mención de su niño en aquellos relatos.

Lo dejo pasar, creyendo que mañana podría preguntar mejor, o a Victoria, que volvería a verlo regresando en su barca.

Lo que sea estaba bien.

Esa noche a penas pego ojo, desde la ventana de su cuarto ve en dirección a la casa de Luzu, a aquella zona tan iluminada como sus ojitos rojos cuando cruzaban palabra, un solo saludo y parecía iluminar todo a su alrededor.

Los faroles en su zona solo le recordaban a esos momentos donde se perdían hablando de todo lo que le cruzaba por la mente, por qué una cosa que6le pasaba a Luzu cuando estaban a solas era aquella cualidad de hablar tanto y de tantas cosas que Auron solo se dedicaba a oírlo.

Cuantos temas podía sacar en menos de un minuto y ¿Por qué la sonrisa se instalaba en el rostro de Auron cuando lo escuchaba?

Por qué ahora, en medio de la noche, tan oscura sin la luna en el cielo, a diferencia de la noche en que se marchó dónde iluminaba el lago, recordaba tan jodidamente claro su rostro.

Por qué sus manos tiemblan, por qué tiene ese maldito presentimiento de que algo le paso.

Y con un nudo en la garganta se queda dormido.

Mañana preguntaría mejor a Fargan, cuándo este más calmado, seguro hay una explicación para todo esto.

¿Verdad Luzu?

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A la mañana siguiente, volvió a ver a Fargan por el pueblo en compañía como siempre de Focus, planeando cosas que no preguntó, ahora mismo Auron tiene otra prioridad.

— Eh, Fargan ¿Tienes tiempo?

El Búho asintió de inmediato, sacándose los restos de pólvora que tenía sobre su ropa caminaron hasta un sitio donde hubiera nada de gente y Auron tuvo que pensar bien cómo preguntarle. Si es que ni siquiera habían nombrado a Luzu desde su regreso o en sus anécdotas, aunque tampoco podía confiar mucho en esas versiones.

Solo suspiro, y Fargan le tocó el hombro en apoyo.

— Sí sabes algo de Luzu... — y su voz salió más preocupada que otras veces.

Fargan abrió los ojos sorprendido, ¿Por qué le preguntaba sobre él? Aunque recién cae en cuenta de que no le ha visto desde que regresó de su misión.

— ¿Pelearon? —pregunta con inocencia, pero la mueca en Auron le dice que no es eso.

No está ni cerca.

— Dijo que tenía una misión, que iba a ir en busca de la madre de Victoria y de ti pero...

— No le vi en mi misión, no supe nada de él, te lo diría si fuera así Auron.

— Lo sé...

Pero el problema que ahora tiene entre las manos era otro, Fargan no le mentiría sobre esto, no cuando ve a Auron tan angustiado por no saber algo, cuando normalmente no le interesan esos temas.

No, si supiera algo, ambos saben que se lo diría.

— Pero entonces...

— ¿Será que Luzu...?

Auron le detiene. Niega con la cabeza lentamente antes de que salga esa palabra de su boca.

No, Luzu no.

— No tiene sentido, el nunca me mentiría... — Auron jura y perjura que eso es así.

Él no le puede mentir a Luzu, por ende ¿Así funciona verdad? Luzu no le mentiría de vuelta. A menos que tuviera una muy buena razón para ello. Y no se le ocurre ninguna.

Solo salvar a algo más grande que ellos.

Pero eso se lo habría dicho, una señal, una pista, una despedida aunque sea para no dejar cabos sueltos.

Lo que sea.

Aquel narciso que vio en su jardín, que arrancó de cuajo con las manos ahora mismo tenía mucho más sentido. Auron miro al cielo en silencio buscando a los Dioses para que le dieran una señal más.

Por que si Fargan no sabia de Luzu, y la misión que supuestamente le habían dado ya se había cumplido, Luzu debería estar de regreso.

De no ser así, significa que algo lo detuvo.

Algo malo.

— Auron, ¿Estás bien? Tienes mala cara... —. La mano de Fargan se posa en su hombro y apreta un poco para consolarlo, suena preocupado.

— Sí, solo me he rallao' tranquilo... —. Le sonríe aparentando tranquilidad cosa que sirve con Fargan Y Auron sabe que eso es suficiente para terminar el tema con él.

Necesita pensar, necesita ordenar sus ideas antes de sacar conclusiones apresuradas o terminará haciendo una tontería.

Para el final del día y después de las misiones para los chamanes se fue directo a casa. Pensó mucho a solas, demasiado en Luzu, en las razones por las que no le contó sobre la verdadera razón por la que se fue.

¿Huyó de algo? ¿Fue en busca de algo? ¿Alguien le amenazo? ¿Se aburrió de esta vida?

¿Qué era?

"¿Qué es lo que te hizo irte sin decirme Luzu?" Pensó al aire recostado sobre su cama, abrazándose a si mismo mientras usa una sudadera oscura como la que recuerda usa Luzu casi siempre.

No encuentra un motivo, o una razón para que le haya mentido de esa forma.

¿Es qué después de todo su pequeño niño prendió a mentir?

Encontró la forma de cubrir sus huellas y usar sus palabras para no levantar sospechas de que no está contando toda la verdad.

¿En qué momento paso eso?

Cuando aprendió a mentirle incluso a Auron.

— Supongo que ahora... Me toca a mi comerme la cabeza pensando en tí, Luzu...

El cansancio le puede, pronto cierra sus ojos dejando que el sueño lo lleve directo al mundo de los sueños.

Pensó en Luzu, y si volvería algún día.

¿Es que Luzu sabe que Auron va a estar aquí mismo sin importar cuanto tarde? ¿Podía ser eso?

No lo sabrá hasta que le vuelva a ver.

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🥀 Este es un one-shot publicado primero en twitter como lluvia de ideas.