Bad Day
Fiel a su palabra y sin ánimos de tener que vivir otro incomodo episodio de nerviosismo junto a la japonesa de cabello rojos, Tzuyu llevó el paraguas con la iniciales de la mayor grabados en su mango al día siguiente.
Había estado pensando en todo lo que sucedió como un simple encuentro de compañeras, tratando de hacerlo a un lado durante la cena con sus padres esa misma noche, manteniéndose atenta a sus relatos sobre su día y respondiendo sus preguntas como si estuviera tranquila en su interior.
Como si la mirada cómplice de su madre, quien la había visto llegar en un auto desconocido no hubiera estado sobre ella.
Como si en verdad pudiera engañarse a si misma diciéndose que no estaba al menos un poco preocupada por aquel encuentro.
Fue solo el volver su mirada al objeto junto a su puerta para sentir como su corazón se aceleraba al recordar a quien pertenecía.
Fue el perder el control sobre su cuerpo y encontrarse caminando hasta él, pasando su pulgar por aquellas iniciales doradas grabadas en su mango.
Fue el que Jihyo le preguntara de quien era aquel objeto para recordar aquella hermosa sonrisa, y que las alertas que le enviaba su cerebro sobre Minatozaki Sana se encendieran.
Nunca se había considerado una persona que se dejara guiar por rumores, por el contrario odiaba que las personas hablaran de los demás incluso sin tener moral para ello, pero algo le decía que debía mantenerse alejada de Sana y su renombrada reputación si deseaba conservar su tranquilidad.
Y parecía que el universo que se había empeñado de acercarla a la japonesa, era el mismo que no deseaba volver a juntarlas pues los tres días que siguieron a aquella tarde lluviosa no tuvo ningún indicio de la pelirroja o alguna de sus hermanas. Como si al fin se hubiera librado de ellas.
Sin imaginar como sería su reencuentro.
Vernon y JongDae no eran los chicos mas populares de su colegio, y estaban lejos de ser los mas guapos según Tzuyu, pero por alguna razón aquellos chicos con los que compartía un par de clases no pensaban lo mismo sobre ella.
A pesar de lo dura que había sido con ellos, y la manera para nada sutil con la que había rechazado sus cortejos con aquel "No me interesan los hombres y menos como ustedes" que les había dicho los chicos seguían insistiendo siempre manteniendo su actitud respetuosa y caballerosa para con ella.
Con la esperanza de que ella algún día finalmente les correspondiera.
Pero tal parece que aquel día no estaban dispuestos a aceptar un rechazo mas, lo que les haría ganarse no solo el rechazo por completo de Tzuyu sino el odio y desprecio de la única que la morena no esperaba ver en ese momento, la misma Sana.
Fue una situación un tanto extraña para la Taiwanesa que caminaba perdida en su mente cuando fue abordada por los dos castaños, siendo arrastrada al estacionamientos que a esa hora de seguro estaba vacío.
— ¿Que es lo que les pasa a los dos? — Se quejó viendo como el chico a su derecha, JongDae, sonreía con malicia ignorando su pregunta mientras miraba a todos lados.
Tzuyu miró a Vernon que iba a su izquierda buscando en el alguna explicación sin encontrar nada, lo que la hizo caer en cuenta de que algo no estaba bien.
De echo aquello pintaba a desastre por donde sea que viera y con los dos pares de manos sujetando sus brazos, Tzuyu no tenía demasiadas opciones, dando todo por perdido cuando fue inmovilizada con brusquedad sobre el lugar mas lejano y sucio del estacionamiento.
— Dejenme de una vez par de tontos. — Trató de razonar una vez mas, tratándolos como siempre, quizá ese era el problema con ella, que a pesar de lo asustada que se encontrara no cuidaba lo que salía de su boca.
Pero parece que los chicos frente a ella, no eran los que conocía. — Oh no, no, no linda. — Empezó a decir JongDae tomando su mentón con fuerza acercándose a su cuello para olerla como un animal. — Esta vez no te escucharemos. — Dijo helando su sangre.
¿Que significaba eso?
— Siempre fuimos muy pacientes contigo, pero hoy no te librarás de nosotros. — Contestó Vernon a su pregunta no formulada sonriendo de forma tan escalofriante que el interior de Tzuyu tembló, viendo como el otro chico sonreía del mismo modo asintiendo en acuerdo con él.
Y no tenía idea de que era exactamente lo que aquellos dos chicos, que no se comparaban con los dos muchachos detallistas, caballerosos y respetuosos que ella conocía, planeaban, pero por la manera en la que su mochila fue arrebatada de su cuerpo, y la malicia en sus miradas supuso que no sería nada agradable.
No entendía porque estaba sucediendo todo aquello, no entendía que había sucedido con los chicos que conocía pues los dos monstruos cuyas miradas la hacían sentir como una presa a punto de ser devorada no se les comparaban.
Una vez más intentó zafarse de sus agarres, pero por mas que lo intentara dos, tres o mil veces mas no lo lograría, por la diferencia de fuerzas, y por la rabia que provocó en ellos al tratar de golpear las partes sensibles de uno de ellos y que lo único que provocó fue que recibiera una fuerte bofetada.
Y no fue el dolor del golpe lo que lleno sus ojos de lágrimas, fue la conmoción, fue el miedo, fue el darse cuenta de que en ese mismo lugar y al mismo tiempo no solo estaba por perder dos grandes amigos, sino a si misma.
Pero una vez mas el universo se encargaría de salvarla de un mal rato, posiblemente del peor de todos.
No tiene idea de como la pelirroja dio con ella pero mas allá de sus ojos cristalizados y su cabello sobre su rostro logro ver un inconfundible auto blanco estacionarse a unos metros y la figura de la japonesa bajando de este luego de sonar el claxon.
Los muchachos voltearon a verla en el momento que escucharon aquel sonido, siendo cegados por un flash en el mismo segundo. — Y... ¡Corten! — Dijo la pelirroja mirando la pantalla de su cámara antes de dirigir su mirada a ellos.
Tzuyu la vio sonreír, pero sabía que no era una sonrisa buena, aunque era Minatozaki, para ella nada lo sería pero esa sonrisa era diferente, una sonrisa que combinada con la mirada llena de odio que les dedicaba solo podía significar problemas para los chicos y posiblemente su única salvación.
— Quedaron perfectos chicos. — Dijo la japonesa volviendo a revisar lo que parecía ser un video. — Sus voces y rostros quedaron muy bien, deberían considerar actuar. — Su cámara quedo colgando de su cuello mientras cerraba la puerta del vehículo y los dos chicos compartían una mirada antes de que JongDae se alejara de el tembloroso cuerpo de Tzuyu dejándola con Vernon para caminar hasta ella.
— Vete de aquí Minatozaki. — Exigió tratando de intimidarla con su diferencia de alturas viéndola detenerse frente a él. — Este no es tu problema así que largate con tus hermanitas. — Cualquiera en el lugar de Sana habría huido ante la terrorífica mirada del muchacho, pero ella no era cualquiera.
Y ver a Tzuyu removerse en el agarre de Vernon definitivamente la hacía desear hacer todo menor huir de allí.
Mientras la morena lo único que pensaba era en el miedo que sentía de que los chicos le hicieran algo a la japonesa, aun cuando era ella quien estaba en aquella posición.
Sana por su parte hizo una mueca de estar pensando, y habría sido bastante tierna si no hubieran estado en aquella situación. — De acuerdo, tienes razón. — Dijo con calma haciendo que toda esperanza en el cuerpo de Tzuyu desapareciera, aunque los nervios la habían echo olvidar quien era exactamente la chica frente a ellos, cosa que recordó al verla sonreír otra vez.
Su sonrisa fue mucho mas grande esta vez, casi tan escalofriante como la de un psicópata, y honestamente la morena ya no sabía que esperar. — Debería irme y hablar con el director y un par de detectives sobre los dos abusivos que tengo en frente, y en mi cámara. — Dijo viendo como el chico frente a ella fruncía el ceño mientras el otro se asustaba al verla señalar su cámara.
Aquello no les gustaba nada. — Mientes. — Bramó Vernon reforzando su agarre en los brazos de la morena.
— No te atreverías. — Las palabras de JongDae la hicieron reír incrédula, sin saber lo que había provocado en ella.
Con una sonrisa y expresión divertida mas común en ella, Tzuyu la vio dar un paso al frente, encarando al castaño que la veía con odio. — ¿Quieres ver pequeño JongDae? — Preguntó retándolo. — Porque no creo que al Capitán Minatozaki le agrade ver algo así. — Su expresión casi pareció inocente mientras hablaba de su padre.
Y Tzuyu no tenía idea de aquel detalle pero lo anotaría para después. — Damela ahora. — Ordenó el nombrado a la japonesa que en cuanto lo vio intentar tomar su cámara le hizo una llave rodeando su cuello con uno de sus brazos mientras con el otro sujetaba su brazo en su espalda.
Y no es que Sana fuera muy fuerte tan solo aprovechó el descuido del chico acercándose a su oído. — ¿Creíste que era una tonta niña mimada cierto? Pobre ingenuo. — Se burló sintiendo como el chico luchaba por liberarse obligándola a ejercer mas fuerza en su agarre mientras los dos castaños frente a ellos veían la escena aterrados. — Presta mucho atención a lo que te diré ahora pequeño JongDae, porque te lo diré solo una vez. — Habló despacio. — Que sea la ultima vez que los veo a ti o a tu perra cerca de Zhou ¿Me entiendes? — Con su aliento chocando en el oído del castaño Tzuyu vio como este sonreía divertido solo para verlo cambiar su expresión cuando volvió a escucharla. — Porque si vuelvo a enterarme de lo contrario, tomare el arma que tengo en mi guantera y la usaré en tus pelotas antes de dispararte entre los ojos, y sabes que tengo como hacerlo parecer un accidente. — Tal fue el miedo en el rostro del castaño, que cuando lo soltó este solo la miro asustado encontrándose con un odio y una decisión que lo hicieron retroceder.
— Chwe de-deja ir a Zhou. — Tartamudeó viendo a la japonesa sonreír triunfal aunque el odio en sus ojos no desaparecía.
Pero el contrario estaba lejos de entender que sucedía. — ¿Que? ¿Te dejarás por ella? — Bramó claramente molesto, obvio que no había sido él quien escuchó hablar de forma tan decidida a la pelirroja.
— ¡Cierra la boca y vámonos de aquí Chwe! — Le gritó tomando el cuello de su camisa haciéndolo liberar a la castaña en el movimiento, quien por inercia se dirigió a Sana y se dejó rodear por sus brazos, algo estaba claro en aquel momento y era que a la japonesa jamas le alegraría algo como lo que dijo el coreano en aquel instante que volteo a mirarlas. — Zhou es problema de Minatozaki ahora.
Y con el ego elevado por los cielos la japonesa volvió a sonreír acariciando con cariño el cabello de la chica entre sus brazos. — Buen chico. — Dijo mirándolo, separándose del cuerpo de la morena antes de entregarle su mochila. — Sube al auto, Zhou. — Ordenó suavizando su tono y expresión por un segundo.
Y aunque en otro momento la morena se habría negado rotundamente y puesto resistencia, en aquel momento obedeció sin rechistar, subiendo al asiento del copiloto con su mochila entre sus brazos.
Mientras Sana volvía su mirada a los muchachos que no se habían movido ni un poco. — ¿Porque siguen aquí? ¡Larguense! — Gritó apretando sus puños y sus dientes.
Una densa nube de confusión y pensamientos dolorosos estaba carcomiendo a Tzuyu en su interior, que ahora apenas y podía prestar atención a su entorno, ignorando incluso cuando los chicos salieron corriendo de allí y cuando Sana subió al vehículo.
Su mente vagaba en como era que luego de estar caminando hacia la parada de autobuses terminó allí.
Dándose cuenta de que había sido un mal día para quedarse sola.
Un mal día para que Jihyo tuviera que ir a sus clases de cocina, un mal día para que Dahyun enfermara y Jeongyeon y Chaeyoung debieran quedarse en sus entrenamientos, había sido un mal día para que Nayeon estuviera en sus clases de teatro, había sido un mal día para que ninguna de sus amigas estuviera a su lado.
Aunque al escuchar el portazo que la sacó de sus pensamientos y ver como Sana se acercaba a ella para abrochar su cinturón, se dio cuenta de que quizá estar sola no era tan malo si cada vez que eso pasara la japonesa aparecería para salvarla.
Quizá Sana no solo era hermosa por fuera y por eso se quedó absorta en ella y su rostro hermoso, en sus ojos grisáceos protegidos por aquellas poderosas pestañas, en su perfume que la lleno de calma del mismo modo que cuando la abrazó, en su nariz perfilada y sus labios asemejando el color de un durazno.
Quizás la belleza interior de Sana merecía ser conservada para siempre del mismo modo que Tzuyu conservaría aquella imagen frente a ella, aún cuando el shock no la dejara decir algo en aquel momento.
"Los ángeles de la guarda no deberían enamorarse de sus protegidos Minatozaki" pensaba Sana al ver la mirada de la menor, bastante parecida a la de un ciervo asustado, saliendo de su mente en cuanto la escuchó hablar después de un par de minutos de camino. — No tenías que hacerlo. — Susurró con la voz aun temblorosa.
Y una media y perezosa sonrisa se dibujo en la boca de Sana, por supuesto que había imaginado un gracias, pero siendo Zhou la chica a su lado, aquello era mejor que nada. — Tienes razón, no tenía que. — Apoyó teniendo la mirada confusa de la menor sobre ella al segundo siguiente por lo que se apresuro a aclarar todo. — Pero quise hacerlo. — Confesó con una sinceridad en la mirada fugaz que le dedicó a la morena que fue capaz de desarmarla.
Mas apartando su mirada, Tzuyu decidió cambiar de tema. — ¿En verdad tienes un arma? — Preguntó con la mirada posada en el frente, escuchando una pequeña risita traviesa de la pelirroja.
— ¿Tu que crees? — Bromeó Sana sonriendo divertida imaginándose lo aterrados que debían estar ahora los dos muchachos a los que amenazó con aquel argumento. — No te preocupes tan solo fue una mentira piadosa. — Rió soltando un suspiro. — Papá no me dejaría tener un arma fuera de mi bate, aunque mi vida dependiera de eso. — Agregó mordiendo su labio tratando de que una vez más, la menor no notara ninguna irregularidad en su actuar.
Pero Tzuyu estaba perdida en su mente, torturándose con las muchas cosas que le habrían ocurrido de no ser por la llegada de la japonesa. — Mmhm. — Tarareó tragando con dificultad mirando de reojo la aparente calma que había en el rostro ajeno, aunque sus ojos se veían extrañamente más claros pero no tenía como explicar eso. — Gracias. — Susurró casi tan suavemente que de no haber sido porque estaban en una luz roja y el sonido del motor estaba en reposo, Sana no habría escuchado.
Pero aunque le alegró escuchar aquel agradecimiento, algo en ella se removió incómodamente al verla así. — Yo debería decir eso pero... — Suspiró apretando su agarre en el volante y su mandíbula por la rabia que la invadió imposibilitandole el hablar siquiera.
Estaba deseando con todas sus fuerzas poder volver con esos chicos y cobrarles el haberle eso a la morena, por el haberse atrevido a tocarla, pues no había podido pasar desapercibido el tono rojizo de su mejilla.
Si tan solo fuera mas fuerte y capaz de irse ella sola contra ellos.
Si tan solo fuera capaz de devolver el tiempo hasta el preciso momento que le cambiaron a su Tzuyu desconfiada y recelosa por aquella niña asustadiza que parecía que tendría un ataque de pánico en cualquier segundo.
Si tan solo no tuviera tan mala comunicación con sus padres como para contarles sobre aquello y que en verdad hicieran algo.
Si tan solo todo fuera tan hermoso como en el instante que Tzuyu estaba entre sus brazos.
— Esta bien no fue nada además, aún necesitas calmarte y conozco el lugar perfecto para ello. — Volvió a hablar en cuanto la luz cambio a verde, poniendo en marcha su vehículo con una dirección que solo visitaba con sus hermanas desde que tenia uso de razón, su lugar feliz y seguro, libre de dolor y malos recuerdos.
El lugar que a partir de ese día también sería de la castaña si aceptaba tenerla en su vida con cada una de sus tonterías y chistes malos.
Puesto que les gusto el anterior aquí les dejo... Un nuevo capítulo!!
Se que han habido dudas sobre la historia, y les cuento su autora se atrevió y esta tratando de...
Crear algo nuevo, por lo que la historia es G!P...
Nuestra Sana es la afortunada, y además es muy ruda!!
Ahora quería pedirles un favor, estoy redactando el siguiente cap pero me quede sin ideas para el lugar especial al que Sana quiere llevar a nuestra Chewy, no quiero algo muy cliché por lo que me ayudaría mucho si alguien tiene alguna sugerencia ¿Tienen algún lugar especial en mente?
Cualquier o sugerencia es válida.
Saludos.
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