011
capítulo dedicado a winterminjjk ♡
꒦꒷︶︶︶꒦꒷︶︶︶꒦꒷
Eran cerca casi de las 6 p.m. cuando Jimin acabó sus clases restantes y estaba listo para irse a casa, o eso pensó hasta que vio a Taemin que le esperaba a las afuera de la Universidad. Entonces recordó su salida al cine con él. Soltando un suspiro frustrado, se acercó a el alfa fingiendo una sonrisa que no llegaba ni siquiera a sus ojos.
Taemin lo guio hasta su auto, que se hallaba a unos cuantos pasos de ellos. Abriendo la puerta de copiloto para el omega, y cerrándosela después. Luego de que Taemin tomara asiento a su lado, empezó a conducir en dirección al cine.
El viaje fue tan silencioso, que jimin podía oír a los grillos tocando el violín en la cajuela. Ni siquiera con Jungkook había tanta incomodidad.
Jungkook…
«¡Ya deja de pensar en él!», internamente se recriminó.
Minutos más tarde llegaron al cine, entraron al recinto lleno de estudiantes uniformados que pasaban sus descansos de clases viendo una película con sus citas o amigos. Jimin recordaba haber hecho lo mismo cuando estaba en la secundaria, pues Taehyung y él salían de sus clases e iban al karaoke o al cine para gastar lo que sus padres le habían dado como mesada para el almuerzo.
Y ahora que eran adultos… el tiempo se volvió casi inexistentes para ellos.
Jimin se encaminó hacia la parte de comida y bebidas, mientras que Taemin se encargaba de las estiradas. Deteniéndose en la barra, miró la espalda ancha de un chico que le colocaba una pajilla a la gaseosa a un pequeño cachorro que esperaba a su lado.
Jimin no hizo más que pensar en Jungkook y Jungsoo, en ese momento.
Cuando su turno llegó, pido un par de palomitas y refrescos, para él y el alfa con el que había venido acompañado.
[ ꗃ lightsbar: masked97 ♡ ]
Cuando la función llegó a su fin, Jimin sintió que podía respirar nuevamente, ya que por fin se podría ir a su casa, pero no contando con la suerte o más bien las intenciones y propuesta que le haría el alfa a continuación:
—¿Te parece si vamos por un café? Hay uno por aquí cerca.
—Taemin, creo que mejor deberíamos ir a nuestras casas —dijo, abrazando una de las tiras de su mochila hacia sí.
—Vamos, Jimin, y aprovechamos en platicar un poco.
Jimin no quería ser grosero, y tomando en cuenta que solo sería un café, y luego cada uno tomaría su rumbo, aceptó, por lo que ahora se encontraban entrando a dicha cafetería que hizo mención el alfa.
—Iré un segundo al baño, ve pidiendo lo que quieras, omega. —Acarició una de las mejillas del rubio, antes de irse.
A Jimin no le gustó nada esa acción, pues no tenía esa confianza con el alfa. Bufando, tomó asiento en una de las mesas, y mientras observaba el menú que tomó que estaba sobre esta, sintió la presencia de alguien a un lado suyo, quien habló segundos después:
—Bienvenido a Coffees-Win. ¿Cuál es su orden?
El omega reconoció al instante la voz y el olor del alfa, por lo que bajando la carta, miró a Jungkook frente suyo con un uniforme y un delantal. Jimin abrió su boca como si hubiese visto un fantasma.
—¿Estás en tu papel de espía otra vez? —inquirió el alfa, luego de haber salido de su momento de asombro.
—Obvio no, tonto. Todo es coincidencia, ni siquiera tenía idea que te vería.
—Bueno, trabajaré de ahora en adelante aquí. De hecho, hoy es mi segundo día —murmuró, para después girarse y ver en dirección al carrito de bebé que estaba a un lado de la barra del café.
Jimin miró también en su dirección, y Jungkook cayendo en esto, volvió a hablar:
—No tenía con quien dejarlo, por lo que me lo he traí-
Sus palabras quedaron en el aire, pues el omega se había puesto de pie, para correr en dirección al cito.
Jimin le sonrió al bebé que estaba jugando con sus manitas en el aire mientras succionaba el chupon que tenía en su boca.
—Hola, bebé precioso. —Tomó una de las manitos del cachorro, quien había soltado el chupon para poder sonreírle—. ¿Te has portado bien? ¡Claro que sí! ¡Soo-ya es un bebé muy obediente!
Jungkook esbozó una pequeña sonrisa.
—¿Y tú? ¿Qué haces por acá? —cuestionó el alfa a Jimin, mientras ponía una vez más el chupon en la boca de su hijo, pues no quería arriesgarse a que hiciera un escándalo.
Jimin mordió su labio sin saber qué decir, puesto que no quería que Jungkook supiera que tenía una “cita” con un alfa.
Pero la mala suerte —y karma—, no parecía estar de su lado esta noche. Porque antes de que sacara alguna excusa, Taemin le llamó mientras se dirigía hacia él.
Jungkook frunció sus cejas cuando el chico llegó hasta Jimin y le rodeó los hombros con uno de sus brazos.
—¿Aún no pides nada?
Jimin carraspeó, rascando su nuca, tratando de safarse del agarre del alfa.
—No… estaba esperando por ti —mintió.
Taemin sonrió y afianzó su agarre en sus hombros. Y miró más detenidamente a Jungkook, y lo señaló sorprendido.
—Oh, tú eres el transferido —dijo—. No sabía que trabajabas aquí, hermano. —Mirando la mano de este, notó que estaba dentro de un carrito con un cachorro—. ¿También eres niñero? —Rio con gracia.
Jungkook no se inmutó y tampoco rio por su estúpido chiste. Taemin notó el ambiente tenso y dejó de reír para después carraspear como si nada.
—En fin, dame una porción de pastel y un americano. —Dirigió sus ojos al omega a su lado—. ¿Tú qué quieres? —le preguntó a Jimin, y este solo negó.
Jungkook empujó su lengua contra su mejilla y tomó apunte de lo que él alfa había perdido, para pasárselo a uno de sus compañeros. Luego tomó el carrito con su hijo, y se adentro con el bebé, quien alzó su rostro hacia su papá con sus ojitos somnoliento.
Una vez de regreso, el alfa tomó las cosas y se las dio a Taemin, quien le pasó su tarjeta al chico de la barra.
—Vamos, Jimin.
—Adelántate, creo que se me antojó algo.
Taemin asintió, y fue a tomar asiento. Jimin regresó su mirada al alfa de olor a canela.
—¿Te quedarás hasta tarde? —preguntó, curioso.
—Acabo en unos minutos.
—Oh, entiendo. —Ambos permanecieron en silencio. Jimin se sentía triste—. Creo que Soo tiene sueño. Pudiste haberme dicho que la cuidara por ti.
—No te preocupes por él. Tu cita te espera, así que pide lo que quieras —su voz salió airada y tosca.
Jimin formó un pequeño puchero y asintió lentamente.
—¿Me puedes dar un americano también?
Una vez con la bebida paga en su mano, volvió a pucherear y mirar en dirección al alfa.
—Bueno… nos vemos.
Se despidió del pelinegro y caminó cabizbajo hacia la mesa con Taemin. Jungkook suspiró, adentrándose y recostándose en la pared, viendo como el bebé balbuceó incoherencias que llamaron la atención de su padre.
—¿Te gusta Jimin, no es así? —inquirió, apretando sus mejillas—. No te ilusiones, ese omega no es para nosotros, estamos muy bien así, solos.
Aunque su hijo no entendiera nada de lo que intentaba decirle, esas palabras fueron más que todo dirigidas a su cerebro.
No podía acostumbrarse tanto a la cercanía de Jimin, pues ambos tenían vidas completamente diferentes. Jungkook tenía una responsabilidad con su hijo y esa tenía que ser su única prioridad.
Pero entonces, con ello en mente, ¿por qué la opresión en su pecho no desaparecía?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro