Lights
(Es recomendable haber leído antes "Your eyes tell" para entender la historia)
Estaban en la primera semana de Diciembre, y hacía más de un mes que el frío se había apoderado de la ciudad, y que las chaquetas de entre tiempo habían sido reemplazadas por abrigos largos y los helados por chocolate caliente para llevar. Las luces de Navidad empezaban a iluminar las calles, y las vacaciones ya habían dado comienzo para mucha gente, por lo que las plazas y centros estaban más concurridos que nunca.
Yoongi, que era de natural más tranquilo e introvertido, prefería quedarse en la cama o en el sofá con una taza de café recién hecho en la mano, envuelto en mantas y con los brazos de Hoseok rodeándolo. Esos pequeños placeres eran para él la verdadera esencia del invierno.
-Creo que deberíamos hacer algo muy especial esta Navidad-murmuró Hoseok, que llevaba un rato pensativo.
-¿A qué te refieres?-Yoongi, que tenía la cabeza apoyada en el regazo de su novio, se incorporó levemente.
-Es algo que estuve hablando con Jimin el otro día. Deberíamos hacerlo por nuestros hijos...¿No crees?
Yoongi frunció el ceño:
-Hoseok, no tenemos hijos.
-Oh, no. No literalmente. Quería decir, por Jungkookie y Taehyungie. Tú has cuidado de uno y yo del otro. A lo mejor es estúpido, pero a veces los veo así. Y estoy muy orgulloso de Jungkook, de todo lo que ha avanzado este año. El otro día fui a recogerle cuando salió de la consulta y su psicólogo me llevó a parte para decirme que casi no lo reconocía, y que iba a quitarle la prescripción de las pastillas. Incluso me pareció que iba a ponerse a llorar.
Yoongi bajó los ojos y sonrió. Él también estaba orgulloso de sus amigos.
-Y bueno...te digo esto porque...Jungkook nunca ha tenido una Navidad feliz, y pensé que eso debía cambiar. No me ha hablado nunca de las que pasaba con su familia, pero sé que hay razones por las que casi nunca menciona esa etapa de su vida. En el correccional ponían velas en la mesa y nos daban la misma comida rancia de siempre. Luego nos llevaban a una especie de misa. Uno de los últimos años organizaron una fiesta y uno de los encargados se emborrachó y pensó que sería fácil aprovecharse de la discapacidad de Jimin para manosearle sin su consentimiento. Y acabó como el resto de veces que alguien intentaba ponerle las manos encima a Jimin, que desgraciadamente no fueron pocas...Con Kookie liándose a puñetazos con el tipo, y encerrado en una especie de celda de aislamiento. No quiero deprimirte con esto pero...
-¿Y cuando se mudó contigo y con Namjoon...?¿No mejoró...?
-No le gustaba. Decía que no había nada que celebrar y generalmente se iba a la cama más pronto que de costumbre, o salía de noche y volvía con alguna chica. No siempre fue así. Cuando le conocí, una vez me dijo que le gustaría tener una Navidad de esas que salen en las películas. Supongo que se apagó con el tiempo y perdió incluso ese deseo. La última la pasó con Soo Young, pero supongo que no fue nada del otro mundo...
-Creo que deberíamos hacer algo, entonces-dijo Yoongi, entusiasmado-. Es la primera Navidad de Taehyungie después de recuperar la vista, también. Siempre le han gustado estas cosas, pero cuando encendieron las luces de la calle, salí con él un día y te juro que no podía dejar de mirar en todas direcciones. Me lo señalaba todo y me decía que brillaba. Parecía un niño pequeño. Y todo brillaba muchísimo, pero lo que más brillaba eran sus ojos y yo...
-Oh, Yoongi, no llores-dijo Hoseok, tendiéndole un pañuelo.
-Es que...esta también va a ser su primera Navidad juntos...-Yoongi se sonó la nariz, emocionado hasta las lágrimas.
-¿Cómo debería tomarme que te emociones más por la relación de nuestros amigos que por la nuestra, Min Yoongi...?
-Seokie, sabes que eso no es...
-Tonto, no lo decía en serio-Hoseok se echó a reír y besó a Yoongi en la punta de la nariz y después en los labios-. Además, ya sabes que solo me casé contigo por tu dinero. Para que pagues la mejor fiesta de Navidad que el mundo ha conocido nunca y hagas muy feliz a Jeon Jungkook.
-Sí, buen intento-se rio Yoongi-Me lo creería si no me dijeras cada dos segundos que soy el amor de tu vida y todas esas otras cosas tan cursis.
-Pero que seas rico nunca viene mal-Hoseok se encogió de hombros-. Y no son cursis, son bonitas...Y las digo en serio, Min Yoongi.
-Seokie, todo lo que tú dices, y haces y eres...Todo eso es bonito.
-Oooh, cállate por favor-Hoseok se inclinó sobre su novio para besarle y abrazarle durante el resto de la mañana.
Era lo bueno que tenían las madrugadas desocupadas cercanas a la Navidad, después de las últimas semanas de exámenes con las que había tenido que lidiar, y durante las cuales apenas había tenido tiempo para Yoongi, porque se había pasado días enteros con sus noches estudiando. Ahora tenía muchas horas libres para querer a su novio y dejarse querer por él.
Taehyung fue informado del plan porque nadie quería sorprender a Jungkook con una Navidad perfecta y feliz tanto como él. Las flores de pascua que tenía en el invernadero estaban muy bonitas, de un precioso rojo intenso. Se las mostró a Yoongi, que le sonrió, aunque para él seguían siendo grises. También había pensado decorar el viejo abeto que había plantado con sus padres en el jardín, hacía ya muchas lunas.
Estaba entusiasmado con todos los preparativos, aunque le preocupaba no tener mucho tiempo para Jungkook, o tener que esconderse de él para conservar el elemento sorpresa.
Jimin estaba con él, ayudándole con los adornos florales. Era muy delicado y tenía un gusto exquisito, a pesar de su ceguera. Taehyung lo admiraba más aún porque, cuando él perdió la vista, había intentado seguir trabajando en el invernadero y había perdido la paciencia de inmediato cuando no le salió a la primera.
-Kookie me dijo ayer que temía que te estuvieras cansando de él-dijo Jimin-porque parece que le ocultas cosas y muchas veces no puedes salir con él cuando te lo pide. Se puso un poco triste y me dijo que prefería que se lo dijeras si ya no querías estar más con él, que lo entendería y no se enfadaría contigo por nada del mundo.
Taehyung suspiró.
-Estoy muy ocupado preparando una fiesta de Navidad para él, pero no quería que...Creo que llamaré a Seokjin y a Namjoon y les pediré que hagan las compras hoy mientras yo salgo con Kookie. Yoongi y Hoseok tuvieron la idea, pero cuando están juntos tienen problemas para concentrarse en cualquier cosa que no sean los ojos del otro. A veces me dan envidia y ni siquiera estoy soltero-bromeó.
Cerró el invernadero después de cortar las malas hierbas sobrantes y se dirigió a la habitación que compartía con Jungkook, que todavía seguía en la cama, donde lo había dejado aquella mañana. El chico se incorporó de inmediato y se frotó los ojos cuando vio a su novio sentarse sobre el colchón.
-¿Te apetece salir a cenar esta noche, Kookie?
-¿Has estado hablando con Jimin? No hace falta que allanes el terreno y me lleves a cenar para decirme que quieres romper conmigo.
Taehyung se echó a reír y abrazó a un confundido Jungkook.
-Amor, no hace falta que seas tan dramático. No voy a dejarte. ¿Cómo puedes pensar eso...? He estado ocupado con algunas cosas, pero te lo voy a compensar. Solo confía en mí, por favor...
-Lo siento, Tae...
-¿De verdad piensas que puedo dejar de quererte?-dijo Tae, enmarcando con sus manos el rostro compungido de Jungkook-Te dije que te quería un poco más cada día, y así es. Pero si alguna vez vuelves a dudar de mí, no te quedes callado. Ven y dímelo, y te quitaré las dudas a besos...¿Sí...?
Jungkook puso sus manos sobre las de Taehyung y le besó apasionadamente, ya sin rastro de duda. No necesitaba ninguna excusa para besarlo, ni ante los demás ni ante sí mismo. Y estaba agradecido por ello.
-Es casi mediodía-murmuró, contra sus labios-, debería vestirme...Debo estar hecho un desastre...
-Estás muy guapo.
-Me dices eso todos los días, Tae.
-Es que todos los días estás muy guapo, Jungkook. Y todos los días estoy agradecido de poder verte, y de poder oírte y tenerte a mi lado. Ahora levanta el culo y ponte algo de ropa-dijo, clavando el dedo índice en el pecho desnudo de su novio.
Después de pasar la tarde con él, Taehyung no tuvo que volver a preocuparse por desatenderle. Sabía que Jungkook, aunque no entendiera por qué estaba tan ocupado, confiaba en él, y no le molestaba repetirle que le quería para reafirmar algo que ya debería saber a aquellas alturas. Teniendo en cuenta la aversión que le había tenido a dichas palabras en otro tiempo, resultaba todavía más gratificante.
La tarde del 24 de Diciembre, salieron a tomar un chocolate a la taza en uno de los cafés más lujosos de la ciudad. Poco después de que salieran, empezó a nevar. Hacía tanto frío que a Tae se le estaban agrietando los labios, y también le dolían las manos. Lo soportaba todo porque había nieve y luces y copos blancos sobre las ondas del cabello oscuro de Jungkook, de modo que tuvo que detenerse a inmortalizar aquel momento con su cámara Polaroid.
-Tae...mañana es Navidad...¿no?-preguntó Jungkook, sacudiendo las botas cubiertas de nieve en la alfombra de la entrada.
-Claro.
-Nunca hago nada por Navidad, pero...como estoy contigo, pensé que tal vez...
-Cenaremos pavo o algo así. Pero no haremos nada en especial-mintió Taehyung-. De todas formas, todas nuestras noches tienen algo de especial.
-¿Y si nos quedamos despiertos toda la noche?-sugirió su novio-. No quiero dormir hoy.
-¿Tienes problemas de insomnio otra vez?-preguntó Tae, preocupado.
-Oh, no...Pero quería quedarme contigo, hablando, mirando las estrellas en el desván o haciendo lo que sea. Antes quería dormirme porque odiaba los pensamientos que me sobrevenían por la noche, pero no podía dormirme. Y ahora que puedo, me gustaría permanecer despierto todo el tiempo posible, porque no quiero perderme nada y sé que ninguno de mis sueños va a ser tan bonito como verte a mi lado a la mañana siguiente.
-Si no dejas de decir cosas como esas, tendré que besarte.
-No si yo te beso primero-le amenazó Jungkook, empujándole contra la pared antes de cruzar el vestíbulo.
Esa era una de las ventajas (o desventajas) de vivir en una casa tan grande y estar tan enamorados. Muchas veces venían con prisas, y dejaban casi toda la ropa regada por los pasillos desde la entrada hasta la habitación que habían compartido desde mucho antes de empezar a amarse. En ocasiones, Tae se perdía en su propia casa, pues le costaba mantener el control cuando tenía los labios de su novio pegados a su cuello o a su oreja. Ya habían pasado hacía mucho la primera fase de su relación, pero parecían estar en una eterna luna de miel.
Taehyung recordó de repente que sus amigos debían de estar esperándoles en el comedor con la decoración de Navidad y un banquete servido en la mesa. No era cuestión de que la comida se enfriara porque ellos dos se habían calentado demasiado, de modo que frenó a Jungkook antes de que este desabrochase un botón más de su camisa. Todavía estaba embriagado a causa de sus besos, pero recuperó el dominio de la situación justo a tiempo.
-No deberíamos tomar el postre antes de la cena. Deja un poco para después...
Jungkook suspiró, frustrado, pero hizo lo que se le pedía. Enseguida volvió a su estado anterior, hablando de mil cosas con una alegría que hacía a su voz sonar todavía más hermosa de lo que era. Tan solo al escucharle, Taehyung sabía que estaba sonriendo. Y aún le parecía insólito pero, afortunadamente, ya se había convertido en algo habitual.
Había un tiempo en que la sonrisa genuina de Jeon Jungkook era una rareza y él no podía verla las veces que lograba provocarla. Ahora Jungkook sonreía muy a menudo, y él tenía la suerte de verlo todas y cada una de las veces, pero no por la asiduidad con la que sucedía lo encontraba menos valioso sino, de hecho, mucho más.
Taehyung abrió lentamente los portones del comedor, apartando a su chico con la mano. Jungkook quedó sucesivamente sorprendido y confuso cuando, al revelarse el interior de la estancia, se encontraron con Seokjin y Hoseok subidos sobre la larga mesa, un pavo recién hecho con brillo dorado y tantos ornamentos navideños que resultaban casi abrumadores.
-¡Feliz Navidad!-gritaron todos a la vez, excepto un muy avergonzado Yoongi.
Jungkook no sabía muy bien si estaba decepcionado por no poder pasar tiempo a solas con su novio o gratamente sorprendido porque Taehyung y los demás le hubieran preparado aquella fiesta. Ahora todo tenía sentido. Lo ocupado que había estado su chico, su reticencia a irse con él a la cama antes siquiera de pasar a la cocina a por un bocado...Sonrió ampliamente, y dejó que Jimin le colocara una rídicula diadema navideña en la cabeza.
-Deberíamos salir afuera a comer las cosas, porque el árbol está fuera, y la nieve está muy bonita. Podríamos hacer un picnic navideño-sugirió Hoseok, despreocupadamente.
-¿Estás loco? ¿Quieres que me congele...?-preguntó Yoongi, haciéndose el ofendido-. Entiendo que no quieras comer en la mesa después de haber dejado las huellas de tus botas por toda la superficie, pero no pienso comerme un pavo a una temperatura de bajo cero. No lo he sacado del congelador para que se congele de nuevo de forma natural...
Namjoon cogió una rama de muérdago en las manos y la colocó encima de Yoongi y Hoseok, mientras Seokjin empujaba sus cabezas para que dejaran de discutir y se besaran de una vez. Yoongi fingió que lo hacía a disgusto, pero no pudo fingir por mucho tiempo más. De hecho, llegó un momento en que Namjoon se cansó de sujetar la ramita, por lo que Taehyung aprovechó para arrebatársela, mientras sus amigos continuaban besándose como dos adolescentes con las hormonas alteradas.
-No sé si lo has visto alguna vez en las películas pero...-Taehyung levantó el muérdago unos centímetros por encima de ambos y se acercó para besar tiernamente a Jungkook. Jungkook le agarró por la nuca y profundizó el beso sin dejar que terminara siquiera de hablar.
-Veía muchas películas de Navidad cuando era pequeño. Siempre pensé que me gustaría vivir así, pero llegó un punto en el que me di cuenta de que no era más que ficción y me rendí, y me cerré todas las puertas que había estado tratando de abrirme.
Tae le sonrió y le hizo girarse hacia los portones del comedor, abiertos de par en par.
-Sabes que eso ya no es así, ¿verdad? Tú, Jeon Jungkook, eres capaz de lograr cualquier cosa que te propongas e incluso si no fuera así, yo me haré cargo de que todos tus sueños se hagan realidad.
Jungkook apretó su mano cariñosamente.
-Los mayores sueños que he cumplido son los que ni siquiera sabía que tenía. Como enamorarme de ti, y aprender a aceptarlo y a aceptarme a mí mismo. Y que tu me amaras también. Que me ames como lo haces, aún cuando yo nunca he podido darte nada...
-¿Nada...? Es una forma curiosa de llamar a lo mejor que me ha pasado en la vida.
Jungkook le besó para impedir que Tae se diera cuenta de que estaba a punto de ponerse a llorar otra vez. A esas alturas, ya tendría que haberse acostumbrado a escuchar esa clase de cosas, o incluso a decirlas, pero en el fondo se alegraba de que siguieran generándole la misma emoción y ni pizca del mismo temor que el primer día.
-Yoongi y yo no nos hemos pasado horas rellenando, asando y sazonando el pavo para que ahora os comáis el uno al otro, rídiculos-les reprendió Seokjin.
Jimin se levantó para arrastrarles del cuello de la camisa y conducirlos a sus asientos, porque llevaba hambriento desde que el pavo había empezado a desprender su grato aroma. Cenaron frente a la chimenea. Jungkook y Tae parecían más concentrados en sonreírse y en besarse que en comer. Hoseok y Yoongi estaban ofreciéndose bocados y alimentándose el uno al otro como si tuvieran dos años. Namjoon estaba alabando las dotes culinarias de Seokjin, que se sonrojaba notoriamente. Jimin estaba completamente concentrado en el contenido de su plato, y solo abría la boca para comer o para dejar escapar algún que otro murmullo de satisfacción.
Taehyung ni siquiera esperó al postre para sacar de nuevo su cámara de fotos y empezar a capturar cada detalle de la velada. Evidentemente, una vez que enfocó a Jungkook, apenas fotografió otra cosa durante el resto de la noche.
Salieron a la nieve para ver el árbol poco después de cenar y después se reunieron en el salón, en torno a la mesa decorada con flores de pascua, y estuvieron hablando hasta que llegó la madrugada. Hicieron memoria y contaron cosas que ya sabían, tanto tristes como bonitas o divertidas. Lloraron y después rieron. Los siete chicos se abrazaron durante un largo rato antes de irse a dormir a sus respectivas habitaciones de huéspedes. Solo después de ese abrazo, un Jimin completamente borracho, el único que hasta entonces no había derramado una sola lágrima, empezó a sollozar a moco tendido y a decir que los quería muchísimo. Se hubiera caído de rodillas de no ser porque Taehyung le sostuvo y le ayudó a llegar hasta la cama.
Finalmente, Taehyung y Jungkook tuvieron un poco de tiempo a solas, aunque a decir verdad no solía faltarles. Estaban algo cansados, pero aún tenían energía de sobra para aguantar despiertos hasta la mañana siguiente, cuando fuera el momento de abrir los regalos. Jungkook había dicho que no quería dormir, y aún lo mantenía. Subieron a la buhardilla a ver las estrellas, de manera similar y, a la vez, opuesta a la primera vez que lo habían hecho. Estuvieron hablando y mirando las constelaciones y terminaron por adormilarse sobre el desvencijado suelo de madera después de pasar un rato largo besándose y acariciándose.
Aquella había sido la primer Navidad feliz de Jungkook, pero él sabía que no iba a ser la última...
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