「E P Í Ł O G Ø」
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—Tenemos posibles indicios de que la muerte de su padre haya sido provocada, investigamos y hay pistas que nos dirigen a un posible choque intencional.
—Sigan haciendo su trabajo, si fue intencional no voy a descansar hasta que ese maldito pague por lo que hizo.
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Semanas después
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El ambiente ajetreado en aquella pequeña ciudad se podía sentir en la más pequeña célula del cuerpo de aquél pelinegro, cuando el chófer abrió la puerta y salió del auto pudo sentir el aura de estrés y retraso en muchas personas que pasaban a su alrededor.
—Lo esperan en la oficina, jóven. —mencionó obteniendo la atención del chico que miraba con sorpresa y admiración el gran edificio frente a él.
Había pasado tanto tiempo desde que vino por última vez.
—Sí, claro. —asintió aún perdido en sus pensamientos, ajustó su saco azul marino y prosiguió a caminar para adentrarse a la gran estructura con el chófer y guardaespaldas detrás de él.
Al mirar todo el lugar con atención y a las jóvenes recepcionistas que lo recibieron con cordialidad se dispuso a subir al elevador.
—En la sala de reuniones lo espera su hermano junto a los principales del personal. —habló de nuevo su guardaespaldas detrás de él haciendo nuevamente que reaccionara. No había podido dejar de pensar en EunJi en ningún momento.
Le jodía haberla abandonado de esa manera, pero necesitaba que lo odiara y no lo buscara.
Si a su padre lo habían asesinado y él estaba tras la pista del asesino podía ponerla en peligro... y no quería eso.
—Esta bien, gracias Yoongi —el pálido asintió con una corta sonrisa de por medio. El chico era el guardaespaldas de su padre y JungKook le dejó el trabajo a quién su padre le aseguró su confianza hasta sus ultimos días, además de que necesitaba el empleo.
—Cualquier duda que tenga estoy aquí. —volvió a ofrecer y JungKook asintió con una corta sonrisa, una que Yoongi notó sin ánimos.
Yoongi conocía todo lo que su padre hacía dentro y fuera de la empresa, JungKook sabía que él le ayudaría en esto que había decidido.
Con el mismo paso decidido salió del ascensor yendo por el pasillo y se encontró con dos puertas que les guiaban a una sala de reuniones. Estas se abrieron de par en par dejándole el paso libre a aquella amplia habitación de cuatro paredes; las cuales dos de ellas eran de cristal dándole gran vista a la ciudad.
Habían muchas personas esperando por él, y suponía que era el personal principal de la empresa del que le habían hablado el pálido chico hace un momento.
—Caballeros. —oyó la voz femenina de la anunciante detrás del podio— es un honor presentar al joven Jeon JungKook, hijo del difunto Jeon HyunSeok y ahora Presidente de Jeon's Gastronomic.
Los aplausos se escucharon en toda la sala cuando el pelinegro se posó detrás del micrófono con una cálida sonrisa mientras observaba a cada uno de los presentes que vestía de negro por el luto.
Esta sería una nueva etapa en su vida, es su oportunidad para comenzar de cero. ¿Quién diría que el pasado que quería enterrar ahora se convertiría en su presente y futuro? dejando atrás los problemas y los sentimientos vividos en la ciudad de Seúl. Él estaba claro en que vivió lo mejor de su vida allá en Seúl, y sus sentimientos seguían siendo los mismos; pero esto era algo que debía hacer por su padre, por Jackson, y por él mismo.
『—♠︎—』
HyunSeok abrió la puerta de la habitación luego de subir las escaleras con cuidado por su salud. Martha le había dicho algunas cosas que lo preocuparon de inmediato.
—¿EunJi? —llamó el mayor entrando en la amplia habitación de la chica. No había bajado a almorzar y según Martha tampoco quiso desayunar.
Claro que estaba preocupado, su nieta jamás había tenido una actitud así, EunJi era de gran apetito; y si no comía era porque algo fuerte le debe estar pasando. Por eso decidido subió las escaleras y fue directo a su habitación. No podía seguir así. Llevaba ya varios días estando melancólica, depresiva y con mal carácter. Debía saber en qué podía ayudarle, ya que ella era más su hija que su nieta. Él supo de la partida de JungKook por la misma EunJi y sabía que le estaba afectando... y aunque creía que se le iba a pasar como con Mark no fue así, ya llevaba en ese estado casi tres semanas.
—EunJi querida. Baja a almorzar que Martha ya tiene la comida lista. —habló caminando por la habitación, observando así algo de desorden en su closet y varias prendas tiradas en su cama. Debía averiguar qué ocurría— EunJi...
Al llamar su voz se detuvo cuando escuchó un pequeño sollozo desde algun sitio de la habitación. Su querida nieta estaba llorando oculta de todos.
Sin pensarlo mucho caminó hasta el baño de donde provenía aquél sollozo, y mientras se acercaba se oía más como un llanto extenso. Preocupado abrió la puerta blanca de madera y la encontró.
Estaba allí en el suelo llorando desconsolada, sus brazos cubiertos con un suéter de lana blanco rodeaban sus piernas vestidas con unos jeans, y su cabeza se ocultaba en estas buscando el confort que necesitaba y no tenía.
Le partió el corazón.
—EunJi... —susurró yendo hasta ella.
Arrodillándose lentamente la atrajo a su cuerpo, brindándole ese abrazo y apoyo que ella en esos momentos necesitaba. No había que ser adivino para saber cuál era el motivo por el que lloraba, y se sentía mal en no poder ayudarla como ella quería.
—Todo va a estar bien cariño... Lo superarás ya verás. —susurró contra su cabeza dejándole un beso en ella. Sin embargo el rostro de EunJi negaba contra el pecho del mayor.
Su cabeza se despegó del cuerpo de su abuelo y lo miró a sus ojos cubiertos por sus párpados arrugados, comenzando a negar frenéticamente y volviendo a cerrar sus ojos soltando lágrimas espesas a causa del dolor que ahora sentía.
JungHyuk preocupado limpió sus mejillas mientras veía su rostro enrojecido y sus cabellos pegados a este por la humedad de las lágrimas.
—Lo siento... —susurró con su voz quebrada mientras bajaba la mirada.
—¿Pero por qué lo sientes, querida? —preguntó desesperado buscando indicios en su rostro mojado.
—Te he decepcionado. —volvió a susurrar con voz rota sin subir la mirada.
—¿Qué? No... —respondió negando. Su rostro fruncido de tristeza demostraba cuánto le dolía verla así— tu nunca me has decepcionado ni lo harás, mi amor —besó su frente sin dejar de acariciar sus mejillas.
—Si lo hice abuelo, te he defraudado —soltó un poco más alto. Mirándolo a los ojos nuevamente hizo que la súplica se hiciera notar en los suyos.
—No, EunJi. —negó seguro nuevamente abrazándola de nuevo.
—Lo siento, Lo siento tanto —susurró negando para separarse de él y mirar hacia un lado en el piso y tomar de allí algo.
JungHyuk siguió su mirada y allí notó el desastre de cajas rotas en trocitos y papel de baño por todos lados, volvió a mirarla confundido y sintió su corazón quebrarse y a la vez agitarse con la mirada de una persona rota, bajó su rostro a sus manos que parecían querer mostrarle algo.
Y allí en esas manos delicadas y temblorosas yacían dos test de embarazo.
—Perdón... —susurró con su voz hecha un hilo para volver a llorar en tono bajo y destrozado.
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