42 | Corazón roto
『—♠︎—』
¿Qué pasó?
Se preguntaba a cada rato mientras miraba la pared frente a ella. Quería llorar pero ya no le salían las lágrimas, porque toda la noche se la había pasado llorando.
Habían problemas, sí. Pero no creyó que el fin de ellos llegara de manera tan abrupta.
La noticia de la muerte de HyunSeok corrió por toda la televisión y redes sociales. La madre de JungKook se enteró y lo llamó; y aunque lloró, no demostró tanto dolor como EunRa parecía tener. Su hermano mayor también le llamó y juntos lloraron por la pérdida, el chico estaba molesto pero sí le afectó la muerte; a pesar de todo era su padre.
Taehyung en cuanto lo supo volvió a Seúl para darle apoyo a su mejor amigo, pero tras la sepultura volvió a Las Vegas para continuar su trabajo.
Luego de la sepultura del padre de JungKook todos volvieron a su vida normal, menos él claro, todos sentían el ambiente tenso y triste alrededor del chico; pero sólo EunJi podía ver la tristeza pura a través de sus ojos. El chico no dejaba de mirar la tumba recién hecha y sellada en el cementerio, y no había hablado con nadie desde la noticia del doctor. Ella quería preguntarle y darle su apoyo día y noche, quería estar en esos momentos con él pero no pudo. JungKook se había encerrado en una burbuja de tristeza y lamentos en algún lugar que no era su apartamento.
Lo llamó y le envió tantos mensajes pero él simplemente no respondió.
Estaba preocupada por él, necesitaba saber si había comido, si había dormido, si necesitaba un abrazo, unas palabras de aliento... pero no tenía forma de saberlo ya que el chico se aisló de todo y de todos. Nadie sabía de él. El último en verlo fue Jimin quien lo intentó retener en el taller pero no pudo.
¿Entonces qué pasó?
JungKook se encerró en su dolor por varios días hasta que pasó una semana sin saber de él... pero los días transcurrirían.
Jackson aún no despertaba y su madre le cuidaba día y noche. Lo sabía porque EunJi iba todos los días a verlo y allí se la encontraba. Su salud era una incógnita y parecía no mostrar avances.
EunJi no tuvo a su madre y su padre le duró poco cuando lo perdió de la misma forma en que ambos chicos perdieron ahora a su padre. Es por eso que cuando vio a la mujer desconsolada en el pasillo la invitó a comer y platicó con ella un poco, enterándose así de todo lo ocurrido entre ambas familias. Era un cuadrado amoroso y no quería imaginarse cómo se lo tomó JungKook. Allí entendió que quizás por eso su actitud fue esa.
『•••』
—HyunSeok me dejó algo de dinero, pero todo se va a usar en los gastos del hospital y... Jackson era el que trabajaba en casa y me ayudaba con los gastos. —con su pañuelo limpió sus lágrimas y EunJi la miró con comprensión.
—Señora EunRa —le llamó— puede quedarse en mi casa mientras esté aquí en Seúl, así se ahorrará muchísimo.
La señora la miró con esperanza y agradecimiento.
—Muchas gracias, querida. —asintió sin opción. Era lo mejor para poder pagar todo los gastos de su hijo.
『•••』
Y ayer en la tarde cuando recibió la noticia de que JungKook le había enviado a su abuelo un cheque con la cantidad que gastó el casino en saldar la deuda de Cho, habló con él y entre ambos quedaron en un acuerdo para ayudar en lo que pudieran.
『•••』
—Pero ¿Esto qué es, EunJi? —preguntó la mujer pelinegra.
—Eso nos lo entregó JungKook como un pago de un préstamo... Es para usted. Con eso podrá vivir y pagar los gastos sin necesidad de preocuparse. —la mujer vio el cheque y comenzó a llorar.
EunJi la abrazó y suspiró más tranquila. Por alguna razón se sentía mucho mejor haciéndolo.
—No llore... Tenga fé en que Jackson se recuperará pronto. —murmuró y la señora asintió frenéticamente mientras miraba al chico a través de la ventana.
—Usted vale muchísimo, EunJi. —le habló con agradecimiento— JungKook será muy feliz a su lado, porque es una mujer que vale la pena...
『•••』
¿Pero entonces qué pasó?
Se volvió a preguntar mientras miraba las cortinas a un lado de la pared, en su ventana, con los ojos nublados nuevamente por el sentimiento de tristeza que la estaba jodiendo de mil maneras.
Recordó cuando llegó del hospital y se encontró con la noticia de que tenía una carta a su nombre.
Era de JungKook.
Con el corazón en la garganta la tomó y fue hasta su habitación para leerla con calma.
"__Hola Amor... Espero que no estés mal por no haber sabido de mí en muchos días, pero aunque no lo creas yo sí te he visto, he visto tus mensajes y tus llamadas, pero no puedo contestarlas; aunque he estado al pendiente de tí... Pero no puedo acercarme con este sentimiento que tengo dentro de mí. Siento que no soy el mismo desde que papá falleció, parece ser que algo de mí se fue con él. Y siento que si estás a mi lado puedo lastimarte con la amargura que hay en mí ahora. Lo menos que quiero hacer ahora es eso: lastimarte, porque ya lo he hecho demasiado últimamente; aunque sin intenciones de hacerlo.
__ Me siento también vacío sin tí, pero prefiero estar lejos y que estés a salvo antes de estar contigo y seguir lastimándote. Necesito un tiempo para mí mismo, para sanar, para volver a recuperarme del dolor. Te amo y lo hago sólo por esa razón. Debo cumplir una promesa que le hice a mi padre y para eso debo alejarme de ti, aunque me duela infinitamente el hacerlo es lo mejor por tu bienestar.
__ No olvides que te amo con mi vida entera y que siempre serás lo más importante para mí. No te lo había dicho, pero ahora eres mi prioridad más importante y aunque no lo veas así ahora por todo esto que está pasando es la verdad y volveré para explicarte todo. Hago esto pensando en ti, teniéndome que tragar el dolor que siento en mi pecho al decir estas palabras, y aunque estoy siendo un imbécil contigo al hacer esto a través de una carta es lo mejor. Pero te amo, y como te dije en el hospital nunca dudes de eso y sobre todo nunca lo olvides nena.
–JungKook."
Con su cuerpo temblando se levantó y fue corriendo al baño.
Todo parecía ser una maldita pesadilla.
Y ella sólo podía pensar en lo muy roto que tenía su corazón.
『—♠︎—』
El rubio estaba detrás del escritorio firmando unos documentos cuando vio a una delgada castaña entrar rápidamente a su oficina. Cerró la puerta con pestillo y se acercó corriendo a él.
La última vez que se reunieron dejaron la puerta sin seguro, y cuando Lalisa quiso abalanzarse a él, este la detuvo; pero en ese momento su novia entró y lo vio todo entendiendo —mal— el contexto, por lo que terminó su relación.
Miró mal a Lalisa cuando esta se acercó a él. Ya no la soportaba ni un minuto más.
—¿Qué quieres? —preguntó con molestia.
—Ay... que mal genio —rodó los ojos y pero volvió a sonreír— adivina qué pasó...
Seguía sonriendo con una aparente "Felicidad".
—No estoy para adivinanzas ¿Qué quieres? Te dije que no quería volver a verte. Mi novia terminó conmigo por tu culpa, y ahora no me quiere ver ni en pintura. —replicó y ella frunció los labios.
—Ay... al menos te libraste de una zorrita más. —le restó importancia y el rubio resopló con molestia.
—La zorra aquí eres tú —siseó con rabia y ella levantó una mano que él detuvo en cuanto quiso pegarle— no te atrevas que no te tengo miedo, Lalisa. No sabes de lo que soy capaz.
—No me conoces. —susurró frívola en su rostro.
—Tu tampoco me conoces, así que no me amenaces con tus estúpidas palabras, maldita loca. —tiró la mano en su agarre a un lado y ella se tambaleó— yo sé mucho para destruirte.
Lalisa sonrió y lo miró con sorna.
—Yo también tengo con qué destruirte, querido... — canturreó y movió sus dedos en el hombro masculino y trabajado de él— ¿Qué diría tu familia si se entera de que conspiraste conmigo para separar a esos dos? O mejor dicho ¿Qué diría tu hermanita...
—Cállate, loca... —siseó y Lalisa negó con sorna.
—Imagínate cuando le diga a tu familia que su querido hijo Kim JongIn fue cómplice de todo lo que hice... —hizo un puchero falso— Sook va a estar muy decepcionada de tí.
Ese tono de inocencia le desesperaba. Y cómo le jodía la paciencia.
—No tengo nada que perder... En cambio tú... Perderás a tú amorcito —le apuntó el pecho.
—Eso no pasará si te callas... Así que no me provoques JongIn.
Con eso dicho caminó de nuevo hacia la puerta y se fue dejándole los pensamientos revueltos al rubio que caminó hacia el ventanal mientras tomaba y abría una botella de whisky.
¿En qué maldita mierda se había metido?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro