36 | Enfrentarse a la verdad
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Los pasos de EunJi aumentaron en aquél pasillo blanco y azul. Odiaba el olor a medicina y cosas quirúrgicas, pero esta vez debía estar allí.
Entre el trote, vio a Martha a lo lejos junto a MinHo y Taehyung, quienes se encontraban más que preocupados. Llegó a ellos y JungKook se posó a su lado.
—¿Dónde está mi abuelo? —preguntó con la voz algo rota.
—Lo llevaron a emergencias pero no hemos sabido nada mi niña. —Martha respondió tomando las manos de la peliplateada.
—Dios... ¿Pero cómo ocurrió? Si estaba tan bien cuando me fuí. —preguntó exaltada y sintió como JungKook le masajeó los hombros. Sabía que era él, conocía sus manos.
—Estábamos hablando un poco mientras comíamos, de pronto se sintió mal y comenzó a sudar. Luego simplemente se desmayó —explicó Taehyung mientras hacía memoria.
—Martha ¿Estuviste atenta en su comida? ¿En la dieta que lleva? —preguntó exasperada.
—Si, mi niña. Le he preparado sólo lo necesario. Pero creo que a su abuelo se le bajó la presión.
EunJi llevó su mano a su frente mientras soltaba lágrimas de dolor. Sintió ser rodeada por los brazos fuertes del pelinegro, simplemente se dejó abrazar y ocultó su rostro en el pecho trabajado de él.
—No puedo perderlo, JungKook. —susurró con su voz cortada.
El chico siseó para callar su llanto.
—JungHyuk es un hombre fuerte, EunJi. No se va a dejar derrotar. —animó mientras la estrujaba contra él— Estoy aquí contigo ¿Ok?
Ella asintió y lo apretó a su cuerpo. Necesitaba de él en estos momentos.
Varios minutos pasaron, y todos se vieron atentos cuando un doctor de mediana edad salió a su encuentro.
—¿Ustedes son los familiares del señor Go JungHyuk? —preguntó y EunJi se separó del pelinegro para ir hasta el hombre de bata blanca.
—Soy su nieta ¿Mi abuelo cómo está? —preguntó preocupada.
—El señor Go tuvo una baja presión, es fuerte y no le pasó mucho más que el desmayo. Le hemos dado unos medicamentos y ya se encuentra estable y descansando.
—¿Usted qué cree que pudo ser la causa? —volvió a preguntar.
El doctor miró la tabla en sus manos y torció los labios.
—A eso vengo especialmente. —EunJi frunció el ceño— su abuelo es hipertenso ¿Lo sabía usted? —EunJi asintió suavemente— Él no debe estar bajo ningún tipo de estrés o preocupación, por lo cual le sugiero un reposo de largo plazo, a su edad no es bueno que siga trabajando. Haga todo lo posible por alejarlo de su trabajo, en uno como el casino las preocupaciones van y vienen.
EunJi asintió ya que no le salían las palabras. El doctor se despidió, no sin antes aclarar que aún no podía recibir visitas, pero que en cuanto despertara podían verlo.
—Lo sabía. —susurró la peliplateada— desde hace mucho le dije que se alejara de esto y no me hizo caso —vio a lo lejos y JungKook ahora se encontraba hablando por teléfono. No le prestó atención y se dirigió hacia MinHo.
—Se recuperará —animó el chico mientras masajeaba sus hombros y EunJi asintió algo decaída.
—Lo sé, él es muy fuerte —sonrió triste y luego suspiró— MinHo debes ayudarme en esto. Debemos hacer todo lo posible para que mi abuelo no vuelva al Casino.
—Claro que te ayudaré. No voy a abandonar a ese viejito cuando ha hecho mucho por mí. —sonrió y EunJi le agradeció en una igual.
—Ah... No pude evitar escuchar lo que dijeron —Taehyung se pronunció y con algo de nervios se acercó— he pedido un permiso en el taller para asumir el puesto de mi padre, pero también soy muy bueno en los negocios. Sé administrar lugares grandes y les puedo ayudar en lo que necesiten.
Ambos espectadores se miraron entre sí y asintieron de acuerdo.
—Nos serviría mucho uno en el extranjero. JungHyuk era el que viajaba constantemente para Las Vegas por el hotel. Pero si tú estás allá, sería buen negocio. ¿Qué dices, EunJi? —observó a la chica y ella suspiró.
—Tienes razón. Además, si mi abuelo confía en tí está bien. Igual lo hablaré con él cuando esté mejor y... Acataré sus decisiones.
—¿Qué hay de los demás? —MinHo la miró con el ceño fruncido.
—Dos los maneja el padre de Sook. El hombre es casi un hijo para mi abuelo, estará bien. Y otro es manejado por el padre de Hoseok, nuestro entrenador. SeokJin, mi primo, maneja otro junto a su madre. —aclaró.
—¿Qué no eran siete? —Taehyung cuestionó perdido.
—No —rio un poco extrañada— mi abuelo sólo posee cinco casinos en Corea del Sur. El próximo es el de Las Vegas, un gran proyecto que tiene a mi abuelo en las nubes.
—Hay que ver que la gente habla demasiado —Taehyung negó indignado con la sociedad. Pero su gesto era gracioso.
Unos minutos después JungKook se acercó a ella y le pidió hablar un momento a solas. Ambos fueron a la cafetería y se sentaron a hablar un momento.
—¿Está todo bien? —le preguntó ella cuando lo vió mover sus dedos constantemente.
—Amor, sé que hace un momento discutimos. —EunJi se acomodó en su puesto. Verdad, lo había olvidado por lo ocurrido con su abuelo. De pronto se volvió a sentir incómoda— de verdad... Te pido disculpas por lo sucedido en mi casa. —llevó su mano a la mesa y cubrió la de ella— perdóname. —pidió sincero y agachó la mirada a sus manos tomadas.
EunJi sonrió un poco y llevó su otra mano por encima de la de él.
—Esta bien, amor. —sobó su mano, el pelinegro la observó con ojos tristes y a EunJi le dieron ganas de besarlo por lo tierno que se veía— pero de verdad necesitamos confianza.
—Lo sé, y te prometo que haré todo por borrar estos celos que me consumen cuando te veo con otro chico. —eso le pareció gracioso, pero no iba a reír. No era el lugar ni el momento.
—Bien. Trabaja en ello —le animó en una sonrisa— oye, hace un momento te ví hablando por teléfono y no tenías buena cara ¿Pasó algo?
—Eso es lo otro que te quería comentar. —recordó— viste a Jackson en mi edificio ¿No? —asintió en respuesta— resulta que él no respetó el acuerdo que hicimos —la miró seriamente, se le veía indeciso y preocupado— papá está en Seúl y quiere verme.
EunJi abrió los ojos de más y apretó los labios. Quizás por eso el castaño estaba allí.
—Entonces iba a decirte eso cuando salimos. —JungKook asintió— deberías ir, tal vez no sea tan malo después de todo... Deberías aclarar todo con él.
JungKook lo pensó. Debía aclarar las cosas con su padre pero para él no era fácil. Muchos años vivió odiando las acciones de su padre hacia su hermano y él mismo, fue tan injusto con ellos que le era difícil verlo con naturalidad. Pero tal vez era hora de cerrar ese ciclo.
—¿De verdad lo crees? —preguntó con inseguridad y ella asintió.
—Todos merecemos una segunda oportunidad, Kook. —y sonrió, como sólo ella sabía hacerlo. La mano delgada y femenina cubrió la suya, y sintió confort de inmediato.
Luego la subió al cabello de él y lo peinó un poco detrás de su oreja.
Él le devolvió la sonrisa corta y al verla a los ojos sintió cómo nuevamente su corazón fue flechado. No sabía qué tenía EunJi, pero sea lo que sea, lo tenía a sus pies.
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—Bien señor Go JungHyuk, de ahora en adelante usted no saldrá de la casa ni se preocupará por nada del trabajo —canturreó la peliplateada en cuanto logró acomodar al mayor sobre la cama.
—EunJi... —en un intento de reproche, no consiguió hacerlo por la mirada de la mencionada.
—El doctor fue muy claro. Nada de trabajo, ni cualquier cosa que te dé preocupaciones —levantó el dedo y el mayor asintió derrotado.
Luego de estar bien acomodado prosiguió caminando hasta las persianas de la amplia ventana que poseía en la habitación para abrirlas un poco más. Con más iluminación lo dejó descansando en su cama, pero cuando iba a salir él la llamó.
—EunJi ¿Puedes acercarte? —y así lo hizo, se acercó a él e inmediatamente lo oyó seguir— En unos días debía viajar a Las Vegas por la cuestión del hotel, hablar con los socios y darles aviso del avance... —la chica asintió calmándolo.
—Lo sé. No te preocupes que MinHo y yo viajaremos. Taehyung vendrá con nosotros para asumir el cargo de su padre y allí aprovecharemos de hacer todo.
JungHyuk viéndola orgulloso le sonrió. EunJi estaba muy bien preparada y sabía qué hacer en casos como esos. Definitivamente la había enseñado bien.
—Gracias, hija. —apretó su mano y ambos se sonrieron cálidamente.
—No es nada, abuelo. —negó segura.
Ayudaría a su abuelo así como él la ayudó a ella.
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—Pasa. —JungKook se hizo a un lado para dejar pasar a Jackson.
—¿Cómo estás, hermano? —preguntó mientras entraba al lugar.
—Un poco cansado, pero bien.
—Oye, supe lo que le pasó al abuelo de tu hembra y... En verdad espero que se recupere. —deseó con una mueca en los labios.
JungKook rio un poco.
—Jackson. EunJi es mi novia no mi hembra... Y sí, ya se está recuperando en su casa. —sonrió un poco.
—Eso es bueno.
—Ahora dime ¿Por qué rayos desobedeciste nuestro acuerdo? —la molestia volvió a él.
—Bien... Sabes cómo es papá. —se quejó como un niño pequeño— cuando se dió cuenta de que tardé mucho para volver él simplemente me exigió saber la verdad y... Entre tanto pedir y pedir le solté la bomba. —murmuró tirándose al sofá— Lo siento hermano.
Sí, JungKook sabía cómo era HyunSeok, seguiría insistiendo para saber lo que quería, y si no se lo decían él mismo lo averiguaba.
Y entonces la sonrisa de EunJi apareció en su mente, el toque cálido en su mano, los labios suaves sobre los suyos. Sonrió con el pensamiento.
—De acuerdo. —asintió— ¿Cuándo viene?
Y entonces Jackson se removió.
—Sí, verás... Sobre eso quería hablarte... —Jackson lo miró con algo de temor y nervios— Está aquí —susurró dejando al pelinegro con unos nervios incesantes.
—Aquí... —asintió pensativo y de improvisto le dió un zape en la nuca al mayor— ¿Eres imbécil o qué? Al menos me hubieses avisado —algo alterado caminó hasta la cocina.
Sacó un vaso y tomando una botella se sirvió un poco de ron para pasar esa amarga noticia.
—Escucha, no está molesto...
—¿Por qué lo estaría? Él fue el que la regó no yo... —dijo molesto y Jackson interrumpió.
—Está arrepentido y sólo quiere hablar contigo. —llegó hasta el menor y lo vio tomarse todo el líquido del vaso.
—Lo sé, pero es exactamente lo que quería hacer en el momento indicado, no ahora... Así tan de pronto.
—¿Entonces? —alargó.
—Si ya está aquí no queda más remedio —lo miró con reproche y Jackson sonrió avergonzado.
—Bien, le mandaré un mensaje de texto. —sacó su teléfono y comenzó a teclear.
Tal vez sería lo mejor, aclarar todo de una vez y no esperar más. Pero sus nervios estaban allí presentes.
—Aunque después de todo no sé que es lo que hay que aclarar, puesto que ese día que discutimos me confirmó todas mis sospechas —mordió su labio inferior y frunció el ceño.
—Confirmó tus sospechas pero no sabes todo, en realidad —comentó con su mirada en la pantalla del móvil. JungKook lo miró.
Tenía su rostro serio y alzaba una ceja mientras escribía nuevamente. ¿No sabía todo? ¿Qué es ese todo? Quiso preguntarle al mayor pero este despegó la vista del teléfono y lo miró.
—Listo. —dijo Jackson— ya viene para acá —afirmó y guardó el teléfono.
—Ok, espero que no se tarde mucho, necesito ir al taller —recordó y el mayor sonrió ladino.
—Con lo que tiene para contarte, estoy seguro de que no vas a querer ir al taller —dijo con burla y JungKook rodó los ojos.
¿Qué podía ser eso tan importante que le quitaría las ganas de trabajar hoy?
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—Funcionará, ya verás. —le sonrió de lado.
—Yo no estaría tan conforme...
—Si no vas a aportar nada, ni siquiera tu apoyo, mejor cállate —mencionó con fastidio.
—Ujum~ como digas —rodó los ojos y cruzó sus brazos con fastidio.
Va a funcionar, su plan tenía seguridad, estaba garantizada la victoria y sabía que el triunfo cubriría su cuerpo y le daría la mejor satisfacción. Ya no se burlarían más de su persona... el cansancio agobiaba su cuerpo.
Su alma estaba harta de recibir siempre las miserias y eso se lo pagarían.
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