33 | Una película romántica
『—♠︎—』
8:36 pm. Su mano presionó el cigarrillo en el fino material de cristal del cenicero. Casi una hora, una maldita hora que lleva esperando a aquella persona que había asegurado ir a buscarla en poco tiempo. En un instante pensó en llamarlo, pero esa idea desapareció de su mente cuando al primer intento la mandó al buzón.
Resopló molesta por lo que hizo. Él no era así, siempre contestaba sus llamadas o le dejaba un mensaje para decirle que no podía atender. Y ella lo fuese entendido por la simple razón de estar trabajando, pero no, se encontraba en un bar, en un maldito bar. Entendía y le alegraba el hecho de que compartiera con su hermano, pero esto es algo muy extraño de su parte, algo que si lo deja pasar volverá a suceder, y lo menos que quería era tener problemas de este tipo con él.
Instintivamente los recuerdos de aquel amor fallido la azotaron, él solo pensar que JungKook pueda hacer lo mismo le dan unas ganas de vomitar, no quería que se repitiera. No más.
Miró el cenicero lleno de residuos de uno o dos cigarrillos sobre el escritorio y logró escuchar un pequeño click de la puerta ser abierta detrás de ella, soltó la respiración en un profundo suspiro disimulado para luego escuchar otro click de la puerta cerrarse, luego de eso pasos se acercaron con lentitud y después unas manos tomaron su cintura haciendo que girara su rostro para encontrarlo mirándola fijamente.
Llevaba su cabello negro con un corte hacia un lado, dejándole ver su frente. Su rostro seguía hermoso como siempre, su camisa blanca y manga larga con un botón desprendido le hacía favor a su figura envidiable. Usaba unos jeans claros con algún roto pequeño que aún sin ver, sabía que estaban en la tela. De pronto una pequeña sonrisa entonada se asomó por sus labios, una que EunJi no pudo devolver.
JungKook al darse cuenta de que estaba molesta se acercó dándole besos cortos en su rostro y mandíbula, buscando sus labios sin éxito por las desviaciones de ella.
—¿Por qué tardaste tanto? —preguntó EunJi en un susurro sin querer mostrar inseguridad en su voz.
El chico la miró con ojitos de cordero sabiendo que tenía razón, pero debía explicarle el motivo de su tardanza.
—Jackson se embriagó y me tocó llevarlo a dónde se está quedando... —respondió en el mismo tono— discúlpame —se lamentó acercando su nariz a la de ella, le dejó un corto beso en sus labios cuando logró atraparlos y volvió a mirarla.
EunJi respiró profundo antes de darle una respuesta, y sintiendo su aroma varonil frunció el ceño de pronto, extrañada parpadeó varias veces mientras desviaba la mirada. Suavemente tomó sus manos sacándolas de su cintura, y sólo luego de que estuviera más alejado de ella lo encaró.
—Hueles a un asqueroso perfume de mujer. —su voz casi se entrecorta así que decidió carraspear un poco.
JungKook frunció aún más su ceño. ¿Era una broma? Miró su cuerpo y se llevó una manga a la nariz sintiendo también una fragancia femenina, pero era muy extraño, ya que en ningún momento estuvo en contacto con alguna mujer. Sólo... claro, GaEun.
En un punto de alta embriaguez Jackson decidió llamar a la secretaria con la que casi follaba públicamente, pero JungKook ni siquiera se le había acercado, así que no entendía como podía haber llegado su fragancia a su cuerpo.
Vio el rostro de ella y se dejaba notar muy seria.
—Amor no pienses que estuve con alguien más... —ella bajó la mirada un poco y JungKook tomo su barbilla para levantar su rostro y darle un beso corto— Jackson invitó a una mujer que se estaba ligando, pero yo ahí nada que ver. —negó rápidamente. EunJi no podía pensar eso de él.
—¿Y qué querías que pensara cuando tienes otra fragancia que no es la mía encima de ti? —preguntó confundida en un tono suave, pero JungKook sabía que estaba furiosa.
—Lo sé, amor. Pero no ocurrió nada de lo que te imaginas. —volvió a negar intentando acercarse a ella nuevamente. EunJi colocó su mano impidiendo su proximidad.
—Y encima tardas una hora en llegar, Kook —completó con sarcasmo y JungKook cerró sus ojos fuertemente.
—No tengo excusa, sólo que tuve que llevar a Jackson a su casa y lamentablemente me tardé. —dijo apenado— Pero amor, no estuve ligando con nadie. Quizás en algún intercambio de palabras o cuando ambos intentábamos meter a Jackson a mí auto. —negó pensativo. No sabía en qué momento pudo haber ocurrido eso.
—¿Sabes qué? Ya es tarde y tengo sueño. —caminó hasta detrás del escritorio y tomó su teléfono. Estaba de mal humor— intenté llamarte también, pero me enviaba al buzón. —arqueó una ceja y JungKook suspiró agobiado. Es que enserio los astros se alinearon para hacerle esto.
Tomó su bolso y guardó su teléfono, caminó pasando a su lado pero JungKook la detuvo tomando su brazo.
—Escúchame. No estuve con ninguna mujer. —habló en un tono desesperado, y afortunadamente para EunJi conocía sus miradas y estas eran sinceras— de verdad amor, no estuve con nadie. Quiero hacerte entender que yo no soy como ese imbécil que jugó contigo años atrás... yo sí quiero estar contigo. —su mirada triste hizo a EunJi bajar sus hombros— pero necesito que me creas, que confíes en mí. Por favor.
La peliplateada soltó su respiración en un suspiro largo que cuando asintió le dió una respuesta afirmativa al pelinegro que la tiró del brazo hasta encerrarla en los suyos. La abrazó fuerte mientras juntaba sus frentes y acariciaba su espalda.
—Estamos aquí por otro motivo. —murmuró ella tomando sus mejillas para separarlo un poco y mirarlo fijamente.
Él asintió perdido en esa mirada dulce que la pálida poseía, una mirada que lo ponía de rodillas las veces que fueran necesarias.
—Dijiste que querías hablar conmigo —afirmó viéndola serio esta vez.
—Así es, verás... —bajó la mirada algo indecisa, pero luego decidió levantarla y verlo nuevamente— hay algo que quiero contarte, algo que sin duda te molestará pero... quiero que me prestes mucha atención y sobre todo que estés tranquilo. —con su mirada triste hizo que él asintiera esta vez esperando lo peor.
—Es sobre el taller ¿No? —EunJi abrió los ojos en grande sintiendo su respiración agitarse con el ritmo del corazón. Estaba esperando un reclamo fuerte de su parte— Anda, te escucho —animó con su rostro serio y sus brazos cruzados. Quería darle la oportunidad de que ella misma se lo dijera, así ya lo supiese.
EunJi bajó el rostro nuevamente y apretó sus ojos antes de abrirlos y armarse de valor.
—Hace... un tiempo Cho fue a ver a mi abuelo para pedir plazo para su deuda aquí en el casino. —comenzó. JungKook sin inmutarse siguió escuchando— Mi abuelo no estaba pero yo sí... Decidí hablar yo con él y en esa conversación le ofrecí cancelar la deuda con la condición de que me diera los documentos de propiedad de tu taller —JungKook soltó los brazos sorprendido por la confesión— puso trabas, pero luego accedió con tal de no recibir una demanda por parte de mi abuelo, ya que él no le daría más plazos.
—Entonces... Fuiste tú todo el tiempo —murmuró con la mirada perdida, asintiendo constantemente a algún pensamiento ajeno a la peliplateada.
—Sí... —su voz en un hilo la hizo carraspear mientras se sentaba en el borde del escritorio— JungKook de verdad te lo iba a decir antes pero... Tú me prohibiste meterme en ese asunto, en ese entonces ya lo había hecho y... —sus palabras se vieron interrumpidas cuando el pelinegro en un acto de rapidez la tomó de sus mejillas y la besó.
El beso profundo y apasionado le quitó la respiración y la hizo abrazar su cuello pálido bajo esa cabellera negra. Al separarse de sus labios juntó sus frentes con sus respiraciones agitadas.
—Dime que no se atrevió a amenazarte o acosarte... —pidió en un susurro casi sin aire— dime EunJi... Te juro que si se atrevió a tocarte o al menos intentarlo lo mato.
Entonces EunJi siseó acariciando los cabellos de la nuca de él.
—Cálmate... No pasó nada. —instintivamente masajeó sus hombros. Lo vio calmarse como si en verdad estuviera aliviado con la respuesta.
—No me fío de él... —negó y la chica le tomó las mejillas.
Estaba muy rígido y serio, necesitaba un abrazo o un beso para sacarlo de su trance.
—Tranquilo ¿Sí? —dijo sin recibir respuestas.
EunJi resignada a recibir su respuesta lo tomó del cuello y lo abrazó fuertemente, escondiendo su rostro en su cuello pálido y suave, allí sintió sólo su aroma y eso le reconfortó. Apretó los dedos en los cabellos de su nuca y sintió los brazos de él apretarla a su cuerpo ejercitado.
—Te amo EunJi... —susurró en su oído.
Separándose de él lo miró con los ojos bien abiertos. ¿Qué había dicho?
Sorprendida, emocionada, feliz... No sabía cómo sentirse con esa increíble confesión de su parte. Entonces ¿Él la amaba? ¿En verdad la amaba?
Intentó sonreír, pero una mueca se mostró en su rostro. Quería llorar, de la emoción, de los nervios, de amor...
Sus brazos fueron a su cuello en un salto que dio a su cuerpo. JungKook sonrió amplio por la reacción de su chica, se sentía mejor decirlo que pensarlo, y aunque ella no se lo haya dicho le encantaba haberlo hecho.
—Yo también te amo JungKook —habló con su voz entrecortada por la emoción.
Ambos se separaron y se tomaron las manos sin dejar de mirarse con una amplia sonrisa en sus labios.
—EunJi, no quiero que te pase nada malo, no quería ni quiero arriesgar tu vida por meterte en esos asuntos. —su tono era preocupado, EunJi lo sabía.
Llevando su mano a la mejilla de él asintió de acuerdo a sus palabras.
—Entiendo. De verdad lamento haberlo hecho sin consultarte, no volverá a suceder —le sonrió tierna y él asintió de acuerdo— mejor...
Sin continuar su oración caminó a una puerta que la llevaba a un pequeño cuarto. Allí abrió la caja fuerte y sacó lo que tanta preocupación les dió a ambos. Caminó nuevamente hasta su novio y le tendió la carpeta con una sonrisa de disculpas.
—En verdad no quería que te lastimara. Me molestó demasiado verlo humillándote aquí la otra vez. —sinceró. JungKook aceptó la carpeta con una sonrisa ladina por lo dicho.
Abrió la carpeta sacando las hojas y leyendo la primera. No mentiría si dijera que quería llorar cuando vio la parte que decía: «Jeon JungKook, como único propietario del establecimiento que tiene por nombre "Motors3"» por un momento pudo respirar con tranquilidad, esto era sin duda lo mejor que le había pasado últimamente, al menos un avance.
Con rapidez se fue hasta su chica y la abrazó con agradecimiento, posesión, cariño, amor... Ella era su chica.
La única que se atrevía a llevarle la contraria.
—Gracias amor. De verdad que eres una persona sensacional —la estrechó suave y aspiró su aroma, sintiendo también un poco de olor a cigarrillos y alcohol.
—No es nada cariño —correspondió llevando sus brazos a su espalda alta, atrayéndolo más a su cuerpo desde su agarre en los hombros, dejando un casto beso en su mejilla.
Un rato después se encontraban sumergidos en ellos mismos, JungKook leía con detenimiento aquél documento de propiedad, sentado en la silla de cuero detrás del escritorio mientras EunJi lo veía desde la misma posición, sentada en el borde del escritorio a un lado de él.
—Es increíble...
EunJi quiso reír. Y es que después de tanta tensión, JungKook ahora se veía muy feliz y eso a EunJi le bastaba para sentirse bien consigo misma.
—Tuve que obligarlo también a crear otro documento con el cambio de nombre del lugar. Además, mi abuelo y yo tuvimos que investigar tu cuenta bancaria, para así tener un certificado de que eras una persona real —rio un poco llevando a sus labios el pequeño vaso.
JungKook se levantó y la acorraló en su sitio.
—Me corrijo. Eres increíble —rio también para luego acercarse y besarla de improvisto.
EunJi logró girar su rostro entre risas y lo abrazó con cariño mientras JungKook besaba cortamente su cuello.
—Ya... para, me haces cosquillas. —se quejó entre risas pero el chico no cedió a sus pedidos.
Siguió dando besos cortos y luego fue hasta su oído y susurró:
—Te apuesto que los besos fueran en otro tono y no te quejarías. —su tono sensual la hizo removerse en su puesto.
Sin responder sintió como comenzó a besar su mejilla de una forma más húmeda, llevando los labios en un camino suave hasta los suyos. Tan apasionado como romántico se dejó ir en esa neblina de pasión que los caracterizaba cuando estaban juntos.
El cuerpo de él se apoyó más al de ella cuando con sus manos abrió sus piernas y se colocó entre estas. Masajeó su cintura delgada para después bajar sus manos a sus glúteos atrayéndola aún más a su cuerpo. Siguió besando sus labios de la misma forma hasta bajar por su mandíbula y llegar a su cuello para torturarlo un poco.
—¿Un poco de sexo en la oficina? —pronunció en un susurro cuando se separaron un poco, aprovechando para desabrochar los botones de esa camisa blanca que ella quería quitar.
Miraron sus ojos y labios de manera simultánea y una sonrisilla traviesa brotó de ambos.
Eran tal para cual.
•••
—No era necesario, JungKook. Ya te lo había dicho —soltó en una risita mientras él tiraba de su mano hasta sentarla en una silla del comedor.
—¿Y acaso tú querías que te dejara en tu casa sin haber comido? —preguntó ofendido.
—Podría haberme comido una fruta o alguna otra cosa que haya preparado Martha —sonrió pero JungKook no estaba dispuesto a dejarlo pasar.
—Y yo te digo que no —rio al final y palmeó sus hombros delgados para luego inclinarse y besar su mejilla— espera aquí, te serviré. Eres mi princesa ¿Recuerdas?
EunJi asintió de acuerdo y lo vio irse a la cocina, escuchó el sonido de cristales y cubiertos mientras negaba con lo precioso y romántico que podía llegar a ser su novio.
¿Qué había hecho para merecerlo?
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