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28 | El hermano perdido

『—♠︎—』

Ambos entraron a la sala entre risas cortas. Caminando hacia el sofá él se sentó primero y palmeó su muslo para que segundos después tuviera a su novia sentada en su regazo.

Suspiró pesado y la chica acarició su cabello negro mientras descifraba su rostro.

—¿Qué te ha puesto así? —preguntó algo preocupada, recibiendo una caricia en su pierna por parte del chico.

—Jackson... Él... —rascó su cabeza buscando las palabras y volvió su mirada a los ojos de su chica notando lo preocupada que estaba— escucha, te contaré parte de lo que pasó en Busan. —su tono bajo le demostró a EunJi lo angustiado que estaba con la aparición del chico.

—JungKook estoy aquí para escucharte, no te voy a juzgar así como tú no lo hiciste conmigo ¿Ok? —el chico asintió y le tomó la mano para acariciarla suave sin dejar de ver sus ojos.

—Primero, quiero que sepas que lo que estoy a punto de contarte, no lo sabe nadie, ni Jimin, ni V... —tomó una pausa y continuó— es parte de mi vida en Busan y... No tuvo caso contársela a alguien cuando me mudé aquí. Pero confío en tí, y espero que tú lo hagas conmigo también. —recordó y la peliplateada tragó fuerte antes de asentir un poco incómoda por el secreto del taller que aún le estaba carcomiendo la mente.

—Bien, cariño.

Segundos después de unas miradas intensas de parte de él se permitió hablar con la promesa en mente de averiguar qué es lo que le oculta su novia.

Ya para él era más que obvio que lo hacía, se notaba en la mirada que le daba.

—Bien... Ehh —parpadeó un poco y desvió la mirada— antes de venir a Seúl, me tuve que enfrentar a un fuerte problema con mi padre, pero mamá nunca lo supo, y mucho menos JungHyo —EunJi frunció el ceño y este se corrigió— mi hermano. —completó y volvió a desviar la mirada— estando en las calles de Busan en competencias clandestinas me topé con un chico de mi edad. Él se llama YuGyeom y... Nos hicimos grandes amigos en mis tiempos de rebeldía —sonrió un poco recordando lo mucho que disfrutaba de la compañía de aquél chico de cabello cenizo— él... consumía drogas y... lo arrestaron por posesión. Luego me enteré que saldría en dos años porque era menor de edad. —recordó con amargura las veces en las que él mismo le aconsejó dejar la adicción— La cosa es que... Él tiene un hermano que me contactó cuando salió de la cárcel, pero yo apenas tenía un año aquí y no pude ayudarlo. —negó— su hermano tiene por nombre Jackson...

Su voz se detuvo y su vista quedó fija en su novia, pero parecía ido porque EunJi notó que no la miraba a ella.

—Y... ¿La discusión con tu padre? —preguntó por lo bajo, algo temerosa de afectarle con su pregunta.

—La discusión con mi padre fue lo que me hizo venir a Seúl y huir de él —comenzó reaccionando de su shock— en una huida que tuve que hacer de la policía, corrí por unas calles. Y que casualidad que pasé por un restaurante, en donde se le veía a mí padre en una mesa familiar, con una mujer que no era mamá, y un jóven que no era mi hermano mayor. —con amargura en su voz pronunció resentido— actuaba tan cariñoso con ambos como si fuera una familia feliz. —miró a su chica, que con disimulo enredó los dedos de su mano en los cabellos de su nuca y los acarició para destensar un poco su cuerpo— no quería darle una decepción a mi madre y simplemente no... no sé lo dije y huí sin decirles nada.

La mirada de JungKook se volvió cristalina, EunJi sabía lo mucho que le dolía hablar de ello y no le diría nada, simplemente llevó su rostro al de él y lo besó con cariño. Al separarse él siguió con suavidad:

—Al ver a Jackson hoy, me... recordó ese momento. —dijo con su rostro neutro— Jackson es el chico que ví con papá, y seguramente la mujer es su madre.

—Entonces... —preguntó casi muda la chica. Esto era más misterioso que un drama de novela Mexicana.

—Jackson y YuGyeom son mis hermanos —dijo con pesar— papá me lo confirmó en aquella pelea. Él... formó otra familia EunJi. No le bastó con nosotros —susurró dolido.

—Ahora entiendo mejor porqué actuaste tan extraño —asintió la chica aún sorprendida.

—Lo peor amor, es que... YuGyeom me comentó que su padre era un hombre muy admirable ¿Y sabes que más? —la chica negó— que los apoya... los apoya en sus sueños y aspiraciones. Una mierda que no hizo con nosotros. —siseó con rabia.

—Me imagino lo mucho que te costó asimilarlo después de saberlo. —comprendió sin dejar de acariciar su cabello.

—A mi hyung lo obligó a estudiar administración para ocupar el maldito cargo que él tiene. Y conmigo haría lo mismo, por eso huí cuando apenas tenía dieciocho años —Amargo. Así se podía deducir que era el sabor en la garganta de JungKook.

Él parecía guardar mucha rabia y odio dentro de su ser, EunJi podía notar en sus ojos el dolor y rabia que sentía al no poder tener la libertad que tenían sus hermanos.

—Con el tiempo entendí su punto —continuó— mamá era la esposa legal, y nosotros sus hijos legal y públicamente conocidos. Imaginate el escándalo que se expandería si "El mejor empresario de Busan tiene una familia, consecuencia de su infidelidad" sería una bomba de tiempo.

EunJi comprendió todo en ese momento, Jackson y JungKook eran hermanos, con razón su carácter parecido.

No quiso verlo de nuevo con el ceño fruncido, así que se levantó de sus piernas y lo tiró de sus manos hasta levantarlo a la par suya.

—¿Por qué mejor no vamos a dormir? Todo esto ha sido caótico para tí, y sería bueno que descanses —murmuró con cariño mientras lo rodeaba con sus brazos en su cintura y dejaba un beso en su pecho cubierto.

JungKook la abrazó en un suspiro mientras pensaba en la libertad que ahora sentía de esa presión en sus hombros. «Es bueno hablar con alguien».

—Sabes muy bien que no olvidaré lo de hoy... —dijo con su voz cansada.

—Lo sé, a mí también me parece extraño que Jackson haya venido a Demons Street, pero por ahora necesitas descansar —murmuró dándole luego un corto beso en sus labios— Anda vamos... Prometo acariciar tu cabello para que te relajes —prometió con inocencia y JungKook rio a carcajadas, unas muy tiernas para los oídos de EunJi.

—Ya... Vamos, me has comprado con eso —murmuró tomando su rostro y besando dulcemente sus labios.

•••

EunJi acariciaba y veía el rostro pálido y pelinegro de JungKook entre la oscuridad y la luz reflejada de la luna a través de la ventana en la habitación. JungKook yacía profundamente dormido, luego de que el cansancio y los dedos de la fémina en su cabello lo dominaran.

—Verte así tan calmado me llena de una paz... inigualable —susurró de lejos, con precaución para no despertarlo— no sabes lo que me has echo, tonto. —soltando una risa suave llevó su nariz a la mejilla algo fría de él.

El chico aspiró profundo en medio del sueño, se removió un poco en su puesto y colocó su cuerpo boca abajo mientras tomaba una almohada y restregaba su rostro en esta. Pero eso no paró las caricias de ella, quién sonrió embobada con la espalda fornida y desnuda de su chico.

—Hasta dormido me seduces Jk —susurró con voz sensual aunque él no la escuchara— tu también eres una tentación andante, amor —continuó bajando su mano por su nuca para llevarla a su hombro fornido y acariciarlo suave.

Llevó sus labios al centro de su espalda cerca de su nuca, dejando un beso cálido en este.

—Si así vas a ser cada vez que durmamos juntos, pues lo haré toda mi vida. —murmuró una voz ronca y adormilada que conoció al instante.

EunJi rio suave pero con un reproche a sí misma por haberlo despertado. JungKook aún estaba en la misma posición y había hablado con sus ojos cerrados.

—Perdón por despertarte. —susurró besando esta vez su mejilla fría.

—No te disculpes, hermosa —murmuró haciendo un movimiento para colocarse boca arriba, la miró y llevó su mano masculina a la mejilla cálida de ella— Sabes que agradezco que estés conmigo. —formuló mientras observaba cada detalle de su rostro terso.

—No hay nada que tengas que agradecer, cariño. Soy tu novia ¿No? —recordó con una sonrisa suave que JungKook apenas vio con la luz plateada de la luna.

El chico le mostró su sonrisa perlada y la emoción que desprendían sus ojos. Le encantaba, le gustaba, le gustaba mucho, joder.

—Que hermoso suena eso. —dijo con su tono esta vez más agudo. Sentía emoción, desespero, cariño, amor.

EunJi lo abrazó del cuello y lo besó con dulzura y amor. Lo quería demasiado, el poco tiempo juntos que han tenido lo han sabido aprovechar, ambos habían comprobado que se querían más de lo que hubiesen imaginado que sucedería, sabían que iban por buen camino y que sus encuentros íntimos habían aumentado mucho la confianza. No toda, pero allí iban.

—Ya no veo la hora de tenerte conmigo todo el tiempo... —acarició su cabello y admiró su belleza una vez más— de que seas mi esposa... Mi mujer en todos los sentidos —susurró colocándose serio por su concentración en tan hermoso rostro.

EunJi rio suave mientras negaba incrédula. ¿Cómo era posible que a alguien como ella le estaba ocurriendo eso? JungKook frunció el ceño intentando descifrar la acción de su chica.

—Todo vale la pena la espera —sin borrar su sonrisa perlada volvió a besarlo, contagiando su sonrisa a él, quien recibió sus labios gustosos— Te quiero mucho JungKook. Y sabes que estaré para tí —murmuró entre el beso.

—Yo también te quiero, EunJi. —susurró en un suspiro encantado para luego besarla con suavidad.

『—♠︎—』

El agua refrescante mojaba cada trazo de su cuerpo curvilíneo en aquella piscina de la gran mansión.

Su cabeza se sumergió en el agua, mojando su cabello que al salir exprimió, vio a Sook en aquella reposera con su típica copa de cóctel mientras le sonreía pícara.

—¿Que te pareció el papucho nuevo de Busan? —preguntó recibiendo una mueca de EunJi.

Ella recostó los brazos en la orilla de la piscina y la miró con lascivia.

—Está guapo, muy guapo —se corrigió— pero no cambio a mí Jk por nada. —sonrió pensativa y su amiga le hizo un sonido de burla.

—Yo tampoco cambiaría a mí Jiminie. —hizo un bulto sus labios y bebió del cóctel.

—Me he equivocado con Jimin, lo he juzgado sin saber y... me arrepiento de eso —dijo con pesar aquella pálida que últimamente ha estado más sensible. En gran parte sentía que había cambiado mucho. JungKook la había endulzado.

Sí, ella era un café amargo y JungKook le puso esas bolsitas de azúcar que necesitaba desde hace mucho.

—También te equivocaste con Jk. Ahora es tu gran amor. —sonrió pícara la rubia.

—Se me nota mucho ¿verdad?

—Demasiado amiga —asintió— ¿Sabes? En la Demons Street te conocen como la hechicera —comentó con burla y su amiga rio con fuerzas.

—¿De qué hablas? ¿Cómo que hechicera? —preguntó entre risas.

—Sí, y tienen razón. Has hechizado a Jk, y ahora lo tienes a tus pies —dijo con picardía y EunJi le lanzó agua de la piscina— oye. —se quejó.

—No digas tonterías.

—No es tontería, es lo que se dice. —corrigió escuchando unos pasos detrás de ella.

—EunJi querida —llamó el mayor, obteniendo la atención de la nombrada— esta noche quiero que cenemos juntos en el restaurante de los Manoban, uno muy popular de la cadena gastronómica. —sonrió el mayor y EunJi soltó un bufido.

—¿Es necesario? —preguntó sin ganas mientras subía las escaleras para salir del agua.

—Sí, hija. —asintió el mayor para girarse y volver a caminar hacia la mansión— ah, y otra cosa —se giró hacia ella de nuevo— Invita a JungKook —le guiñó el ojo con una sonrisa cómplice y se giró para caminar hasta llegar a la mansión y perderse por el amplio pasillo.

—¿JungKook? —preguntó extrañada su amiga— Mmm... Jk ¿Jung... Kook? —abrió sus ojos en grandes y una sonrisa se formó en su rostro— ¡Así se llama tu Romeo Follador! —chilló.

EunJi la miró con reproche mientras siseaba.

—¿Qué cosas dices, tonta? —sonrió con su ceño fruncido— mira, eso no lo puede saber nadie. Sigue siendo Jk para todos ¿Ok? —Sook asintió y la miró con una sonrisa— por cierto ¿Romeo Follador?

Ambas rieron fuertemente y luego caminaron hacia adentro con unas toallas cubriendo sus cuerpos.

『—♠︎—』

Un Jk ajetreado se encontraba en su escritorio firmando algunos documentos que debía realizar para pagar unos repuestos que habían llegado, además de informes de entrega para los autos terminados.

—Jk —llamó Jimin seguido de un toque a la puerta.

—Pasa. —habló viendo a su amigo entrar con su rostro serio.

—Hay alguien aquí que quiere verte. —pronunció con extrañeza.

—¿Quién es? —frunció el ceño quitando los lentes de su rostro y masajeando luego el puente de su nariz.

—El mismísimo Jackson Wang, mi amigo. —pronunció un castaño entrando por la misma puerta mientras extendía los brazos.

Jk soltó la respiración en un suspiro y se colocó más serio de lo que estaba anteriormente.

—Esta bien, Jimin. —pronunció levantándose.

Su amigo en cambio frunció el ceño y miró confundido al castaño antes de salir por donde había venido cerrando la puerta detrás suyo.

Al estar ya solos en la oficina, Jk carraspeó su garganta.

—¿Cómo supiste dónde trabajo, Jackson? —preguntó confundido y el mayor chasqueó la lengua restándole importancia. Lo único que le importaba era quien estaba parado frente a él.

—Eso no importa, JungKook —se acercó y amplió su sonrisa— ¿Cómo estás hermanito? —preguntó más suave, provocando que el menor de los dos tragara fuerte.

—No sé de qué hablas, pero estoy bien. —desvió su mirada sentándose nuevamente.

—Claro que sí sabes. Lo que no sabes es cuánto tiempo llevó buscándote. —sus ojos se abrieron de más con fastidio y brillaron al ver al chico frente a él convertido en alguien grande.

—Ya te dije que no sé de qué hablas. —volvió a sus documentos y siguió viendo algunos sin prestarles la más mínima atención, sólo quería usarlo como distracción para no ver a su visita.

—Claro que sí. No sé porqué te niegas, pero lo que sí sé es que por fin encontré a mi hermanito menor. —se acercó con ilusión. Su mano quiso despeinar su cabello pero Jk lo detuvo al colocar su mano en la muñeca de él.

—No soy tu hermano. —dictó mirándolo seriamente.

—No te niegues, papá me lo dijo todo. —aseguró y Jk lo miró mordaz.

—Ese hombre no es nada en mi vida.

—JungKook, no sabes cuánto tiempo llevamos buscándote —su sonrisa volvió al recordar el porqué estaba allí.

—No me interesa. Nada que tenga que ver con ese hombre me interesa —aseguró sin detenerse a mirar la reacción del mayor.

—Escucha, sé que papá cometió errores, y tienes todo el derecho de estar molesto por eso... pero no lo culpes porque nadie es perfecto. —murmuró algo aflijido.

—Eso lo dices tú porque siempre te apoyó en lo que decidieras, a nosotros sólo nos dió dolor y depresión. —su crudeza dejó pasmado al castaño que frunció el ceño de inmediato— engañó a mi mamá con la tuya por muchos años, y nos obligó a mí hermano y a mí a hacer algo que no nos gusta.

Los ojos de Jackson se volvieron cristalinos al oír esas palabras de su pequeño hermano, ese del que tanto hablaba su padre con admiración. No podía dejarlo hacer eso, tenía que contarle sus razones de porqué estaba allí.

—Eso dices tú. ¿Enserio eres capaz de echarme en cara que papá nos prefería? —su tono ofendido hizo suspirar cansado al pelinegro— ¿Sabes cuánto los envidié a ustedes cuando salía papá en la televisión, en fotos de familia? ¿Sabes cuántas veces YuGyeom y yo lloramos porque nuestro padre no nos podía llevar al parque, a las prácticas de fútbol, a la escuela? —preguntó con su voz pendiente en un hilo, haciendo a Jk sentir una presión nuevamente en su pecho— Papá nos escondía, a YuGyeom y a mí, hasta a mi madre. ¿Sabes cómo nos hubiese llamado la prensa si sabían de nosotros? Hijos de la mentira, Productos de la infidelidad... y la lista es larga. — aclaró— A mí madre le dirían una harta de cosas por ser la simple amante del Jeon HyunSeok. —unas lágrimas resbalaron de sus orbes sin dejar de ver fijamente a Jk— estás siendo injusto JungKook. Los hijos no tenemos la culpa de los errores de los padres. —susurró cansado.

JungKook relamió sus labios mientras sentía las lágrimas caer. No quería derrumbarse, no frente a alguien más, pero era imposible ya reprimir las lágrimas.

—Ambas familias sufrimos... —es lo único que pudo pronunciar.

—Pero aún así yo no te guardo ningún rencor, mucho menos mi hermano que...

Sus palabras quedaron mudas y recibió una mirada del menor. Jackson parecía ido en sus pensamientos, su mirada lo demostraba.

—YuGyeom... ¿Él... dónde está? —preguntó de inmediato. Quería saber de ese amigo incondicional que lo apoyó en sus tiempos de soledad.

—Nuestro hermano, él... Fue capturado por la policía, y fue liberado al cumplir dos años y tres meses en la correccional —comenzó con una mirada brillosa que hizo a JungKook contener la respiración— Decidió ir a terapia emocional y a rehabilitación. Tras un año desintoxicado él fue hospitalizado de emergencia por una recaída —su voz quebrada dejó a JungKook casi en el suelo, lo cuál lo hizo levantarse y sostenerse del escritorio— estuvo un mes hospitalizado, pero no respondía bien a los medicamentos... En un momento pidió verte y allí fue cuando decidí contactarte, él dejó algo escrito y... Me pidió personalmente entregártelo —murmuró metiendo su mano en el bolsillo de su chaqueta, de allí saco un sobre blanco— te mandó esto —su voz se derrumbó y JungKook lo miró confundido y de inmediato se afligió al ver al mayor llorar a cántares.

—¿Es una carta? —masculló y Jackson asintió— ¿YuGyeom...

—Falleció —volvió a soltar lágrimas y JungKook sintió todo su mundo derrumbarse. Sentándose de golpe en la silla por la impresión, se permitió llorar libremente.

YuGyeom estaba muerto. ¿Cómo es posible que él por su orgullo no se dió la oportunidad de verlo en sus últimos días cuando se lo pedía? ¿Y por qué rayos ignoró las llamadas de Jackson?

Se sentía tan culpable, su cuerpo pesaba más que de costumbre y su cabeza dolía de pronto. El simple recuerdo de su primer amigo lo dejaba aún peor.

"—Kook, te seré sincero, yo consumo cocaína. Es lo mejor para mí, pero es letal —su mano se apoyó en el hombro de aquél jóven pelinegro— pero jamás te dejaré probarla, puedes fumar cigarrillos pero te veo aspirando coca y te arranco las pelotas ¿Me oíste? —amenazó y el más pequeño asintió frenéticamente."

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