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26 | Te quiero

『—♠︎—』

Fin de semana. Era el día esperado por los chicos que asistían a la Demons Street, Estos días eran donde las carreras sobraban y los nuevos llegaban a perder sus autos o el dinero de sus bolsillos.

Vio como a lo lejos Jimin y Sook hablaban animados mientras que de vez en cuando se daban besos que se robaban. Sonrió un poco sintiendo felicidad por su mejor amigo, ambos se querían demasiado, y según Jimin la amaba más de lo que le demostraba.

Inmediatamente y sin planearlo se le vino a la mente la sonrisa de EunJi con su melena despeinada en un moño, en los besos que se robaban cuando preparaban algo juntos, en los abrazos de espalda que a veces ella le daba, en cuando se quedaba dormida luego de hacerle el amor y él se le quedaba viendo por un rato mientras le acariciaba las mejillas y pasaba su dedo por esos labios carnosos y apetecibles.

Se llevó el cigarrillo a los labios cuando recordó sus últimas palabras, cuando lo rechazó, cuando se fue sin planear volver a verlo. Era una maldita tortura todos los días y quería que eso acabara. Es por eso que el día en que tomó con V se fue en su auto luego de tomar varias poderlas de alcohol, llegó a su casa y se sentía insatisfecho porque aún no la había podido dejar de pensar.

Por primera vez en su vida, y consideraría que fuese la última, salió nuevamente y fue a una calle muy famosa en donde habían varios "clubes" que en realidad no era más que una fachada para ocultar lo impuro que allí se daba.

"—La del pole."

Recordaba vagamente haberle dicho al manager del lugar. Creía que podía hacerlo, pero sólo le pagó para una mamada cuando estaban en la habitación y su amigo no lo ayudaba.

"—Seguro que no quieres más."

Recordaba las palabras dichas por esa mujer a la cual vagamente le recordaba el rostro.

Lo que sí no olvidaría es el hecho de que embriagarse así no volvería a pasar. Esa locura no la volvería a repetir porque sólo le sirvió para arrepentirse al día siguiente, ya que seguía pensando en EunJi.

Sólo hizo el papel de estúpido gastando el dinero en ese lugar cuando cientos de mujeres de su calle lo podían complacer... pero en su momento pensó en que no quería otra Lalisa en su vida.

•••

Sobre el capó de aquel Ferrari negro se encontraba el famoso Jk fumando otro cigarrillo mientras observaba los alrededores viendo todo tipo de personas, ya llevaba como cuatro cigarrillos en poco tiempo. Las mujeres se veían hermosas, muchas escogían los mejores atuendos para ligar y otras iban con sus parejas, aunque bien a algunas de esas chicas él las había hecho gritar en el pasado. Y sin embargo él pilló en varias oportunidades como chicas tomadas de la mano con sus novios le guiñaban el ojo. Esas sí que no estaban en su lista, él no comía sobrado de nadie.

Sonrió hacia V quien venía hacia él con dos chicas hermosas, una pelinegra y otra castaña, y sabía de antemano las intenciones de su mejor amigo. Ambas poseían un cuerpo envidiable no lo podía negar, pero no eran como el de ella, el de EunJi era único.

—¡Jk! —exclamó con una amplia sonrisa. El nombrado bajó del capó y terminó su cigarrillo mientras lo tiraba al suelo para triturarlo con el pie— te quiero presentar a mis dos nuevas amigas, Vanessa —apuntó a la castaña que era extranjera, dándole luego un beso en su mejilla. Jk sonrió para sí mismo sabiendo que eso significaba que ella era la de su mejor amigo— y SuMi —la pelinegra sonrió coqueta con sus labios de color rojo. El color que usaba siempre su diablita.

Pero no eran sus labios los que lo lucían.

—Es un gusto —pronunció con su voz sensual y guiñándole un ojo a la pelinegra, que no estaba nada mal— bienvenidas a la Demons Street. —coqueto y calculador se recostó de nuevo en el capó.

—Vanessa y yo tenemos algo pendiente, Jk ¿Te importaría cuidar un momento a SuMi? —le sonrió pícaro y Jk miró sin cuidado el cuerpo de la nombrada.

—Para nada —negó con su voz ronca y sensual. Quizás hoy si podría probar mercancía nueva.

Tal vez hoy, quizás JungKookie no lo traicione como en aquella noche, no quería ayudarse con drogas para eso. Se rinde ante la vida si lo traiciona nuevamente.

—Perfecto. Nos vemos —se despidió yéndose con la castaña abrazada desde la cintura.

Cuando su amigo desapareció de su vista volvió su mirada a la pelinegra frente a él. Recostado con sus manos apoyadas en el capó le sonrió ladino. La chica mordió su labio inferior viendo el tremendo hombre que tenía para ligar hoy.

—Así qué... el famoso Jk. —pronunció con lascivia y él le sonrió de lado mientras le guiñaba un ojo.

—El mismo. —respondió con su voz ronca.

Ella se acercó lentamente y luego acercó su rostro haciendo que sus narices casi rozaran.

—Me han dicho que eres un dios en la cama... ¿Será cierto? — susurro mirando sus labios, Jk sonrió amplio con las palabras dichas.

La chica era directa, lo cual es bueno para que no se fuese a encaprichar con él.

—¿Quieres comprobarlo? —dijo con sensualidad y ella sonrió de lado.

Esperaba, que de verdad su amigo no traicionara.

『—♠︎—』

Por otro lado.

—Hoy estuvo muy pesado el trabajo, que bueno que mi abuelo decidió tomar el cargo y así podré descansar —le habló a la chica al otro lado de la línea.

—¿Descansar? ¡Estás loca! —chilló Sook al otro lado.

—No estoy loca, después de tanto trabajo, lo que quiero es descansar ¿Sabes lo agotador que es llevar las cuentas de un Casino? —preguntó ofendida recibiendo una risa de su mejor amiga.

Lo sé, pero pensé que venías a las carreras. —confesó desanimada.

—¿Es hoy? —preguntó incrédula.

Sí tonta, te dije que era este fin de semana —dijo con obviedad.

—Perdón lo olvidé y estoy muerta para serte sincera. —se disculpó mientras se quitaba los zapatos en su habitación. Se recostó en la cama sin soltar el teléfono.

No importa ¿no vendrás? —preguntó y EunJi notó un tono distraído en la chica.

— No, Sook ¿Ocurre algo? —preguntó la peliplateada extrañada.

No, pero... creo que sí deberías venir. —dijo en un murmullo que hizo a la pálida fruncir el ceño.

—Jk estará allí. Sabes que no quiero verlo, me moriría sin poder acercarme y besarlo —dijo con un puchero y un suspiro al final.

Pues será mejor que vengas, porque una chica intenta ligarselo y al parecer ya lo tiene. —dijo en otro murmullo.

La sangre comenzó a hervir en el cuerpo de EunJi al escuchar esas palabras, su respiración acelerada le hizo entender lo fuerte que era ahora su molestia, tanto así que se sentó de inmediato en la cama.

Ah no, a su hombre no lo toca nadie.

—¿Qué? No... Eso no puede pasar, espérame, llegó en unos minutos. —formuló colgando mientras se colocaba nuevamente sus zapatos.

Había ido cómoda al trabajo ya que estaría toda la tarde en la oficina, y por lo visto eso le sirvió.

Bajando rápido las escaleras tomó las llaves del Ferrari para salir de allí cuanto antes. Tenía que detener esa mierda, Jk era suyo, de más nadie.

『—♠︎—』

Demons Street

Los coqueteos de la pelinegra hacían sonreír encantado a Jk. Ella estaba frente a él entre sus piernas mientras sus dedos jugueteaban en su pecho y abdomen cubierto por un suéter negro de cuello alto. La chica quería besarlo pero él desviaba su rostro para jugar un rato con su paciencia.

SuMi sabía cómo coquetearle y eso lo dejó un poco sorprendido, aún así... le gustaba, no podía negarlo, pero había un problema: su amigo estaba muy tranquilo.

«¿Despertarás en algún momento JungKookie?» Pensó.

—Te haces el difícil —murmuró con su voz sensual.

—Tampoco soy fácil de manipular —sonrió ladino— y estoy seguro de que ya lo sabías —dijo burlón. Estaba destapando todo el plan que la chica había hecho para seducirlo.

—También sé cómo complacerte, pero no quieres averiguarlo —Su voz sensual hizo sonreír con burla al pelinegro.

«No digas una estupidez, no digas una estupidez» Le recordó su conciencia.

—¿Quién te dijo que no? —vaciló siguiéndole el juego sin pensar en sus palabras.

«Menudo estúpido. No se te ha parado la polla y tú aquí haciéndote el galán» Se reprochó a sí mismo.

Quiso tomarla de la cintura y apegarla a él, pero algo en su mente y corazón se lo prohibía. Él sabía que era ese sentimiento por EunJi que lo tenía cerrado. Su corazón estaba cerrado y le prohibía hacer algo que no quería realmente.

—¿Lo averiguamos? —preguntó y sus miradas se conectaron mientras se sonreían con picardía. Él quería ceder y olvidarse por un momento de su diablita, pero temía que “JungKookie” lo traicionara nuevamente.

Ella no es tu diablilla. Habló esta vez su corazón.

Cuando SuMi se acercó para besarlo solo logró darle un beso de pico hasta que un carraspeo los sacó de su órbita, ambos miraron a la dirección del mismo y los ojos de Jk se abrieron como platos al notar de quien se trataba. Tragó fuerte con los nervios apoderándose de su cuerpo. ¿Qué hacía allí?

EunJi los miraba con su ceja alzada y sus brazos cruzados, su porte rígido y firme arrodillaría a cualquier hombre, Lo arrodillaría a él. Se veía tan dominante, tan suya.

Es mía. Su corazón acelerado hablaba por él hacía su cerebro.

—¿Qué necesitas? —preguntó la pelinegra con su rostro serio y fastidiado por la interrupción. En cambio el pelinegro no dejaba de ver a la mujer que era totalmente suya.

A lo lejos V con su compañera de hoy, detuvieron sus besos por la escena mientras Jimin y Sook veían el momento con una sonrisa burlesca en sus rostros.

Jk estaba serio y muy nervioso, EunJi estaba allí ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué fue hasta donde él se encontraba luego de lo que pasó entre ambos? Esas preguntas le rondaban en la mente y le prohibían hablar.

—La pregunta aquí es ¿Qué necesitas tú? —con su cuerpo tenso se acercó a SuMi de forma amenazante, con un tono frío que estremeció al mismo Jk.

—Mira, no sé quién eres y...

—Exacto, no sabes quién soy, ni qué soy. —afirmó interrumpiendo— así que antes de practicar tus inútiles tácticas de seducción, deberías investigar muy bien a quien vas a zorrearle —murmuró con un tono peligroso que dejó a Jk con su corazón en la garganta y sus vellos de punta. EunJi era capaz de todo ¿Pero insultar a otra mujer por estar cerca de él? eso era nuevo— ahora, será mejor que vayas a zorrearle a alguien más y alejes tu estúpido trasero de mi novio. —al oir eso Jk levantó la mirada y la miró fijamente, abrió su boca de la impresión sin poder creer lo que había escuchado ¿Había dicho que era su novio?

SuMi hizo caso omiso y a EunJi no le quedó de otra que acercarse a su rostro.

—Vete o yo misma me encargaré de desprenderte las extensiones. —ordenó con su carácter más fuerte de lo normal y la pelinegra miró a Jk detrás de ella, esperando alguna respuesta de su parte, pero no llegó ninguna— si no quieres perder tus hermosas extensiones, te separarás de él ya mismo, no hagas que me moleste. —SuMi suspiró enojada y se separó pasando a su lado para chocar con el hombro de EunJi — zorra de mierda. —murmuro furiosa, sentía su sangre hervir y cómo quería hacer lo que acababa de decirle.

Al irse la chica, no se esfumó la tensión del lugar. Todo lo contrario, ahora la tensión persistía en ambos ex amantes.

—Y tu... —le habló furiosa a Jk— si quieres acostarte con una zorra para olvidarme, por lo menos busca una mujer que sea mejor que yo —escupió con molestia girándose para irse de allí.

Pero tan pronto se giró, una mano tomó su brazo y la llevó con él hacia un lugar apartado bajo las quejas molestas de la chica.

Al llegar a uno de los callejones oscuros la tiró contra la pared y no sabía cómo es que quería follarla allí mismo.

Se acercó a su oído y le acarició el cuello y mejilla con su nariz, aspirando el dulce aroma que extrañaba tanto y que se había quedado impregnado en sus sábanas.

—Ay Diablita —murmuró ronco en su oído haciendo estremecer el cuerpo de ella— ¿Querías hacer todo eso e irte? —preguntó con picardía mientras acariciaba su hombro con el índice y su nariz le rozaba la piel del cuello pálido que poseía— No te vas a ir, tu y yo tenemos mucho de qué hablar —susurró en su oído. Esa chica sí lo estremecía, tanto que sentía esa corriente eléctrica en su espalda cuando solamente la tocaba.

Bajó su mano masculina por su brazo y le tomó su mano delicada arreglada con una hermosa manicura, sin palabras la llevo a sus labios y le dejó suaves besos sobre el dorso de sus dedos mientras se sentía ahogado en el deseo que tenía por ella. Abrió sus ojos para mirar los de ella y conectar sus pensamientos. Ambos sentían lo mismo cuando se veían.

—¿Qué fue eso que pasó hace rato? —preguntó refiriéndose a la escena de hace momentos.

—Nada. —respondió neutra mientras desviaba su mirada seria a otro lado que no fuesen esos preciosos ojos que él tenía brillantes en ese momento.

—Ah ah —negó tomando su barbilla para hacerla nuevamente mirar sus ojos que destellaban encanto, emoción y lujuria— no me vengas con nada, porque eso de allí fue una clara escena de celos.  —susurró ronco con picardía mientras miraba esos labios de ahora un color durazno. Esos eran los que él quería probar cuando veía los rojos de hace un momento.

—Piensa lo que quieras —molesta lo empujó suave para salir de allí, pero eso no lo movió ni un poco.

Él se acercó y acarició la nariz de ella con la suya en un toque cariñoso y muy dulce mientras no dejaba de sonreír encantado con el recuerdo de la escena de hace rato.

—No... Yo quiero que tú me lo digas. —susurró moviendo su rostro, proporcionándole más caricias con esas ganas inmensas de besarla. Recibiendo la mirada fija de ella en sus ojos.

—¡Bien! —exclamó harta de lo que estaba sintiendo— eres un idiota JungKook —susurró en sus labios intentando sacarlo de encima de su cuerpo, siendo un acto inútil cuando él era obviamente más fuerte— Me jode la paciencia ver que las chicas te zorrean... Me molesta mucho, me pone más que furiosa el hecho de verte o imaginarte con alguien más —susurró un poco más calmada cuando vio sus ojos brillosos y sintió su aroma varonil— Me jode porque te quiero solamente para mí. —confesó sintiéndose un poco mejor de esos sentimientos que la hacían sufrir desde que se alejó de él— Eres mío, de nadie más... —susurró negando con su rostro, viendo la mirada encantada del chico con esas palabras que quería oír desde hace un buen rato.

—¿Y eso de “mi novio” qué fue? —preguntó sonriente mientras acariciaba otra vez la nariz pequeña de ella con la suya respingada.

—Porque quiero ser tu novia —murmuró en respuesta a aquella pregunta, mirando sus ojos y luego sus labios.

—Eso es todo lo que necesitaba oír, amor. —susurró con una sonrisa embobada para luego juntar sus labios con los de ella en un beso apasionado. Se sentía malditamente bien y se dieron cuenta de cuánto extrañaban los labios del otro.

EunJi llevó sus brazos hasta el cuello del pelinegro para acariciar su cabello, y se permitió disfrutar del cálido toque de sus labios. Cuánto le encantaba sentirlo, sentir su piel, sus labios, su aroma, sentir los cabellos de su nuca entre los dedos. Todo de él le encantaba.

—También te quiero, Kook. —ese susurro fue un canto de los dioses para Jk. Su chica lo quería, lo quería tanto como él a ella. Sonrió en medio del beso y por nada interrumpió la danza que formaron los labios de ambos. Abrazándola fuertemente de la cintura sintió ese aroma dulce.

Esa sin duda fue la mejor respuesta a aquel mensaje de texto.

『—♠︎—』

—No creí verlos en este plan, sin duda ya había perdido las esperanzas —dijo Jimin mientras abrazaba a Sook.

EunJi y JungKook sonrieron ante el dramatismo del peligris. Ambos estaban en una posición que los comprometía ante los ojos de los demás. EunJi estaba sentada en el capó del auto de su ahora novio, mientras el nombrado estaba recostado de espalda entre sus piernas, siendo abrazado por los brazos femeninos de su chica.

—No seas dramático, Jimin —contestó la peliplateada con lascivia acercando su rostro al hombro del pelinegro, para dejar un sonoro beso en su mejilla.

—No es ser dramático ya que ustedes son tercos —murmuró con cansancio y Sook asintió a las palabras de su novio.

—Yo tuve que infórmarle a EunJi lo que pasaba para que pudiera venir —soltó una risita— y fue lo mejor porque nos encantó verla defender lo suyo —la pareja rió de inmediato y los otros tortolos los miraron con sus ojos entrecerrados.

—Así que fuiste tú —Jk sonrió de lado— debí imaginarlo... Gracias. —dijo más que feliz y sintió el pellizco de EunJi encima de su pectoral derecho.

—No fue solamente ella —murmuró su chica en su oído y él giró su rostro para verla con atención— no podía permitir que esa zorra se acercara a tí. —susurró con un puchero mientras con su mano le acarició los cabellos de la nuca.

Jk sonrió maravillado y por un momento deseó estar en su apartamento.

—Eres una diablilla... —alargó con una sonrisa embobada— te luciste, y déjame decirte que te veías demasiado sexy molesta... me prendiste como no tienes idea. —susurro lo último y luego mordió su labio inferior mirando los labios de ella. Como quería estar embistiendo su cuerpo sobre su cama en ese momento.

Estaban tan sumergidos en su nube que no notaron cuando una chica castaña se acercó a ellos.

—Vaya... Tenemos la parejita del año —sonrió con ironía cuando ellos voltearon a verla— EunJi nunca creí verte caer tan bajo para pelear por un hombre. —lanzó con veneno hacia la peliplateada.

—¿Qué quieres, Lalisa? —preguntó Jk con su rostro ahora serio. Odiaba que se metieran con EunJi y eso no lo iba a permitir.

—Ahora sí me tratas frío ¿No? —preguntó incrédula— hace tan poco decías lo maravillado que estabas con mi cuerpo sobre el tuyo, y mírate ahora —los miró con burla para luego ver a EunJi de arriba a abajo— detrás de las bragas mojadas de una puta más.

EunJi se removió en su puesto dispuesta a irse a desgreñar el cabello de Lalisa, pero Jk presionó sus muslos impidiendo sus movimientos.

—Bueno si lo hago ya es mi problema ¿No lo crees? Además así como la describes, me volvió loco... y créeme cuando te digo que estoy muy loco por ella. —murmuró mirando hacia su chica, quien le sonrió de lado hacia la acción de defenderla. La castaña borró su sonrisa viendo esa escena.

—A ver cuánto les dura la novelita cuando a la putita esa le llegue otra polla mejor que la tuya —dijo nuevamente con veneno y Jk tensó su mandíbula— o cuando a Jk le llegue joyita nueva, ya que es un hombre muy débil ante traseros firmes —volvió a pronunciar soltando una risita.

—¿Por qué mejor no te largas y dejas de caer tan bajo? —dictó firme acercandose a ella, por sus palabras Lalisa lo miro con su rostro neutro. Le dolía que Jk la tratara así.— porque si crees que dejaré a EunJi por tí, estás muy equivocada, Lalisa... yo no soy ese mismo tipo de hace cinco años atrás. —susurró en su oído. Sonrió con burla recordándole muy bien que él era distinto, muy distinto a ese tal Mark. Lalisa lo miró con ojos bien abiertos por la mención— EunJi logró algo que ninguna otra mujer pudo —murmuró amenazante, viendo el cuerpo de la castaña estremecerse ante su cercanía. Aún tenía ese poder sobre ella— Me ha enamorado —susurró de nuevo en su oído y la chica suspiró con molestia— estoy perdidamente enamorado de ella —culminó recibiendo un empujón en su pecho.

—Te odio... —susurró al borde de lágrimas— y ya verás que tengo razón, siendo como son no van a llegar a ningún lado. Polos iguales se repelen, terminarán más alejados de lo que te imaginas —dijo firme apuntándolo con su dedo sobre su pecho— te acordarás de mí cuando eso pase.

Sin más se dio la vuelta yéndose de allí. No iba a volver a pisar ese lugar.

Jk se giró hacia su chica nuevamente y se acercó a ella con su rostro serio al verla con su mirada baja. Al estar entre sus piernas nuevamente la tomó de su rostro.

—¿Crees que pueda tener razón? —preguntó en un murmullo mientras veía los ojos azabaches de su chico.

—No le prestes atención, sabes que sólo tira veneno por no obtener un capricho de los que está acostumbrada —negó para luego dejar un beso corto en sus dulces labios— está dolida porque no pudo tenerme, y su odio contra tí sólo hace que sienta más envidia.

—Somos tan iguales, Jk... —susurró pero él siseó negando con su cabeza para calmarla.

—No pienses en eso, amor. —susurró con una sonrisa embobada. Le encantaba la faceta dulce de EunJi.

Sin querer escuchar quejas la besó apasionadamente. Le encantaba tenerla junto a él, ambos atados a una relación que harían funcionar a pesar de los malos comentarios de los ajenos envidiosos.

•••

Los besos de EunJi en su mandíbula lo hacían gemir encantado. Lo tenía dominado con las pequeñas mordidas en su mentón y cuello mientras le masajeaba el miembro. Y obviamente JungKookie cedía a los toques de ella.

Su miembro erecto bajo la tela de su pantalón le causaba un dolor punzante. Perdiendo la cordura cuando vio a la pálida chica bajar los besos a su pecho desnudo.

Luego de las carreras decidió no esperar más para sentirla nuevamente, habían pasado sólo días y sentía que moría sin sus manos calidas repartiendo caricias en todo su torso.

El delgado cuerpo de ella lo aventó a su cama y no esperó mucho para montarse sobre él sin dejar que la tocara.

—Nena quiero sentirte —susurró en un gemido que ella calló con un beso fogoso, uno que sólo hizo que su miembro doliera aún más— esto es una tortura... ah~ —lloriqueó de placer cuando la pelvis de ella se movió sobre su erección.

—Ah pero como te gusta que te torture. Nada más mira como mueves tu pelvis por más roce —murmuró en un tono sensual viendo a JungKook desesperado, quién hacía lo que ella había comentado.

Su mano masculina apretó su trasero y soltó un gemido.

—Muévete —demandó en un gruñido y ella cumplió lo pedido con una sonrisa coqueta. Moviendo sus caderas en un vaivén sensual lo escuchó gemir encantado.

Sus movimientos pararon para acercarse a él y besarlo con furor, JungKook gemía de forma tan sensual que le daba un dolor en su zona baja.

Los besos de ella bajaron por su barbilla llegando hasta su nuez de Adán, allí dejó besos húmedos para armar un camino que tuvo como destino su abdomen bajo, levantó la mirada y vio a Jk con sus ojos cerrados disfrutando de la calidez de los labios abultados de ella sobre su piel.

EunJi miró el bulto bajo su rostro y notó como presionaba fuertememte el pantalón, sonrió de lado y con sus manos desabrochó el cinturón para desprender el botón. Notó que el chico no puso resistencia como la primera vez y simplemente se dejó llevar por el placer que lo estaba consumiendo.

Jk relamiendo sus labios esperó que la chica hiciera lo que estaba esperando, la ayudó levantando sus caderas y ella bajó su pantalón, dejándolo así sólo en su bóxer blanco. Notó una marca húmeda de presemen sobre la tela y sonrió mientras mordía su labio inferior.

Su acción comenzó con su lengua pasando por la longitud cubierta para luego dejar besos cortos sobre todo el bulto, recibiendo gemidos cortos y agudos de parte del chico, quien apretó la sábana en sus puños mientras mordía su labio inferior con sus ojos cerrados.

Hermoso. Pensó EunJi.

—Diablita... —susurró en suspiros agitados cuando EunJi besó la punta de su miembro. Luego ella con sus dedos tomó el elástico de la prenda y la bajó, recibiendo un miembro muy erecto chocar con su nariz y labios.

Lo tomó con su mano para masajear su piel suave antes de introducirlo en su boca, haciendo que Jk echara hacia atrás su cabeza, estirando su cuello mientras soltaba gemidos algo agudos.

Ah~ EunJi, es... Eres magnífica —aduló llevando su mirada a la chica que disfrutaba jugando con su miembro— eres una chica muy mala —susurró llevando su mano al cabello alisado, acariciando cada hebra plateada con cariño y deseo por ella.

Verla hacerle un oral sin duda lo prendía aún más.

Al acabar el jueguito, ella se levantó besando nuevamente su abdomen bajo para armar un camino hasta su pecho, allí con la lengua trazó un camino húmedo hasta sus labios, devorándolos y dejando mordidas en su labio inferior.

—Preciosa... y mía...

Escuchó esos susurros en sus labios mientras chasquidos húmedos resonaban de los besos salvajes.

Minutos pasaron en donde las prendas de ella desaparecieron, quedando así, desnudos en la suavidad de la cama. EunJi puso dominancia cuando se colocó a horcajadas sobre él, quien se inclinó a un lado para ágilmente abrir el cajón de la mesa de noche y sacar un preservativo. Cubrió su miembro con el látex y se dispuso a acariciar la entrada mojada de ella con la punta de su miembro sin dejar de besarla. Cuando se introdujo lo hizo de una estocada, sintiendo el aliento cálido de ella chocar con sus labios en un gemido agudo.

—Jungkook... —gimió su nombre, haciendo delirar al chico que besando su hombro fue a su cuello hasta llegar a sus labios nuevamente, los besó suavemente y comenzó a dar estocadas lentas y suaves.

Sus manos masculinas la sostuvieron de las caderas incitando a moverlas. Y así lo hizo, moviendo hacia adelante y atrás se dejó oír los gemidos, miró el rostro de Jungkook y sus miradas se conectaron. Sentían mucho deseo y mucha lujuria desprender de sus miradas, pero ambos notaron algo más, sus miradas brillosas demostraban más que el placer que ambos sentían. Demostraban el amor que estaba creciendo en ambos.

EunJi estaba enamorada JungKook, y ella lo sabía.

JungKook observó esos ojos preciosos mirarlo con un destello mientras los movimientos no paraban. Aún no podía creer lo hechizado que estaba con ella, lo volvía loco cada vez que lo miraba, y el amor que viene sintiendo por ella lo hacía más dependiente de su persona. Dios, estaba muy enamorado de EunJi, él lo sabía.

Cuando sintió su orgasmo avecinarse tan rápido, la tomó del rostro tirándola hacia sus labios que la besaron sin control mientras él embestía fuertemente, sintiendo así como su entrada se contraía. Segundos después su orgasmo llegó junto al de ella quién cayó sobre su pecho agotada. La abrazó besando su cabeza con devoción y se sintió bien al hacerlo. Él no la había follado, le hizo el amor como nunca lo había hecho.

Saliendo de ella la recostó a su lado y tiró una sábana para cubrir su cuerpo desnudo. Se levantó yendo al baño y quitó el preservativo para tirarlo a la basura, se metió a la ducha y abrió la llave para sentir el agua caer sobre su cuerpo. Vaya que había quedado agotado.

Unas manos acariciaron su espalda y un beso en ésta lo hizo girarse con una sonrisa, con su mano le echó su cabello mojado hacia atrás y le tomó el rostro para besarla dulcemente.

—No tienes idea de lo mucho que te quiero, EunJi. —dijo acariciando su nariz húmeda.

—Claro que sí —contestó con una risita— es lo mismo que yo te quiero a ti, mi Jk —susurró con una sonrisa tierna para acariciar también su nariz en un gesto muy cariñoso.

JungKook rio en respuesta y repartió besos por su rostro antes de dejar besos cortos en sus labios.

¿Los polos iguales se repelen? Ya estaba poniendo en duda esa teoría.

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