23 | Primera cita
『-♠︎-』
-Salgamos esta noche.
EunJi sonrió embobada leyendo el mensaje recibido, mordió su labio inferior buscando las palabras para contestar.
-Está bien. ¿Pasas por mi?
Envió el mensaje y pronto recibió una respuesta.
-Perfecto. Me muero por verte, te extraño.
Dio pataditas al suelo y soltó una risita mientras movía los dedos para teclear una respuesta.
-Yo también quiero verte, cariño. También te extraño.
Soltó un suspiro embobado mientras releía los mensajes.
Las últimas dos semanas se había sentido de maravilla al lado de JungKook, él se comportaba con caballerosidad cada vez que salían. Siempre salían juntos a almorzar, algo que se volvió habitual entre ellos.
-Ponte mucho más hermosa, quiero llevarte a cenar a un lugar hermoso que acaba de abrir.
Sonrió de lado sintiendo una puntada en su corazón, se estaba acelerando demasiado.
-Lo haré, cariño. Nos vemos esta noche.
Decir que ambos ya son formalmente una pareja sería mentira, pues aunque quieran negarlo ambos no han hablado más del tema. Sólo una vez tuvo un fuerte problema con él, y fue aquella vez donde ella asistió a una celebración de la hermana de MinHo, claro que ella fue con su abuelo, pero JungKook no tuvo excusas suficientes y le armó tremendo problema porque según él, MinHo estaba interesado en ella, y EunJi no lo dudaba, pero tampoco era una prostituta y se le iba a lanzar encima a cualquier hombre sabiendo que tenía una extraña relación con él.
El mensaje en la pantalla de su teléfono decía algo que habitualmente escribía al final de alguna conversación.
-Te veré esta noche, amor.
Sonrió aún más y dejó el teléfono sobre el escritorio, pero no contó con que el mismo volviera a sonar llamando su atención. Con el ceño fruncido lo tomó, extrañada, ya que siempre la conversación concluía allí. Parpadeó varias veces borrando poco a poco su sonrisa.
-Te quiero, nena.
•••
"Te quiero, nena"
Dios, esa frase. pensó por mil y una vez en el día.
Ese último mensaje la dejó descolocada, se sentía extraño, tanto que ni siquiera supo como responder.
¿Cómo llegamos a este punto? Se volvió a preguntar sin tener una respuesta.
Mirando el reflejo en el espejo pudo apreciar nuevamente el vestido de color azul marino que hoy vestía. Le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, y su figura resaltaba en este. Sonrió cálidamente apreciando ahora el maquillaje perfecto para la ocasión, y su cola alta en el cabello, la usaba porque sabía que ésta le encantaba al chico.
-EunJi, querida. ¿Cuándo me permitirás conocerlo? -la voz de JungHyuk resonó detrás de ella. Volteó encontrando a su abuelo parado en el umbral de la puerta.
-¿A quién? -preguntó sonriendo, sabiendo de quién le hablaba.
-Al chico que te tiene así, querida -sonrió cálidamente acercándose a ella.
-No salimos formalmente, abuelo -respondió borrando poco a poco su sonrisa. Ella creyó en aquél momento que sería una buena idea tener libertades, pero de ese momento para acá ya no pensaba igual, ahora le jodía pensar siquiera en una posibilidad de que JungKook saliera con alguien más.
¿O más bien todo lo que están haciendo está mal y debería cortar todo?
JungHyuk caminó hasta ella mirándola con compasión.
-Y por esa carita deduzco que no es lo que quieres -asimiló tomando el rostro joven y maquillado de ella entre sus manos un poco arrugadas. EunJi en cambio no se inmutó e hizo que su abuelo suspirara- No sigas cometiendo los mismos errores, hija. Va a llegar el momento en que tengas que asumir mi puesto, y al menos antes de que eso pase quiero que consigas tu felicidad. -pausando unos segundos se dedicó a mirar el suelo y luego a ella de nuevo- ya deja de jugar a las parejitas nocturnas y comienza a buscar tu destino, tu felicidad. Y yo sé que ese chico es tu felicidad.
-Eso aún no lo sé abuelo...
-Eso si lo sabes, pero eres una chica tan, pero tan terca, que no quieres aceptar que tú momento de ser feliz junto a alguien ha llegado -afirmó volviendo a sonreír- ¿Acaso crees que en tus ojitos no se ve lo embobada que estás? Te conozco, y sé que ese chico es para tí, y aunque no lo conozca a él, sé que es bueno para tí, porque nadie es tan tonto como para salir con Go EunJi sabiendo que yo puedo matarlo si te hace daño...
-¡JungHyuk! -se quejó EunJi con su rostro arrugado mientras el mayor reía.
-Pero no voy a hacerlo porque él te hace feliz, y es lo que yo quiero para tí. -sus labios pararon en su frente, dándole un cálido y sonoro beso.
-¿Por qué no lo hiciste con Mark? - susurro de mala gana y rodó los ojos al ver la mirada seria de su abuelo- Ya, es chiste. - suspiró y sonrió suave-Gracias, abuelo. -agradeció siendo sincera- pero aún no quiero que lo conozcas, no sé si es el indicado...
-¡Ay santo Dios! ¿Todo ese discurso no sirvió de nada? -se quejó ahora su abuelo mientras cruzaba sus brazos- Go EunJi, de aquí no sales si no conozco al chico.
La mirada de súplica de EunJi competía con la dura de su abuelo, sin obtener aún un ganador, EunJi relajó los hombros y suspiró resignada sabiendo que claramente su abuelo era tan terco como ella.
『-♠︎-』
El pelinegro caminaba de un lado a otro buscando las cosas que le faltaban. Mientras, dos chicos lo miraban desde el sofá con una sonrisa triunfadora. Jk estaba enamoradisimo.
-¿Cuándo me iban a decir que estabas saliendo con EunJi? -preguntó el moreno a un lado de Jimin.
-Jk no quería que nadie supiera. -respondió Jimin con una sonrisa ladina.
-¿Y por qué no? -volvió a interrogar mientras al pelinegro vestido con un traje negro se le veía pensativo.
-Ya cállense idiotas, me ponen más nervioso -murmuró el pálido colocándose frente a ambos.
Jimin abrazaba un cojín mientras V tenía su cabeza en el posabrazos y sus piernas en el piso, que acababan de ser empujadas por el primero. Jk los miró a ambos y volvió a peinar sus cabellos descubriendo su frente.
-Espera... ¿Y por qué estás nervioso? -preguntó V de nuevo mientras entrecerraba los ojos.
-¿Que no ves que Jk le propondrá ser su novia? -se quejó Jimin ofuscado de tantas preguntas de su compañero de año.
-¿Es en serio? -dijo levantándose de inmediato para mirar al menor de los tres.
-Lo tengo pensado pero... No sé si pueda -negó con su cuerpo tembloroso.
-Tu eres uno de los más rudos chicos que conozco ¿Y me dices que te da nervios eso? -preguntó con burla V mientras sonreía.
-Si es EunJi, lo entiendo -compadeció el más bajo mirando el suelo, V lo miró de mala gana sabiendo que no ayudaba.
-EunJi es una mujer difícil, y no sé si ella quiera aceptar... -dijo pensativo el menor, el mayor frente a él hizo una mueca con sus labios por el sentimiento que le daba en su pecho al ver a su mejor y pequeño amigo de esa manera.
-JungKook... -llamó el moreno e hizo que el nombrado lo mirara. Cuando sus amigos decían su nombre era porque hablaban seriamente- estarás bien... - animó y JungKook sonrió suavemente.
Asintió agradeciendo y Jimin le levantó los pulgares. Sintió su teléfono vibrar con un mensaje, miró la hora y ya eran las ocho de la noche pero habían quedado para ocho y media.
-¿Puedes venir ahora? Los guardias te dejarán entrar.
No quiso preguntar el por qué tan repentinamente lo quería allá, pero simplemente contestó algo rápido.
-Ok, voy para allá.
Aún recordaba el mensaje que él mismo envió en la tarde, se moría de nervios por lo que EunJi le podría decir si le hace la propuesta, no sabe qué hacer ahora, tenía tanta ansiedad... Por eso mismo no quería depender de ese sentimiento por ella, se encariñó demasiado y ya no lo podía evitar.
No podía esperar para verla nuevamente.
『-♠︎-』
El Audi negro fue aparcado al frente de la gran mansión, el motor fue apagado cuando el pelinegro dentro del auto vio la figura hermosa de EunJi parada en la entrada de la gran estructura. Ella no se movía y sólo sonreía levemente mientras esperaba a que JungKook se acercara.
Él salió del auto y no pensó mucho para caminar hasta las escaleras de la entrada, con paso seguro subió los cuatro largos escalones hasta llegar al frente de ella, allí le sonrió amplio -aún con sus nervios latentes- mirándola con unos orbes brillantes por lo hermosa que estaba.
-Hola... Estás preciosa -murmuró tomando su mano, llevándola hasta sus labios, besó el dorso sin dejar de mirar sus ojos brillantes.
Y en verdad lo estaba, JungKook no sabía cómo es que EunJi se colocaba más hermosa cada vez que se veían, era una diosa, su piel blanca resaltaba con ese vestido azul marino que vestía, y los aretes caían como cascada por su cuello, su hermoso cabello platinado estaba recogido en una cola baja, haciendo que su rostro suavemente maquillado quedara expuesto a las miradas.
-Gracias, Jk -murmuró con un tono sexy y algo sonrojada, haciendo sonreír al chico con un traje favorable a su figura.
-¿Me dirás por qué querías verme tan pronto? No me digas que me extrañabas -aduló embobado mientras llevaba su mano hasta la cálida mejilla de la chica más hermosa de su mundo. Su chica, la dueña de su corazón.
-No me mates por no decirte, pero no me dejaría salir si no hacía esto. -suplicó en un susurro la chica mientras sonreía apenada. JungKook frunció el ceño para ladear un poco su rostro.
-¿De qué estás...? -su voz quedó a medias cuando captó una figura masculina en el umbral de la puerta.
Es el señor Go, El abuelo de EunJi. Pensó.
El hombre mayor usaba una camisa blanca con las mangas dobladas hasta los codos y una pose rígida mientras sostenía un tabaco. Quiso reírse cuando supo que sólo era para causar miedo porque EunJi ya le había contado que era la persona más carismática que pudieran conocer.
JungKook comprendió que lo que el señor quería era conocerlo a él.
-Buenas noches -habló serio el hombre mayor, JungKook respondió con una reverencia respetuosa pues no quería comportarse irrespetuoso frente a su suegro.
Porque sí, ya lo consideraba así aunque la chica aún no quiera nada con él.
-Buenas Noches señor Go. Es un placer -musitó con calma soltando una sonrisa cálida para luego hacer una reverencia de noventa grados. EunJi quiso reír al notar el cambio en el pelinegro, en su voz y pose, se veía tan tierno queriendo impresionar.
-Igualmente muchacho. Ven pasa, EunJi debe hacer algo antes -hizo un gesto indicándole la casa. JungKook sonrió algo avergonzado mirando de reojo a EunJi, y el señor volvió a hablar- no te avergüences hijo, de todos modos ya conoces la casa perfectamente. -murmuró recibiendo una mirada mordaz de su nieta por esa insinuación.
-Ah~ claro. -asintió el chico quien fue tirado de su mano. EunJi miró hacia atrás dándole una sonrisa burlona mientras tiraba de su agarre.
El pelinegro sonrió negando mientras hacía un gesto inclinando su cabeza hacia un lado.
Al estar en la sala EunJi habló.
-JungKook, voy por mi teléfono. Ya vuelvo ¿Sí? -dijo sonrojándose un poco más. Eso es nuevo, diablita, pensó JungKook. La misma se acercó a él depositando un beso en su mejilla dispuesta a girarse.
El chico asintió de acuerdo viéndola girarse y pasando a un lado del mayor luego de quitarle el tabaco de sus manos. Algo que lo hizo sonreír aún más.
-¿Cómo te llamas, hijo? -preguntó serio el señor. A pesar de que ya había escuchado su nombre era seguro que la pregunta era para saber la familia de la que venía.
-Lo siento, que descortés -se reprochó riendo un poco. Ya la estaba cagando con su futuro suegro- Soy Jeon JungKook. -se presentó y el mayor sonrió sabiendo de dónde le parecía su rostro.
-Mi nombre es Go JungHyuk, soy su abuelo, pero en realidad soy como el padre de EunJi. -dijo con calma recordando lo duro que les había tocado vivir.
-EunJi lo admira muchísimo, siempre habla de usted como su ejemplo a seguir. -confesó el chico sintiendo sus manos sudar un poco.
-Sí... Aunque es raro de ella -sonrió burlón y JungKook se rió un poco- Disculpa mi imprudencia, pero... De alguna forma tu rostro se me hace conocido -frunciendo su ceño intentó recordar- ¿De casualidad eres familiar de Jeon HyunSeok? Es el presidente de una empresa gastronómica en Busan. -preguntó con interés haciendo que el más joven tragara fuerte.
JungKook sintió de pronto una incomodidad dentro de sí, pues ese era el nombre de su padre.
-Sí ah... soy su hijo. -admitió colocándose serio y nervioso, haciendo notar esto por el hombre canoso frente a él. De pronto ya no se sentía seguro como cuando entró al hogar.
-Bien, JungKook. Hora de irnos -los pasos de su chica lo hicieron sentir como en el cielo.
-Espera hija, JungKook y yo estamos conversando. -intervino el mayor pero su nieta negó.
-Abuelo, JungKook y yo tenemos reservación en un restaurante, no podemos llegar tarde. -abrió los ojos de más para que JungHyuk entendiera la indirecta.
El hombre asintió y JungKook se levantó colocándose a un lado de la pálida que robó su corazón, EunJi tomó su mano entrelazando sus dedos para empezar a caminar hacia la puerta.
-Que tengan muy linda noche. -deseó llevándose el asentimiento de ambos y una sonrisa amable. JungKook giró un momento para mirarlo con respeto.
-Buenas noches, señor Go, fue un gusto conocerlo. -el mayor asintió estando de acuerdo y JungKook por último hizo una reverencia antes de ser tirado de su mano.
Caminaron hasta estar fuera de la casa, y al estar al lado del auto, se adentraron a este para que luego de unos segundos sin decir nada la chica rompiera el silencio.
-Disculpa -pidió en un suspiro, girándose a él logró ver su perfil, su rostro se veía tenso- mi abuelo es muy imprudente. Lamento mucho sus preguntas, sé que te incomoda el tema pero él no sabe cuánto te afecta. -continuó cuando el chico no pronunció palabra alguna y mientras estaba en silencio y pensativo.
JungKook no dijo nada y en cambio bajó su mirada encendiendo el auto. EunJi no quiso insistir, así que soltó un suspiro enderezando su postura sobre el material suave del asiento. Él la miró de reojo un momento antes de comenzar a manejar hacia las afueras de los jardines de esa gran mansión.
Se sentía pésimo al ignorarla, pero no quería más preguntas por ahora, y sabía que EunJi las haría. ¿Qué pasaría si Go JungHyuk conocía a su padre? Él no quería tener ningún vínculo con su progenitor luego de lo que pasó entre ellos, y estaba nervioso por lo que pudiese inferir en su deseada relación con EunJi.
El camino al restaurante no fue tan largo, quedaba a pocos minutos y eso le sirvió para el tiempo que duraron en aquella casa. Apagó el motor cuando ya estaban estacionados, y cuando vio las intenciones de salir en la chica sin esperar que él le abriese no dudó en tomar su mano para detenerla.
-No pasa nada con lo ocurrido hace rato, solo quedé atónito con lo que tu abuelo sabe. -negó con su voz ronca de pronto. EunJi asintió y sonrió muy levemente.
Pero eso no fue suficiente para JungKook, que llevando su mano a la nuca de ella la atrajo a su rostro para besarla suavemente, dejando un chasquido al final cuando se separaron.
-Quiero que... seas abierto conmigo, quiero saber cómo te sientes y... cómo puedo ayudarte. -murmuró con sus rostros pegados desde su frente.
-¿Por qué? ¿Por qué quieres saberlo? -susurró mirando sus labios, sintiendo en su pecho su corazón alborotado.
-Porque... me importas, JungKook -respondió acariciando sus narices.
JungKook la atrajo nuevamente, volviendo a besar sus dulces labios.
Minutos después de haber bajado del auto y caminado por el amplio lugar con ella tomando su brazo, se encontraban riendo en la mesa reservada. A EunJi le encantó el lugar apenas pisó la entrada, sus decoraciones eran de color mostaza y vinotinto, con un toque dorado en candelabros y centros de mesas. Era elegante y simple, algo que le encantaba.
JungKook miró el suave rostro de la diosa frente a él, y a su vez ella le sonreía con picardía mientras se llevaba un trozo de carne a la boca. El pelinegro aguantó una sonrisa ladina cuando sintió el pie de ella rozar su pierna, mordió su labio inferior imaginando las cosas que le haría cuando salieran del lugar y estuvieran en uno mejor. Su cama.
Cuando el mesero trajo más vino tinto, las cosas se calmaron un poco, y sólo se permitieron observarse mutuamente y al paisaje que les brindaba la mesa ubicada en el balcón. Muchos edificios adornaban el lugar, y sus ojos brillaban al recordar viejos momentos de cuando apenas comenzaba a trabajar con su abuelo y tenía que ir con él a muchos eventos con un ambiente parecido al que tienen ahora.
Cuando JungKook notó su mirada pensativa, creyó que era el momento de comenzar a actuar como lo tenía planeado, primero hablarían de temas triviales y cuando el momento llegara él le propondría lo que hace un buen rato lleva pensando.
-JungKook, sé que no te gusta hablar del tema pero yo debo decirte algo -sorprendido por oirla murmurar sólo para ellos bajó la copa dejándola sobre la mesa y se permitió escuchar- tu padre y mi abuelo mantuvieron negocios un tiempo atrás y aún comparten una extraña amistad.
Eso aunque le confirmó las dudas que tenía en parte le molestaba, solamente por el hecho de tener alguna vinculación con su padre le daba rabia ¿Por qué siempre tiene que aparecer? También se preguntó el hecho de que intercaló el adjetivo «extraña» para definir la relación de ambos mayores.
-¿Por qué es extraña? -preguntó sin decirle lo mucho que le molestaba lo dicho.
-Ellos mantienen una amistad por un negocio que tuvieron hace dos años, pero te juro JungKook que... Nunca lo llegué a ver o conocer. -negó mientras que sin darse cuenta le quitaba un peso de encima al pelinegro. Al menos su padre no conocía a EunJi.
-Quizás es uno de esos negocios a distancia. -comentó restándole importancia a lo dicho.
-Sí, quizás... -murmuró bajando la mirada. Miró la copa al frente suyo y la tomó para llevarla a sus labios.
-Cambiando de tema EunJi... -se inclinó un poco mientras le sonreía coqueto- ¿Cuándo me contarás de esa extraña enemistad entre tú y Lisa? -preguntó con lascivia, sabiendo de la fiera que iba a despertar.
Y así fue, EunJi lo miró con su rostro neutro, en su mirada se notó su instinto asesino al tener su mirada fija en el pelinegro.
-¿Ahora le llamas Lisa? ¿Y tú eres qué? ¿Kook, Kookie? -preguntó a la defensiva, haciendo sonreír ampliamente al chico frente a ella que la miraba aún más embobado por los celos que estaba demostrando.
-Ella no sabe mi nombre, y... sólo tú tienes derecho a llamarme así si lo deseas -inclinó su rostro aún más intentando robarle un beso, pero la chica se fue hacia atrás- diablita. -susurró quejándose de su lejanía.
-Anda a besar a Lisa. -respondió con reproche desviando su mirada. El pelinegro soltó una carcajada suave para morderse su labio inferior.
-Se te notan los celos de aquí a Pekín -susurró con coqueteo llevando la mano a su barbilla, hizo que lo observara y allí él le lanzó un beso.
-No estoy celosa.
-Sí claro -dijo con ironía haciéndola bufar con reproche- ya deja la malcriadez, diablita. Mejor cuéntame cómo es que llegaron a ser enemigas, porque te ví levantar el dedo medio aquella vez en el estacionamiento.
Sorprendida por lo dicho se apresuró a abrir la boca en sorpresa y preguntar luego:
-¿Tienes ojos en la espalda o qué? -preguntó escandalizada.
-¿Te tengo que recordar que estábamos al lado de tu auto? Con tus vidrios polarizados cualquiera lo pudo ver como un espejo, y no hay que ser muy inteligentes para saber que era Lalisa quien estaba detrás de mí. -comentó con burla hacia la pálida que, inmediatamente se le subieron los colores al rostro.
-JungKook. -alargó aún sorprendida.
-Ahora que ya sabemos que estás celosa por mí ¿Me dirás cómo es que son enemigas? -volvió a preguntar con su tono coqueto. EunJi sorprendida por lo ocurrido, sonrió ladina con esta personalidad coqueta y sensual que tanto le encantaba de él.
Joder, él la estaba enamorando, justo lo que no quería.
Aunque le encantaba esto... Demasiado.
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