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15 | Revelaciones


『~*~』

Un leve dolor de cabeza taladraba su sien izquierda, la claridad ya empezaba a molestarle e iba a soltar una maldición de no ser porque sintió algo moverse a su lado. Al girarse se encontró con un panorama más que precioso, Jk estaba profundamente dormido a su lado, su rostro y brazos estaban aferrados a una de las almohadas blancas, se veía calmado y relajado como nunca antes lo había visto.

Jk era una persona seria que siempre tenía un rostro de mal humor para con todos, y hoy, estaba viendo su faceta apacible, seguramente estaba viendo a JungKook: su verdadera personalidad. Recordando lo ocurrido en la noche anterior —o madrugada en este caso— se permitió sonreír enternecida con su imagen tierna, y quería creer que ese chico que siempre veía en la Demons Street simplemente era una faceta para ocultar su verdadera cara, que quizás por estar dolido la quiso ocultar.

Llevó su mano a ese cabello lacio y acarició suave mientras soltaba un suspiro encantado. Algo le estaba pasando con él, y no quiere pensar que sea algo de lo que posiblemente se arrepentiría luego.

Perdida en sus pensamientos no se percató que un par de ojos adormilados la miraban curiosos. Él veía su precioso rostro recién despierto, y le encantaba verla así, con su cabello alborotado y los labios un poco hinchados, allí recordó la noche anterior: Había sido la más salvaje que había tenido.

—Me encanta tu cabello —murmuró sonriendo cuando la peliplateada lo vio luego de salir de su trance. Ella sonrió burlona y negó de inmediato.

—Es todo un desastre —con sus dedos intentó peinar su melena, pero el cuerpo tonificado del pelinegro la atrajo hacia él recostandola sobre su pecho. Se sentía muy bien tenerla de ese modo.

—Anoche estuvo fantástico —susurró cuando ella levantó su rostro para mirarlo, dejó un beso en sus labios rosados y ambos se sonrieron de forma cómplice.

—Pues a mí también me encantó —murmuró ella volviendo a besarlo, y cuando subió su pierna por encima de su torso mordió su labio inferior. El chico tenía una gran erección mañanera.

Ambos rieron sabiendo lo que querían, así que con lentitud besó sus labios en un beso tan húmedo como estaba su intimidad ahora mismo, colocando su cuerpo encima de él, bajó sus besos a su cuello mientras acariciaba su pecho y abdomen.

Cegados por el ambiente sexual y por el calor que desprendían ambos cuerpos no pensaron en otra cosa que no fuera el volver a sentirse, es así como el pelinegro perdido en esa ola de calor, tomó su miembro y lo adentró sin pensar, sintiéndose tan complacidos al sentir sus cuerpos unidos sin ninguna barrera.

—Mierda —gruñó en los labios de la peliplateada y con sus manos la levantó un poco para salir de ella— no podemos olvidarlo —dijo está vez más despierto, abriendo el cajón a su lado sacó un envoltorio plateado.

EunJi rodó los ojos y sonrió por su responsabilidad. Había olvidado comentarle que ella tomaba anticonceptivos, pero decidió no hacerlo y simplemente volvió a entregarse a él, a ese placer que hasta ahora sólo él ha podido dárselo.

Y tenía miedo de eso.

•••

—¿Estás bien? —preguntó él con su ceño fruncido al verla tan callada y pensativa.

Luego de la calurosa escena, ambos tomaron una ducha refrescante, EunJi ordenó algo para desayunar y ahora mismo se encontraba en el balcón de su habitación, ambos sentados de frente en unas sillas de madera mientras el desayuno permanecía en la pequeña mesa de en medio.

—Sí ¿Por qué la pregunta? —esta sonrió cálida viendo los cabellos negros y húmedos que resaltaban de su rostro pálido y sus labios rosados levemente hinchados. Se veía extremadamente sexy.

—Pues has comido poco y estás pensativa —dijo para luego morder un poco del pan tostado con mantequilla.

—Luego de ayer, me siento algo extraña. Hace mucho que no hablo de mis padres, y hacerlo ahora me dejó pensando en ellos —suspiró calmada y la leve brisa tiró hacia un lado los cabellos plateados de ella. JungKook desde su puesto observaba la mejor vista que había tenido en años.

—Es normal recordar tu pasado de vez en cuando —asintió perdido en su persona, sus mejillas levemente rosadas la hacían ver de alguna manera tierna, alejando toda esa dura personalidad que poseía. Tan hermosa.

—¿Lo dice el chico que quiere olvidarse del suyo? —su tono demostraba que lo decía en broma, pero el rostro del chico decía algo mucho más diferente. Estaba serio— Lo siento —murmuró bajando su cabeza, sin notar la pequeña sonrisa que se formó en los belfos finos y rosados de este.

No pensó que ella tuviera esa faceta tan tímida y cohibida, pues frente a todos se mostraba ruda y de un carácter petulante y egocéntrico. Y eso mismo pensó EunJi de él.

—A veces queremos olvidar los momentos que nos molestan o nos entristecen, pero no entendemos que de ello debemos aprender —su voz apacible la hizo levantar su mirada y asentir lentamente. Estaba en total acuerdo con lo dicho, pero ella tenía un punto a su favor.

—El problema es que yo no tengo ninguno, pero de alguna forma mi pasado me persigue —esas palabras lo dejaron mudo, no sabía que decir con respecto a eso. Pero lo entendía, sí que lo hacía.

Con una sonrisa amable siguieron disfrutando de su desayuno, con algunas miraditas disimuladas que se daban cada cierto tiempo. Esto les estaba gustando demasiado.

『~*~』

Muchas chicas y chicos hacían algún tipo de ejercicio, era obvio al estar en un gimnasio de la más alta gama de Seúl. Una muy perezosa rubia caminó hasta una de las máquinas, hoy no quería hacer ejercicio, pues se sentía muy cansada luego de la larga noche que tuvo con el chico de labios esponjosos. Jimin era un maestro en la cama y poco a poco se estaba calando más profundo en su corazón.

Con una sonrisa boba caminó hasta llegar a una caminadora. Hoseok, su entrenador personal, la recibió con una amplia sonrisa típica de él, le gustaba demasiado verla en las mañanas, ya que le animaba a comenzar el día con buen pie.

—Mi querida Sook, perezosa como siempre —sonrió con burla para luego convertirla en una risita graciosa.

—Hoseok, ayúdame a quitarme este cansancio —dijo en un suspiro agobiado.

—No hay pereza que no se cure con una caminata —le sonrió para luego marcar un número estimado en la máquina— listo, vuelvo en unos segundos —Sook asintió viéndolo perderse entre las personas. El chico era muy solicitado, pero ¿Quién no quería a alguien para animarle con una gran sonrisa? pues ese era Hoseok, el chico que muy escasamente se le veía molesto.

Comenzando a caminar un poco más rápido se concentró en unas carcajadas de un par de chicas ubicadas a dos máquinas de su lado izquierdo, observando detalladamente una llamó su atención, era JiSung, la chica con la que Jk se fue anoche del club.

Y pues ella —no siendo chismosa pero sí siendo una gran amiga— se permitió escuchar su conversación que no eran más que chismes y burlas.

—¿Qué estás diciendo? —preguntó la morena mientras hacía trote sobre una caminadora.

—Lo que escuchas —asiente la pelirroja que usaba una coleta alta— el tipo no pudo siquiera avanzar a algo más que besos. Y lo peor es que me llamó por el nombre de otra chica —dijo ofendida mientras negaba—  está para chuparse los dedos, y aunque quería chularme el hecho de que es el líder de esas carreras, no lo hicimos porque pensaba en otra mujer.

Las risas de la morena no se hicieron esperar, y como toda buena chismosa se pedía en su interior que ella preguntara lo que ella quería saber.

—¿Esto es en serio, JiSung? —preguntó con burla mientras reía— pero qué papelón hiciste —volvieron a reír y la pelirroja negó sonrojándose.

—La peor vergüenza amiga, pero no lo tomamos muy en serio puesto que estábamos muy tomados —negó nuevamente tapando su rostro con su mano.

—Oye... ¿no se supone que el tipo nunca tiene una novia oficial? —JiSung asintió—¿Y qué nombre te dijo? —Allí está. La pelirroja suspiró con vergüenza y se permitió hablar de nuevo.

—Me llamó EunJi —soltando una risa luego, volvió a tapar su rostro.

El rostro de Sook se descompuso y por la sorpresa dejó de caminar haciendo que se tropezara y cayera de rodillas al suelo. De inmediato la misma JiSung la ayudó a levantarse y preguntando si estaba bien ella asintió con una sonrisa apenada. Al llegar HoSeok fue con él hasta el multifuerza, sin dejar de pensar en lo escuchado volvió a hacer dos series de cincuenta en la maquinaria.

¿Y si de verdad Jimin tenía razón? ¿Será cierto que a Jk le gustaba su amiga? ¡Dios EunJi debía saber esto!

『~*~』

—Sook ¿Estás segura de lo que estás diciendo? —repitió mirando a su amiga con los ojos entrecerrados.

—¡Que sí, hombre! Si hubieses ido al gimnasio hoy lo habrías escuchado tu misma —alzó sus cejas con obviedad, haciendo a EunJi rodar los ojos mientras trotaba en la caminadora que poseía en la casa— por cierto ¿Tan agotada te dejó Don Muslos que ni fuistes al gimnasio?

Su pregunta hizo que EunJi riera en un bufido y paró el trote de inmediato.

—Estuvo de maravilla, pero hoy no me apetece contarte —la miró con burla y Sook abrió sus labios en una O.

—¿No me contarás el chisme del día? —su tono ofendido hizo reír a la peliplateada que hoy usaba una cola alta junto a un conjunto deportivo que hacía resaltar su bien formada figura.

—Amiga, después de lo de JongIn prefiero no hacerlo —tomando una botella de agua del suelo se dispuso a destaparla y beber un poco.

—Sobre eso, EunJi —recordó la rubia— lamento el problema que les di a ti y a JongIn individualmente. —sinceró una disculpa haciendo una mueca— Pero es mi hermano, entiéndeme que me duela verlo así.

—Te entiendo, Sook. No tengo ningún problema con eso —se encogió de hombros asintiendo a su preocupación.

—EunJi, también quería pedirte que... Si vas a andar haciendo de las tuyas con Jk, es mejor que no le des esperanzas e ilusiones a JongIn  —su tono triste la hizo fruncir el ceño, y de inmediato quiso cerciorarse.

—Pero no lo hago, Sook —negó rápido y completamente segura.

—Puede que con palabras le seas directa, pero acciones como las de ayer demuestran lo contrario —suspiró algo triste y de inmediato EunJi sonrió haciéndole un gesto.

—Esta bien ¿Por qué mejor no vamos a la cocina y comemos algo delicioso mientras me cuentas eso que dijo la tal JiSung?

—Si me cuentas lo que pasó con tu machote —propuso y EunJi rodó los ojos sin más que resistir.

『~*~』

—No puedo creerlo —las ruidosas risas de Jimin lo hacen suspirar fastidiado. El chico llevaba minutos sin dejar de reír por lo que él le había comentado.

Ambos estaban en el mirador de la ciudad, sentados sobre el capó del lindo Audi que ganaron en una apuesta la noche anterior. El niño riquillo y presumido que había llegado a su calle por fanfarronear terminó perdiendo un auto carísimo y último modelo por querer sobresaltar la habilidad de Jk, algo que nadie a excepción de una persona, lo pudo lograr, y esa persona es la misma con la que tuvo la dicha de pasar la salvaje y lujuriosa noche de ayer.

Claro que su amigo y Sook planearon todo, él mismo se lo confesó hace minutos atrás, antes de comentarle lo que ahora no lo dejaba parar de reír.

—Callate ya ¿Quieres? —soltó el humo de sus pulmones mientras observaba la gran vista de la ciudad. Siendo las seis y algo de la tarde, el lugar se veía hermoso.

Todo el día estuvo aguantando las burlas y comentarios maliciosos de Jimin y V —con quién por cierto tiene algo pendiente— y sólo hasta ahora Jimin logró seguirlo en su auto a ese lugar que solía ser su confort desde que huyó de casa.

—Mas respeto, engendro —el mayor y ahora peligris lo apuntó con su dedo pequeño, y no pudo evitar darle un manotazo entre risas.

—No puedes exigir respeto con ese tamaño —carcajea el pelinegro haciendo enojar aún más a Jimin.

—Ese no es el mismo tamaño que tengo abajo, idiota —escupió con molestia corriendo lejos de su amigo, sabía que lo golpearía.

Y allí estaba la otra faceta de ese enano que tenía por mejor amigo, que a pesar de todo siempre le tendió la mano.

—Ven aquí, enano —Jk gruñó caminando lentamente tras él.

•••

—Aún no puedo creer que llamaste "EunJi" a JiSung mientras estaban a punto de follar. —ambos sentados en el capó nuevamente miraron fijamente el paisaje.

Jimin con su mano en el cabello, lo sacudió del polvo blanco para que saliera de este, haciendo que Jk riera fuertemente. Había alcanzado a Jimin cuando corrió detrás de él, pero luego en una pelea fingida terminaron en el suelo —o más bien Jimin en realidad— recordando las palabras de este: Maldición JungKook, acabo de salir del salón de belleza. A veces su amigo era muy feminista.

—Creeme que yo tampoco me lo creo. No sé cómo pude hacerlo —habló convencido y Jimin sonrió de lado cuando lo vió encender un cigarrillo con una pequeña cinta rosa.

—Hasta fumas sus cigarrillos —comentó con burla y Jk soltó el primer humo.

Mirando el cigarrillo entre sus dedos recordó cómo después de desayunar, estaba sentado en una butaca con ella sobre sus piernas mientras se fumaban un cigarrillo juntos. También el cómo compartían besos de vez en cuando mientras reían con alguna anécdota o con algún comentario doble sentido, o alguna propuesta indecorosa.

Jamás la había pasado tan bien.

—Me dió algunos y... Me volví adicto a ellos. —soltó el humo sintiendo ese aroma que ya era de ella.

—O a ella más bien —Jimin lo miró de reojo, viendo como este sonreía pensativo mientras daba otra calada. «Ay Jeon JungKook» pensó.

—¿Para qué negarlo? si en verdad así. —suspiró soltando poco a poco el humo. Jimin en cambio se quedó viéndolo de reojo con una pequeña sonrisa.

El recuerdo de como volvió a tenerla sobre la cama gimiendo su nombre, le causó un escalofrío por su columna vertebral. Después de esos besos en el balcón no esperó que su cigarrillo terminara y lo trituró en el cenicero, para luego levantarse con ella en su regazo mientras se comían a besos entrando de nuevo a la habitación.

Eso estaba siendo EunJi, una adicción.

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